miércoles, 7 de agosto de 2013

UNA DE ABJ PARA DORHIJA




Amilcar Briceño. Barquisimeto, 04 de mayo 2009.

Hoy
 Como tantas otras veces se redescubre que hay una escuela permanente en la vida propia y en la de los demás, sólo que para verla y comprender que asistimos a sus clases, hay que tener ojos de asombro infantil y sustituir el concepto acerca de lo que creemos que es la escuela.”

Siempre encontraremos en cada nuevo encuentro con la vida aquello que es común en todas las situaciones, esto es, las personas y sus gentilezas, apremios o banalidades, y todo aquello que se nos muestra a los sentidos (vista, oído, tacto,..) y que nos hace creer es lo que tiene más importancia, por lo cual generalmente nos detiene u oculta la otra visión de mirar y comprender que detrás de esas apariencias de las presencias, existe una esencia del verdadero aprendizaje de tales actuaciones.
Por lo tanto la primera lección es permitir que los sentimientos de esa primera impresión de las presencias (grata o ingrata) que denominaremos “apariencia del uso cotidiano”, pase a un segundo plano y no creer que es lo único o destacado, por más fastuoso o impactante que haya sido; para ello ha de buscarse la “otra cara de la moneda” a dicha primera impresión, es decir aquello intangible (el propósito o intención que llamaremos “reflexión hacia el concepto del uso cotidiano”) que se oculta detrás de esa apariencia visible expresada por las personas, pero que no se aprecia físicamente por nuestros ojos y sin embargo es más duradero y claro porque le da significado a las impresiones iniciales.
Esto último no se consigue de inmediato, se requiere de práctica y hábito para ir construyendo el tejido de causa y efecto a partir de las varias impresiones de las tales “apariencias de usos cotidianos” sucesivos, de sus diferentes formas de expresarse en la práctica vivencial como si no tuvieran que ver entre ellas, tales como invitaciones, halagos, críticas, palabras, ademanes, obsequios, ayudas, gestos, actuaciones escritas, chismes, y otras manifestaciones.
A fin de ahorrar palabras en ambos casos (“a buen entendedor pocas palabras”) llamemos al primero “USOS” y al segundo “CONCEPTOS”, y aclarar que la enseñanza y el cómo lograrla con mayor velocidad deviene de encontrar las relaciones reales de uno o con el otro, es decir el “uso” en la práctica (sea cotidiana y espontánea o sea dirigida a propósito por intención de uno mismo) mediante raciocinio nuestro, pasándola a la reflexión del concepto o la dinámica de la “conceptualización del uso”, y también a la inversa, del concepto que se quiere hacer de él se lleve a la práctica o al “uso” que llamamos dinámica de “utilización del concepto”, y en ese proceso de ambas dinámicas hay que evaluar en la realidad su certeza y hacer los ajustes o correcciones necesarios tanto de los usos como de los conceptos, tomando en cuenta el tiempo y sus condiciones así como el espacio donde ocurren tales procesos integrados a los recursos humanos, materiales, insumos y otros recursos económicos, tecnológicos, lo que llamaremos “Relación de Relaciones”.

Basta por hoy y cierro con este verso poético de Andrés Eloy Blanco, cuando decía:

 Esta tarde, al regreso de la Escuela, hablaremos
De cómo puede el aire con la tierra,
De cómo puede el hambre con los días,
De cómo puede el frío con la piedra
De cuánto pesa una montaña de oro
Y de cómo el dolor puede con ella,
De cuán pesada es la pobreza humana
Y de cómo el amor la lleva a cuestas,
De cómo tiene el pescador del río
Un pie en el río y otro pie en la estrella.
Y daremos la clase que no se nos dá en la Escuela.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario