jueves, 26 de marzo de 2015

La Cumbre de las Américas anuncia una crisis de sistema




Marco A. Gandásegui, h.

ALAIAMLATINA, 26/03/2015.-  
La política exterior de un país es el reflejo de su política interna. En el caso de la VII Cumbre de las Américas, que se efectuará en la ciudad de Panamá, en apenas dos semanas, existe una tradición que se remonta dos siglos en que los países del hemisferio buscan crear un sistema político – sin mucho éxito - mediante acuerdos y alianzas internacionales. El Congreso Anfictiónico convocado por Bolívar en 1826 – precisamente en la capital panameña - tuvo como objetivo sellar la independencia de las nuevas repúblicas y bloquear el retorno de las potencias europeas.

La llamada globalización y la universidad pública







El analfabetismo existe porque existen inequidades e injusticias sociales. Leonela Relys



Introducción

El objetivo del presente trabajo es analizar las políticas de la globalización y su relación con la universidad pública, o en todo caso las modificaciones que realiza la globalización neoliberal capitalista sobre las instituciones de educación superior públicas. En dicha situación solo me detendré en dos aspectos muy importantes: la ideología de la competitividad y la precarización laboral. El neoliberalismo modificó profundamente las políticas hacia las universidades, principalmente las públicas. La vida interna siguió otro camino, tanto institucional como económica, lo mismo que en su relación externa. Inclusive el lenguaje que se utilizará para direccionar las “nuevas” políticas será otro, que intenta ser la forma de justificar el proyecto político-económico. El credo religioso neoliberal, a través de uno de sus mandamientos: la competitividad, ha enajenado aún más las relaciones humanas, que de por sí ya venían presentándose.

Venezuela, Cuba y la Cumbre de las Américas





El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, pareciera obstinarse en marchar ineluctablemente hacia un gran descalabro en la VII Cumbre de las Américas (CA), a celebrarse en Panamá los días 10 y 11 de abril de 2015.
Pese a la serena y prudente propuesta del presidente Nicolás Maduro, no obstante ser Venezuela la agraviada, para que Washington y Caracas resuelvan sus diferencias mediante el diálogo, hasta el momento no se aprecia ninguna señal de que la Casa Blanca este reconsiderando o se disponga a reconsiderar su agresiva, torpe e injerencista orden ejecutiva declarando a Venezuela como amenaza a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.
Es tan evidente la metedura de pata yanqui en esta cuestión que hasta sectores de la oposición venezolana se han visto forzadas a tomar, aunque tímidamente, cierta distancia del decreto de Obama no obstante que sea su comandante en jefe, ya que han visto totalmente minimizada su presencia en la palestra política ante el repudio nacional contra la actitud estadunidense.
Y es que a Obama el tiro le ha salido por la culata pues lejos de intimidar al pueblo venezolano, ha incentivado su combativo antimperialismo y unidad con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en torno a su dirección político-militar. No fue en balde la dedicación incansable de Chávez durante años a la educación política de sus compatriotas y a hacer más profundas, revolucionarias y antimperialistas sus tradiciones patrióticas y latinoamericanistas, labor continuada por Maduro y el chavismo en dura lucha contra la maquinaria mediática internacional y sus clones locales de la oligarquía, que cuenta todavía con muchos recursos económicos, simbólicos y propagandísticos para deformar la realidad e instaurar falsas y venenosas matrices de opinión entre la población.