Juan
Bautista Imengri (**)
Cada
vez más, la provisión de alimentos está en manos de compañías cada vez más
grandes que ejercen un enorme poder sobre nuestro proceso político. Así como
pasa con la industria alimenticia, sucede también con las petroleras y los
bancos: corporaciones gigantescas (algunas con presupuestos más grandes que el
de la mayoría de los países) están controlando nuestra salud, nuestro medio
ambiente, nuestra economía y, cada vez más, nuestras elecciones.
Amy
Goodman. Democracy Now
………………………………………………………………
¿Quién
manda entonces? –pregunté.
–Los
grandes poderes financieros. Ya no es el perro el que mueve la cola, sino la cola
la que mueve al perro.
–¿Y
usted le dice esto a los jefes de Estado o los presidentes con los que se
reúne?
–Sí.
–¿Y
qué le dicen? 2
–Me dan la razón, pero miran para
otro lado. Cultivan la ilusión de volver a ser presidentes, no se atreven a
pegarle al enemigo más fuerte que existe. Disimulan, pero somos juguetes.
Entrevista de Juan José Millás a José Mujica, presidente de
Uruguay. El País Semanal, marzo 2014.
¿Cómo comprender que a medida que avanza la integración en
Latinoamérica, también se consolida la matriz del sistema de acumulación,
básicamente a través del extractivismo?
¿Cómo se explica que, cuando Estados Unidos – cabeza visible
de éste sistema – estaría atravesando por una crisis de su hegemonía, el
proceso de enajenación de nuestros recursos se va profundizando cada vez más de
manos de las transnacionales?
El mundo se va volviendo multipolar, pero no la matriz de
apropiación de los recursos de los países del tercer mundo, matriz blindada por
las transnacionales que también operan en y desde los países denominados
emergentes que disputan espacios hegemónicos al imperialismo norteamericano.
Obviamente, las transnacionales se han apoderado por completo
del gobierno de los Estados Unidos, perfeccionando el gerenciamiento de la
dominación del mundo, de nuestras naciones, para seguir con el drenaje de
nuestras riquezas como antaño con la sempiterna fórmula del saqueo de nuestros
recursos naturales.
¿Cómo deberíamos afrontar los latinoamericanos, desde una
mejor posición y más inteligente, estos procesos de cambios globales en la
estructura de dominación, en el marco de la integración?
Lo importante es tratar de discernir sobre el desempeño de
las transnacionales en nuestros países – puntualmente con algunos ejemplos en
Paraguay - como motores de la incesante expansión monopólica del capital en
todos los rincones del mundo, obstaculizando severamente los procesos 3
democráticos, amputando la
redistribución de la riqueza, trazando líneas para la desintegración de
nuestras naciones.
Al tiempo que languidecen las cadenas de los viejos
opresores, van surgiendo en ciernes nuevas esperanzas de liberación, gracias a
proyectos emancipadores de nuestros países, aliados en la mayoría de los casos
a emergentes – descontentos con el modelo actual - países neo hegemónicos, que
sin embargo y gracias a las transnacionales, llevan en su gen las antiguas
cadenas de los opresores colonialistas.
En el 2012 en Paraguay nuevamente se interrumpió el proceso
democrático – tal como ocurrió en 1999 - con la destitución de Fernando Lugo,
mediante una parodia de juicio político en el Congreso. La injerencia de las
transnacionales y los intereses geopolíticos de Estados Unidos fueron
determinantes, apoyados en las oligarquías latifundistas y conspiraciones
internas gestadas desde el seno del propio gobierno. ¿Pero estuvieron todos los
jugadores expuestos en la cancha?
Una de las transnacionales del agronegocio global, Monsanto,
fue señalada como el principal propiciador del golpe parlamentario. Monsanto,
desde su plataforma en San Paulo, Brasil, desmintió públicamente – en un
comunicado escrito en portugués - haber tenido participación en la destitución
de Lugo, cuando se le atribuyó que a través de sus agentes en Paraguay
fraguaron truncar una vez más la democracia en Paraguay.
No fue desde San Luis, Misuri, que Monsanto desmintió su
segura injerencia en la desarticulación de un gobierno, sino desde Brasil, país
que se convirtió en la base de su catapulta para penetrar vigorosamente al
Paraguay desde la frontera Este con sus programas de cultivos transgénicos. Sus
víctimas principales son las comunidades campesinas e indígenas que, año tras
años, son replegadas a los arrabales de las ciudades, tras perder sus
ancestrales tierras a favor de los intereses de las transnacionales.
Coincidente con la expansión del agronegocio como método de
acumulación, también se fortalece la expansión del Brasil hacía el Este, que
tiene al Paraguay como principal víctima desde el final de la infame Guerra de
1870. ¿Van por cuerdas separadas la expansión del capital transnacional del 4
agronegocio y la mudanza de la
“frontera viva” del vecino país a expensa del Paraguay?
“El capital está imponiendo el agronegocio como la única
forma de producir. Y se completa con el gobierno de Dilma, que está
hegemonizado por el agronegocio”, señalaba este año a Brasil de Fato João Pedro
Stedile, integrante de la dirección nacional del MST. Es decir, no solo los
campesinos paraguayos son víctimas de las transnacionales del agronegocio, sino
los propios campesinos del Brasil, país donde se fortalecen y se reproducen
estas megacorporaciones.
Lo mismo ocurre con la Argentina, donde el principal
instituto de investigación agrícola - el INTA - fue entregado a Monsanto bajo
el gobierno de Menem y sigue con mayor vigor en la actualidad (1) y que
los panegíricos del agronegocio muestran como un éxito esta alianza de una
transnacional con el Estado, que hasta el presente pervive y se proyecta a todo
el Continente.
El esfuerzo de los gobiernos progresistas que empujan la
integración de los países latinoamericanos se estrella contra los intereses de
esta y otras transnacionales. En el caso del golpe parlamentario en Paraguay se
jugó claramente romper con el Mercosur y Unasur y apunta a afianzar la Alianza
del Pacífico, que tiene como paradigma la integración de los mercados, del
comercio sin límites, y no de los pueblos, para reforzar la hegemonía de la
élite anglosajona y Europa Occidental, a través de la Alianza Trans Pacífico y,
finalmente en la cúspide, el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y
Europa, denominado Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por
sus siglas en inglés)
En la práctica, los gobiernos progresistas del Brasil, Argentina
y otras naciones de Sudamérica se juegan por un modelo de integración que
rechaza la hegemonía imperial, tratando de construir con otras naciones un
mundo multipolar, con vigencia plena del derecho internacional y una economía
más distributiva y menos concéntrica.
Sin embargo, en esas mismas naciones – como en Paraguay - se
fortalecen las transnacionales estadounidenses y europeas que, claramente,
conspiran 5
contra la integración y la democracia
de nuestras naciones, afianzando el poder del capital transnacional, al amparo
de la superpotencia militar-nuclear norteamericana, que desestabiliza gobiernos
y promueve golpes de Estado, como ocurriera en Paraguay y otras naciones de
nuestro continente.
Tal el dilema: En la oscuridad se rinde tributo a lo peor del
capital, el extractivismo especulativo y expoliador de nuestros pueblos. Y de
día se proclama la integración hermanada de los pueblos. Si se quiere construir
la integración de los pueblos, no se puede eludir examinar y abordar el corazón
del sistema: Las transnacionales, piedra angular de la acumulación monopólica
ascendente del capital y de tantas agresiones a nuestras naciones.
El gobierno de Lugo
El gobierno de Fernando Lugo (2008-2012) se caracterizó por
profundas contradicciones en casi todos los planos. Pero resaltaron dos
aspectos fundamentales que finalmente lo debilitaron en extremo y que
facilitaron la parodia de juicio político para su destitución, incubado en gran
medida desde las filas del Partido Liberal Radical Auténtico, brazo derecho de
la Alianza Patriótica que llevó a Lugo al gobierno, en asociación con los
movimientos sociales y pequeños partidos de centro izquierda.
En primer lugar, Lugo inauguró su gobierno con un discurso de
corte popular, inclusivo, que despertó quizás aquellos sueños centenarios de
ese pueblo sufrido en extremo, resignado tantas veces, para acceder a la
justicia y a la redistribución de la riqueza, principalmente. Para eso, el
presidente contaba con la única herramienta fundamental que conocen los movimientos
populares desde la resistencia al colonialismo español, los gobiernos
oligárquicos y el imperialismo norteamericano, hasta el presente: la
movilización.
Los campesinos y el sector popular creyeron en el discurso
oficial y llegaron hasta Asunción para exigir la destitución vía juicio
político del Fiscal General del Estado, Rubén Candia Amarilla, a quien le
atribuyeron ser el principal responsable de los crímenes, apresamiento y
torturas de los dirigentes campesinos que luchan por la tierra y contra el extractivismo
agro sojero y ganadero en todo el país. 6
Lugo mandó a reprimir salvajemente a
los campesinos a través de policías antimotines, que no tuvieron piedad en
descargar todo el peso represivo sobre la humidad de las personas, enviando un
poderoso mensaje al movimiento popular para no intentar nada por la vía de la
presión y movilización. Esto ocurría en octubre de 2008, dos meses después de
haber asumido el nuevo gobierno, tras 60 años de gobiernos colorados, 35 de los
cuales de dictadura de Alfredo Stroessner.
Desde entonces el gobierno no tuvo ninguna movilización, ni
en contra ni a favor. El sector popular había iniciado el repliegue y
desmontaje de su estructura de movilización y presión - que le dieron muy
buenos resultados en las últimas décadas - con lo cual el gobierno había
perdido su capacidad creadora y de defensa de los intereses nacionales ante los
atropellos de las transnacionales y la oligarquía terrateniente.
El gobierno de la Alianza Patriótica tampoco investigó los
gravísimos hechos de corrupción de los gobiernos posteriores a la dictadura de
Stroessner y mucho menos trató de justiciar los terribles padecimientos de
miles de paraguayos que sufrieron persecución, exilio, tortura y muerte bajo el
régimen militar de la Guerra Fría.
En segundo lugar, Lugo trazó una línea errática en materia de
política exterior, al colocar en la Cancillería a un hombre - Hamed Franco -
sin análisis geopolítico, con escasa formación en economía política y nula
visión estratégica sobre la crisis sistémica mundial.
Pronto fue reemplazado por un elemento de la embajada de los
Estados Unidos, Héctor Lacognata, quien provenía del derechista partido Patria
Querida. Este se reportaba con más asiduidad a la embajadora de USA, Liliana
Ayalde, que al propio presidente Lugo. Terminó confrontado con el vicecanciller
Jorge Lara Castro, quien finalmente lo reemplazó ante tantas evidencias que
Lacognata era más fiel a Estados Unidos que al Paraguay. (2)
Lugo fue conducido por su ministro del Interior, Rafael
Filizzola, a firmar un convenio de cooperación con el paramilitar expresidente
de Colombia, Albaro Uribe, que se comprometió con el presidente paraguayo a dar
todo su apoyo en la lucha contra el secuestro de personas, mediante el 7
entrenamiento de policías, entre
otros, en el marco de la lucha contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FARC
y el sinuoso Ejército Paraguayo del Pueblo, EPP. (3)
El movimiento popular sospechaba que el convenio no era sino
una pantalla para extender el Plan Colombia, con el entrenamiento de fuerzas
policiales, para reprimir a campesinos e indígenas que luchan por sobrevivir en
sus tierras ante la arremetida de los agro sojeros y ganaderos en casi todas la
regiones del país.
Uribe aplaudió el golpe de Estado parlamentario cuando
regresó al Paraguay tras la destitución de Lugo, argumentando que Paraguay
había “frenado el comunismo castro-chavista” (4). Uribe se convirtió en
los últimos años en el emisario más importante de la política exterior
norteamericana en Paraguay, después de la embajada de USA.
En el ministerio de Defensa, Lugo mantuvo por un tiempo a un
ministro que la población lo identificó como patriota: el general retirado Luis
Bareiro Sapaini. El mismo espetó duramente en una ocasión a la embajadora
norteamericana Liliana Ayalde por intromisión en los asuntos internos del país.
Ayalde reunió en una ocasión al entonces vicepresidente de la
República y principal aspirante a sustituir a Lugo – lo que ocurrió posteriormente
– Federico Franco y otros políticos y funcionarios del gobierno, reunión en la
cual se habló sobre las posibilidades del juicio político a Lugo.
Enterado del tema de conversación, Bareiro remitió una carta
a la embajadora, a quien exigió a no inmiscuirse en asuntos internos de la
República, carta que fue entregada por la misma diplomática a los medios de
comunicación para su publicación y escandalización.
Como consecuencia, meses después el presidente Lugo le obligó
a Bareiro poner a disposición su cargo, combinándole a nominar una terna para
buscar su reemplazante. Al día siguiente arribaba al país Frank Mora, el
subsecretario adjunto de Defensa para los Asuntos del Hemisferio Occidental de
Estados 8
Unidos, quien acompañado de la embajadora
recorrió el departamento de Concepción, lindante en el sur oeste con el Brasil (5)
Al parecer, Lugo confiaba ciegamente que la embajada de los
Estados Unidos iba a oponerse a cualquier plan golpista que le impida terminar
el periodo gubernamental de cinco años. Sin embargo, bajo su gobierno la USAID
(Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos) pudo mejorar
su inserción en casi todas las entidades del Estado Paraguayo, con programas y
asistencias técnicas, que encubren las verdaderas intenciones de Estados
Unidos.
“El entrenamiento de las fuerzas de seguridad paraguayas
figura entre los principales programas financiados por USAID. Entre 2005 y
2010, casi mil militares y policías –en su mayoría en 2009, año siguiente a la
asunción de Lugo—fueron entrenados y de este programa salieron algunos
comandantes de las Fuerzas Armadas nombrados por Franco cuando asumió el
poder”. Viana 2013. (6)
La misma publicación de Viana, basada en investigaciones del
Instituto Base Investigaciones Sociales (Base-IS), señalaba que “la presencia
de USAID creció progresivamente en el país a partir de 2008, cuando Lugo fue
elegido. En términos de fondos, hubo un aumento importante en la asistencia
norteamericana a Paraguay: de US$ 17,25 millones en 2007 a US$ 36,2 millones en
2010”,
Con la destitución de Bareiro, Estados Unidos afianzó su
presencia civil y militar en la frontera con Brasil, bajo un programa
denominado Iniciativa Zona Norte, uno de los motivos de permanentes visitas de
altos funcionarios de USA al Paraguay. Previamente, Lugo había promovido y
logró la sanción en el Congreso de la Ley Antiterrorista, fuertemente apoyado
por Estados Unidos, como un instrumento clave que sería usado en el futuro
contra las organizaciones campesinas y populares que se oponen al modelo de
producción.
A pesar de todo, el gobierno de Lugo desarrolló algunas
políticas favorables hacía los sectores populares, como la salud gratuita y la 9
negociación exitosa con el Brasil
bajo el gobierno de Lula, cuando logró un mayor resarcimiento por la venta de
energía de la represa binacional de Itaipú al Brasil. También afianzó “las
políticas compensatorias”, consistentes en el pago de una mínima pensión a las
familias más carenciadas. (7)
Algunos organismos del Estado aplicaron las leyes vigentes en
aquellos años del gobierno de Lugo, como el caso del Servicio Nacional de
Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas, SENAVE, la policía vegetal dirigida
por Miguel Lovera. Se emplearon las legislaciones existentes para el control de
la importación y el uso de los agroquímicos en el agronegocio, así como el
empleo de semillas transgénicas, obligando a las transnacionales a cumplir con
todas las leyes para la inscripción de los OMG en los registros de cultivares.
Aún cuando contaban con un aliado estratégico en el
Ministerio de Agricultura y Ganadería, a cargo del liberal Enzo Cardozo, los
voceros de las transnacionales y terratenientes consideraron que las leyes que
regulan el comercio de agroquímicos y las semillas - así como las normativas en
torno a todos estos negocios - eran trabas al desarrollo del agronegocio y
venían preparando movilizaciones y protestas contra el gobierno de Lugo. En ese
ínterin se produjeron los hechos sangrientos de Curuguaty que terminó con el
gobierno de la “Alianza” que duró tres años y 10 meses.
Curuguaty y el golpe
Si Estados Unidos está desarrollando junto a sus aliados de
la OTAN una modalidad creciente de desestabilización en varias naciones del
mundo - cuyos recursos y/o ubicación geográfica apetecen - mediante las famosas
“primaveras democráticas”, guerras de agresión y conquistas, en Paraguay bastó
la masacre de 11 campesinos y 6 policías, para voltear un gobierno electo
democráticamente.
Lugo nunca pudo ser acusado de corrupción. Pero la prensa conservadora,
que trabaja en tándem como una gran transnacional en todo el mundo, inició una
campaña de desprestigio en cascada contra el presidente por sus relaciones con
variadas mujeres, siendo aun obispo de la Iglesia Católica, 10
lo que deterioró tremendamente su
imagen personal, por lo que los complotados no hicieron mucho esfuerzo para
quitarlo del poder.
El 15 de junio de 2012, un grupo de policías antimotines fue
supuestamente emboscado por un grupo de campesinos, que solo portaban garrotes,
honditas y algunas viejas escopetas perdigueras, y se inició un presunto
enfrentamiento que costó la vida a 17 personas: 11 campesinos y 6 policías.
Francotiradores apostados en las espesuras del pajonal habrían iniciado los
disparos, matando al jefe del Grupo Especial de Operaciones de la Policía y a
otros agentes. Sus camaradas reaccionaron, acribillando a los campesinos, a sus
propios compatriotas.
Los campesinos ocuparon una tierra que pertenece al Estado
paraguayo, pero invadido por un terrateniente stronista, Blas Riquelme,
propietario de varios supermercados y más de 100 mil hectáreas de tierras,
entre otras riquezas.
La Policía iba a allanar el lugar para requisar presuntamente
armas de fuego, a raíz de una orden judicial. Esto ocurrió en una zona denominada
Marinacué, a pocos kilómetros de la ciudad de Curuguaty y a unos 250 kilómetros
de Asunción, en las cercanías de la frontera con Brasil.
El plan fue diseñado para derrocar al gobierno de Lugo, muy
desgastado a esa altura por la confrontación interna entre aliados, corrupción
galopante, y un control casi total de las entidades del gobierno por parte de
USAID, la agencia norteamericana de cooperación.
Los liberales, aliados de Lugo, encabezados por su presidente
y senador Blas Llano, juntamente a colorados y seguidores del general Lino
Oviedo, fraguaron el juicio político al presidente “por mal desempeño de
funciones”. Ocho días después de los hechos de Curuguaty, Lugo ya era
expresidente, fruto de la trama de un nuevo “golpe suave” (8)
Un elemento clave, tanto en la victoria como en la
destitución de Lugo, fue su propio director de Gabinete, el actual senador
Miguel López Perito. Este aspiraba sustituir a Lugo para el período
gubernamental 2013 – 2018, según declaraciones del actual senador Hugo Richer. (9)
11
López Perito contaba con el apoyo de
Conrado Pappalardo, el ex ceremonial de Estado del dictador Alfredo Stroessner
y bróker de David Rockeffeller en el Cono Sur americano. Como Lugo no prestó
atención a las sugerencias de Pappalardo, López Perito lo habría traicionado,
según Richer.
La trama conspiraticia fue atribuida a la oligarquía
terrateniente y sojera, a las transnacionales como Monsanto y a los políticos
corruptos, especialmente del Partido Liberal y a un grupo conjurado de la
izquierda, que se hicieron del control del Estado, tras echar a sus socios del
poder, al movimiento popular y al propio Lugo.
El mismo expresidente reconoció que en su entorno había tres
grupos pugnando permanentemente por acceder a más poder y dinero. "No fue
fácil hacer un gobierno con diversidad, con tantos intereses en juego. Lo peor
que aprendí en la vida es que tus colaboradores quieran boicotearte”, dijo
Lugo, quien identificó a tres grupos dentro de su gobierno, pugnando por
espacios de poder y dinero (10). Los tres grupos tenían afinidad con las
transnacionales graneleras y con la embajada de USA, de algún modo.
Un sector del Partido Colorado también tuvo activa
participación, ya que con el golpe parlamentario se fracturaba definitivamente
la Alianza Patriótica, dejando el camino despejado para el retorno de dicho
partido al poder, como ocurrió posteriormente, tras las elecciones de abril de
2013.
Uno de los terratenientes que reconcilió el sueño tras la
caída de Lugo fue el brasileño Tranquilo Favero, considerado “o rey da soya”,
por poseer un millón de hectáreas cultivadas con la oleaginosa y una poderosa
cadena de silos de acopio.
A inicios del 2012, unas 200 mil hectáreas ocupadas por
Favero y otros brasileños, propiedad del Estado Paraguayo, estaban a punto de
ser recuperadas por un poderoso movimiento campesino en la zona de Ñacunday,
departamento de Alto Paraná, a pocos kilómetros de la frontera con Brasil. Con
el cambio de gobierno, todo quedó sin efecto y Favero siguió expulsando a
campesinos de las tierras del Estado que él ocupa ilegalmente, con otros muchos
brasileños. 12
Un mes después del golpe de Estado ya
se cancelaba desde el gobierno de Franco el intento de recuperación de esas
tierras, que eran del Estado desde antes de la Guerra contra la Triple Alianza
de 1865 a 1870. (11)
La transnacional norteamericana Monsanto fue involucrada
igualmente en la trama de la destitución de Lugo (12). Monsanto es líder
en el agronegocio en Paraguay, juntamente a Cargill, ADM, Dow Agrosciences,
Louis Dreyfus, entre otros, que cuentan con varias decenas de empresas
satélites que operan en el agronegocio.
Monsanto desmintió públicamente en un comunicado su
involucramiento en la trama golpista desde San Paulo, Brasil, nota que remitieron
a la prensa y a varias organizaciones políticas y sociales, como el Movimiento
Sin Tierra del vecino país.
En ese comunicado, escrito en portugués, la transnacional
norteamericana dio detalles precisos de sus negocios en Paraguay, evidenciando
que quienes redactaron el documento remitieron los datos desde la oficina de
Monsanto en Paraguay.
Una denuncia reciente con relación al golpe de Estado en
Ucrania involucra a Cargill, otra megatransnacional del agronegocio con fuerte
presencia en Paraguay, cuya injerencia en los asuntos internos en las naciones
va en aumento. “Detrás del golpe de Estado en Ucrania, que alejó del poder a un
presidente elegido democráticamente, están los intereses económicos de
multinacionales como Cargill y Chevron, asegura el analista Joseph Sottile tras
una investigación propia. (13)
Las transnacionales del agronegocio y los terratenientes son
los más privilegiados en Paraguay, porque prácticamente no pagan impuestos.
De acuerdo a las estadísticas oficiales, en el año 2010 el
sector exportó por 1.800 millones de dólares, pero solo aportaron al fisco 50
millones de dólares, (3 % del total de los ingresos tributarios) según el
viceministro de Tributación del gobierno de Lugo, Gerónimo Bellasai (14) Los
impuestos que pagan son una burla al pueblo paraguayo. 13
Por otro lado, el 85 % del territorio
nacional está en manos del 2 % de los propietarios, según el Censo Agropecuario
Nacional, CAN, 2008. El impuesto inmobiliario rural recauda en torno a los
30.000 millones de guaraníes anuales, que cobran los municipios, que
representan el 0,04 % del PIB. Si se consideran las 30 mil hectáreas de tierras
arables, por el impuesto inmobiliario se paga tan solo 1.000 guaraníes por
hectárea, unos 20 centavos de dólares por hectárea.
En Santa Rita, departamento de Alto Paraná, por ejemplo, se
tributa en promedio 1.300 guaraníes por hectárea. Cada hectárea arroja una
rentabilidad promedio de 6.000 dólares anuales, equivalentes a 27 millones de
guaraníes, aproximadamente.
En un informe del Banco Mundial de 2007, uno de los
organismos de control económico y financiero mundial al servicio de las
potencias hegemónicas, para sorpresa de muchos investigadores, criticaba con
dureza el sistema tributario vigente sobre la tierra en Paraguay, en un documento
de más de 100 páginas.
Aun con este respaldo para iniciar una profunda reforma
tributaria sobre la tenencia de la tierra, para desalentar el latifundio,
redistribuir este preciado recurso a los campesinos y aumentar sustancialmente
los ingresos tributarios, nada se ha hecho hasta el presente.
En contraste, al paraíso fiscal que significa Paraguay para
las transnacionales y los terratenientes, la pobreza absoluta se mantiene en
torno al 20 por ciento desde el gobierno de Juan Carlos Wasmosy (1993-1998),
tras aplicarse las recetas neoliberales. La pobreza en general afecta al 40 por
ciento de la población.
Fascismo stronista
Con la destitución de Lugo el 22 de junio de 2012 a través de
una parodia de juicio político- cuyo artículo constitucional adrede no está 14
reglamentado por el Congreso - asumió
el vicepresidente, Federico Franco, quien era el primer liberal en asumir la
presidencia de la República después de 80 años, aproximadamente, de ausencia en
el poder.
Franco provenía de una familia, cuyo padre, Cástulo Franco,
también liberal, cohonestaba la dictadura de Alfredo Stroessner, cuando se
desempeñaba como parlamentario del régimen dictatorial (1954-1989).
Paraguay fue suspendido de todos los órganos de integración
de Sudamérica, como UNASUR y Mercosur. Franco sólo logró el reconocimiento a su
gobierno de Estados Unidos, Canadá, El Vaticano, entre otras pocas naciones
europeas, dejando ver un trazado de la línea de interés en este cambio de
gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, en un nuevo y evidente
intento por quebrar el proceso de integración en Latinoamérica y en especial en
Sudamérica.
Desarrolló un gobierno represivo, fascista, con un discurso
macartista que llegó a erizar de nuevo la piel de miles de paraguayos que sufrieron
persecución bajo el régimen dictatorial de Stroessner. Lo único que faltaba en
su corto gobierno de un año y tres meses era la tortura sistemática para que el
régimen de Franco se asemejara por completo a la dictadura de Stroessner.
La persecución ideológica fue feroz, en contra del chavismo,
el socialismo del siglo XXI y en contra de toda idea antisistema,
antiimperialista y/o democrática, acompañada y fogoneada por una prensa
dominada por antiguos aliados de Estados Unidos.
Las primeras medidas de su gobierno fueron claras:
Liberalización total de todas las semillas transgénicas, empezando por la
semilla de algodón Bollgard I de Monsanto. Inmediatamente después, el 20 de
agosto de 2012, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, donde seguía como ministro
Enzo Cardozo - uno de los liberales corruptos que acompañó el cambio de
gobierno, siendo ministro de Lugo - liberó por decreto, con la firma de
Federico Franco, otra semilla de algodón doblemente transgénico, el Bollgard BT
y RR, o apilado, como lo denominan los genetistas.
Franco ridiculizaba a los campesinos cuando afirmó en una
ocasión que los pequeños productores volverán a ganar mucho dinero gracias al
algodón 15
transgénico y que tendrán la
oportunidad de adquirir hasta televisores de plasma.
A tal punto llegaba su defensa de las semillas transgénicas
cuando en una ocasión Franco arrebató el micrófono, en plena homilía, al obispo
de los departamentos de Misiones y de Ñeembucú, monseñor Mario Melanio Medina,
quien criticaba el desenfrenado interés del gobierno por el uso de las semillas
transgénicas, sin siquiera medir las consecuencias para el país. (15)
Esta semilla de algodón BT y RR se liberó sin ninguna prueba
de campo, transgrediendo la legislación sobre bioseguridad, supuestamente porque
había urgencia por contar con simientes para la zafra algodonera 2012-2013,
ante la falta de semillas.
Seis meses después, los campesinos que cultivaron unas 30 mil
hectáreas, lamentaban haber sembrado la semilla de Monsanto, porque resultó en
un fracaso, con grandes pérdidas para el sector. Sus defensores, argumentaron
que los campesinos no sabían utilizar una herramienta moderna de producción,
como son presuntamente las semillas transgénica. (16)
El 24 de agosto de 2012, el gobierno de Franco liberó para su
cultivo cuatro variedades de maíz transgénico. Las transnacionales beneficiadas
fueron Monsanto, Dow Agrosciences, Dow Chemical y Singenta. Después de la soja
transgénica, el principal cultivo de agroexportación es el maíz, como cultivo
de rotación del primero.
Con estas medidas, era más que evidente el gran interés de
las transnacionales del agronegocio por el cambio de gobierno, especialmente
Monsanto, la más beneficiada con todas estas medidas del gobierno de Franco.
Quedaban para su aprobación inmediata otras 12 variedades de semillas
transgénicas de diferentes especies.
Intento de quebrar la integración
El gobierno de Franco promovió abiertamente la confrontación
con toda la región, en especial con el Mercosur, acompañado por el Congreso que
lo instaló en el gobierno. Invariablemente, los gobiernos que no le apoyaban en
16
la región, la inmensa mayoría, eran
acusados de chavistas u alineados al Socialismo del Siglo XXI.
La ministra de defensa de Franco, Liz García de Arnold,
estimuló la guerra en la región, al señalar en una entrevista que “no se
descartaba una nueva guerra en la región”, aludiendo como objetivo a Bolivia. (17).
“Están empujando a situaciones diferentes, desconociendo una ya larga
tradición de amistad, de intercambio entre nuestros pueblos, sin compasión del
pasado nefasto de las dos guerras muy devastadoras que nos enfrentaron en
condiciones completamente desiguales, lo cual no ha disuadido ni con un atisbo
de duda para que el noble soldado paraguayo defienda la dignidad del Paraguay
hasta el último hálito de su existencia. Hoy, en tiempos de paz, estos
presidentes (por Cristina Kirchner, Dilma Rousseff, José Mujica, Evo Morales y
Hugo Chávez) no tienen altura para respetar a una nación que convive al lado de
ellos”, dijo.
La ministra de Franco fue pillada meses después haber
falsificado su título universitario de doctora en defensa, denunciada por una
universidad del Brasil.
Una vez más, pareciera que la intención era instalar desde
Paraguay el ánimo de belicosidad fratricida que alientan generalmente los
imperios para dividir a los pueblos, como ocurriera en la Guerra Contra la
Triple Alianza de 1870, genocidio acicateado por el imperio británico, hoy
reprisado por el imperialismo norteamericano y sus socios europeos en diferentes
puntos del mundo.
La pesadilla del gobierno de Franco fue la reacción de los
demás miembros del Mercosur (Brasil, Argentina y Uruguay) que suspendieron al
Paraguay e integraron simultáneamente a Venezuela como socio pleno. Resulta que
el congreso paraguayo ya llevaba 6 años de rechazo al ingreso de Venezuela al
Mercosur, por considerar que el presidente Hugo Chávez era un dictador,
interpretación que dejaba en ridículo a los parlamentarios de los demás países
socios del Mercosur, que ya habían votado hacía mucho tiempo la inclusión de
Venezuela.
En ese mismo sentido, en la Cámara de Diputados se planeó la
posibilidad de instalar una base militar permanente de los Estados Unidos en 17
el Chaco paraguayo, en el corazón
mismo de América del Sur, con posibilidades de monitorear y controlar vastas
zonas de Bolivia, el Centro Oeste de la Amazonia y todo el norte de Argentina y
Chile.
“Los diputados Édgar Ortiz (liberal) y Víctor Yambay
(colorado) están en total desacuerdo con el plan de comprar armas. Como
alternativa, sugieren pedir la cooperación del Gobierno de los Estados Unidos
para que instalen una base militar en el Chaco, y evitar así el gasto de USD
568 millones, que pidieron para reequipar las instituciones castrenses”. (18).
En ese mismo escenario, el diputado José López Chávez dijo que Paraguay no
tenía alternativa: "o te casás con el loco de (Hugo) Chávez, o te casás
con los norteamericanos".
La alianza monopólica mundial del capital
Apenas asumió el gobierno, Federico Franco puso su mirada
hacía el Pacífico. Era otra estela dibujada, en el sentido de cual fue uno de
los objetivos de quebrantar el proceso democrático paraguayo. Amenazantes,
todos los días los voceros del gobierno emitían mensajes de adhesión a la
Alianza del Pacífico y la renuncia definitiva al Mercosur.
Paraguay se convirtió en observador de esta Alianza, al igual
que Uruguay, dos naciones descontentas con el trato que le dan los socios
mayores del Mercosur, Brasil y Argentina. Uruguay por cuestiones comerciales y
Paraguay porque fue suspendido, tras la destitución de Lugo, considerado como
golpe de Estado parlamentario.
La Alianza del Pacífico es un bloque comercial integrado por
México, Colombia, Perú y Chile y está catalogado por muchos analistas y
observadores internacionales como el resurgimiento del ALCA (Área de Libre
Comercio de las Américas) impulsado por Estados Unidos en la década del 90 para
reunir en un solo bloque comercial y bajo su liderazgo a todas las naciones de
América. El proyecto fue abortado en 2005, mediante una vigorosa campaña de
Hugo Chávez, apoyado por otros presidentes latinoamericanos.
“La Alianza del Pacífico se sostiene en pactos políticos,
militares y económicos tácitos no divulgados, como opositora y contrapeso de la
integración suramericana y su protagonismo… Después del fracaso del 18
Consenso de Washington, de las
políticas neoliberales, de un ALCA que nunca se concretó, de los tardíos
tratados bilaterales, se consolida la Alianza del Pacífico… con una población
de 212 millones de habitantes, 35% del PIB de América Latina, lo que la
posiciona como la octava economía del mundo”. Miranda, 2013. (19)
Con la incorporación de Venezuela al Mercosur, el bloque pasó
a ser la quinta economía del mundo, con 274 millones de habitantes con un PIB
de 3 trillones de dólares, 52% del PIB latinoamericano y actualmente negocia el
posible ingreso de Bolivia y Ecuador, según Miranda.
De este modo, Estados Unidos, que tutela a la Alianza del
Pacífico entabla una nueva y formidable disputa por mantener su hegemonía plena
en el sur del continente, teniendo en cuenta que los países que componen dicho
acuerdo comercial también tienen tratados bilaterales de libre comercio con el
país del Norte.
Pero los planes imperiales, transnacionales, son globales,
planetarios, de meta control de toda la humanidad. En ese campo se desarrolla
la teoría de Zbigniew Brzezinski, el estratega estadounidense que a pesar de su
edad sigue siendo uno de los iluminadores de los Estados Unidos. En su libro
“El Gran Tablero Mundial”, Brzezinski señala que Washington “debe gestionar el
ascenso de otras potencias regionales y que éstas no supongan una amenaza”
Tal sería el papel de la Alianza del Pacífico que está
intrínsecamente relacionada con la Trans-Pacific Partnership - TPP, la Asociación
Transpacífica. Esta es otra iniciativa, ambiciosa y cuasi secreta de Estados
Unidos para el Oriente - rodeando a China, competidor directo de Estados Unidos
como la primera potencia económica mundial - que incluye a Australia, Brunei,
Chile, Malasia, Nueva Zelandia, Perú, Singapur, Vietnam, y eventualmente
Canadá, México y Japón.
Para que la Asociación Transpacífica vaya progresando,
Estados Unidos debe fortalecer la Alianza del Pacífico, a expensa del Mercosur,
la Unasur y Celac, todos proyectos de unidad latinoamericanos que escapan al
control directo de Estados Unidos. Por lo tanto, toda nación no alineada al 19
gran proyecto de dominación mundial,
tendrán que asumir las consecuencias, como le ocurre a Venezuela en la
actualidad y a tantas otras naciones del mundo, más aún si son ricas en fuentes
energéticas.
Pero el poder hegemónico mundial, transnacional, no solo está
dando zarpazos en el Pacífico y Asia Oriental, sino también en Euroasia.
Respaldado por sus socios de la Alianza del Pacífico y de la Asociación
Transpacífica, Estados Unidos se presenta ante Europa como el Leviatán de todos
los mares para amarrar aún más al viejo continente a los designios de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, integrado por la mayoría de
las naciones europeas.
Lo que en estos momentos ocurre en Ucrania, es clave para
acorralar a Rusia y al mismo tiempo aumentar en todas las áreas la dependencia
europea con relación a Estados Unidos, que empezó con la destrucción de
Yugoeslavia en la década del 90 (20) y avanzar decidido con la
Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en
inglés).
Esta Asociación pretende ser el área de libre comercio más
grande de toda la historia, encabezada por Estados Unidos, más los países del
Pacífico (Alianza del Pacífico y la Asociación Transpacífico) y sus aliados
europeos, para confrontar más decididamente a China, Rusia y otras naciones emergentes
que retan la hegemonía norteamericana.
A Estados Unidos le impacienta centralmente el pick oil o el
inicio del final de la era del petróleo. Por lo tanto, toda nación con grandes
reservas petrolíferas es objeto de especial atención y/o agresión y conquista,
tales como Irak, Libia, Venezuela... En esa misma línea se hallan otras
materias primas, especialmente los commodities, como los productos agrícolas,
la minería, las fuentes de agua dulce, etc.
En la cúspide, el gran negocio especulativo de las
transnacionales del sector financiero – cuyo corazón se halla en Wall Street -
piedra angular del capitalismo expansivo y monopólico, que en el 2008, año de
la explosión de la crisis de Estados Unidos, los productos derivados
financieros o parasitismo financiero, superaban en 11 veces más el producto
bruto mundial. 20
En ese contexto se desarrollan las
guerras de conquistas, los golpes de estados, maquinaciones de todo tipo contra
cualquier nación que se opone a los planes imperiales de Estados Unidos.
“El ataque actual (a Ucrania) se sitúa, en realidad, en
concordancia con el realizado en el año 2010 contra el euro, a sabiendas de que
la ruptura de la moneda común, y dada la imposibilidad técnica para volver a
las monedas nacionales, Europa se encontraría automáticamente en la zona del
dólar. Esa vez, Europa resistió y salvó su moneda al precio de un
debilitamiento enorme, particularmente político”, señala el boletín de marzo de
2014 del Laboratorio Europeo de Anticipación Política, LEAP. Agrega que con la
Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, Estados Unidos “crearía una
gran zona enorme de libre comercio UE-EEUU y anexionaría categóricamente Europa
a zona del dólar”
LEAP resalta que “todavía no hemos visto nada de lo que
Washington y Bruselas son capaces de hacer en este dominio. La crisis ucraniana
ha sido activada probablemente para otra cosa que no sea, in fine, obligarnos a
comprar el gas de esquisto estadounidense, firmar TTIP (sin el cual ese gas no
puede ser vendido en Europa) para justificar un nuevo aumento del militar
estadounidense-otanesco, gracias a la reactivación de una guerra fría entre
occidente y emergentes (con un detalle, en esta ocasión Occidente estará del
lado equivocado de la Cortina de Hierro)”.
A la postre, lo que Estados Unidos con sus transnacionales
pretenden es que nuestras naciones – las latinoamericanas y muchas otras del
mundo - no se desarrollen para mantenernos como proveedores de materia prima,
como ocurre sempiterna y tan descarnadamente en Paraguay y casi en todas las
naciones de nuestro subcontinente.
Para ese efecto, primero se firman los tratados de libre
comercio bilaterales, como viene ocurriendo con varias naciones de América
Latina; luego se fomentan las alianzas y asociaciones de libre comercio, para
penetrar en la médula de las fuentes de nuestros recursos naturales. Los países
que resisten, afrontan los golpes de estado, guerras de secesión o directamente
la agresión militar de la OTAN, entre otras medidas de tipo colonialista, como 21
las famosas sanciones que Washington
impone cual padre severo castiga a sus hijos.
El político y diplomático brasileño Samuel Pinheiro
Guimarães, en un diagnóstico de 23 puntos, publicado en julio de 2013, señala
que el problema central es que Estados Unidos y las naciones industrializadas
de Europa se oponen al desarrollo de nuestras naciones. “Todas las noticias
sobre el Mercosur, la Alianza del Pacífico, la Asociación Transpacífica y China
tiene que ver con una lucha ideológica entre dos concepciones de política de
desarrollo económico y social. La primera de estas concepciones afirma que el
principal obstáculo al crecimiento y al desarrollo es la acción del Estado en
la economía”, destaca.
Bajo esa premisa, las potencias industrializadas promueven la
liberalización total de nuestras economías, sin intervención del Estado,
actualmente mediante las recetas neoliberales, a los efectos de asegurarse la
provisión, barata, de nuestros recursos. Sin embargo, esas mismas naciones se
recostaron y se siguen apoyando en sus respectivos estados para desarrollar y
proteger sus industrias, sus agriculturas y sus economías en conjunto, con
medidas altamente proteccionistas ejecutadas por esos poderosos estados.
“La estrategia americana ha tenido como resultado, sino como
objetivo expreso, impedir la integración de América del Sur y desintegrar el
Mercosur a través de la negociación de acuerdos bilaterales, incorporando
Estado por Estado en el área económica americana, sin barreras a las
exportaciones y capitales americanos y con la consolidación legal de políticas
económicas internas…”, agrega Pinheiro Guimarães.
En la ejecución de este objetivo, de alinear económica, y por
consiguiente políticamente, a toda América Latina, bajo su bandera, cuentan con
la ayuda de los grupos internos de interés en cada país que, habiendo apoyado
el ALCA en el pasado, ahora apoyan la negociación de acuerdos bilaterales o la
aproximación con asociaciones de países, tales como la Alianza del Pacífico,
que reúne a países sudamericanos más México, que celebraron acuerdos de libre
comercio con los EE.UU, destaca con precisión el citado político del Brasil. 22
Paraguay neoliberal
Paraguay no tiene petróleo, tampoco figura en el mapa del
gran tablero geopolítico mundial. Sin embargo, tiene un papel a la medida de
los intereses de las corporaciones que mueven sus piezas en Sudamérica, para
desarticular proyectos de unidad de los pueblos y al mismo tiempo fortalecer
las alianzas comerciales, para robustecer aun más el extractivismo y el saqueo
de las riquezas naturales.
En este contexto, el papel de Paraguay, con gobierno
conservador, es la de trabar los proyectos de unidad de los pueblos y en
contrapartida se promueve el libre comercio con bloques de naciones que tienen
tratados bilaterales para el comercio y provisión de materia prima a las
transnacionales. En esa dirección apuntó primero Federico Franco y ahora
Horacio Cartes.
El gobierno de Cartes dio pasos gigantescos hacía uno y otro
lado en pocos meses. Logró en pocos meses de su gobierno el voto mayoritario
del Congreso a favor del ingreso de Venezuela al Mercosur, negado desde hacía
seis años por ese mismo Congreso que destituyó a Lugo y, luego, meses después,
tras el juicio político a Lugo en agosto de 2012, votó por el rechazo del
ingreso a Venezuela. Cartes logró torcer el brazo a ese Parlamento.
Sin embargo, en paralelo se promulgó y se sancionó, a inicios
de su gobierno, la Ley de Promoción de la Inversión en Infraestructura Pública
y Ampliación y Mejoramiento de los Bienes y Servicios a Cargo del Estado.
Esta Ley, conocida comúnmente como de la Alianza Pública
Privada, vigente en varios países en el marco de los acuerdos bilaterales con
Estados Unidos, le da amplia potestad al presidente de la República para
privatizar y concesionar los bienes del Estado, mediante simples decretos.
El Congreso, en esta Ley, renuncia a intervenir en cualquier
proceso de inversión en que el Estado asume todos los riesgos, aún cuando las
empresas privadas pierdan dinero por inoperancia y corrupción. Tampoco el Poder
Judicial podrá dirimir en estos asuntos, ya que los litigios apelarán al
“arbitraje”. 23
Cartes logró la modificación de la
Ley de Seguridad Nacional, con la cual el Presidente de la República puede
ordenar, sin autorización del Congreso, movilizar las tropas del Ejército para
la seguridad interna, como en los tiempos de la Doctrina de Seguridad Nacional,
en que los militares operaban en contra de sus propios compatriotas.
Previamente, con estas leyes en ciernes, algunas embrionarias
y otras a ser modificadas, Cartes fue a ofrecer en Nueva York las posibilidades
de inversión en Paraguay. El 25 de setiembre de 2013 se reunió con ejecutivos
del Goldman Sachs, ícono financiero del capitalismo oligopólico mundial.
En la ocasión, los potenciales inversionistas preguntaron
sobre la salud de la economía paraguaya y sobre todo respecto a la ley de
alianza público-privada, que consideran una herramienta fundamental para que
los capitales lleguen a nuestro país (21).
Según datos oficiosos, en la ocasión se conversó sobre la
posibilidad de un préstamo a Paraguay por 32.000 millones de dólares, a ser
canalizado a través del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, para
apoyar las “inversiones” en el marco de la ley de la alianza pública privada.
Cartes también conversó en la oportunidad con banqueros del
CityGroup en sus oficinas en Wall Street. En otra reunión, con empresarios de
la Sociedad de las Américas y el Consejo de los Américas, el presidente
prometió que “los impuestos nunca serán altos”, asegurando que la ganga
consiste en una tasa impositiva que “esperemos que nunca exceda el 10 por
ciento; el Impuesto al Valor Agregado (IVA) no más del 10 por ciento; el
Impuesto a las Ganancias 10 por ciento también; lo mismo que el Impuesto a la
Renta Personal” (22).
Concomitante con esa línea, el Congreso sancionó una ley de
generalización del IVA, un impuesto indirecto que constituye más del 50 % de
los ingresos tributarios del Paraguay, aportado por los consumidores. Con esta
modificación de la ley tributaria, las transnacionales, los terratenientes y
sojeros en general, lograron nuevamente esquivar pagar un impuesto directo por
la exportación de granos de soja, tal como ocurre en Brasil, Argentina y otras
naciones productoras de la oleaginosa. 24
¿Guerra con Brasil?
El presidente Cartes mantiene fuertes vínculos con el
conservadurismo brasileño, que impulsa la penetración de colonos brasileños en
territorio paraguayo, con el florecimiento de negocios de todo tipo, en ancas
de las transnacionales como Monsanto, Cargill, ADM, entre otros, que promueven
el cultivo de la soja y otros productos.
A tal punto llega su afinidad con los empresarios brasileños
que en un foro reciente instó a empresarios del vecino país a “usar y abusar”
del Paraguay. “Quiero que ustedes se sientan en casa; más allá de lo
protocolar, voy a repetir lo que ya dije: usen y abusen de Paraguay, porque la
verdad es un momento para mí increíble de oportunidades y aquí van a sentirse
en casa porque están en su casa” (23)
Cartes dijo esto y mucho más en presencia del embajador José
Martins y el director brasileño de Itaipú Jorge Samek. No se comprende bien si
se dirigía al Brasil oficial, que lucha por la construcción de un bloque
regional independiente a los Estados Unidos, o al Brasil empresarial
emparentado con las transnacionales, que promueven la desintegración del
Mercosur, Unasur y Celac, en apoyo a la Alianza del Pacífico, más precisamente
a los planes de los Estados Unidos.
Expresó también que “si fuera de alguna utilidad, el río es
de ustedes, la tierra es de ustedes, el país es de ustedes. Los invito de
corazón, vamos a trabajar juntos porque a pesar de ser países diferentes vamos
a ser un mismo país porque los intereses son comunes”.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación, FAO, diez millones de hectáreas – el 25 por
ciento del territorio nacional - de las mejores tierras se hallan en manos de
empresas extranjeras, a costa de la extinción de cientos de comunidades indígenas
y campesinas. (24)
El sociólogo Marcos Glauser, a través de una exhaustiva
investigación, concluyó que el 19,4 por ciento del territorio paraguayo está en
manos de 25
extranjeros. Representan unas
7.708.000 hectáreas, de las cuales 4.792.528 hectáreas corresponden a
brasileños. La investigación se desarrolló en 2009. (25).
De esa superficie que se halla en manos de brasileños, sobre
todo en la frontera Este de la Región Oriental, 1.000.000 de hectáreas son de
propiedad del empresario agrosojero Tranquilo Favero, quien en una ocasión
manifestó que al campesino paraguayo es un haragán y que debe ser golpeado como
la mujer de un bandido.
El paraguayo va odiando lentamente a los colonos brasileños,
especialmente los campesinos. En el subconsciente del paraguayo medio subyace
el genocidio de la Guerra de 1865-1870, conocida como la Guerra contra la
Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay). Con la pérdida territorial que
sufren miles de campesinos e indígenas ante la penetración brasileña, acicateada
por las transnacionales del agronegocio, el odio hacia los brasileños va
creciendo.
Si Brasil sigue en la línea del BRICS (Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica), construyendo un mundo multipolar a pesar de Estados Unidos,
sosteniendo al MERCOSUR, UNASUR y apoyando a Venezuela y al resto de los países
de la Comunidad Económica de Latinoamérica y el Caribe, CELAC, con seguridad la
CIA, la Central de Inteligencia de Americana, está teniendo mucho trabajo con
los campesinos paraguayos, sean de derecha ó izquierda, para declarar la guerra
al “imperialismo” brasileño. Algunos medios de comunicación, aliados de Estados
Unidos, hace tiempo vienen hablando del “imperialismo” brasileño.
Es un trabajo exquisito para los organismos de inteligencia
de Estados Unidos para traer la guerra en el corazón de Sudamérica, para tratar
de quebrantar el Mercosur y la Unasur, o cualquier proyecto de unidad de los
pueblos latinoamericanos, y seguir ganando terreno en la guerra de dividir al
mundo.
Hace unos años atrás, el analista del Miami Herald, Andrés
Oppenheimer, ya adelantaba premonitoriamente lo que podría ocurrir en Paraguay.
"Estados Unidos y los vecinos sudamericanos de Paraguay pronto tendrán más
motivos de preocupación por las vastas regiones sin ley que existen en ese
país, utilizadas como centros de operaciones de traficantes de 26
armas y de drogas y grupos de apoyo
de los terroristas del Hizbollah", según un fragmento de su artículo,
publicado por un medio local. (26)
Estados Unidos, a través de la USAID, tiene decenas de
proyectos en desarrollo y por desarrollar con Paraguay, tanto en el sector
urbano como rural, en especial con las instituciones públicas. “La cooperación
de Estados Unidos en materia de defensa con el Paraguay continuará e incluso
aumentará, anunció ayer el contralmirante George W. Ballance, director de
Cooperación en Seguridad del Comando Sur de los EE.UU., tras reunirse con el
ministro del Defensa, Bernardino Soto”. (27)
A la luz de los acontecimientos de Crimea, en los días de
marzo corrió una falsa información en Paraguay que los colonos brasileños,
estimados en más de 300.000 habitantes que ocupan el Este de la Región Oriental
del Paraguay, promoverán supuestamente la independencia de esa región y la
anexión al Brasil. Las respuestas vigorosas en las redes sociales no se
hicieron esperar, enardeciendo el nacionalismo y la “garra guaraní” para
expulsar a los brasileños del territorio nacional.
El combustible está expuesto, solo es cuestión de echarle
fuego.
El presidente Cartes fue investigado por organismos de
seguridad de los Estados Unidos, según publicaciones de la prensa. “La
Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (DEA, por su sigla en
inglés) se infiltró en las redes de lavado de dinero de Horacio Cartes. Estados
Unidos indica que el líder del movimiento “Honor Colorado” encabeza una
organización que lava grandes cantidades de la moneda estadounidense generadas
a través “de medios ilícitos” incluyendo venta de narcóticos desde la Triple
Frontera a los Estados Unidos” (28)
El diario ABC aseguraba reproducir un cable diplomático
publicado por el medio alternativo WikiLeaks el 5 de enero de de 2010, entre
muchos otros, que comprometen la honorabilidad y credibilidad del presidente.
Cartes ha mostrado fidelidad hasta el presente tanto al
Brasil como a Estados Unidos. Teniendo en cuenta las publicaciones, el
mandatario paraguayo es altamente susceptible al chantaje, tal como acostumbra
la diplomacia norteamericana, para obtener apoyo a sus planes y proyectos 27
geopolíticos, así como para sus
transnacionales. En una situación como la descrita ¿seguirá siendo fiel al
Brasil, también?
Por fortuna, en la actualidad gobierna el Brasil una élite
política progresista que debería desactivar esta bomba de tiempo junto a
sectores democráticos del Paraguay, tratando de dar una solución al gravísimo
problema de la expulsión de campesinos paraguayos e indígenas de sus tierras,
para dar paso a la soja transgénica de Monsanto que cultivan preferentemente
los brasileños.
Además, se debería revisar y hacer justicia respecto al
genocidio de la Guerra del 70, como acto fundamental de integración hermanada
de los pueblos, para borrar definitivamente ese resentimiento atávico, como una
respuesta vigorosa al intento de anexión de nuestras naciones por parte de
acuerdos y alianzas que solo tienen como paradigma al fundamentalismo del
mercado.
Las transnacionales son capaces de provocar más guerras entre
vecinos y hermanos, como ocurre en Ucrania, intentan en Venezuela, intentaron
en Bolivia con una guerra de secesión, entre otros. De los pueblos de
Latinoamérica, que sufren por igual este castigo proveniente de la codicia de
las transnacionales, dependen poner freno a la angurria del gran capital, para
evitar más dolor y muerte, construyendo fraternidad y prosperidad en la inmensa
nación de América Latina.
Referencias
1- El Predador. Horacio Verbitsky, Diario Página 12, 5-04-09
2- Primer motivo de rearme boliviano sería Paraguay. Diario
Abc Color, 21- 03- 11. Ecos de los reportes de WekeLeaks.
3- Lugo y Uribe firman un acuerdo para combatir el secuestro
en el país. Diario Abc Color. 30-09-2008.
28
4- Álvaro Uribe aplaudió a Paraguay por frenar avance del
chavismo-castrista. Diario Última Hora. 28-02-2013.
5- El EPP no será obstáculo para realizar programas, dice
Ayalde. Diario Última Hora. 27-08-10
6- Investigación en Paraguay: el papel de los Estados Unidos
en la caída de Lugo. Por Natalia Viana, El Puerco Espín, 7-02-13
7- Las políticas de lucha contra la pobreza no son nuevas. A
raíz de la derrota en Vietnam, Robert McNamara, que fue presidente de la Ford y
luego ministro de defensa de los Estados Unidos, fue el que diseñó el
asistencialismo en nombre del imperialismo norteamericano. Después de la Guerra
de Vietnam, McNamara fue durante años presidente del Banco Mundial e inventó el
combate a la pobreza, diciendo: “si no combatimos ciertos niveles extremos de
pobreza, nunca ganaremos”. Por eso las políticas sociales siguen siendo
políticas compensatorias y facilitan la acumulación a través del extractivismo,
acumulación por despojo, por robo de los bienes comunes, de mano de las
transnacionales, prohijadas por Estados Unidos y los países que integran la
Comisión Trilateral.
8- El politólogo y filósofo norteamericano Gene Sharp publicó
el libro De la Dictadura a la Democracia, un sistema conceptual para la
liberación, trabajo que pretende ser una guía para instalar gobiernos liberales
en sustitución de gobiernos no amigables con las grandes corporaciones
mundiales, aunque dichos gobiernos hayan sido elegidos por el pueblo. El libro
de Sharp propone sustituir los tanques por mentiras para derribar a un
gobierno.
9- En FG creen que López Perito se vengó de Lugo. Diario
Última Hora. 10-04-13.
10- Lugo admite que tres poderes paralelos desgastaron su
gestión. Diario Última Hora. 8-04-13.
11- Indert considera inviable la mensura de Ñacunday. Diario
Abc Color 26-07- 12.
29
12- Monsanto golpea en Paraguay: Los hechos de Curuguaty y el
juicio político a Lugo. Rebelión. 21-06-12.
13- Multinacionales podrían haber patrocinado el “Euromaidán”
en interés propio. RT. 20-03-14.
14- Para fisco, agroexportadores no tributaron US$ 54
millones. Diario Última Hora. 23-03-11.
15- Franco interrumpe homilía para responder a críticas de
obispo sobre semillas transgénicas. Diario Última Hora. 6-09-12.
16- Producción textil cae en un 50 %. Diario Abc Color.
17-05-13
17- No se puede descartar una nueva guerra en la región de
Mercosur. Diario Abc Color. 19- 08- 12.
18- Plantean como salida instalar una base militar de EE.UU.
Diario Ultima Hora. 5 -09- 12.
19- Detrás de la Alianza. Beatriz Miranda. Diario El
Espectador, Colombia. 22-05-23.
20- Michel Collon: La guerra contra Yugoslavia fue el anuncio
de una guerra no declarada contra Rusia. RT. 27-03-14
21- Mandatario se reunió con inversores de élite. Diario Abc
Color. 26 -09-13.
22- Impuestos para multinacionales en Paraguay nunca serán
altos, Cartes. Sur 1810. 24-09-13.
23- Cartes propone a empresarios del Brasil “usar y abusar
del Paraguay. Abc Color. 18-02-14.
24- Unas 10 millones de hectáreas están en manos de
empresarios foráneos. Diario Última Hora. 15-11-12.
30
25- Extranjerización del Territorio Paraguayo. Marcos
Glauser. BASE IS, Rosa Luxemburgo, Asunción. 2009.
26- Paraguay el país famoso por nada. Andrés Oppenheimer. Abc
Color. 26.04.08.
27- EE.UU asegura aumento de cooperación militar. Diario Abc
Color. 21-02-14.
28- EE.UU. investigó a Cartes por lavado dinero proveniente
de drogas, según WikiLeaks. ABC. 28-10-11.
(*) Organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales, CLACSO, grupos de trabajo de Integración y Unidad Latinoamericana y
Caribeña y Estudios sobre Estados Unido. Instituto de Altos Estudios Nacionales
de Ecuador.
(**) Periodista e investigador
Marzo de 2014
Fuente:
Publicado en Rebelion.Org