jueves, 30 de octubre de 2014

Mensaje de los movimientos sociales al Papa: MEDIO AMBIENTE

Vía Campesina. Org 


Somos pueblos, comunidades y organizaciones altamente diversas. Representamos distintas culturas, visiones de mundo, formas de trabajo, visiones y convicciones políticas y religiosas, pero nos unen nuestros sueños y nuestras luchas por seguir siendo mujeres y hombres solidarios, por seguir existiendo como pueblos originarios, campesinos, afro-descendientes, criadores, recolectores, pastores, pescadores, como habitantes y productores del campo y la ciudad.  Queremos seguir alimentando a la humanidad y sostener con nuestras economías solidarias la vida de todos y que la Madre Tierra sea cuidada mientras obtenemos de ella el sustento.

Hoy el planeta está siendo destruido por una ínfima minoría, que con un modelo de producción y consumo que prioriza el lucro antes que la vida, está devastando el planeta y las formas de vida y culturas que lo sostienen. El cambio climático que ha producido este modelo y esa minoría está amenazando al existencia de la Tierra y todos los seres vivos, incluidos los humanos.
Ante estos procesos de destrucción del medio ambiente y la vida que hoy sufrimos debido a:
·      El avance de los monocultivos
·      El uso cada vez mayor de agrotóxicos
·      La contaminación, agotamiento y privatización del agua y de los bienes naturales
·      El patentamiento de la vida y los cultivos transgénicos
·      Los tala de bosques, los procesos de deforestación para instalar monocultivos, proyectos de desarrollo inmobiliario y otros mega proyectos
·      La expansión de formas de producción industrial que maximizan el lucro y provocan el cambio climático
·      La expansión de la minería sobre territorios y fuentes de agua y biodiversidad necesarias para nuestras vidas
Esperamos de la Iglesia una defensa clara de la vida en su conjunto y de las bases de toda la existencia, que debiera incluir:
·      La defensa de la permanencia de los pueblos del campo en sus territorios y de la agricultura campesina y otras formas de producción de los pueblos como base de nuestra alimentación
·      Llamar a detener los graves impactos sociales y ambientales de la minería, la deforestación y otras industrias contaminantes y abogar por su control.
·      Un rechazo claro a los organismos y cultivos transgénicos y sus efectos. Nos preocupa profundamente lo que ha sido hasta ahora la posición de la Iglesia. Esperamos que la Iglesia comprenda que los transgénicos son un peligro grave y que sus promesas de mayor productividad y de terminar con el hambre no tienen base económica, ni científica ni biológica.
·      Pronunciarse contra el patentamiento y manipulación de todos los seres vivos.
·      Rechazar la privatización del agua, la tierra, las semillas y los bienes naturales
·      Rechazar las falsas “soluciones” frente al cambio climático, como la energía nuclear, las mega-represas, la geoingeniería y los mercados de carbono. Nos preocupa además lo que escuchamos de un miembro de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, quien sugirió que el calentamiento global es responsabilidad de los más pobres del planeta.

Mensaje de los movimientos sociales al Papa: TIERRA

Vía campesina. Org 

Somos los y las hijas de la tierra, somos de los colores y olores de nuestra madre tierra.
Somos hombres y mujeres que trabajamos en la tierra, vivimos de nuestro trabajo, somos responsables de un 70% de los alimentos del planeta con sólo un  24% de la tierra. Cuidamos  de la biodiversidad como nos han enseñado los sabios y sabias de nuestros pueblos y así enseñamos a nuestros hijos e hijas.

Desde nuestras organizaciones trabajamos por que  se reconozca a las mujeres y jóvenes en sus muchos aportes a la agricultura y la alimentación, que es  una cultura humana global.
 Además, luchamos contra las amenazas del poder económico transnacional,  que pretende acaparar nuestros territorios de vida colectiva, que nos mata, nos persigue  con sus leyes dictatoriales privatizadoras, nos desaloja, criminaliza, para imponer sus monocultivos transgénicos  y mega-minerías, contamina aguas y ríos, usando también sus fuerzas mediáticas, militar y para militar violando los derechos humanos en nuestros territorios negro, originarios, campesinos y urbanos.
La energía de nuestros ancestros, de lideres espirituales, nos sigan acompañando con nuestra decidida acción de lucha contra el latifundio,  para desconcentrar la tierra y redistribuirla,  para producir mas alimentos sanos y diversos para los pueblos y poder lograr, una tarea pendiente de la humanidad, que es Reforma agraria integral y popular.
Es necesario democratizar la tierra con reforma agraria popular y cumpla la función social para garantizar hoy seguridad y soberanía alimentaria y laboral a las futuras generaciones; El acceso a la tierra y al conjunto de bienes que hacen parte de la identidad de los sujetos sociales, económicos y políticos, es parte del reconocimiento que debe existir hacia los pueblos del campo por su labor insustituible. Tal reconocimiento debe hacerse en base al respeto a las formas de vida de los pueblos, acabando con todas las reglas discriminatorias, racistas y excluyentes que hoy impone el neoliberalismo.
Reconocernos con la iglesia católica en la diferencia de razón social, en formas de funcionamiento orgánico.
¡ seguiremos tansformando y construyendo con poder popular, por tierra mujeres y hombres libres!

¿Por qué El Vaticano reúne a “los movimientos populares” del mundo?







El Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Papa Francisco I, organizado por El Vaticano (mediante el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, en coordinación con la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales), en Roma, los días 27 al 29 de octubre del presente año, genera expectativas y celebraciones espontáneas en la parte occidental del planeta.
En su discurso de saludo, el Papa acogió a representantes de las diferentes organizaciones sociales, en los siguientes términos: “Este encuentro de Movimientos Populares es un signo, es un gran signo. Vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia (…), una realidad muchas veces silenciada.” Además, reiteró los tres temas centrales que motivan al Vaticano a reunirse con los movimientos populares: El acaparamiento inmoral de tierras por unos pocos, creciente población mundial sin techo, y la población (en especial juvenil) desempleada. “El mundo se ha olvidado de Dios que es Padre. Se ha vuelto huérfano, (….)”, concluyo su discurso el Papa ante un auditorio emotivo. Denunció la depredación del planeta, la explotación laboral y la especulación financiera.
El mensaje está por demás claro. En un sistema-mundo-occidental-cristiano en múltiples crisis simultaneas se debe intentar todo. La crisis de sentido genera un desbande caótico en el redil. Se fueron los obreros, luego las mujeres, nos salimos las y los indígenas en la medida que fuimos despertando, y finalmente el resto de los actuales movimientos sociales e indígenas. Así como las teologías de la liberación fueron distractivos para contener la estampida obrera campesina, así también lo fue la insipiente y disciplinada Teología India o Negra, para nosotros indígenas y negros.
Desde la perspectiva del Vaticano, dicho Encuentro Mundial es estratégico, no sólo para devolver “al redil a las ovejas descarriadas”, sino para intentar sensibilizar en la virtud de la obediencia al Padre y en la virtud de la mesura a los “descabritados” movimientos populares que casi ya le ponen en jaque al suicida sistema-mundo-occidental-cristiano en crisis. El capitalismo necesitó y subsistió gracias a sus agentes-misioneros cristianos. La primera, segunda y la tercera (actual) colonización del mundo requirió y requiere de doctrineros que amansaron la rebeldía de nuestros ancestros en defensa de sus bienes y territorios. Éstos agentes religiosos invadieron hasta la conciencia de nuestros ancestros, y los domesticaron. Sólo así pudieron vencernos, pero jamás nos derrotaron.
Francisco I denuncia el acaparamiento de tierras, la idolatrización del dinero, la destrucción del planeta, etc. La pregunta básica es: ¿Acaso no fue el Papa Alejandro VI, mediante la Bula Papal Inter Caetera (1493), quien dio origen al saqueo y al acaparamiento de las tierras en nuestra Abya Yala? ¿Acaso no es la Iglesia Católica, en la actualidad, una de las principales acaparadoras de predios rurales y urbanos? En Los Andes, hasta los santos/as tienen tierras agrícolas fértiles, bajo propiedad eclesial. Mientras indígenas y campesinos sobremorimos sin tierra. Está demás decir que los primeros misioneros llegaron casi desnudos a Abya Yala. Aquí, la Iglesia Católica se enriqueció con los bienes y el trabajo mortal de nuestros ancestros. Lo mínimo que esperamos en este Encuentro Mundial es que Francisco I devuelva las tierras y bienes que acapara la Iglesia Católica a sus legítimos dueños.
En estos y otros territorio, nosotros no conocíamos el dinero. Nuestros abuelos mediaban su felicidad con el intercambio de bienes y servicios. El dinero vino con el cristianismo. El dólar del cristiano Imperio norteamericano lleva inscrita la invocación de “Confiamos en Dios”. A los movimientos sociales e indígenas no nos tienen que predicar sobre esta u otra idolatría. Si Francisco y sus seguidores se quejan del Dólar (Dios), entonces, que cierren el corrupto banco del Vaticano (Instituto para las Obras de Religión), y que distribuyan ese dinero a sus históricos y postergados “prestadores”, los pueblos indígenas y campesinos.
Tampoco el Papa debería predicarnos sobre la crisis ecológica. Eso no lo generamos nosotros. El origen de la depredación y saqueo de la Madre Tierra tiene como una de sus causas filosóficas a la misma doctrina cristiana. “Multiplicaos y someted a la tierra (…)” nos dice el libro de Génesis, cap. 1. En otros lugares de la Biblia nos habla de: “Maldita la tierra…” Nos predicaron y predican que lo sagrado es el lejano cielo desconocido. Según ellos, el único Dios desconocido habita allá arriba. Nos fustigaron de idólatras, y nos persiguieron a muerte cuando con reverencia venerábamos a nuestra Madre Tierra. La modernidad ecosida tiene como a uno de sus raíces filosóficas al judeocristianismo. En el mundo occidental monoteísta, así como el hombre tiene que someterse al único Dios, así tiene que someterse la tierra al hombre (única imagen y semejanza de Dios).
El Papa nos predica denuncias discursivas en contra del perverso capitalismo. El capitalismo también tiene impronta cristiana. Allí está las actuales teologías de la prosperidad en boga que explica mucho de ello. Allí está la clásica obra de Max Weber, titulada: La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905). Es más, ayer y hoy, todos los agentes del sistema capitalista sufren crisis financiera, menos la Iglesia Católica (ni las otras iglesias), ni las principales corporaciones financieras. ¿Por qué será? Lo mejor que puede hacer la Jerarquía católica, si de verdad denuncia y renuncia al sistema capitalista, es volver a las auténticas enseñanzas del nómada nazareno crucificado. Dicen que ese compa tenía sólo una túnica, y predicaba con el ejemplo.
El Encuentro Mundial de los Movimientos Populares con Francisco I tiene su objetivo: Devolver al Padre a los hijos descarriados, y desmovilizar (domesticar) a los disgustados sujetos colectivos emergentes que desestabilizan al sistema-mundo-occidental-cristiano en crisis. Pero, la verdad es que hace más de 5 siglos atrás nos dijeron lo mismo. Nos bautizaron, “aceptamos” a su Dios, y nos quitaron todo.
Yo vivo en un país donde hay más iglesias que niños felices. Más biblias, sacerdotes y pastores que escuelas, textos escolares y profesores. Sin embargo, éste es uno de los países más violentos, desiguales y empobrecidos del Continente. Su gobernante actual es predicador de la Biblia, amigo de Francisco I, e íntimo del Cardenal Oscar Rodríguez. Pero, es uno de los gobernantes más corruptos e insensibles que conozco. Por esto, y por lo que le hicieron a mis ancestros y a mi pueblo, me resisto volver al redil.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Encuentro mundial de movimientos populares: una jornada histórica en el Vaticano

En presencia del presidente Evo Morales





El martes 28 de octubre ha sido una jornada histórica.
Primero porque no es frecuente que el Papa convoque, en el Vaticano, a un Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el que participan organizaciones de excluidos y marginados de los cinco continentes, y de todos orígenes étnicos y religiosos: campesinos sin tierras, trabajadores informales urbanos, recicladores, cartoneros, pueblos originarios en lucha, mujeres reclamando derechos, etc... En suma, una Asamblea mundial de los pobres de la Tierra. Pero de los pobres en lucha, no resignados.
Segundo, es menos frecuente aun que el Papa se dirija directamente a ellos, en el Vaticano, diciéndoles que quiere "escuchar la voz de los pobres" porque "los pobres no se conforman con padecer la injusticia sino que luchan contra ella" y que él (el Papa) "los quiere acompañar en esa lucha". También ha dicho Francisco que "los pobres ya no esperan de brazos cruzados por soluciones que nunca llegan; ahora los pobres quieren ser protagonistas para encontrar ellos mismos una solución a sus problemas" pues "los pobres no son seres resignados, sino protestan" y su protesta « molesta ». Ha dicho que espera que "el viento de la protesta se convierta en vendaval de la esperanza". Asimismo ha afirmado el Papa: "La solidaridad es una forma de hacer historia". Y por eso se une al pedido de los pobres que reclaman "tierra, techo y trabajo", Y ha añadido: "Cuando pido para los necesitados tierra, techo y trabajo, algunos me acusan de que 'el papa es comunista'! No entienden que la solidaridad con los pobres es la base misma de los Evangelios."
También ha afirmado Francisco: "La reforma agraria es una necesidad no sólo política sino moral!" Y ha acusado (sin nombrarlo) al neoliberalismo de ser la causa de muchos de los males de hoy: "Todo esto ocurre -ha afirmado- cuando se saca al ser humano del centro del sistema y que en ese centro está ahora el dinero." "Por eso hay que alzar la voz", ha repetido. Y ha recordado que "los cristianos tenemos un programa que me atreveria a calificar de revolucionario: las bienaventuranzas del 'Sermon de la Montana' del Evangelio según San Mateo."
Un discurso fuerte, valiente que se inscribe en el filo directo de la Doctrina Social de la Iglesia que el papa ha reivindicado explícitamente. Y en la opción preferencial por los pobres. Hacia mucho tiempo que un Papa no pronunciaba un discurso tan social, tan "progresista" sobre un tema, el de la solidaridad con los pobres, que constituye la base misma de la doctrina cristiana.
Tercero. Todo esto ha sido tanto mas importante cuanto que este discurso, el Papa lo ha pronunciado en presencia del Presidente de Bolivia Evo Morales, icono de los movimientos sociales y líder de los pueblos originarios. Un momento màs tarde, el Presidente Morales, muy aplaudido, ha tomado la palabra ante el mismo auditorio de movimientos populares en lucha para explicar, con muchos ejemplos, que "el capitalismo que todo lo compra y todo lo vende ha creado una civilización despilfarradora". Ha insistido en que "hay que refundar la democracia y la politica, porque la democracia es el gobierno del pueblo y no el gobierno de los capitales y de los banqueros". También ha puesto el acento en que "hay que respetar a la Madre Tierra" y oponerse a que "los servicios básicos sean privatizados".
Ha sugerido a todos los Movimientos Populares aquí reunidos que creen "una gran alianza de los excluidos" para defender los "derechos colectivos".
El sentimiento general de los participantes, en este inédito Encuentro, es que estas dos intervenciones confirman el enorme liderazgo político y moral, a escala internacional, del Presidente Evo Morales; y el nuevo rol histórico del Papa Francisco, como abanderado solidario de las luchas de los pobres de América Latina y de los marginados del mundo. 


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons , respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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Poder militar y acumulación de capital

El Pentágono y las grandes petroleras




Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Riba García




Introducción

No hay duda de que tras las conquistas militares estadounidenses, guerras, ocupaciones y sanciones –y durante unos cuantos años después–, las corporaciones estadounidenses han salido perdiendo en relación con posibles sitios donde invertir provechosamente. Las pérdidas mayores se han dado en la explotación de recursos naturales –sobre todo, gas y petróleo– en Medio Oriente, el Golfo Pérsico y Asia del Sur.
Como resultado de ello, los observadores han especulado acerca de profundas fisuras e intereses contradictorios en el interior de la clase dirigente estadounidense. Su argumento es que, por un lado, las elites políticas vinculadas con los grupos de presión proisraelíes y el poderoso complejo industrial-militar promueven una política exterior altamente militarizada y, por el otro, algunas de las corporaciones más grandes y ricas tratan de encontrar soluciones basadas en la diplomacia.
Aun así, da la impresión de que la “división en las altas esferas” no se ha materializado. Por ejemplo, no hay pruebas de que las empresas multinacionales del petróleo hayan procurado oponerse a las guerras de Iraq, Libia, Afganistán y Siria. Tampoco las 10 mayores empresas petrolíferas –con un activo neto por encima del 1.100.000 millones de dólares– movilizaron sus lobbies e influencias en los medios por la causa de una penetración pacífica del capital y una dominación de los yacimientos hidrocarburíferos por medio de sus clientes neoliberales.
En el periodo previo a la guerra de Iraq, las tres mayores empresas estadounidenses del sector del petróleo –Exxon-Mobil, Chevron y Conoco Phillips–, impacientes por explotar la tercera reserva mundial de crudo, no hicieron lobby en el Congreso ni ejercieron presión sobre la administración Bush o, más tarde, la administración Obama para conseguir una solución pacífica del conflicto. De nada sirvió que las “Big Ten”* desafiaran con una política alternativa al lobby israelí a favor de la guerra y sus falsos argumentos que aseguraban que Iraq tenía armas de destrucción masiva.
Una “pasividad política” similar se puso en evidencia durante el periodo anterior a la guerra en Libia. En realidad, las grandes petroleras estaban a punto de firmar unos lucrativos acuerdos cuando los militares de Washington volvieron a golpear y destruyeron el gobierno libio e hicieron trizas la estructura económica libia.

Es posible que las grandes petroleras hayan lamentado la pérdida del crudo y de los beneficios económicos pero no hubo un esfuerzo concertado –ni antes ni después de la debacle libia– para examinar críticamente o evaluar la pérdida de la muy importante región productora de crudo. En el caso de las sanciones económicas contra Irán, que posee la segunda reserva mundial de hidrocarburos, las multinacionales se hicieron notar por su ausencia en los pasillos del Congreso y el departamento del Tesoro. Los prominentes sionistas y responsables políticos Stuart Levey y David Cohen diseñaron y pusieron en marcha unas sanciones que impedían invertir o comerciar con Teherán a cualquier empresa petrolífera de Estados Unidos (y de la Unión Europea).
De hecho, a pesar de la aparente diferencia de intereses entre una política exterior altamente militarizada y el esfuerzo global de la corporación multinacional destinado a la acumulación de capital, no han surgido conflictos de tipo político. La pregunta básica que se hace este documento es esta: ¿Por qué la más importante corporación multinacional agacha la cabeza ante una política exterior imperial de la cual resulta la pérdida de oportunidades económicas?
Por qué fracasa la corporación multinacional si se trata de oponerse al militarismo imperial
En la cuestión del acomodamiento de la corporación multinacional a la altamente militarizada expansión imperial hay varias hipótesis posibles.
En primer lugar, los CEO2 de la corporación multinacional quizá pensaran que las guerras, sobre todo la de Iraq, serían breves y conducirían a una etapa de estabilidad bajo un régimen clientelar deseoso y capaz de privatizar y desnacionalizar el sector del petróleo y el gas. En otras palabras, las elites del petróleo compraron los argumentos de Runsfeld, Cheney, Wolfowitz y Feith, que decían que “la guerra se pagaría sola”.
En segundo lugar, incluso después de la larga y destructiva guerra y la profundización de los conflictos sectarios, muchos CEO creían que la década perdida se compensaría con una “larga etapa” de ganancias. Pensaban que los beneficios fluirían una vez que se estabilizara el país. Sin embargo, las mayores entradas por el crudo habidas después de 2010 resultaron inmediatamente amenazadas por la ofensiva del Estado Islámico. Los “tiempos” imaginados por los estrategas fueron al menos subestimados, si no totalmente equivocados.
En tercer lugar, la mayor parte de los CEO creía que la invasión de Libia por fuerzas de EEUU y la OTAN daría lugar a una situación de propiedad monopólica con beneficios mayores de los que recibían de la empresa mixta (mitad pública, mitad privada) con el régimen de Gadafi. Los principales del petróleo pensaban que se harían con el control total o monopólico del sector. Es decir, que la guerra permitiría que la corporación multinacional del crudo tuviera asegurados beneficios monopólicos durante un prolongado periodo. En lugar de eso, el final de una asociación estable condujo a la corporación a un mundo hobbesiano en el que el caos inhibió cualquier beneficio económico extraordinario y de largo plazo.
En cuarto, la corporación multinacional, incluyendo las del sector del petróleo, había invertido en cientos de empresas de varias docenas de países. Estas empresas no se vinculan con una sola localización. Dependen entonces de un estado imperial militarizado que defienda sus intereses globales. Por lo tanto, es probable que estén poco dispuestas a cuestionar o desafiar a los militares en, digamos Iraq, por el temor de que eso podría poner en peligro intervenciones imperiales estadounidenses en otros sitios del mundo.
En quinto término, muchas multinacionales están entrelazadas en distintos sectores económicos: invierten en campos petrolíferos y en refinerías; en bancos, financieras y aseguradoras, como también en distintos sectores extractivos. Según su grado de diversificación del capital, las corporaciones son más o menos dependientes en cada región, sector de actividad o fuente de beneficios. Por consiguiente, las guerras destructivas que se produzcan en uno o en varios países, es posible que no tengan efectos tan perjudiciales como sucedía en el pasado, cuando las grandes petroleras solo se ocupaban del petróleo.
En sexto lugar, el énfasis de las agencias del estado imperial de EEUU está puesto mayormente en las actividades militares y no en las de tipo económico. El grueso de la burocracia internacional de Estados Unidos está compuesto por oficiales militares, de inteligencia y de contrainsurgencia. Por el contrario, China, Japón, Alemania y otros países emergentes (Brasil, Rusia e India) tienen un gran componente económico en su burocracia de ultramar. La diferencia es importante. Las corporaciones estadounidenses no tienen acceso a funcionarios del ámbito económico como sí lo tienen las grandes empresas chinas. La expansión de China y sus corporaciones fuera de sus fronteras se ha construido alrededor de un sistema de poderosos apoyos económicos y agencias. Las corporaciones estadounidenses deben tratar con jefes de las Fuerzas Especiales, agentes secretos y “funcionarios” muy militarizados. En otras palabras, es ineludible que el CEO en búsqueda de “apoyo estatal” se vea frente a interlocutores militares en su mayor parte, que ven a las corporaciones como instrumentos de su política en lugar de sujetos políticos.
Séptimo, los últimos 10 años han sido testigos del surgimiento del sector financiero como destinatario dominante del apoyo gubernamental. Como resultado de ello, la gran banca ejerce una importante influencia en las políticas públicas. Siendo así, la verdad es que mucho del dinero del “negocio del petróleo” ha ido a parar a las finanzas y a los beneficios acumulados por el saqueo del Tesoro. Como consecuencia de esto, los intereses del petróleo se fusionan con los del sector financiero; en gran medida, sus “beneficios” dependen del estado, como sucede en las explotaciones en el extranjero.
En octavo término, mientras las grandes petroleras tienen enormes sumas de capital, localizaciones diversas y diversificación de actividades, su dependencia de la protección estatal (militar) debilita la oposición que puedan sentir en relación con las guerras que Estados Unidos libre en países con posibilidades de lucro relacionadas con el petróleo. Como consecuencia de esto, otros poderosos lobbies que abogan por la guerra y no se ven exigidos por esas limitaciones gozan de total libertad. Por ejemplo, los sectores de poder que trabajan a favor de Israel tienen bastante menos “capital” que cualquiera de las 10 petroleras más importante; sin embargo, cuentan con un número mayor de lobbistas con mucha más influencia sobre los congresistas. Por otra parte, su propaganda (apalancamiento mediático) es mucho más efectiva que la de las grandes petroleras. Son muchos los críticos de la política exterior de Estados Unidos, incluyendo sus políticas relacionadas con el uso de la fuerza militar y de las sanciones, que están más dispuestos a criticar a las grandes petroleras que a los lobbies sionistas.
Finalmente, el aumento de la producción estadounidense de hidrocarburos como resultado del empleo de la tecnología del fracking proporciona a las grandes petroleras nuevas localizaciones –lejos de Medio Oriente– donde obtener beneficios económicos, incluso pensando que los costos pueden ser mayores y de menor duración las explotaciones. La industria del petróleo ha reemplazado las pérdidas en Medio Oriente –debidas a las guerras– con inversiones en el territorio nacional.
No obstante, existe tensión y conflicto entre el capital ligado al petróleo y el poder militar. El caso más reciente tiene que ver con los planes de inversión de Exxon-Mobil por un total de 38.000 millones de dólares en un emprendimiento conjunto –con la concesión petrolera rusa Rosneft– en el Ártico ruso. Las sanciones contra Rusia impuestas por Obama han paralizado el acuerdo, lo que ha provocado gran consternación de los CEO de Exxon-Mobil, que ya había invertido 3.200 millones de dólares en una zona tan extensa como el estado de Texas.
Conclusión
Es posible que los conflictos –los latentes y los ya manifiestos– entre el poder militar y la expansión económica al final encuentren una mayor articulación en Washington. Sin embargo, de momento, debido a las estructuras globales y a la orientación de la industria del petróleo y a su dependencia de los militares para la “seguridad”, esta industria en particular, y las corporaciones multinacionales en general, han sacrificado los beneficios en el corto y el mediano plazo pensando en “ganancias futuras”, con la esperanza de que las guerras se acabarán y regresarán así los beneficios más lucrativos.
Notas:
1. “Big Ten”, las 10 principales empresas petrolíferas de EEUU. (N. del T.)
2. CEO es el acrónimo de chief executive officer, la máxima autoridad ejecutiva en una empresa. (N. del T.)
 
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.