Política internacional
SurAmericaPress
Juan Manuel Karg

Hay factores internos y externos que podrían ayudar a comprender -y no justificar, claro- el trasfondo de esta decisión de Barack Obama, que, paradójicamente a lo que se podría creer, parece incluso no ayudar a una oposición venezolana dispersa, y con imposibilidad concreta de denunciar a Washington -frente a un gobierno que ahora muestra, nuevamente, a un ´enemigo´ externo claro y preciso-.
En lo interno, el reciente paso del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu por el Capitolio -congreso estadounidense-, invitado por el Partido Republicano, sirvió para golpear -por derecha- a Obama, nada menos que en Washington, en torno a su política internacional. Allí, Netanyahu criticó duramente las negociaciones sobre el programa nuclear que EEUU lleva adelante con Irán, y presionó al presidente norteamericano para que no haya acuerdo -omitiendo que, del diálogo al que hacía referencia, participan también Rusia, China, Francia, Alemania y el Reino Unido-. Sumado a esto, la administración Obama ha logrado un principio de reestablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, con lo que ello ha implicado en términos concretos para la política interna: un fervoroso rechazo de un sector concreto del Partido Republicano, que se opone a ello y persiste en que el bloqueo a la isla continúe.