viernes, 14 de agosto de 2020

Solidaridad Internacional con la lucha del pueblo boliviano




DEMOCRACIA YA:  Basta de miseria, balas y corrupción


La democracia en Bolivia está cautiva desde noviembre de 2019, cuando la derecha racista local, a partir de las órdenes del imperio, derrocó al gobierno de Evo Morales para instalar un régimen que ha utilizado de forma sistemática la represión con el objetivo de apropiarse de los bienes y de la soberanía del pueblo boliviano. La figura de Jeanine Añez desde el primer momento expresó esa alianza racista, vendepatria y anti -pueblo, que día tras día se confirma: En estos meses los y las golpistas no han dejado de jugar con la voluntad popular, amagando con el llamado a nuevas elecciones y cancelando las mismas según sus intereses y tiempos.

Dichas elecciones generales han sufrido distintas postergaciones y el último acuerdo establecía elecciones para 06 de septiembre próximo.  El 23 de julio el Tribunal Superior Electoral del Estado Plurinacional de Bolivia, volvió a postergar la fecha con la excusa de la pandemia, hecho que llama profundamente la atención, evidenciando que para el régimen la vida de los bolivianos y bolivianas solo tiene valor cuando se deben retrasar elecciones, pero no cuando el Estado tiene que brindar el derecho a salud.

Solidaridad con la lucha del pueblo Mapuche

 

Repudiamos la represion de Piñera

Por estas horas, el Machi Celestino Córdova, cumple 100 días de huelga de hambre y una semana de huelga seca. La misma protesta ejercen un grupo de 27 presos políticos Mapuche, sobre un total de un centenar que se encuentran en las cárceles de Temuco, Angol, Lebu y otras. En un reciente mensaje de audio, el Machi Celestino se ha despedido de sus hermanos y hermanas preparándose para entregar su vida, no sin antes convocar a redoblar la lucha para que de una buena vez las reivindicaciones de su pueblo sean escuchadas. Dispuesto al sacrificio, sabe mejor que nadie, que su gesto será un nuevo revulsivo para aumentar la rebelión, que por otra parte se une desde octubre pasado a la gigantesca revuelta popular del pueblo chileno contra el mal gobierno. No en vano y como nunca antes había ocurrido, miles de banderas mapuche flamearon desde entonces en cada movilización multitudinaria en Santiago y en todo el país. Banderas que llegaron para quedarse, como una muestra de reconocimiento de quienes, como los Mapuche, sufren la despótica política de un Estado de características fascistas y racistas, que aplica tal violencia que lo han convertido en una continuidad del pinochetismo.

Por otro lado, a la grave situación que viven los presos políticos, en los últimos días se han ido sucediendo nuevas muestras de la barbarie represiva desplegada por el Gobierno: asesinato de dos mujeres mapuche, Rosales Quiñelen de 53 años y su hija Rosa Quintana Rosales de 17, que aparecieron ahorcadas en su vivienda en Ercilla, crimen al que se quiere hacer pasar como un “suicidio”, A esto se suma el ataque masivo de hordas fascistas contra un grupo de hombres, mujeres y niños que ocupaban los municipios de las localidades de Caracautín y La Victoria, en solidaridad con los presos políticos. Después de proferir todo tipo de insultos racistas contra ellos, los golpearon con saña, arropados por los carabineros, que luego los detuvieron.

Ninguno de estos hechos es un exabrupto circunstancial, sino toda una estrategia de exterminio. Un etnocidio.

La Nación Mapuche soporta desde siempre esta ofensiva criminal contra su pueblo y territorios. Primero fueron los conquistadores españoles que provocaron un auténtico holocausto en toda Abya Yala, luego se sucedieron diferentes incursiones depredadoras por parte de los distintos representantes del Estado chileno (y del Estado argentino) que a las secuelas de masacres y destrucción le sumaron el despojo territorial que ha durado hasta el presente. Sin embargo, a ambos lado de la Cordillera la dignidad y el coraje del pueblo Mapuche no dejó de resistir en cada ocasión que fue atacado. Actualmente, con el gobierno dictatorial de Sebastián Piñera la situación se ha agravado, no porque con los gobiernos de la Concertación los ataques fueran más suaves, sino porque en su lucha por la autodeterminación cientos de jóvenes mapuche fueron haciendo valer cada vez más su rol de weichafe (guerreros),oponiéndose a las empresas trasnacionales que devastan su territorio y destruyen sus sitios ancestrales. De allí, que como única receta posible, la burguesía racista chilena y sus aparatos armados, los Carabineros hayan decidido militarizar al máximo gran parte del sur del país, generando un estado permanente de hostigamiento, detenciones, torturas y no pocos asesinatos.

Frente a esta nueva embestida, desde ALBA Movimientos expresamos nuestra total solidaridad con el pueblo Mapuche y sus presos y presas políticos/as, nos sumamos a los reclamos urgentes que abogan para salvar la vida del Machi Celestino y el resto de los prisioneros en huelga seca,y reivindicamos el derecho a la autodeterminación que se plantean los comuneros y comuneras mapuche. En ese mismo sentido, y porque la lucha es una sola, nos sentimos hermanados y hermanadas con quienes han hecho de la revuelta chilena un grito de dignidad imparable, y exigimos la libertad de los miles de presos y presas políticos/as que la dictadura de Piñera ha generado en su demencial idea de mantenerse en el poder a costa del sufrimiento de las grandes mayorías.

¡Basta de represión al pueblo Mapuche y chileno!
¡No más presas y presos políticos!

 

ALBA Movimientos

12 de agosto de 2020


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Gonzalo Armúa
Secretaria Operativa Continental
 
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