lunes, 13 de octubre de 2014

De la Resistencia a la Ofensiva Victoriosa de la Revolución Democrática Cultural

12 de Octubre día de la Victoria Plurinacional

 “Hay un profundo sentimiento no solamente en Bolivia, sino en toda América Latina y el Caribe, de liberación de nuestro pueblo, porque este triunfo es de los anticolonialistas y antiimperialistas, es del pueblo boliviano”
Evo Morales


En todos los países Indoamericano de este continente se recuerda y se conmemoran aquella navegación, el 12 de octubre de 1492 el marinero Rodrigo de Triana al mando de Cristóbal Colon cuando avisto tierra en este continente, tenían claro sus planes de saqueos, sometimiento y de arrollamiento a los pueblos originarios en nombre de la civilización, algunos países siguen llamando el Día de la Raza, en otro países como Venezuela a partir del 10 de octubre de 2002, el Comandante Hugo Chávez, por Decreto Presidencial número 2.028, se conmemora el 12 de octubre como el Día de la Resistencia Indígena.
Este 12 de octubre de 2014, después de más de 500 años de arrollamiento en el continente nuevamente el Estado Plurinacional de Bolivia, hija predilecta de Bolívar, demostró al mundo que la historia hacen los pueblos, luchando, resistiendo y triunfando. La victoria del Hermano Evo Morales en Bolivia avistan esperanza para la pacha mama, para la vida, para la paz en el continente, es una victoria histórica plurinacional, es una victoria histórica de la democracia verdadera, es una victoria histórica de la justicia, de la solidaridad, de la unión de los pueblos del mundo contra el imperialismo.
El presidente Evo Morales dedico su triunfo al Comandante Supremo Hugo Chávez y al Comandante Fidel Castro: "Es un sentimiento de liberación de nuestros pueblos. ¿Hasta cuándo seguir sometidos al imperio o al sistema capitalista? Este triunfo es un triunfo de los antiimperialistas y los anticolonialistas", sostuvo Morales rodeado de su vicepresidente y ministros y una multitudinaria concentración del pueblo Boliviano.
La victoria plurinacional se conmemoran este 12 de octubre del 2014 con el compañero Evo Morales, hijo predilecto de Chávez y de Fidel, se impuso de manera contundente a sus oponentes acumulando el 60% de los votos a su favor, mientras los dos líderes de la derecha, el empresario del cemento, Samuel Doria Medina (Unidad Demócrata), con el 24%, y el ex presidente y candidato Jorge "Tuto" Quiroga, con el 9,6%, permiten a Evo Morales asumir directamente su tercer periodo de gobierno sin la necesidad de una segunda vuelta.
La victoria de Evo Morales no solo es contundente en lo electoral, es una victoria contundente en lo moral, es una victoria contundente en lo popular, es una victoria contundente de un nuevo estado plurinacional en marcha. Esta nueva victoria sin duda revitalizan en lo moral a los pueblos del mundo, a los gobierno progresista, revolucionario, a los movimiento sociales anticapitalista, es una expresión unitaria de la lucha histórica y la confianza firme del pueblo boliviano por su líder Cocalero, lo demuestran que es posible trascender de la resistencia a los embates neoliberales dando un salto a la ofensiva en contra de las pretensiones imperiales, alcanzar la liberación definitivas, en democracia y en paz por el camino de la profundización de la Revolución Democrática Cultural.

¡Patria Sí, colonia No!

Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Twitter: @yiyoparaguay
Blog del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/

¿Por qué ganó Evo?

Elecciones Bolivia



Alainet








La aplastante victoria de Evo Morales tiene una explicación muy sencilla: ganó porque su gobierno ha sido, sin duda alguna, el mejor de la convulsionada historia de Bolivia. “Mejor” quiere decir, por supuesto, que hizo realidad la gran promesa, tantas veces incumplida, de toda democracia: garantizar el bienestar material y espiritual de las grandes mayorías nacionales, de esa heterogénea masa plebeya oprimida, explotada y humillada por siglos. No se exagera un ápice si se dice que Evo es el parteaguas de la historia boliviana: hay una Bolivia antes de su gobierno y otra, distinta y mejor, a partir de su llegada al Palacio Quemado. Esta nueva Bolivia, cristalizada en el Estado Plurinacional, enterró definitivamente a la otra: colonial, racista, elitista que nada ni nadie podrá resucitar.Un error frecuente es atribuir esta verdadera proeza histórica a la buena fortuna económica que se habría derramado sobre Bolivia a partir de los “vientos de cola” de la economía mundial, ignorando que poco después del ascenso de Evo al gobierno aquella entraría en un ciclo recesivo del cual todavía hoy no ha salido. Sin duda que su gobierno ha hecho un acertado manejo de la política económica, pero lo que a nuestro juicio es esencial para explicar su extraordinario liderazgo ha sido el hecho de que con Evo se desencadena una verdadera revolución política y social cuyo signo más sobresaliente es la instauración, por primera vez en la historia boliviana, de un gobierno de los movimientos sociales. El MAS no es un partido en sentido estricto sino una gran coalición de organizaciones populares de diverso tipo que a lo largo de estos años se fue ampliando hasta incorporar a su hegemonía a sectores “clasemedieros” que en el pasado se habían opuesto fervorosamente al líder cocalero. Por eso no sorprende que en el proceso revolucionario boliviano (recordar que la revolución siempre es un proceso, jamás un acto) se hayan puesto de manifiesto numerosas contradicciones que Álvaro García Linera, el compañero de fórmula de Evo, las interpretara como las tensiones creativas propias de toda revolución.



Ninguna está exenta de contradicciones, como todo lo que vive; pero lo que distingue la gestión de Evo fue el hecho de que las fue resolviendo correctamente, fortaleciendo al bloque popular y reafirmando su predominio en el ámbito del Estado. Un presidente que cuando se equivocó -por ejemplo durante el “gasolinazo” de Diciembre del 2010- admitió su error y tras escuchar la voz de las organizaciones populares anuló el aumento de los combustibles decretado pocos días antes. Esa infrecuente sensibilidad para oír la voz del pueblo y responder en consecuencia es lo que explica que Evo haya conseguido lo que Lula y Dilma no lograron: transformar su mayoría electoral en hegemonía política, esto es, en capacidad para forjar un nuevo bloque histórico y construir alianzas cada vez más amplias pero siempre bajo la dirección del pueblo organizado en los movimientos sociales.

Obviamente que lo anterior no podría haberse sustentado tan sólo en la habilidad política de Evo o en la fascinación de un relato que exaltase la epopeya de los pueblos originarios. Sin un adecuado anclaje en la vida material todo aquello se habría desvanecido sin dejar rastros. Pero se combinó con muy significativos logros económicos que le aportaron las condiciones necesarias para construir la hegemonía política que hoy hizo posible su arrolladora victoria. El PIB pasó de 9.525 millones de dólares en 2005 a 30.381 en 2013, y el PIB per Cápita saltó de 1.010 a 2.757 dólares entre esos mismos años. La clave de este crecimiento -¡y de esta distribución!- sin precedentes en la historia boliviana se encuentra en la nacionalización de los hidrocarburos. Si en el pasado el reparto de la renta gasífera y petrolera dejaba en manos de las transnacionales el 82 % de lo producido mientras que el Estado captaba apenas el 18 % restante, con Evo esa relación se invirtió y ahora la parte del león queda en manos del fisco. No sorprende por lo tanto que un país que tenía déficits crónicos en las cuentas fiscales haya terminado el año 2013 con 14.430 millones de dólares en reservas internacionales (contra los 1.714 millones que disponía en 2005). Para calibrar el significado de esta cifra basta decir que las mismas equivalen al 47 % del PIB, de lejos el porcentaje más alto de América Latina. En línea con todo lo anterior la extrema pobreza bajó del 39 % en el 2005 al 18 % en 2013, y existe la meta de erradicarla por completo para el año 2025.
Con el resultado de ayer Evo continuará en el Palacio Quemado hasta el 2020, momento en que su proyecto refundacional habrá pasado el punto de no retorno. Queda por ver si retiene la mayoría de los dos tercios en el Congreso, lo que haría posible aprobar una reforma constitucional que le abriría la posibilidad de una re-elección indefinida. Ante esto no faltarán quienes pongan el grito en el cielo acusando al presidente boliviano de dictador o de pretender perpetuarse en el poder. Voces hipócritas y falsamente democráticas que jamás manifestaron esa preocupación por los 16 años de gestión de Helmut Kohl en Alemania, o los 14 del lobista de las transnacionales españolas, Felipe González. Lo que en Europa es una virtud, prueba inapelable de previsibilidad o estabilidad política, en el caso de Bolivia se convierte en un vicio intolerable que desnuda la supuesta esencia despótica del proyecto del MAS. Nada nuevo: hay una moral para los europeos y otra para los indios. Así de simple.

Atilio A. Boron, Investigador Superior del Conicet y Director del PLED (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales).

Fuente: http://www.alainet.org/active/77899