sábado, 19 de septiembre de 2015

El hambre, la miseria y la explotación no tiene fronteras




Resultado de imagen de El hambre, la miseria y la explotación no tiene fronterasMe duele muchísimo –aunque no me extraña, la verdad-, que personas pertenecientes a la clase trabajadora –tengan o no conciencia de ello-, arremetan contra los/as refugiados y las ayudas que se les prestan –insuficientes, a pesar de todo, prestacionales e hipócritas-, desde la Unión Europea (UE), y que deben incrementarse tanto como sea necesario a cargo de nuestra solidaridad, de nuestros impuestos y de nuestras asociaciones e instituciones públicas.Todas esas personas que ahora vienen a los países de Europa, y que a algunos tanto les molesta, no son sino el coste –en diferido-, que nuestras sociedades deben asumir ahora por haber convertido a esas personas en los rehenes de nuestra (a)ventura capitalista; personas perseguidas por una guerra de religión que nadie explica con la suficiente solvencia y rigor, ya que los grandes medios de comunicación están financiados por la industria armamentística y petrolífera que han esquilmado esos países; personas afectadas por una sequía que desde hace años afecta a Siria –por culpa del cambio climático que ellos no provocan, sino nosotros, las sociedades desarrolladas, consumistas y líquidas-, y que ha acabado transformándose, pasado por el filtro de la opresión política de gobiernos apoyados y financiados por Occidente –EEUU y la UE-, en un conflicto político que se ha unido, muy hábilmente por los yihadistas del ISIS, a la guerra de religión que se vive en Iraq entre los chiístas (en el gobierno, el oficialismo) y los sunís (la religión de Sadam Husseín), viendo éstos últimos en ISIS la esperanza de su redención frente al aislamiento que padecen –y me refiero a la gente humilde que al final acaba sufriendo las consecuencias, no las élites que provocan interesadamente desde sus oficinas tales situaciones-; personas que son de la misma clase social que la de todos los que estamos gobernados por holgazanes que hacen y deshacen a su antojo, esas élites económicas del petróleo y del negocio armamentístico y mineral, que han convertido a Medio Oriente y al río Éufrates en un auténtico lodazal de sangre, desesperación y desesperanza.
Todas las personas que dicen “primero los de aquí y luego los de fuera”, deben saber que el hambre, la miseria y la explotación –como la especulación financiera- no tiene fronteras, sólo depende del capitalismo allá donde se instale: y es global. Y que, no teniendo fronteras, para que aquí (mal)vivamos en una persecución constante del capitalismo más salvaje y opresor, otras personas y sociedades tienen que sacrificarse –incluidos nosotros, con recortes, subidas de impuestos y reformas laborales que nos llevan al nivel de supervivencia-. Es justo que aquí, desde nuestros sofás mediocres y perversos, y que desde las atalayas neo-fascistas de muchos que creen pertenecer a una nacionalidad superior por el mero hecho de trabajar catorce horas al día y no llegar a fin de mes, es justo –o al menos la consecuencia natural- que ahora asumamos el coste que ellos y ellas, por nosotros, llevan décadas asumiendo, y no precisamente por buena voluntad. Se les ha robado la felicidad, se les ha robado la tranquilidad de vivir con sus creencias y raíces religiosas –tan dignas como las del catolicismo que todavía vive de la renta de las mutilaciones y hogueras de la Inquisición-, y se les ha robado la riqueza consustancial natural (agrícola, petrolífera y mineral) que llega a nosotros en forma de inutilidades o de aparatos electrónicos que sólo son utilizados para enviar y compartir ridiculeces por las redes sociales, sin aprovechar el potencial de movilización y concienciación que podrían suponer. Pero eso sí, cuando se trata de defender al capitalismo en nombre de una patria y de un supuesto bienestar, todo son soflamas vehementes –salmodias ridículas- contra nuestros hermanos y hermanas de otros lugares del mundo, sometidos a la misma lógica perversa del capitalismo.

Se activa el Plan Colombia contra el gobierno del presidente Maduro

Resultado de imagen de Se activa el Plan Colombia contra el gobierno del presidente Maduro


Barómetro Internacional


Violación del espacio aéreo una nueva mentira de Santos
En artículos anteriores hablábamos de que solo el dialogo y la paz, son los mecanismos para desactivar los conflictos en la frontera colombo-venezolana, dos naciones con un pasado histórico en la creación de la Gran Colombia, sueño del Libertador Simón Bolívar, que sucumbieron ante las ambiciones de las oligarquías de la época, donde la poderosas familias bogotanas, con Santander a la cabeza, apostaban a una nación guerreristas y abortaban cualquier propuesta de una América Latina unida.

Dislocación de la mafia o reinvención del interés común

Un análisis de la crisis en Burkina Faso y del desafío de las sociedades africanas para reinventar sus instituciones




El golpe de Estado del cuerpo de seguridad presidencial en Burkina Faso, en la madrugada del 17 de septiembre, ilumina la bifurcación histórica en la que se posicionan la mayor parte de las sociedades africanas: la dislocación en grupos mafiosos o la posibilidad de inventar instituciones creíbles, que respondan al interés de sus ciudadanos.

Diez días que sacudieron a Uruguay





Resultado de imagen de Diez días que sacudieron a UruguayHasta los primeros días de agosto el gobierno uruguayo negociaba su participación en el TISA (Trade in Services Agreement) para desregular servicios y comercio, con fuerte respaldo de su ministro de Economía, Danilo Astori, y se disponía a aprobar el presupuesto quinquenal, pese a las resistencias de algunos sindicatos, en particular de la educación. El presidente Tabaré Vázquez ejercía un tipo de liderazgo casi monárquico, en la acertada expresión del historiador Gerardo Caetano (Brecha, 4/9/15).

Latinoamérica, la mecha de la dinámica contestataria del orden mundial



Madaniya

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.


Ernesto Che Guevara 48 años después, In memoriam.
De Sitting Bull a Pancho Villa, Emiliano Zapata, Simon Bolívar, el comandante Ernesto Che Guevara de La Serna, el subcomandante Marcos (México), del presidente Arbenz Guzmán (Guatemala), primer presidente después de la Segunda Guerra Mundial derrocado por el ejército estadounidense en 1954, a su lejano sucesor Salvador Allende (Chile) que sufriría un final trágico 20 años después, en 1973, a Fidel Castro (Cuba), Lula (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela) y Evo Morales (Bolivia), el continente latinoamericano es uno de los principales proveedores de figuras míticas de la mística revolucionaria del mundo contemporáneo. 
La mitología revolucionaria no constituye su único legado a la humanidad. Sus luchas contra los «conquistadores» españoles primero, contra los «gringos» después, su papel tradicional de principal foco de protesta en la esfera de la civilización occidental, confieren al hemisferio sur del continente americano un lugar de honor en el imaginario colectivo de los pueblos y un papel de mecha de la dinámica contestataria del orden mundial.