Corría el año 1881 y Caracas era ya una ciudad de 50 000 habitantes, no existían las actuales vías de acceso a la misma y “cuentan que( por el camino de los españoles) llegó un viajero al anochecer que sin sacudirse el polvo del camino, ni preguntar donde se comía o dormía, solo indagó como se llegaba hasta la estatua del Libertador Simón Bolívar”(José Martí, Tres Héroes, La Edad de Oro, 1889)…¡Ese viajero era José Martí!
El 28 de enero del año 1853 nacería en La Habana, Cuba, en el seno de una familia hispana de bajos recursos económicos José Julián Martí Pérez; no obstante tendría la fortuna de recibir una educación esmerada y contar desde los 12 años con el patriota y poeta Rafael María de Mendive, como maestro, quien desde el inicio notaría la vocación literaria del niño, así como sus cualidades humanas excepcionales que crecerían a la par de las enseñanzas brindadas por su mentor, que posteriormente sería encarcelado en 1869 durante La Guerra de los 10 años. Apenas es un adolescente y Martí, ya a inicios de ese mismo año escribe sus primeros trabajos políticos donde reacciona ante la opresión de Cuba, en un pequeño periódico llamado El Diablo Cojuelo, tiene tan solo 16 años y ya se rebela ante los abusos de las autoridades colonialistas y sus apoyantes en la isla, llega entonces de forma precoz un hecho en su vida, que lo marcaría para siempre; se realiza un registro llevado a cabo por voluntarios españoles en el lugar donde Martí se reunía con otros jóvenes de similares ideas proindependentistas y es encontrada una carta firmada por él y su amigo de toda la vida Fermín Valdés Domínguez, donde tildaban de apóstata a un condiscípulo por alistarse de oficial en el ejército español y pelear contra su patria, son entonces acusados de traición a la Corona Española y posteriormente llevados a juicio.