jueves, 27 de marzo de 2014
Venezolanos presionan a la derecha de EE.UU. para que aplique sanciones drásticas contra su país
alainet.org
 
La ex diputada 
venezolana María Corina Machado exigió a congresistas de la ultraderecha
 estadounidense que Washington adopte sanciones económicas de gran 
alcance contra su país, y que tengan un real efecto sobre amplios 
sectores de la población, especialmente empresarios y grupos de clase 
media y baja de la sociedad, para coadyuvar al caos y a la caída del 
gobierno.Machado, “valiente” venezolana que publicitó una foto suya con George W.Bush en la Casa Blanca, ha llegado a manifestar que si el precio a pagar por sacar a los chavistas del poder es la quiebra de 400 o más medianas y pequeñas empresas venezolanas, que así sea, lo que le ha valido el repudio de importantes sectores de la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD), conglomerado variopinto que aglutina las fuerzas políticas-radicales y también algunas democráticas- de la oposición a la Revolución Bolivariana.
María Corina ya ni puede esgrimir que es diputada. Machado no fue siquiera expulsada de la Asamblea Nacional. Acorde al artículo 149 de la Constitución venezolana (que quizá jamás haya leído), los funcionarios públicos no pueden aceptar cargos, honores o recompensas de gobiernos extranjeros sin la autorización del parlamento. Ella aceptó ocupar el lugar del embajador de Panamá en la asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) el viernes 21 de marzo.
Para más, el artículo 191 de la Constitución reza: “Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional no podrán aceptar o ejercer cargos públicos sin perder su investidura, salvo en actividades docentes, académicas, accidentales o asistenciales, siempre que no supongan dedicación exclusiva”. Si viviera Carlos Andrés Pérez diría que fue un “autosuicidiio”.
Pero la que viaja no es solamente María Corina Machado. Siguiendo sus indicaciones, el diputado acciondemocratista Leomagno Flores, estuvo recientemente en Washington para reunirse con legisladores de origen cubano y otros políticos de derecha, con el objetivo de lograr se presentase en el Congreso estadounidense una nueva propuesta de sanciones económicas contra Venezuela.
Inicialmente, tanto el senador republicano de la Florida Marco Rubio, como su colega de Nueva Jersey, el demócrata y también cubanoamericano Bob Menéndez, habían trabajado la idea de implementar sanciones contra un grupo de empresarios y funcionarios del gobierno chavista, basadas en la prohibición de entrada a EEUU, y la congelación de fondos que pudieran tener los mismos en bancos estadounidense y sus sucursales radicadas en terceros países.
Para ello, están recabando información sobre las principales empresas venezolanas que tienen intereses en territorio estadounidense, para encausar las sanciones contra ellas. Entre las empresas que han considerado aplicar este tipo de sanciones también están Citgo y Pequiven, ambas filiales de Petróleos de Venezuela. Ya han sido advertidos, asimismo, de que este tipo de sanciones podría derivar en un fuerte desabastecimiento de combustibles, habida cuenta que Venezuela es uno de los más seguros exportadores de petróleo a EEUU.
Bon Menéndez está de capa caída tras comprobar el FBI que mantuvo relaciones sexuales pagas con menores dominicanas, mientras investiga los presuntos delitos de tráfico de influencia que favorecieron, sobre todo, al oftalmólogo y empresario dominicano-estadounidense Salomón Melgen, su amigo de fechorías. Menéndez sirve a esos intereses de estrangulamiento de la Ley Helms Burton aprobada en 1996 contra Cuba, que también favoreció los fondos destinados a intentar la caída de Fidel Castro, aportando equipos tecnológicos para la subversión y actos terroristas.
A través su ex suegro Arnaldo Monzón Plasencia, Menéndez confraternizó con Luis Posada Carriles –autor intelectual de la voladura de un avión de Cubana y de numerosos atentados terroristas- y celebró su absolución en el juicio que se le hizo en El Paso, Texas. De todas formas, la propuesta promovida por los senadores mencionados, no satisfizo las expectativas e intereses de María Corina Machado, por ser “demasiado suave”, ya que solo afectaría a un pequeño grupo de personas vinculadas al gobierno.
María Corina exige que Washington adopte sanciones económicas de mayor alcance y que tengan un real efecto sobre amplios sectores de la población, especialmente empresarios y grupos de clase media y baja de la sociedad. Ha llegado a manifestar que “si el precio a pagar por sacar a los chavistas del poder es la quiebra de 400 o más medianas y pequeñas empresas venezolanas, que asi sea”.
No conforme con Bob Ménéndez y Marco Rubio, la exdiputada se puso en contacto con la congresista estadounidense de origen cubano Ileana Ros, otra ferviente anticastrista, quien ha estado asesorando sobre posibles sanciones económicas que pueden promoverse desde Washington contra Venezuela.
El paquete de medidas en discusión incluye la prohibición de exportaciones de determinados productos, materias primas y equipos estadounidenses, dirigidas a lograr que se agrave la actual crisis de desabastecimiento en los mercados, así como poner en situación harto difícil a productores venezolanos que dependen de las importaciones de materias primas u otros componentes desde EEUU.
De igual forma María Corina exigió a Ileana Ros que presione al gobierno de EEUU a establecer sanciones financieras que prácticamente impidan el acceso y utilización de la moneda estadounidense a empresas y hombres de negocios venezolanos. Por su parte, Leomagno Flores, fue instruido por Machado para que presionara a Menéndez y Rubio para conseguir sanciones duras y algún alcance contra la economía venezolana, para agravar la actual situación de desabastecimiento, hasta llevar a la población a una situación de desesperación, que pueda acelerar la caída del gobierno bolivariano.
Pero estas gestiones realizadas por María Corina Machado, fueron a espaldas de los otros miembros de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), lo que ha provocado alarma entre varios de los principales dirigentes opositores, quienes valoran contraproducentes las posiciones extremas de la exdiputada, sobre todo al divulgarse las conversaciones sostenidas en Washington por ella y algunos de sus allegados como Leomagno Flores.
El secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo viajó de Inmediato a Miami y Washigton, para explicar el desacuerdo de la mesa opositora con las posiciones extremas de Machado, y también con sus propuestas de mayores sanciones económicas contra Venezuela.
Aveledo explicó a congresistas y funcionarios del gobierno de Barack Obama que medidas como las propuestas por Machado también afectarían a importantes sectores empresariales que constituyen una vital base de apoyo político y financiero de la oposición. Argumentó, asimismo, que sanciones de este tipo podrían ser utilizadas por el chavismo para desviar la atención de la crisis interna del país, y culpar a EEUU “de los graves problemas económicos que afectan a Venezuela por la incapacidad del gobierno”.
Aveledo, Henrique Capriles Radonsky y el resto de la direccion de la MUD no encuentran ya cómo controlar los desmanes de María Corina Machado, Leopoldo López y otros de los llamados radicales dentro de la selva opositora. La actuación de este grupo impide que siquiera en su proyección internacional, la oposición venezolana logre proyectar una misma opinión, objetivo (y mucho menos proyecto de país), dejando a la intemperie la falta de liderazgo y la inconsecuencias en sus estrategias.
Aveledo ha señalado a cercanos colaboradores que está cansado de ir detrás de los “radicales”, apagando los incendios y las meteduras de pata que éstos provocan de forma irresponsable. Dejó incluso grabada su satisfacción y tranquilidad cuando Leopoldo López fue apresado por el gobierno, por incitación a la violencia y al golpe de Estado.
El episodio relacionado con los viajes de Machado y Leomagno Flores con exigencia de sanciones de Washington contra Venezuela, demuestra una vez más las profundas divisiones existentes dentro de la oposición que le impiden tener un proyecto de desarrollo económico-social alternativo al chavismo, que les permita ganar el apoyo de amplios sectores populares, y llegar al poder por las vias democráticas y constitucionales.
El circo se traslada a Perú
Un nuevo show mediático con presencia de la vedette María Corina Machado se fabricó en Perú, dirigido al ataque mediático contra Venezuela, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad (FIL) –presidida por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, una tapadera para el financiamiento de partidos de ultraderecha y servicios de inteligencia- y la Universidad de Lima, ocasión que aprovecharán los enemigos de la Revolución Bolivariana para mantener un escenario más de su guerra ideológica contra la misma.
Patrocinan este evento “personalidades” de la derecha latinoamericana y europea, como los expresidentes Sebastián Piñera (Chile) y Felipe Calderón (México), el cubano-estadounidenses agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, el ex canciller mexicano Jorge Castañeda, Antonio Eschotado, del diario español El País y el Grupo Prisa; el jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri; el candidato presidencial del Uruguay Jorge Larrañaga; el periodista Ian Vásquez, del Cato Institute; Fernando Schüler, de Fronteiras do Pensamiento del Brasil,; el escritor colombiano Plinio Apuleyo Mendoza y el español Lorenzo Bernaldo De Quiroz, representante de Freemarket, entre otros.
La de María Corina es una ruta totalmente alejada de las normas constitucionales y la defensa de la soberanía nacional, mucho más cercana a la necesidad de los conglomerados económicos estadounidenses de apoderarse del petróleo venezolano a cualquier precio. Éstos siempre encontraron y encontrarán cipayos dispuestos a hacerles el juego.
(*) Álvaro Verzi Rangel, sociólogo venezolano, miembro del Observatorio en Comunicación y Democracia.
¿Qué significó la huelga general en Paraguay?
Las siete centrales 
sindicales paraguayas convocaron a una masiva huelga general el pasado 
miércoles. Se trató del primer paro de esas dimensiones en los últimos 
veinte años, con un alto acatamiento de parte de los trabajadores 
paraguayos. ¿Las reivindicaciones? 25% de aumento salarial; control de 
precios de la canasta familiar; no a la suba del transporte público; y 
el rechazo a la polémica Alianza Público-Privada (APP) sancionada 
recientemente. En definitiva, la exigencia a un cambio de política 
económica por parte del gobierno conservador del empresario Horacio 
Cartes. 
 La exitosa huelga general de los trabajadores tiene una
 explicación poco feliz para el campo popular paraguayo: se da en un 
contexto de avance de una política económica concentrada y excluyente 
para las grandes mayorías por parte del gobierno de Cartes. El 
significado de la APP no da lugar a varias interpretaciones, sino que 
efectivamente significa una sensible pérdida de autonomía gubernamental 
en relación a la infraestructura pública, en beneficio del sector 
privado. El texto afirma que el Ejecutivo podrá impulsar dichas alianzas
 por licitación y otros mecanismos que no se especifican. Para el 
conservador diario La Nación de Paraguay, uno de los objetivos de la 
norma es que el sector privado “recupere su inversión con la 
explotación del servicio que presta dicha obra, por ejemplo, 
construcción de rutas y puentes para el servicio de tránsito o 
comunicación terrestre”. ¿Qué se busca, de acuerdo a esta 
explicación? En pocas palabras: traer capitales privados, para luego 
concesionar la gestión y el cobro de tarifas de las obras realizadas. 
 
 
 El FMI calificó en febrero pasado a la APP como “un instrumento importante para la inversión en infraestructura del país”,
 tal como afirmara el subdirector gerente de ese organismo, Naoyuki 
Shinohara, en visita oficial a Asunción. En el interior del país, uno de
 los principales exponentes de defensa de la Alianza Público-Privada fue
 nada menos que Germán Ruiz, titular de la Asociación Rural del 
Paraguay, quien incluso se permitió decir que “los que critican la APP son antipatriotas”.
 Este exabrupto muestra la defensa corporativa que algunos sectores del 
poder económico paraguayo hacen de la nueva normativa, que garantizará 
una maximización de beneficios para el ámbito privado. 
 
 En 
contra de la normativa se ha pronunciado, en primer lugar, la Plenaria 
de Centrales Sindicales, convocando a esta huelga general desde fines de
 2013 -luego de la sanción de la APP-. También se han sumado a la 
convocatoria la Coordinadora Democrática y la Federación Nacional 
Campesina. Se puede decir, por tanto, que un amplio espectro de 
organizaciones sociales, sindicales y políticas lograron confluir en una
 exitosa jornada de huelga general y movilización, con sensibles 
reivindicaciones como un aumento salarial del 25%, el planteo de un 
control de precios para los productos de la canasta básica, un rechazo a
 la suba de las tarifas en el transporte público, y el rechazo a la APP.
 
 
 ¿Se reabre la discusión de la APP? 
 Sin 
dudas el éxito de la jornada ha abierto grietas en los pasos a seguir en
 el mismo gobierno paraguayo. El propio vicepresidente, Juan Afara, 
manifestó que  "el gobierno cometió un error durante la creación de 
la Ley de Alianza Público Privada. No socializamos con todos los 
sectores, pero invitamos a que la ciudadanía lea la normativa y se 
informe"  , tras lo cual anunció la conformación de una “mesa de diálogo” con representantes sociales, políticos y económicos. 
 
 Esta misma autocrítica puede significar un primer paso para promover no
 sólo la discusión de la ley, sino también el modelo económico que lleva
 adelante el gobierno de Cartes -de la cual esta legislación es un punto más, aunque claro, con una trascendencia innegable-.
 Es que, en momentos donde América Latina discute en general una mayor 
participación estatal en los asuntos económicos cotidianos, producto de 
la irrupción de gobiernos posneoliberales en gran parte de nuestros 
países, debates como los que se dan en Paraguay nos hacen recordar a 
otras décadas , de resistencia frente a los avances del gran capital 
concentrado. 
 
 El desafío para las organizaciones sociales y 
políticas de Paraguay será seguir planteando, tanto en las calles como 
en los ámbitos institucionales, sus justas demandas sobre estos temas, 
para evitar retrocesos en materia de conquistas sociales y derechos. Al 
parecer, la masiva participación popular en la jornada de huelga general
 y movilización es una saludable noticia, de la que el gobierno deberá 
tomar rápida nota. 
 Juan Manuel Karg. Licenciado en Ciencia Política UBA. Investigador del Centro Cultural de la Cooperación – Buenos Aires 
Fuente: Rebelion.Org   
Un violento “Golpe Suave”: entre la guarimba y la contrarrevolución armada
Instituciones atacadas, llamados a asesinar al presidente, decenas de 
manifestantes baleados, paramilitares colombianos paseándose por San 
Cristóbal, guarimbas y amenazas del Imperio Yanqui, son algunos de los 
elementos que estarían configurando un nuevo golpe de Estado en el país,
 un “golpe suave” como lo han llamado los propios norteamericanos. 
En las siguientes líneas entregaremos algunos elementos para la 
comprensión de la situación de violencia contrarrevolucionaria que está 
sufriendo el país, de modo de develar a sus ejecutores, sus objetivos, 
su estrategia y sus métodos, y poder contar así con herramientas que nos
 ayuden a diseñar acciones de defensa activa del proceso 
revolucionario. 
El golpismo: realidad y objetivos 
El imperialismo, el intervencionismo norteamericano, las operaciones 
encubiertas, al contrario de lo que dice la derecha, no son 
alucinaciones, ni excusas de los chavistas, ni conclusiones de las 
teorías conspirativas, son una triste y comprobable realidad. 
No hay que mirar a Siria, Libia o Ucrania para darse cuenta de que el 
Imperio Norteamericano está dispuesto a usar todas las armas necesarias 
para resguardar sus intereses. Sólo miremos nuestra historia 
latinoamericana.
Desde 1823, cuando la Doctrina Monroe declara a “América Latina” como 
propia, podemos contabilizar al menos las siguientes intervenciones 
militares directas:
- la usurpación de la mitad del territorio mexicano en 1846,
 - el bombardeo del puerto nicaragüense de San Juan del Norte en 1854 y la invasión a Nicaragua, El Salvador y Honduras en los años siguientes,
 - la ocupación de Cuba y Puerto Rico en 1898,
 - la toma del Canal de Panamá en 1903,
 - la invasión a Republica Dominicana en 1904,
 - la intervención en Cuba en 1906,
 - la invasión de Panamá en 1908,
 - la ocupación de Nicaragua en 1912,
 - el bombardeo al puerto mexicano de Veracruz en 1914,
 - la intervención en Haití en 1915,
 - la ocupación de Republica Dominicana entre 1916 y 1924, la ocupación de la provincia de Chiriquí en Panamá en 1918,
 - la invasión a Honduras en 1924,
 - la ocupación de Ciudad de Panamá en 1924,
 - el bombardeo aéreo a El Tocoral en Nicaragua en 1927,
 - la invasión de Bahía de Cochinos en 1961,
 - la intervención en Republica Dominicana en 1965
 - y en Guatemala en 1966,
 - el envió de Boinas Verdes a Bolivia en 1967 para cazar al Che Guevara,
 - la invasión a Granada en 1983,
 - a Panamá en 1989
 - y a Haití en 1994;
 
esto sólo nombrando las invasiones e intervenciones abiertas, a las que 
hay que sumar las operaciones encubiertas para derrocar e imponer 
mandatarios a través de diversos métodos, desde el fraude electoral 
hasta los golpes militares. 
El Golpe de Estado ha sido uno de los métodos más usados por el Imperio 
para derrocar gobiernos contrarios a sus intereses. Todos tenemos en la 
mente la imagen de los militares saliendo a las calles, tomándose las 
instituciones e instalando cruentas dictaduras; el bombardeo al Palacio 
de La Moneda y la muerte del Presidente Allende es un ejemplo clásico de
 los Golpes Militares que se dieron en el marco de la Doctrina de 
Seguridad Nacional en los 60’s y 70’s. 
Hoy las formas han cambiado, pero el derrocamiento de mandatarios por 
vías ilícitas sigue siendo un latente peligro. Los golpes de Estado no 
han cesado. Así lo comprueban nuestras últimas décadas de historia. 
Algunas de las modalidades adoptadas han sido las siguientes: 
- autogolpe (Fujimori en 1992-exitoso),
 - golpe patronal y civil-militar (a Hugo Chávez el 2002-fallidos),
 - golpe cívico-separatista (a Evo Morales el 2008 – fallido), golpe parlamentario-militar (a Manuel Zelaya el 2009-exitoso),
 - golpe parlamentario (a Fernando Lugo el 2012-exitoso), golpe policial (a Rafael Correa el 2010
 - y a Evo Morales el 2012 – ambos fallidos).
 
El tipo de golpe, las maniobras desestabilizadoras que lo anteceden y 
las medidas represivas que le siguen, dependerán de las distintas 
variables que presente cada realidad.
En el caso venezolano el Imperio Norteamericano y la oligarquía criolla 
subestimaron el grado de conciencia y de movilización del pueblo, que 
logró contrarrestar el golpe y restituir a Hugo Chávez como Presidente. 
Es una gran lección que sacó la contrarrevolución: en Venezuela no basta
 con sacar a un presidente, para reinstalar la hegemonía capitalista se 
debe realizar toda una contrarrevolución política, económica, militar, 
social, que acabe con la organización y la conciencia del pueblo, y esto
 sólo se logra con altos grados de violencia. En este sentido, la 
Venezuela Bolivariana presenta una situación similar a la de España en 
1936 y a la de Chile en 1973, en donde el pueblo había alcanzado tales 
grados de conciencia, organización y capacidad de lucha, que fueron 
necesarias cruentas dictaduras de décadas de extensión para volver a 
instalar el capitalismo y su modelo de sociedad. 
El objetivo final del Imperio Norteamericano y de la oligarquía criolla 
es la destrucción del bloque histórico bolivariano (de las 
organizaciones revolucionarias, de los beneficios sociales, de la 
Constitución Bolivariana, de la identidad chavista, del poder popular, 
de la FANB, etc.) y la imposición de un nuevo bloque histórico 
neoliberal, es decir, una revolución (política, económica, moral, 
cultural, social) en un sentido capitalista. Repetimos, no sólo se trata
 de tumbar a un gobierno. 
A la hora de definir sus cursos de acción, los enemigos del proceso 
tienen en cuenta, al menos, las siguientes particularidades de nuestra 
realidad revolucionaria:
-          Un pueblo bolivariano organizado y con altos niveles de 
conciencia revolucionaria que no entregará el proceso por las buenas 
-          Una FANB que en su mayoría se mantiene leal al proceso
-          Un gobierno que no está dispuesto a renunciar
-          El respaldo internacional de los países de la región 
De estas importantes particularidades y según como se vaya desarrollando
 el día a día, el Imperio irá definiendo los cursos de acción dentro de 
una estrategia general que sigue la línea de lo que se ha llamado un 
“golpe suave”, pero que hipotéticamente podría escalar a una guerra 
civil abierta como en Siria.
El “golpe suave” y la guerra civil abierta
Estados
 Unidos, en su intento por imponer la hegemonía mundial, maniobra por el
 mundo atacando a los gobiernos que osan levantarse en su contra o que 
no sirven directamente a sus intereses. 
Entre sus armas están las intervenciones directas, como en Libia, las 
invasiones, como en Irak, Afganistán y Somalia, las que implican el uso 
de fuerzas militares y un cuestionamiento internacional creciente. 
Sin embargo, el Imperio ha encontrado una forma aparentemente menos 
evidente y menos violenta para derrocar gobiernos, lo que el politólogo 
Gen Sharp ha teorizado y ejecutado bajo la denominación de “golpes 
suaves”. 
Gene Sharp ha escrito un decálogo de la desestabilización que está 
siendo utilizado por movimientos y organizaciones contrarrevolucionarias
 en todo el mundo. 
El propio Sharp ha dicho que su labor es hacer de forma abierta, a 
través de organizaciones de colores, lo que antes la CIA hacia antes de 
manera oculta. 
La estrategia de Sharp ha sido aplicada en Checoslovaquia, Lituania, en 
las “Revoluciones de Colores”, la “Primavera Árabe”, en las actuales 
rebeliones en Ucrania y ahora en la Venezuela Bolivariana. 
La historia
En 1983, aun en contexto de Guerra fría, Gene Sharp diseña una 
estrategia de “resistencia civil” ante una posible invasión soviética a 
la Europa Capitalista, que será publicado en 1985 bajo el título de Cómo
 Hacer que Europa sea Inconquistable. Este será difundido a través del 
Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard y de una 
institución que el propio Sharp crea para estos fines, la Albert 
Einstein Institución – AEI. Los planteamientos de Sharp comienzan a 
despertar tal atención que el Ejército y la CIA integran al AEI al 
aparataje injerencista norteamericano. 
En 1989, cuando comienza el declive del bloque comunista, Sharp 
interviene apoyando a los anticomunistas en Birmania y Taiwán así como a
 la oposición tibetana. Estas acciones le permiten a Sharp ganarse un 
apoyo cada vez más creciente de la CIA, la que integra a la Fundación a 
un especialista en acciones encubiertas: el coronel Robert Helvey. En 
ese mismo año es expulsado de China antes de los sucesos de Tiananmen. 
La CIA, financiando a Sharp y a su Fundación a través de la NED, 
comienza a preparar la intervención para desmembrar a la Unión 
Soviética.
En 1990 reúnen a líderes anticomunistas de 16 países para formarlos y fijar una estrategia. 
Cuando los países bálticos proclaman su independencia, Sharp y los suyos
 se dedican a preparar a políticos lituanos, entre estos a los del 
partido Sajudis (Grupo de Iniciativa por la Perestroika), para 
enfrentarse a las fuerzas de Mijail Gorbatchov. Sharp y la Albert 
Einstein Institution recibirán posteriormente un reconocimiento oficial 
de la Lituania independiente por los servicios prestados. 
En 1998 Estados Unidos da inicio a una nueva ofensiva en los países de 
la ex órbita soviética, en lo que se conocerá como las “revoluciones de 
colores”; en estas, Sharp y la AEI tendrán un rol protagónico. Con 
cientos de millones de dólares en financiamiento, formación política y 
militar y una asesoría directa, la AEI impulsa a la organización Otpor 
(“Resistencia”), un grupo de jóvenes opositores al presidente Slobodan 
Milosevic en la ex Yugoslavia, el último presidente comunista que 
quedaba en la zona. Con el apoyo norteamericano Otpor logrará, mediante 
la desestabilización del país (y con la ayuda de los bombardeos de la 
OTAN), que Milosevic dimita en octubre del 2000, en la llamada 
“revolución buldócer”, lanzado a Sharp al estrellato. 
Como paso previo a la invasión militar norteamericana a Irak, en el 2002
 Sharp entrena en La Haya a los miembros del Consejo Nacional Iraquí. 
Pero el Imperio tenía para Sharp otras tareas, expandir la experiencia 
yugoslava. Así, en el 2003 comienzan con la intervención en Georgia en 
la denominada “revolución de las rosas”, sacando del poder a Eduard 
Shevardnadze, en el 2004 impulsan la “revolución naranja” en Ucrania, la
 “revolución de los tulipanes” en Kirguistán el 2005 y la “revolución 
del cedro” en el Líbano ese mismo año, en el 2010 propician la 
“revolución de los jazmines” en Túnez logrando la salida del gobierno de
 Zine el Abidine Ben Alí, lo que da origen a la denominada “primavera 
árabe” en el Norte de África y el Oriente Medio. En estas intervenciones
 exitosas Sharp y la AEI no estuvieron solos sino que muy bien 
acompañados por la CIA, la Fundación Soros, la USAID y la NED. 
Sin embargo, Estados Unidos y la estrategia de Sharp serían derrotados 
en Bielorrusia (“revolución blanca”), Birmania (“revolución azafrán”), 
Irán (“revolución verde”) y Moldavia (“revolución twitter”). 
En Venezuela, cuando fracasa el Golpe de Estado del 2002 y el Paro 
Petrolero, la AEI entra con todo y comienza a desarrollar sus 
operaciones, impulsando el referéndum revocatorio y las acciones de 
organizaciones reaccionarias como JAVU.
La estrategia y la experiencia de Sharp ha sido sistematiza y difundida,
 constituyendo un verdadero manual desestabilizador que desde hace algún
 tiempo se ha venido aplicando en Venezuela y que ahora hace su 
aparición de manera evidente y violenta. 
Su método
La metodología de Sharp consiste en la combinación de una serie de 
acciones psicológicas, mediáticas, políticas, económicas, legales, 
simbólicas, callejeras e insurreccionales, que tienen por fin la 
concreción de un golpe de Estado, es decir, el derrocamiento de un 
presidente (ya sea por renuncia, secuestro, asesinato, etc.). Estos 
métodos, sus ritmos y objetivos se pueden dividir en 5 fases encaminadas
 al derrocamiento presidencial:
Primera Fase: se desarrolla una Guerra de Cuarta Generación con 
un fuerte protagonismo de los medios de comunicación, los cuales buscan 
generalizar (sin importar el uso de mentiras o montajes) el malestar 
social sobre situaciones reales o inventadas, como la falta de 
alimentos, la delincuencia, la corrupción, etc. Al mismo tiempo, estas 
situaciones son concretizadas por una serie de actores que las 
convierten en una realidad cotidiana: las empresas acaparan, generalizan
 el contrabando de extracción, especulación para generar 
desabastecimiento; sicarios y bandas armadas asesinan y generan el temor
 para crear la sensación de descontrol delictivo, sobretodo con hechos 
de alta connotación publica, como el asesinato de Mónica Spears. 
Segunda fase: se promueve la supuesta ilegitimidad del régimen, 
usando una serie de argumentos como las violaciones a los derechos 
humanos, a la libertad de prensa, la falta de libertades políticas, el 
cuestionamiento a la nacionalidad del presidente, etc. 
Tercera Fase: movilizaciones callejeras, generalización de la 
protesta, toma de instituciones públicas, bloqueo de vías, resistencia a
 las fuerzas policiales, aumento de la confrontación para generar la 
sensación de ingobernabilidad. 
Cuarta Fase: combinación de todas las formas de lucha, guerra 
psicológica generalizada, se impulsa la sedición al interior de las 
fuerzas armadas, se copan instituciones públicas, se generalizan las 
protestas y se desarrollan acciones armadas que justifiquen medidas 
represivas y así demostrar una situación de caos social. 
Quinta fase: renuncia o derrocamiento del presidente, ya sea por 
presión en las calles o por un pronunciamiento de las fuerzas armadas (u
 otra modalidad). 
Lo que no dice el manual de Sharp es que cuando la estrategia se ve 
agotada y la Cuarta Fase no logra los objetivos esperados, se transforma
 en una guerra civil abierta encabezada por un ejército mercenario como 
en Siria, que puede ser apoyado por fuerzas extranjeras, como en Libia. 
Sus actores
Jon Kortazar Billelabeitia, analizando las manifestaciones en Ucrania, 
ha sostenido que quienes protestan provienen de dos sectores, por un 
lado, jóvenes organizados según el esquema de las “revoluciones de 
colores”, fuertemente vinculadas a ONGS norteamericanas que siguen las 
líneas de acción de Gene Sharp y cuya ideología no es más que la 
repetición de consignas como la “lucha por la libertad y la democracia”.
 Y por otro, jóvenes de clase media y clase alta de extrema derecha 
envalentonados con la idea de la caída del régimen. 
En este sentido, el modelo a seguir es el de Otpor: un grupo juvenil 
supuestamente a favor de la democracia, cuyos orígenes se sitúan en la 
Universidad de Belgrado, pero que con la ayuda de Estados Unidos se 
llegaron a convertir en un poderoso movimiento nacional de combate al 
régimen de Milosevic. Planificadas por un equipo experto norteamericano,
 las operaciones de Otpor desestabilizaron al país hasta la caída 
Milosevic. Con esta experiencia Otpor y Sharp exportaron este modelo 
desestabilizador a otros países, dictando seminarios y realizando cursos
 de formación y entrenamiento para los jóvenes contrarrevolucionarios, 
que dieron vida a Kmara en Georgia, Pora en Ucrania, Zubr en 
Bielorrusia, MJAFT! en Albania, Oborona en Rusia, KelKel en 
Kirguizistán, Bolga en Uzbekistán, Pulse of Freedom en el Líbano y Gong 
en Croacia. En Ucrania, el legado de Proa ha sido tomado por Femen, 
quienes junto a los fascistas de Svoda, lideran las protestas que 
actualmente desestabilizan a aquel país.
En Venezuela la AEI comenzó en el 2003 su trabajo formando a los jóvenes
 de Ofensiva Ciudadana, luego, junto a Robert Alonso, impulsaron las 
guarimbas. El propio Coronel Helvey y miembros de Otpor vinieron a 
Venezuela a formar a grupos opositores juveniles, entre estos, a la 
Juventud Activa Venezuela Unida (Javu), quienes junto a integrantes del 
Voluntad han recibido entrenamiento militar por los paramilitares 
mercenarios de Miami. Hoy, son los miembros de las JAVU, junto a otros 
grupos violentistas y paramilitares los que han desatado la violencia en
 el país, llamando derechamente a matar chavistas y al propio Presidente
 Nicolás Maduro. 
El golpe suave es una de las líneas estratégicas del Imperio, no es la 
única, se combina con otras, incluso dentro del golpe suave la AEI es 
uno de los agentes del imperio, mas no el único. Aquí podemos encontrar 
también a la National Endowment for Democracy – NED, dirigida por la 
CIA, que ha venido financiando a los grupos de oposición para sus 
maniobras desestabilizadoras, entregando millones de dólares a 
organizaciones como Súmate, Liderazgo y Visión, Consorcio Justicia y 
partidos opositores. El International Center on Nonviolent Conflict 
Resources, que trabaja para promover los golpes suaves y que ha sido la 
que ha financiado las charlas de Otpor en el país. El Instituto 
Republicano Internacional-IRI, del Partido Republicano, que tiene entre 
sus lideres a John McCain, el mismo que acaba de pedir al gobierno 
norteamericano una intervención militar en Venezuela, financia a 
partidos de derecha en todo el mundo y, en el caso venezolano, a Primero
 Justicia, Un Nuevo tiempo y Voluntad Popular. El National Democratic 
Institute for International Affairs- NDI, ha financiado a grupos 
opositores como Súmate, Primero Justicia, Proyecto Venezuela, Alianza 
Bravo Pueblo, Un Nuevo Tiempo, Liderazgo y Visión y Voluntad Popular, 
operando como un brazo financiero del Imperio en todo el planeta. 
Las redes sociales juegan un papel fundamental en la estrategia 
desestabilizadora del “golpe suave”, a través de ellas se manipula la 
información (incluso de forma grosera como hemos visto en estos días en 
Venezuela) y se generan verdaderas redes de sedición. Veamos el caso de 
Egipto. 
Los jefes de los cyberactivistas del “Movimiento 6 de Abril” son 
miembros de la “Academia Egipcia Democrática”, financiada por la NED. 
Entre sus integrantes, Isra Abdel Fattah ha sido condecorada por la 
Freedom House y Mohamed Adel fue formado en el 2009 por Canvas (sucesor 
de Otpor) y Gene Sharp, participando incluso de Otpor durante la 
“revolución” del 2000 contra Slobodan Milosevic. 
Isra Abdel Fattah es también miembro del Partido El-Ghad ("Mañana"), 
financiado por la NED, el IRI y el NDI. Tenemos también al grupo Kifaya 
("¡Basta!") apoyado por el Centro Internacional de Conflictos No 
Violentos, y el "Foro Fikra" dirigido y financiado por el Instituto 
Washington para Política del Cercano Oriente (WINEP) que alberga no sol a
 activistas egipcios sino que también a activistas árabes, yemeníes, 
jordanos, libaneses, argelinos, marroquíes, sirios y miembros del 
Consejo Nacional Sirio como Radwan Ziadeh y Ausama Monajed, este último 
admirador y cercano a Gene Sharp. 
Todas estas organizaciones son fachadas de la CIA y el Departamento de 
Estado para financiar a grupos opositores, realizar maniobras 
encubiertas de carácter desestabilizador, promover divisiones en las 
Fuerzas Armadas y el chavismo y preparar el terreno para un golpe de 
Estado. Junto  a estas, nos encontramos a los grupos armados de la 
derecha, aquellos que operan en las sombras, entrenados en Miami o en 
Colombia, paramilitares que asesinan dirigentes sociales, que atentan 
contra la industria petrolera y el sistema eléctrico y que esperan el 
momento preciso para actuar, como hoy lo hacen abiertamente en Táchira y
 que constituyen el germen de un ejército contrarrevolucionario como el 
que azota al pueblo sirio. 
El “golpe suave” en Venezuela 
El bloque dominante no es un bloque homogéneo, está integrado en su 
interior por diversas fuerzas sociales con intereses particulares que 
convergen en base a objetivos generales comunes: la destrucción de 
proceso revolucionario bolivariano y la instauración del capitalismo. 
Estas fuerzas están articuladas bajo un mando común, el de los Estados 
Unidos.
Es una guerra que se desarrolla en múltiples campos de batalla y donde 
cada fuerza aporta su sedicioso granito de arena. Hoy el eje de la 
confrontación es el económico, la Guerra Económica que ha desatado el 
gran capital criollo y trasnacional, y que hoy se expresa políticamente 
en las calles con la única fuerza social que es capaz de movilizar este 
conglomerado: un sector de los estudiantes.
La trama del “golpe suave” en Venezuela se ha desatado con gran 
intensidad desde la muerte del Comandante y Presidente Hugo Chávez. 
Siguiendo el guión golpista, la derecha comenzó, primero, un 
cuestionamiento a la legitimidad de Nicolás Maduro como jefe de Gobierno
 designado cuando Hugo Chávez aun estaba vivo. Se criticó no sólo su 
legitimidad, sino también la del Tribunal Supremo de Justicia y la del 
Consejo Nacional Electoral, tanto fue así que incluso se habló de un 
“golpe democrático”. Fallecido el Comandante, se comenzó a dudar de la 
nacionalidad de Nicolás Maduro, generándose así una matriz de opinión de
 un mandatario que por todos lados sería ilegitimo. Con esos 
cuestionamientos, que por cierto fueron replicados por la prensa 
internacional de países como Chile, Colombia, México, España y Estados 
Unidos, llegó Nicolás Maduro a las elecciones en donde derrotó no sólo a
 Capriles sino que a todas las esperanzas de la derecha de acceder al 
poder de forma democrática. 
La reacción inmediata fue desatar la violencia contrarrevolucionaria en 
el país, con el saldo de varios muertos y varias instalaciones públicas 
atacadas, con el argumento del fraude electoral. Esta fue la matriz de 
opinión que se trató de instalar, con los medios internacionales 
hablando de crisis en Venezuela y los dirigentes de la oposición 
viajando por el mundo reclamando la ilegalidad del régimen. Ya con esto,
 se paso a otra etapa: crear un malestar social generalizado. Para ello 
comenzaron los ataques al sistema eléctrico, desataron la violencia de 
las bandas generando hechos de impacto público, atacaron a la base 
chavista asesinando y hostigando dirigentes y, la vela que adornó la 
torta, desataron la más cruenta Guerra Económica contra el pueblo con 
las armas del acaparamiento, la especulación, el contrabando de 
extracción, los sobreprecios, la fuga de divisas, la producción a media 
máquina.
Se pretendía así generar un malestar que llegase a la propia base 
chavista. Los medios nacionales e internacionales ayudaron a generar la 
visión de un país en crisis económica, donde no hay para comer, donde 
reina la delincuencia, con un gobierno que no hace nada. Con este cuadro
 creado, y aun con el argumento del fraude electoral, quisieron hacer de
 las elecciones municipales un plebiscito, en donde quedaría demostrado 
que en verdad ellos ganaron las presidenciales y así convocar a la 
rebelión del pueblo. Sin embargo, las medidas acertadas en materia 
económica tomadas por el Presidente Nicolás Maduro permitieron cambiar 
la situación y propiciarle una “derrota” electoral a  la derecha en 
diciembre pasado. Colocamos derrota entre comillas debido a que la 
oposición sí logro un triunfo estratégico al conquistar una gran 
cantidad de municipios en la frontera, que es donde hoy de viven los 
hechos de violencia mas violentos. 
Derrotada electoralmente, la vía democrática de la derecha debía dar 
paso a acciones más radicales, que son las que hemos visto en estos 
días. Instituciones atacadas, carros incendiados, manifestantes 
asesinados, hordas de paramilitares colombianos que se pasean por 
Táchira, son parte del duro panorama que estamos enfrentando.
¿Qué es lo que sigue en el guión? Es difícil jugar a la futurología, 
pero es seguro que la violencia seguirá expandiéndose como parte de una 
guerra de desgaste en contra del Gobierno Revolucionario.
La situación a recrear es la de Ucrania, generar tal caos y tal violencia que se obligue al gobierno a renunciar. 
No debemos descartar, por cierto, un magnicidio o la creación de un 
conflicto internacional con Colombia. Tampoco debemos descartar que el 
guion a seguir sea el de Siria. 
En este sentido, la situación de Táchira es más que preocupante. San Cristóbal puede convertirse en el Homs Venezolano. 
La presencia de grupos armados de derecha provenientes de Colombia es 
innegable y cuentan ya con todo un escenario creado y con las 
condiciones necesarias para proclamar una lucha armada directa contra el
 Gobierno Revolucionario con un ejército mercenario en la frontera. 
La contrarrevolución armada podría extender su violencia y control, 
aislando al Táchira, proclamándolo como un “territorio liberado” y así 
instalar una “cabeza de playa”. O bien, todos esos grupos armados puedes
 desconcentrarse y desperdigarse por el territorio nacional hacia 
ciudades y puntos estratégicos y así seguir expandiendo la violencia. 
Esto como hipótesis. 
De igual manera, podemos plantear como hipótesis que esta es una 
estrategia de golpe a mediano plazo, no de un par de semanas, que busca 
una desestabilización y un desgaste mantenido en el tiempo, que puede 
darse por oleadas. Hay que considerar, eso si, que intervienen factores 
subjetivos y objetivos relevantes para el pueblo venezolano: se nos 
vienen los carnavales, el aniversario de la muerte del Comandante 
Chávez, Semana Santa, varios feriados, etc. Que pueden descomprimir el 
conflicto o provocar cambios tácticos.
De la misma manera podría preverse que el mantenimiento de las acciones 
desestabilizadoras y de la Guerra Económica, podría provocar un difícil 
cuadro para agosto y septiembre época donde los bolsillos familiares se 
ven golpeados por los gastos del retorno a clases. Factores como estos 
son necesarios de considerar a la hora de realizar proyecciones de como 
se seguirá desarrollando este violento escenario.
Como nota al pie, debemos decir que al hablar de paramilitarismo, 
contrarrevolución armada y grupos mercenarios debemos hacer algunas 
distinciones importantes. 
Aunque el paramilitarismo y la contrarrevolución son dos mecanismos 
usados para combatir a las fuerzas revolucionarias, poseen diferencias 
entre sí.
El paramilitarismo es la forma extrema que adquiere la acción de un 
Estado burgués en contra del Movimiento Popular, cuando éste amenaza con
 rebasarlo. Para ello, estructura fuerzas organizadas de carácter 
paraestatal que concentran su misión combativa en contener a las fuerzas
 populares mediante el terror, aniquilando sus cuadros de vanguardia, 
buscando aislar a las fuerzas insurgentes de sus bases de apoyo. 
El paramilitarismo se constituye generalmente con integrantes de las fuerzas armadas y civiles de ultraderecha.
A diferencia del paramilitarismo, podríamos definir la contrarrevolución
 como la acción desatada por las fuerzas de la reacción en función de 
desestabilizar y derrocar a gobiernos revolucionarios ya instalados en 
el Poder (por ejemplo, la “Contra” en la Nicaragua Sandinista). 
Así, el paramilitarismo se ejerce desde el poder constituido y la 
contrarrevolución es en contra de un nuevo poder revolucionario. 
Así, hablamos de paramilitares colombianos haciendo referencia a su 
origen y funciones en el país vecino, en donde operan como brazo armado 
paraestatal de la oligarquía colombiana, pero que al entrar y accionar 
en territorio venezolano mutan su carácter y se transforman en grupos 
mercenarios dentro de un escenario de contrarrevolución armada. Los 
paramilitares colombianos, junto otros grupos que desarrollan acciones 
armadas, son la contrarrevolución armada, la que también posee otros 
elementos desestabilizadores no armados que forman parte de la 
estrategia general contrarrevolucionaria. ¿Qué el “golpe suave” 
entonces? Una estrategia contrarrevolucionaria que busca el 
derrocamiento gubernamental, ni más ni menos.
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CRBZ
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