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Marvin Minsky, premio Fronteras del Conocimiento, ya había descalificado el proyecto
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El asunto clave es que muchos neurocientíficos no ven claro que una simulación del complejo neuronal mediante equipos potentísimos de cálculo y otras tecnologías, supongan un claro avance en la comprensión del comportamiento humano, y temen que un gasto semejante deje a la neurociencia sin recursos para investigar por otras vías.

Como el proyecto está en fase de arranque y de evaluación, con una inversión menor de 52 millones de euros hasta que se comprometa el grueso del dinero y de determinen los subproyectos, 500 millones de euros por parte de la UE y otro tanto por los patronos de los 80 centros de investigación que han sido seleccionados hasta ahora, los científicos rebeldes reclaman que se den una serie de condiciones de transparencia y flexibilidad, a las que se comprometan la Comisión Europea y los países miembros, aunque preferirían que el dinero finalmente fuera a parar a proyectos individuales de investigación cerebral. En el caso de que la Comisión no se vinculase a las medidas reclamadas, los científicos firmantes piden directamente el boicot al proyecto.
En la carta exigen que el comité de evaluación se componga de científicos relevantes cuyas posiciones reflejen la diversidad en la neurociencia, su identidad debe ser conocida, así como los objetivos y procedimientos en la revisión. Los miembros deben ser independientes y no ligados al proyecto y declarar la relación que mantienen con éste. La CE debe comprobar si se están cumpliendo los criterios de excelencia y calidad en la implementación del proyecto, tal como exige la regulación comunitaria. Una vez determinado si está optimizado el reparto y la elección de los socios, el comité indepediente hará recomendaciones vinculantes sobre la continuación del proyecto como un todo así como la de los subproyectos indiviudales, incluyendo la asignación de recursos a otros de nueva creación. Este mismo comité debería tener poderes para formular el procedimiento de las licitaciones de los proyectos coaligados. En definitiva, cuestiona lo recorrido hasta ahora, y plantea una revisión de todo el proyecto por un comité formado por personas con indiscutible talento científico y que representen a todo el abanico de las neurociencias.

Firmantes españoles de la carta denuncia
Entre los firmantes hay varios españoles. Del Instituto de Neurociencias de Alicante, Joan Lerma, Miguel Maravall, Michael Bale y Luis Miguel Martínez. De la Pompeu Fabra habían firmado a día de ayer, Nava Rubin y Jordi García Ojalvo. De la Universidad de La Laguna figuran María José Rodrigo y Manuel de Vega, De IDIBAPS, Albert Compte y Jaime de la Rocha. También están Claudia Freire, de la universidad de La Coruña, María Rosario Luquin, de la de Navarra, Garikoitz Azkona, de la de Barcelona, Emilio Palomares, de ICIQ, Rosario Sánchez, de la Fundación Inbiomed y Teresa Giménez Barbat, de Tercera Cultura.
Por parte de España, entre la participación prevista en Human Brain Project destacan el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, el Institut de Reserca Biomedica, también de Barcelona, el Instituto Cajal (CSIC), y las universidades Autónoma de Madrid, Complutense, Granada, Rey Juan Carlos, Castilla La Mancha y Politécnica de Madrid.
Fuente: http://www.lacelosia.com/rebelion-de-los-cientificos-contra-el-milmillonario-proyecto-europeo-del-cerebro/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rebelion-de-los-cientificos-contra-el-milmillonario-proyecto-europeo-del-cerebro