Las elecciones parlamentarias en Venezuela arrojan varias enseñanzas que creo necesario subrayar. En primer lugar que, contrariamente a todas las predicciones de los lenguaraces de la derecha, el comicio se realizó, al igual que todos los anteriores, de una manera impecable.
La identidad política del chavismo está intacta. Todo el que haya estado recientemente en las catacumbas lo sabe. Triunfante la guerra económica, el chavismo ha visto disminuir su fuerza. Pero permanece allí, irreductible. Aún puede hablarse con absoluta propiedad de una revolución bolivariana, porque existe un sujeto de esa revolución. Se dirá que son cuestiones básicas, pero son éstas, justamente, las que hay que tomar en cuenta a la hora de los balances por hacer.