Aboguemos por su reemplazo
Traducido por Griselda Piñero y Raul Quiroz |
En 2014, el Banco
Mundial y el FMI cumplirán 70 años. En octubre de 2013, mantendrán, como
habitualmente, su reunión anual en Washington. Numerosas
organizaciones, entre las que se encuentra el CADTM, hacen una
convocatoria conjunta para una semana de acción contra la deuda
ilegítima y las instituciones financieras internacionales que se
desarrollará a escala internacional del 8 al 15 de octubre. [1] Este
artículo vuelve a tratar el balance de la actuación del FMI y del Banco
Mundial, y propone alternativas para una nueva arquitectura
internacional.
1) Desde su creación en 1944, el Banco
Mundial (BM) y el FMI respaldaron activamente todas las dictaduras y
todos los regímenes corruptos aliados de Estados Unidos.
2)
Pisotean la soberanía de los Estados violando en forma flagrante el
derecho de los pueblos de disponer de sí mismos, sobre todo debido a las
condicionalidades que imponen. Estas condicionalidades empobrecen a la
población, incrementan las desigualdades, libran al país a las
transnacionales y hacen modificar las legislaciones de los Estados
(reformas profundas del código de trabajo, de los códigos mineros,
forestales, eliminación de los convenios colectivos, etc.) favoreciendo a
los acreedores e «inversores» extranjeros.
3) A pesar de haber
detectado desvíos masivos de dinero, tanto el BM como el FMI
mantuvieron, e incluso aumentaron, el monto prestado a los regímenes
corruptos y dictatoriales aliados a las potencias occidentales (como el
emblemático caso del Congo-Zaire de Mobuto, después del informe
Blumenthal de 1982)
4) Mediante su apoyo financiero, ayudaron a la
dictadura de Habyarimana en Ruanda hasta el año 1992, lo que le
permitió a este dictador quintuplicar los efectivos de su ejército. Las
reformas económicas que impusieron en 1990 desestabilizaron el país y
exacerbaron las contradicciones latentes. El régimen de Habyarimana
había estado preparando un genocidio desde los años 80, que finalmente
fue perpetrado a partir del 6 de abril de 1994, causando cerca de un
millón de muertos entre los Tutsis y los Hutus moderados. A
continuación, el Banco Mundial y el FMI exigieron a las nuevas
autoridades ruandesas el pago de la deuda contraída por el régimen
genocida.
5) Apoyaron otros regímenes dictatoriales del campo
contrario —como el de Rumania desde 1973 hasta 1982, y el de China a
partir de 1980— para debilitar a la Unión Soviética antes de su
implosión en 1991.
6) Sostuvieron las peores dictaduras hasta su
derrocamiento. Por ejemplo: el significativo apoyo a Suharto en
Indonesia desde 1965 hasta 1998, a Marcos en Filipinas desde 1972 hasta
1986, a Ben Alí en Túnez y a Mubarak en Egipto,: hasta la expulsión de
estos dictadores en 2011.
7) Sabotearon activamente algunas
experiencias democráticas y progresistas: desde las de Jacobo Arbenz en
Guatemala y de Mohammad Mossadegh en Irán, en la primera mitad de la
década de los 50, la de João Goulart en Brasil a comienzos de los años
60, hasta la de los sandinistas en Nicaragua en los años 80, pasando por
la de Salvador Allende en Chile entre 1970 y 1973. Por cierto, la lista
es mucho más larga.
8) El Banco Mundial y el FMI exigen a los
pueblos, víctimas de tiranos que estas mismas instituciones financian,
el reembolso de las deudas odiosas contraídas por esos regímenes
autoritarios y corruptos.
9) En forma similar, el Banco Mundial y
el FMI exigieron a los países que habían accedido a la independencia,
entre fines de los años 50 y comienzo de los 60, el reembolso de las
deudas odiosas contraídas por las antiguas potencias coloniales para
profundizar su colonización. En particular, ese fue el caso de Bélgica y
su deuda contraída con el Banco Mundial para completar la colonización
del Congo en los años 50. Recordemos que este tipo de transferencia de
las deudas coloniales está prohibido por el derecho internacional.
10)
En los años 60, el Banco Mundial y el FMI sostuvieron económicamente a
países como la República Sudafricana del apartheid y Portugal que
continuaba manteniendo bajo el yugo sus colonias en África y el
Pacífico, mientras que dicho país era objeto de un boicot financiero
internacional decretado por la ONU. El Banco Mundial también apoyó a un
Estado que había anexado a otro por la fuerza: la anexión de Timor
oriental por Indonesia en 1975.
11) En materia de medio ambiente,
el Banco Mundial prosigue el desarrollo de una política productivista
desastrosa para los pueblos y nefasta para la naturaleza. Sin embargo,
consiguió que se le atribuyera la gestión del mercado de los permisos de
contaminación.
12) El Banco Mundial financia proyectos que
violan flagrantemente los derechos humanos. Entre los proyectos
directamente apoyados por el Banco Mundial, se puede poner como
emblemático el proyecto de «transmigración» en Indonesia (años 1970 –
1980) que tenía componentes que pueden considerarse crímenes contra la
humanidad (destrucción del medio natural de poblaciones indígenas,
desplazamiento forzoso de poblaciones). Recientemente, el Banco Mundial
financió íntegramente la mal llamada operación de «salidas voluntarias»
en la República Democrática del Congo (RDC), un plan de despidos que
viola los derechos de 10.665 empleados de Gécamines, una empresa minera
pública situada en la provincia de Katanga. Estos ex empleados esperan
todavía el pago de sus salarios atrasados y las indemnizaciones
previstas por el derecho congoleño.
13) El Banco Mundial y el FMI
favorecieron el surgimiento de factores que provocaron la crisis de la
deuda que estalló en 1982. Resumiendo: a) el Banco Mundial y el FMI
empujaron a los países a endeudarse en unas condiciones que llevaban al
sobreendeudamiento; b) presionaron, incluso forzaron, a los países a
levantar los controles sobre los movimientos de capitales y sobre el
cambio, acentuando la volatilidad de los capitales y facilitando de esa
forma su fuga; alentaron a los países a abandonar la industrialización
por sustitución de importaciones en provecho de un modelo basado en la
promoción de las exportaciones.
14) Disimularon los peligros que
ellos mismos habían detectado: sobreendeudamiento, crisis de pago,
transferencias netas negativas…
15) Desde el estallido de la
crisis en 1982, el Banco Mundial y el FMI favorecieron sistemáticamente a
los acreedores y debilitaron a los deudores.
16) El Banco Mundial
y el FMI recomendaron, incluso impusieron, políticas que hicieron
recaer el pago de la crisis de la deuda sobre los pueblos, privilegiando
al mismo tiempo a los más poderosos.
17) Estas mismas
instituciones prosiguieron con la «generalización» de un modelo
económico que aumenta sistemáticamente las desigualdades entre los
países, y en el interior de los mismos.
18) En los años 90, el BM
y el FMI, con la complicidad de los gobernantes, extendieron sus
políticas de ajuste estructural a la mayoría de los países de
Latinoamérica, África, Asia, y Europa central y oriental (comprendida
Rusia).
19) En este último país, las privatizaciones masivas
fueron realizadas en detrimento del bien común y enriquecieron de manera
colosal a un puñado de oligarcas.
20) Reforzaron las grandes
empresas privadas y debilitaron tanto a los poderes públicos como a los
pequeños productores. Agravaron la explotación de los trabajadores y
aumentaron su precariedad. Lo mismo hicieron con los pequeños
productores.
21) Su retórica sobre la lucha por la reducción de la
pobreza no termina de tapar una política concreta que reproduce y
refuerza las propias causas de la pobreza.
22) La liberalización
de los flujos de capitales que sistemáticamente estas instituciones han
privilegiado, ha fomentado la evasión fiscal, la fuga de capitales y la
corrupción.
23) La liberalización de los intercambios comerciales
reforzó a los fuertes y aisló a los débiles. La mayor parte de pequeños y
medianos productores de los países en desarrollo no pueden resistir a
la competencia de las grandes empresas, ya sean del Norte o del Sur.
24)
El Banco Mundial y el FMI actúan junto a la OMC, la Comisión Europea y
los gobiernos cómplices para imponer una agenda radicalmente opuesta a
la satisfacción de los derechos humanos fundamentales.
25) Desde
que la crisis golpea a la Unión Europea, el FMI está en primera línea
para imponer a las poblaciones de Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre…
unas políticas que ya fueron impuestas a las poblaciones de los países
en desarrollo, a las de Europa central y oriental en los años noventa.
26)
El Banco Mundial y el FMI, que pregonan la buena gobernanza en todos
sus informes, abrigan en su seno comportamientos dudosos.
27)
Estas dos instituciones mantienen a la mayor parte de los países en la
marginalidad, a pesar de que esos países constituyen la mayoría de sus
miembros, y privilegian a un puñado de gobiernos de los países ricos.
28)
En resumen, el Banco Mundial y el FMI representan unos instrumentos
despóticos en manos de una oligarquía internacional (unas pocas grandes
potencias y sus sociedades transnacionales) que refuerza el sistema
capitalista internacional, destructor de la humanidad y de la naturaleza
29)
Hay que denunciar las nefastas acciones del Banco Mundial y del FMI con
el objetivo de terminar con ellas. Las deudas de las que estas
instituciones reclaman su pago deben anularse y estas instituciones
deben ser llevadas ante la justicia.
30) Es urgente construir una
nueva arquitectura democrática internacional que favorezca una
redistribución de las riquezas y apoye los esfuerzos de los pueblos en
la realización de un desarrollo socialmente justo y respetuoso de la
naturaleza.
Construir una nueva arquitectura internacional
Se
debe optar por propuestas que redefinan radicalmente las bases de la
arquitectura internacional (misiones, funcionamiento…). Tomemos, por
ejemplo, la OMC, El FMI y el Banco Mundial.
La nueva OMC
debería tener como objetivo, en el ámbito comercial, garantizar la
ejecución de una serie de pactos internacionales fundamentales,
comenzando por la Declaración Universal de los derechos humanos y todos
los tratados fundamentales en materia de derechos humanos (individuales y
colectivos) y de la naturaleza. Su funcionamiento debería ser
supervisar y reglamentar el comercio de manera que sea rigurosamente
conforme a las normas sociales (convenciones de la Organización
Internacional del Trabajo – OIT) y del medio ambiente. Esta definición
se opone de manera frontal a los actuales objetivos de la OMC. Pero,
evidentemente, esta demanda implica una estricta separación de poderes:
está fuera de lugar que la OMC, como cualquier otra organización, posea
en su seno su propio tribunal. Por lo tanto, hay que suprimir el Órgano
de solución de diferencias.
La organización que reemplazará
al Banco Mundial debería estar ampliamente regionalizada (varios bancos
del Sur podrían estar vinculados entre sí), tendría por función otorgar
préstamos a un interés muy bajo o nulo, y donaciones, que sólo podrían
darse si se utilizaran bajo el respeto riguroso de las normas sociales y
ambientales y, más generalmente, de los derechos humanos fundamentales.
Contrariamente al Banco Mundial actual, el nuevo banco, necesario para
nuestro mundo, no buscaría representar los intereses de los acreedores e
imponer a los deudores un comportamiento sumiso frente al mercado rey,
puesto que tendría como misión prioritaria defender los intereses de los
pueblos que reciben los préstamos y las donaciones.
En
cuanto al nuevo FMI, debería remitirse a una parte de su mandato para
garantizar la estabilidad de las monedas, luchar contra la especulación,
controlar los movimientos de capitales, actuar para prohibir los
paraísos fiscales y el fraude fiscal. Para alcanzar este objetivo,
podría contribuir con las autoridades y los fondos monetarios regionales
a la colecta de diversos impuestos internacionales.
Todas
estas alternativas requieren la elaboración de una arquitectura mundial
coherente, jerarquizada y dotada de una división de poderes. La piedra
angular podría ser la ONU, siempre y cuando su Asamblea General se
convierta en una verdadera instancia de decisión. Esta condición implica
la supresión del estatuto de miembro permanente del Consejo de
Seguridad y por consiguiente del derecho de veto. La Asamblea general
podría delegar misiones específicas en organismos ad hoc.
Otra
cuestión que todavía hay que debatir, mucho y en todos lados, es la de
un dispositivo internacional de derecho, de un poder judicial
internacional (independiente de otras instancias de poder
internacional), que complete el actual dispositivo constituido
principalmente por el Tribunal Internacional de la Haya y el Tribunal
Penal Internacional. Con la ofensiva neoliberal de los últimos treinta
años, la ley del comercio fue dominando, en forma progresiva, el derecho
público. Instituciones internacionales como la OMC y el Banco Mundial
funcionan con su propio órgano de justicia: el Órgano de solución de
diferencias en el seno de la OMC y el CIADI en el Banco Mundial cuyo
papel ha aumentado desmesuradamente. La Carta de las Naciones Unidas es
violada regularmente por los miembros permanentes de su Consejo de
Seguridad. Se crean nuevos espacios «sin derecho» —los prisioneros sin
derecho encarcelados en Guantánamo por Estados Unidos—. Este país
después de haber recusado el Tribunal Internacional de La Haya (en el
que fue condenado en 1985 por una agresión a Nicaragua), rechazan el
Tribunal Penal Internacional. Todo esto es extremadamente preocupante y
requiere urgentemente iniciativas para completar un dispositivo
internacional de derecho.
Mientras tanto, es necesario que
instituciones como el Banco Mundial y el FMI tengan la obligación de
rendir cuentas ante la justicia de jurisdicciones nacionales, [2] que
se exija la anulación de las deudas que reclaman y que se actúe para
impedir la aplicación de políticas nefastas que estas instituciones
recomiendan o imponen.
[1] Véase: http://cadtm.org/Semana-de-accion-global-sobre
[2] Hasta ahora, no existe una jurisdicción internacional competente para juzgar los crímenes del Banco Mundial y del FMI
Éric Toussaint, doctor en ciencias políticas por la Universidad de Lieja y de París VIII, presidente del CADTM Bélgica (Comité para la anulación de la deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org). Es autor de Banco Mundial.El golpe de Estado permanente, El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2007. La versión francesa se puede descargar de: http://cadtm.org/Banque-mondiale-le-coup-d-Etat Su última obra: Procès d’un homme exemplaire, Edition Al Dante, Marseille, septiembre de 2013. Es coautor junto a Damien Millet de 60 Preguntas, 60 Respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial, Icaria editorial, Barcelona, 2009; La deuda o la vida, Icaria editorial, Barcelona, 2011 . Premio del libro político otorgado por la Feria del libro político de Lieja. http://www.cadtm.org/Le-CADTM-recoit-le-prix-du-livre .
Vease tambien: Eric Toussaint, tesis de doctorado en ciencias políticas, presentada en 2004, en las universidades de Lieja y de Paris VIII: « Enjeux politiques de l’action de la Banque mondiale et du Fonds monétaire international envers le tiers-monde », http://cadtm.org/Enjeux-politiques-de-l-action-de
FUENTES: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=174765