En los últimos tiempos se ha utilizado la técnica de introducir como caballos de Troya en países de América Latina a personajes que con una fachada de posiciones progresistas, cuando llegan al poder o a cargos relevantes, se deshacen de las caretas y se alinean a Estados Unidos en aras de destruir a gobiernos nacionalistas surgidos en la región.
El caballo de Troya fue una trampa con forma de enorme caballo de madera que usaron los griegos como estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Tomado por los troyanos como signo de su victoria, el caballo fue llevado dentro de los gigantescos muros, sin saber que en su interior se ocultaban varios soldados enemigos. Durante la noche, los guerreros salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército griego, lo que provocó la caída definitiva de Troya.