El cultivo de soja
llega hasta el borde de las casas y no cuenta con las barreras vivas de
protección, tal como obliga la ley. La policía actúa para garantizar la
violación de las leyes ambientales.
Los pobladores de la colonia Tacuapí Guazú, distrito de San Joaquín,
departamento de Caaguazú, denunciaron que reciben constantes
amedrentamientos de los sojeros de la zona hasta tal punto que llegaron a
disparar sobre la humanidad de varios vecinos que intentaron impedir la
fumigación ilegal de las plantaciones de soja.
Don Florencio Espínola y su esposa
Modesta de Espínola, una pareja de antiguos pobladores del lugar,
denunciaron que un productor de soja de nacionalidad brasileña llegó
acompañado de varios civiles armados hasta pocos metros de su vivienda y
dispararon varios tiros sobre la vivienda de los ancianos.
La octogenaria se quejó de la nula
presencia de las autoridades para impedir la fumigación ilegal, ya que,
según refirió, el veneno utilizado por los sojeros ha producido serios
perjuicios a los vecinos, ya que han matado varios animales domésticos,
entre gallinas, pollitos, chanchos y hasta vacas lecheras.
Asimismo, los campesinos se quejaron de
las autoridades policiales, a quienes acusaron de estar de lado de los
sojeros y amparar la impune violación de las leyes ambientales que
cometen los empresarios. Citaron específicamente a los suboficiales Luis
Ovelar y Francisco Villasanti de estar presentes en el momento del
disparo realizado por los civiles armados y el brasileño, y que los
agentes policiales no actuaron para impedir el amedrentamiento.
También acusaron al fiscal Rafael Ojeda
de perseguir a los vecinos del lugar que intentan impedir la fumigación
ilegal, ya que está realizando imputaciones masivas contra los
campesinos que se oponen a esta situación. Los pobladores contaron que
la comunidad tiene más de 20 años y que recién ahora están sufriendo
esta intranquilidad por causa de los productores de soja.
Además de la violación de la ley
ambiental que prohíbe la fumigación a menos de 100 metros de cualquier
asentamiento humano y exige la instalación de barreras vivas de
protección de cinco metros de alto y dos de ancho, estas aspersiones
ilegales no solo son toleradas por las autoridades, sino que incluso se
brinda protección policial a los infractores para que puedan contaminar
libremente
FUENTE: http://ea.com.py/campesinos-que-se-oponen-a-fumigaciones-denuncian-ataques-perpetrados-por-sojeros/