Si las grandes corporaciones que dominan el agronegocio mundial logran su objetivo, un campesino puede ser criminalizado por hacer lo mismo que hizo durante toda su vida, siguiendo tradiciones que datan de siglos: conservar e intercambiar semillas. En momentos en que la mayoría de las leyes relativas al tema tienden a esta criminalización mediante el patentado de las semillas, Venezuela sacudió el tablero. En una de las últimas sesiones con mayoría bolivariana –luego de la derrota del chavismo en las recientes elecciones legislativas–, la Asamblea Nacional Legislativa aprobó una ley que entre otras regulaciones garantiza el derecho de los campesinos. En su artículo 14 establece que “la semilla local, campesina, indígena y afrodescendiente se producirá e intercambiará libremente en todo el territorio nacional”, y en el artículo 66 prohíbe “el otorgamiento de derechos de obtentor (la corporación que creó o mejoró genéticamente una semilla) y patentes sobre la semilla, así como cualquier otro mecanismo que promueva su privatización”. En su fundamentación, la ley dice tener como objetivo “preservar, proteger y garantizar la producción, multiplicación, conservación, libre circulación y uso de la semilla, así como la promoción, investigación, innovación, distribución e intercambio de la misma”, desde una visión “agroecológica socialista”.
jueves, 14 de enero de 2016
Monsanto y la Fundación Gates Presionan a Kenia para levantar la prohibición sobre Transgénicos
Por Pablo Heraklio
Debido a presiones corporativasKenia retira las prohibiciones a los cultivos transgénicos con todo lo que ello implica. A quién no le convenzan los argumentos sanitarios sobre los riesgos de estos cultivos se pueden fijar en los argumentos económicos, ambientales o climáticos.
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