Por John Vidal
Si los reguladores de EEUU y la UE no lo frenan, tres empresas controlarán casi el 60% de las semillas, casi el 70% de los pesticidas y productos químicos para el cultivo alimentos y casi todas las patentes de los transgénicos. "Estas nuevas mega-corporaciones van a expandir su poder y eliminar de la competencia a las pequeñas empresas locales", advierte un analista.
Cuando un agricultor de la India planta sus cultivos de algodón, hay al menos un 75% de posibilidades de que lassemillas las haya tenido que comprar a una empresa propiedad de Monsanto. Si un agricultor latinoamericano rocía insecticida a sus granos de soja transgénica, es más que probable que los productos químicos se los haya vendido la empresa farmacéutica alemana Bayer o la estadounidense Dupont. Y cuando un granjero africano le pone productos químicos a su campo demaíz, es muy probable que estos productos provengan de la empresa suiza Syngenta.