Por:
Del Rosario Ignacio Denis
“La
paz es hija de la convivencia, de la educación, del diálogo. El
respeto a las culturas milenarias hace nacer la paz en el presente”
Rigoberta
Menchu
La
Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) quería introducir unas cuñas radiales como parte de sus estrategias llamando a la desmovilización
de los grupos armados en el norte del país. La iniciativa, según
algunos asesores, se dio para recurrir a la sensibilidad de los
integrantes y que éstos depongan las armas. El ministro Luis Rojas,
de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) manifestó que “el
spot de la FTC fue un error desde todo punto de vista"; al
final, dicha iniciativa fue suspendida pero dejando fuertes críticas,
burlas y rechazo de la ciudadanía en general.
La
ley de militarización que pesa sobre la zona norte del país, al
mando de una “Fuerza de Terror Corrupta” (FTC), tiene muy claros
sus propósitos en cuanto a misiones locales territoriales y sus
fines globales, ya que forman parte de la receta de guerra larga del
Pentágono donde las fuerzas militares se encargan de administrar la
violencia. Es una estrategia no aislada y casual de los negocios
desde la violencia y la guerra; para nadie hoy es un secreto que la
FTC cuenta directamente con el asesoramiento del Comando Sur de los
Estados Unidos y el Mossad israelí, los cuales tienen varios
objetivos, principalmente, controlar los recursos naturales de la
región: tierras, agua dulce (Acuífero Guaraní), minería, como
también garantizar los corredores de tráficos de drogas y armas en
toda la región.