martes, 8 de octubre de 2013

Llamado de La Vía Campesina: 16 de Octubre- Día de Acción Global por la Soberanía Alimentaria



Los pueblos tenemos derecho a la tierra, a las semillas, a producir y alimentar sanamente, ejerciendo nuestra soberanía alimentaria!

La Vía Campesina hace un llamado internacional para convocar al Día de Acción Global por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, el próximo 16 de Octubre, día en que la FAO celebra el día mundial de la alimentación, el movimiento campesino afirma que sólo es posible acabar con la crisis alimentaria y el hambre en el mundo con soberanía alimentaria y una producción agroecología.

Las políticas económicas actuales impiden el desarrollo de la agricultura campesina y favorecen a la agroindustria hoy por hoy, la expansión del agronegocio en el mundo provoca la especulación y conlleva al aumento del precio de los alimentos acabando con la soberanía alimentaria y la cultura alimentaria de los pueblos.

En ese sentido, La Vía Campesina asevera que la única forma de salir de esta crisis alimentaria es acabar con el modelo del agronegocio, el cual expulsa a las y los campesinos de sus territorios, las políticas neoliberales hacia el campo han impulsado un proceso de descampesinización forzada, además de acaparar la tierra, controlar las semillas, destruyendo la biodiversidad y el medio ambiente, generando así hambre y miseria en el mundo.

Desde 1996 la Vía Campesina ha venido planteando la soberanía alimentaria como una forma que permite a los pueblos en todo el mundo diseñar sus propias políticas agroalimentarias que favorecen la producción y distribución campesina a nivel local y que permiten abastecer las demandas de la población.

La crisis alimentaria es la crisis más catastrófica de la cadena de crisis que ha generado el sistema económico neoliberal. En este momento más de mil millones de personas en el mundo sufren hambre y desnutrición mientras que las transnacionales siguen especulando, pues la agricultura, el agua, la alimentación y nuestros bienes comunes naturales son hoy objetivo central para lucrar.

Resaltamos que es urgente concretar el derecho humano más elemental, el derecho a alimentarse y al bienestar nutricional contenido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hoy las campesinas y los campesinos reafirmamos nuestro compromiso con una alimentación saludable y respetando el medio ambiente, una soberanía alimentaria con agroecología.

Este Día de Acción Global debemos mostrar la fuerza y la diversidad de nuestro movimiento, articulando acciones en contra de transnacionales como Monsanto, contra el acaparamiento de la tierra, contra del uso de agrotóxicos y semillas transgénicas.

¡Por la Tierra y la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, con Solidaridad y Lucha!


Queremos registrar todas las accionesque hagan en sus organizacionesalrededor del mundo: fotos, foros,marchas, proyección de videos,intercambio de semillas y feriasagroecológicas. Envíen sus informaciones a : lvcweb@viacampesina.org





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Minga Informativa de Movimientos Sociales
http://movimientos.org/

Control corporativo de la agricultura frente a soberanía alimentaria







En el actual sistema agroalimentario, la alimentación es vista como un negocio y no como un derecho humano, pues la forma de cómo se organiza dicho sistema no ha sido capaz de satisfacer las necesidades alimentarias de los seres humanos, además, ha sido incompatible con el cuido de la naturaleza. La racionalidad capitalista se ha impuesto en la forma de cómo se producen, distribuyen y consumen los alimentos.
En el mundo, existen más de 868 millones de personas que pasan hambre (12.5% de la población mundial)i, el 26% de los niños y niñas padecen retraso en el crecimientoii, y en América Latina existen 66 millones de indigentesiii. Si bien la producción de alimentos en el mundo es suficiente para alimentar a toda la población, gran parte de la población no tiene acceso físico ni económico a esos alimentos, es decir, debido a los elevados precios de los alimentos, la falta de medios de producción y recursos productivos como el agua, la tierra y las semillas por parte de la pequeña agricultura familiar, la posibilidad de satisfacer el derecho a una alimentación adecuada se ve frenada. Por tanto, se puede decir que el actual sistema agroalimentario, es caracterizado por generar hambre.
Según estudios, la producción de cereales a nivel mundial se ha triplicado en los últimos 50 años, mientras que la población sólo se ha duplicadoiv. Sin duda el aumento del precio de los alimentos hace imposible el acceso al mismo, por ejemplo, en 2013 el precio de los alimentos aumentó en un 5.8%v con respecto a 2008, este último, en que se desató la crisis alimentaria. Es importante señalar que muchos países pobres, destinan hasta el 80% de sus ingresos a la compra de comidavi.
Entonces, el argumento de que el acelerado crecimiento de la población hace que los alimentos cada vez sean insuficientes para satisfacer sus necesidades, es fácilmente rebatido. El hambre en el mundo es el resultado de la injusta concentración de la cadena agroalimentaria en pocas manos, como señala Holt-Giménez y Peabody “el hambre es el resultado de la sistemática destrucción de los sistemas alimentarios de los países del sur a través de una serie de proyectos de desarrollo impuestos por los países del nortevii.
En el actual sistema agroalimentario se favorece la apropiación de las distintas etapas de la cadena alimentaria, las cuales son: semillas, insumos, financiamiento, tecnología, transporte, producción, almacenamiento, publicidad, procesamiento y comercialización en manos de grandes transnacionales; lo que provoca un quiebre y debilitamiento de la pequeña producción campesina. Por esta razón se afirma que el sistema agroalimentario mundial es un sistema inequitativo e injusto.
Por ejemplo, según un estudio de Silvia Ribeiroviii, 10 empresas transnacionales controlan el 67% del mercado mundial de semillas. Y únicamente, tres grandes empresas, Monsanto, DuPon, Syngenta, concentran el 47% del mercado mundial de semillas que se encuentra bajo propiedad intelectual. Hay que decir también, que estás mismas empresas que controlan el mercado mundial de semillas, controlan a su vez el mercado de la industria agroquímica, 10 empresas controlan el 89% de dicho mercado.
Según el mismo estudio señala que Monsanto controla el 23% del mercado de semillas de maíz, soya, caña de azúcar, algodón y muchas hortalizas; asimismo controla el 86% de los cultivos transgénicos sembrados a nivel mundial. En 2008, compró en nuestro país la empresa productora de semillas CristianiBurkard, empresa que se favorecía de las políticas agrícolas alimentarias impulsados por el gobierno en turno, con la entrega de los paquetes agrícolas.
En cuanto a la industria de procesamiento de alimentos y bebidas, 10 empresas transnacionales controlan el 26% del mercado global de comestibles, entre los primeros lugares se encuentra Nestlé, KraftFoods y PepsiCo. La industria global de distribución de alimentos la encabeza Wal-Mart, concentrado un 10.4% de los ingresos de las empresas en el comercio mundial de alimentos. A esto hay que añadir las exorbitantes ganancias que estas trasnacionales han obtenido en los últimos años (ver tabla 1)




Tabla 1: Ganancias de las principales transnacionales que controlan la cadena agroalimentaria
Compañía Valor por ventas(2007) (Millones de dólares) Valor por ventas (2009) (Millones de dólares) Tasa
Monsanto
(Mercado de semillas)
$4,476.00 $7,297.0063%
Syngenta (Mercado Agroquímicos)$7,285.00$8,491.0017%
Nestlé (Procesamiento de alimentos)$83,600.00 $91,560.0010%
Wall-Mart (Comercio de alimentos)$180,621.00$191,711.006%
Fuente: Elaboración propia en base a Ribeiro, Silvia, Soberanía alimentaria   y nuevas tecnologías, Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC), 2009 y en base al documento ¿Quién controlará la economía verde?, Grupo ETC, 2012

Esther Vivasix caracteriza el actual sistema agroalimentario por ser un modelo “kilométrico”, es decir, los alimentos recorren grandes distancias entre países para poder llegar hasta la mesa de los hogares, cuando en realidad se podrían producir a nivel nacional, y garantizar así la soberanía alimentaria. Esto provoca la quiebra de la pequeña agricultura familiar, a través del dumpingx que se practica en el comercio internacional entre países desiguales.
De igual manera se privilegia los monocultivos en detrimento de la agrodiversidad, es decir, se le da mayor importancia a los requerimientos del mercado capitalista y no así a la nutrición y salud de las personas, y tampoco al cuido del medio ambiente. Además, los agronegocios del monocultivo provocan desplazamientos de los territorios por parte de las y los campesinos, e implica a su vez una sobreexplotación de la fuerza de trabajo, especialmente de las mujeres. Estudios señalanxi que los desplazamientos de las comunidades campesinas implican no sólo defender el derecho a la tierra, sino que esta defensa también implica defender la propia identidad, el patrimonio natural, las diversas agriculturas, la propia historia, y las formas culturales de vida y de producción.
En el aspecto cultural, las empresas transnacionales tratan de imponer la comida rápida o comida “chatarra”, la cual ocasiona graves impactos nutricionales en la salud de las personas, además, provoca que las personas dejen de consumir alimentos sanos los cuales forman parte de la cultura de los pueblos y regiones.
En síntesis, el actual sistema agroalimentario es un sistema que genera inseguridad alimentaria, lo cual trae como consecuencias enfermedades y distorsiones nutricionales como lo son la desnutrición, sobrepeso y obesidad. Dicho sistema también provoca enfermedades por el uso de pesticidas y por el uso de transgénicos; tal como señala Esther Vivas “el actual sistema agroalimentario es negativo tanto para la naturaleza, el campesinado, y para las y los consumidores”.
Los alimentos deben de dejar de ser vistos como mercancías, para los fines de especular y acumular; deben de considerarse como un derecho humano fundamental que sirva para satisfacer las necesidades humanas y proteger a su vez la naturaleza. La soberanía alimentaria de los países está siendo amenazada por los intereses de las empresas capitalistas que controlan las cadenas alimentarias a nivel mundial.
Notas: i FAO (2013), Estado mundial de la alimentación 2013, Sistemas Alimentarios para una mejor nutrición.
ii Ibíd.
iii CEPAL (2012) "Panorama social América Latina 2012", en: http://www.cepal.org/publicaciones/xml/5/48455/PanoramaSocial2012DocI.pdf
iv GRAIN (2008), El negocio de matar de hambre en: http://www.grain.org/articles/?id=40
v Ver: FAO, Índice de los precios de los alimentos, actualizado 08.08.2013, en: http://www.fao.org/worldfoodsituation/wfs-home/foodpricesindex/es/
vi Esther Vivas (2012), Soberanía Alimentaria, una perspectiva feminista, disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144380
vii Eric Holt-Giménez y Loren Peabody (2008), “De las revueltas del hambre a la soberanía alimentaria: Un llamado urgente para reconstruir el sistema alimentario”, en Introducción a la Crisis Alimentaria Global, p.8 disponible en: http://www.noetmengiselmon.org/IMG/pdf/Introduccion_Crisis_Alimentaria_Global.pdf
viii Silvia Ribeiro (2009), Soberanía alimentaria  y nuevas tecnologías, Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC).
ix Esther Vivas (2013), “El sistema agroalimentario está enfermo”, disponible en: http://esthervivas.com/2013/04/18/el-sistema-agroalimentario-esta-enfermo/
x Se conoce como “dumping” a la práctica desleal, del comercio internacional, de subsidiar casi el costo total de los productos agrícolas y luego venderlo a los demás países a precios bajísimos, lo que ocasiona desplazamiento de la pequeña producción campesina.
xi Lidia Senra, Irene León, et. Al. (2009) Las mujeres alimentan al mundo. Soberanía Alimentaria en defensa de la vida y el planeta, Entre Pueblos.
Evelyn P. Martínez/ Blanca Calixto. Investigadoras en políticas agrícolas, forman parte de la Mesa por la Soberanía Alimentaria de El Salvador