"La nueva biotecnología hace obsolescente a la ingeniería genética
comercial actual, que data de los años 80. Sin embargo, los consorcios
multinacionales que venden semillas transgénicas realizaron grandes
inversiones de capital en investigación, desarrollo, mercadotecnia y
geopolítica, que precisan recuperar y reproducir. Por esto necesitan
seguir vendiendo su tecnología obsoleta."
El director general de la Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, declaró el
15 de marzo en la rueda de prensa final de la Conferencia Regional para
América Latina y el Caribe, que los transgénicos
son como cosa del pasado: son obsoletos... las nuevas biotecnologías
tienen ya otro enfoque, con una preocupación ambiental. Graziano se
refería a algunas de las conclusiones de un seminario internacional
celebrado recientemente en Roma, sede de la FAO.
El mejoramiento de plantas
por ingeniería genética habrá de concluir el capítulo de la inserción
invasiva de ADN extraño al genoma de la planta o transgénesis para dar
paso a nuevas técnicas, como la edición de los genes propios de la
planta. Esta técnica deriva del entendimiento del mecanismo por el que
las bacterias se defienden de los virus.
R.Wilkinson and B. Wiedenheft. 2014. A CRISPR method for genome engineering, F1000PrimeReports, 2014, 6:3(doi:10.12703/P6-3).
El
nuevo capítulo de la ingeniería genética prescinde de la inserción de
aditivos genéticos extraños a la planta, tan conspicuos como el gen
estructural, el promotor, el identificador y las secuencias que señalan
el principio y término de la construcción transgénica. Al eliminar esta
transgénesis, se elimina la imprecisión de inserción en el genoma, que
es típica de la tecnología obsolescente. La nueva técnica de edición del
gen crea un nuevo alelo (uno más, de los variantes del gen) y, como
tal, se mantiene subordinado al plan de crecimiento y desarrollo de la
planta, que lo apaga o lo enciende.
La nueva técnica elimina
grandes limitaciones de la biotecnología actual, pero no todas. Todavía
se seguirá instigando el desarrollo de superplagas (insectiles y
malezas). Cuando se logre editar el genoma del maíz
para conferirle resistencia al herbicida glifosato, este agroquímico
tendrá que seguirse aplicando al cultivo en dosis crecientes,
arrastrando su bastante documentado efecto deletéreo para la salud
humana y para la ecología. Al igual que la biotecnología obsolescente,
la nueva recurre al cultivo de tejidos, sabidamente generador de
mutaciones, por lo que retiene los riesgos correspondientes de la
biotecnología obsolescente. También retiene los efectos y posibles
riesgos desconocidos derivados de las interacciones del gen editado con
otros genes cercanos o lejanos en el espacio genómico (conocido como
pleiotropía). Asimismo, retiene la incapacidad para manipular los
centenares y hasta miles de genes cuantitativos que controlan caracteres
como el rendimiento potencial y la tolerancia genética a esfuerzos
ambientales como la sequía, y las temperaturas extremas.
La nueva
biotecnología hace obsolescente a la ingeniería genética comercial
actual, que data de los años 80. Sin embargo, los consorcios
multinacionales que venden semillas transgénicas realizaron grandes
inversiones de capital en investigación, desarrollo, mercadotecnia y
geopolítica, que precisan recuperar y reproducir. Por esto necesitan
seguir vendiendo su tecnología obsoleta. Tal es el caso de los permisos
solicitados al gobierno mexicano para la siembra comercial de maíz
transgénico en 2012, que no han sido otorgados. Todos estos materiales
genéticos pertenecen a la generación de ingeniería genética obsoleta.
La
orden judicial a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y a la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de suspender el otorgamiento de
permisos de siembra de maíz
transgénico a cielo abierto, en septiembre de 2013 (Miguel Concha, La
Jornada, 22/3/14) fue un gran acierto para la Nación. Salvó y hasta
ahora ha salvado al maíz nativo mexicano y a sus parientes silvestres de
ser masiva e irreversiblemente contaminados con ADN transgénico. Es
para el interés de la Nación que esta orden judicial se quede así, hasta
que los consorcios multinacionales demuestren que han modernizado su biotecnología
obsoleta y que también demuestren, ante científicos independientes, sin
conflicto de intereses, haber reducido su riesgo a niveles aceptables
para la población y para la biodiversidad del maíz nativo y de sus
parientes silvestres.
La nueva técnica para editar genes es
producto de investigación básica y aplicada-estratégica que ha
despertado gran interés en grupos diversos de investigadores en
universidades e institutos de investigación de Europa, Estados Unidos y
Brasil, por lo menos. Se la está usando profusamente en investigación
genómica, en medicina humana, en animales de laboratorio y en plantas.
La monopolización de esta técnica para patentarla por parte de los
consorcios multinacionales les presentará un mayor grado de dificultad y
costos que la biotecnología obsoleta.
*
Investigador nacional emérito del Sistema Nacional de Investigadores.
Miembro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad AC.
Correo electrónico: aturrent37@yahoo.com.mx
Ecoportal.net
Biodiversidad en America Latina y el Caribe
http://www.biodiversidadla.org/
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