Centro Integral “Niceto Pérez” de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP)
Hermanados en este I Encuentro Global de Escuelas y Procesos de Formación en Agroecología de La Vía Campesina, reiteramos que nosotras y nosotros desde la amplia diversidad de la agricultura campesina que practicamos en el planeta, somos los pueblos del campo, quienes producimos los alimentos y bienes necesarios para la humanidad. Estamos reunidos en Cuba donde hemos podido conocer muchas fincas y cooperativas campesinas de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños de Cuba (ANAP), nuestra organización anfitriona. De “organización campesina a organización campesina” hemos aprendido mucho sobre la metodología “de campesino a campesino,” que ha permitido al Movimiento Agroecológico de la ANAP alcanzar uno de los más importantes éxitos mundiales de la masificación y escalamiento de la agroecología campesina.
Somos campesinos y campesinas, pequeños agricultores, pueblos indígenas, pueblos sin tierras, mujeres del campo, juventud rural, pueblos pescadores, trabajadores agrícolas y rurales que representan organizaciones miembros de La Vía Campesina de 41 países de África, Asia, América, Europa y Oriente Medio.
Reunidos en torno del objetivo de potenciar el debate y la reflexión de la formación en agroecología como dimensión estratégica de La Vía Campesina, y socializar, actualizar y apuntar las líneas políticas y acciones comunes de formación política y técnica en agroecología para el próximo período, reafirmamos los principios de la agroecología de los pueblos del campo expresado en la Declaración de Nyéléni. Reivindicamos nuestro derecho humano de seguir siendo pueblos campesinos, consagrado en la Carta de Derechos Campesinos, y afirmamos que la humanidad necesita de nosotras y nosotros, y nos recusamos a desaparecer a pesar de la persecución y criminalización de nuestras luchas. Nosotras y nosotros luchamos, perseveramos y nos afirmamos como sembradoras y sembradores de esperanza.
Desde nuestra autonomía política nos organizamos y luchamos por garantizar nuestra existencia como los pueblos que somos, y cumplir con dignidad con nuestra responsabilidad histórica y social de avanzar en la construcción de la soberanía alimentaria expresando la agroecología como materialización de nuestro modo de vida, generando abundancia en la producción de alimentos sanos y adquiribles para toda la humanidad – alimentos para la Vida! Denunciamos los intentos de cooptar la agroecología para fines capitalistas, y el robo y privatización de nuestros conocimientos y semillas mediante la “propiedad intelectual.”
Como creadoras y creadores de las agriculturas campesinas, la agricultura campesina agroecológica es expresión de nuestra ancestralidad, constituyente de nuestras múltiples cosmovisiones resultantes de nuestros procesos endógenos de diálogo de saberes en los encuentros de culturas que actualizamos en la dinámica histórica.
Frente a los urgentes desafíos contemporáneos venimos sembrando agroecología campesina por todos los continentes, en relaciones directas de Campesinas y Campesinos a Campesinas y Campesinos en nuestros territorios. Con amor por nuestro modo de vida, hemos creado decenas y decenas de escuelas campesinas y procesos de formación en agroecología – tanto en la educación formal como informal – en todos los continentes. Estas escuelas y procesos, que siempre combinan la formación técnica con la política de manera horizontal, basado en el dialogo de saberes e intercambio de experiencias, son una fuerza en los territorios, dotando a nuestras bases las herramientas para la transformación colectiva de nuestras realidades. Nos reunimos ahora para estructurar un proceso de articulación horizontal entre ellos, para el fortalecimiento mutuo, rompiendo las cercas del latifundio del conocimiento en las ciencias agrarias. Realizamos el rescate de los saberes y formas de conocimientos y realizamos procesos endógenos de educación y formación popular y formal en diálogo con los sistemas públicos institucionales de investigación y educación, proporcionando a jóvenes y adultos campesinas y campesinos las habilidades políticas y técnicas necesarias para facilitar procesos colectivos de producción, lucha, resistencia y transformación.
Trabajamos para la superación de todas las formas de opresión patriarcal y de manifestación del machismo con la afirmación del feminismo campesino y popular. Las mujeres han sido protagonistas centrales de la agricultura campesina agroecológica, y la juventud tiene la capacidad, creatividad y energía para su masificación. El patriarcado frena tanto a mujeres como a jóvenes, así que el feminismo campesino abre el camino hacia otro futuro mas igual, mas humano, y mas ecológico.
En nuestro devenir de luchadoras y luchadores por la emancipación humana para mantener vivo al campesinado, reafirmamos:
- la conquista de la reforma agraria integral y popular y defensa radical de nuestros territorios;
- la superación de todas las formas de la explotación del trabajo humano y de opresión étnica, racial, cultural, política, de género y generacional, de espiritualidad y religiosa, y de clase;
- la masificación la agricultura campesina agroecológica, llevándola a escala territorial;
- las semillas como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad;
- la lucha a favor de políticas públicas de apoyo a nuestros propios procesos de formación y de producción, a través de la agricultura campesina agroecológica;
- alianzas con sectores populares del campo y de la ciudad, y con académicos y investigadores, y consumidores;
En la actualidad, enfrentamos una batalla global por el campo, entre el “modelo de la muerte” del sistema capitalista con sus brazos financieros y de agronegocio y agricultura industrial, minería, los negocios del agua y de las semillas, etc., y el “modelo de la vida” de la agricultura campesina agroecológica. Frente a la devastación capitalista, estamos conscientes de que no hay solución humana, y consecuentemente ecológica, bajo el modelo de la muerte. El capital es una forma social necesariamente violenta que se estructura bajo la explotación del trabajo humano, la opresión de clase y el racismo, y la depredación de la naturaleza. El objetivo primero y último del sistema es garantizar la reproducción ampliada del capital, apropiándose privadamente de las fuerzas y capacidades humanas y de la naturaleza como mercancías. La Vía Campesina lucha contra el capitalismo, por su superación, y forja experiencias germinales emancipadoras donde seamos cada vez más “socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres,” productoras y productores de bienes para la satisfacción de las necesidades humanas genuinas y universales, como seres humanos conscientes de nuestro pertenecer cósmico y sujetos históricos, políticos, y agri-culturales.
La agricultura campesina agroecológica es una herramienta fundamental en esta lucha y en la construcción de otra sociedad. Es por eso que en este Encuentro hemos trabajado y construido los elementos necesarios para el fortalecimiento mutuo y horizontal entre nuestras escuelas y procesos de formación. Estamos construyendo un proceso de articulación global de todas nuestras escuelas y procesos de agroecología, en donde estamos trabajando líneas comunes de acción y formación, intercambios de personas, métodos pedagógicos, planes y materiales de estudio, el mapeo de nuestras experiencias formativas, una biblioteca virtual y cursos de formación, entre otras herramientas. Todo con la finalidad de construir territorios campesinos agroecológicos como nuestra alternativa de la vida, en la batalla contra el modelo de la muerte.
Denunciamos el cruel e injusto bloqueo económico que los Estados Unidos ha impuesto a esta hermosa isla durante mas de medio siglo, y señalamos que Cuba con su Revolución es un faro que ilumina el camino para el mundo entero, hacía sociedades mas humanas y justas.
¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!
Fuente: Via Campesina
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