La
Agricultura Urbana en Revolución
Por:
Del Rosario Ignacio Denis
Las
armas de destrucción masiva que utiliza la extrema derecha en su
guerra económica están íntimamente ligadas al problema del campo,
la dependencia alimentaria por falta de una política agraria más
coherente hacia la soberanía agroalimentaria, así como la
concentración de la población en las grandes ciudades con poca
planificación y diálogo con el problema del campo; la anarquía y
falta de control en torno al sistema de distribución de alimentos
son algunos de los factores estructurales que favorecen para ejercer
sus presiones con sabotaje, acaparamiento, especulación de manera
permanente contra la población causando el descontento y la
desesperación.
El
modelo rentista parasitario y decadente venía condicionado por los
huevos de la serpiente, FEDECAMARA; este solo representa a un nido de
grandes empresarios asesorados por las multinacionales como Monsanto,
Cargill, Syngenta, PepsiCo.
Con relación a la agricultura y el sistema alimentario, los espacios
de diálogo con estos sectores siempre serán anti-dialógicos por
representar a la casta opresora encargada de gestionar la acumulación
originaria del capital, que solo quiere maximizar y privatizar cada
día riqueza a costa del hambre y la explotación de los y las
trabajadoras, someter con la lógica de los oligopolios mundiales
llevando a la destrucción del planeta y a la humanidad, contrarios a
los objetivos históricos del Plan de la Patria.
El
presidente Nicolás Maduro convoca a un nuevo renacimiento al pueblo
venezolano para derrotar la guerra económica, todos los motores
anunciados como parte del decreto de emergencia económica requieren
de un diálogo nacional dimensionando todos los problemas, para
accionar de manera conjunta y en alianza plena toda la población del
campo y de la ciudad. Las condiciones subjetivas solo son posibles si
identificamos la raíz del problema de manera colectiva y nos
disponemos también colectivamente a resolverlos. Las condiciones
objetivas seguirán alimentados por los enemigos internos y externos,
con sabotaje, especulaciones y amenazas para intentar socavar la
revolución.
La
creación del Ministerio para la Agricultura Urbana de la mano con la
experiencia de los Mercados Comunales puede jugar un papel
determinante para encender los motores, reformular nuevos esquemas
estructurales para la soberanía agroalimentaria. Es un ejercicio
para la des-globalización de los sistemas alimentarios corporativos
importadores y el modelo del agronegocio destructor; este ejercicio
de reencuentro debe propiciar una nueva cultura organizativa,
productiva y de consumo, una
relación armónica planificada entre campo y
ciudad, es
un reencuentro con nuestras raíces e identidad
para asumir integralmente la
vida ilimitada de la humanidad.
El
15 al 24 de enero de este año se realizó el Foro Mundial para
la Agricultura y la Alimentación (GFFA); este evento tuvo lugar en
Berlín en el marco de la denominada Semana Verde Internacional.
María
Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO para Recursos
Naturales, en este Foro
señaló
que la situación “va a empeorar a medida que una proporción
creciente de los hambrientos viva en zonas urbanas". Según
cifras que manejan la FAO, el 50 por ciento de la población mundial
vive hoy en zonas urbanas y se espera que este porcentaje aumente al
70 por ciento para 2050, en particular en los países en desarrollo.
En las conclusiones de este Foro se plantearon que para contrarrestar
los graves problemas del hambre y el cambio climático es necesaria
la participación activa de todas las partes implicadas, agricultores
y pequeños campesinos en toda la cadena de suministro y de valor.
Según la FAO es crucial reducir drásticamente las pérdidas y el
desperdicio de alimentos,
que son especialmente elevados en las zonas urbanas. Esto incluye
medidas como la redistribución de alimentos no utilizados y aún
comestibles y el uso de los desechos como abono o para generar
energía.
La
Vía Campesina Internacional como espacio de luchas continental de
los campesinos, campesinas, Indígenas plantean que en los actuales
momentos la lucha contra la globalización, por la soberanía
agroalimentaria, la agroecología, la lucha por la reforma agraria
integral, solo es posible con una gran alianza campo y ciudad.
La
alimentación es una condición para la vida, sus condicionantes
tienen principios, criterios y valores como lo son el derecho a los
alimentos, todos ellos están condicionados por la manera como nos
relacionamos con la naturaleza, tierra, agua, semilla y demás
Biodiversidades,
desde esta determinación política, cultural, epistemológica es
determinante el diálogo entre campo y ciudad determinado por una
nueva economía solidaria y de liberación.
Partiendo
de las cifras anunciadas por la FAO sobre el crecimiento exponencial
de la urbanidad, está relacionada directamente con la llamada
globalización y el predominio de oligopolios en el “régimen
alimentario corporativo” (McMichael, 2004). Este modelo se
perfeccionó en los años 80 por el gran capital y usurparon a
millones de campesinos y campesinas, indígenas de sus tierras
arrinconando cada vez en parcelas más pequeñas, a otros desplazando
como cordones de miserias de las grandes ciudades, y a otros
convirtiendo en migrantes temporeros explotados. El modelo del
agronegocio ha desalojado un número incalculable en el mundo
sometiendo a los pueblos a un solo régimen alimentario e imponiendo
un solo paquete tecnológico contaminante, cifras del Banco Mundial
calculan que entre el 2008 y 2010, al menos 60 millones de hectárea
de tierras agrícolas fértiles fueron arrendados o vendidas al
llamado inversionista extranjeros para realizar proyectos agrícolas
de gran escala; actualmente más de la mitad de ellas operan en
África.
El
modelo del agronegocio impone un sistema agroalimentario controlado
por empresas multinacionales muy conocidas que utilizan la llamada
integración vertical, operan en distintos eslabones de la cadena
imponiendo el control y la dominación en el mercado de semillas
patentadas, Monsanto, DuPont y Syngenta son los encargados y tienden
alguna vez a fusionarse. Las semillas modificadas genéticamente
están, prácticamente (90%) en manos del grupo Monsanto. Las tres
primeras compañías de agroquímicos, Bayer, Syngenta, y BASF,
controlan la mitad del mercado mundial, y si consideramos las tres
siguientes (Dow AgroSciencies, Monsanto y DuPont), llegamos al 75% de
las ventas de agroquímicos en el mundo. (Heffernan, 1999).
La
llamada agricultura de commodities se encargan del comercio mundial
de granos: Archer Daniels Midland (ADM), Cargill y Bunge (Holt,
2008). Estos tres grupos controlan, la fabricación de piensos para
animales. Uno de ellos, Cargill, proveedor de materia prima,
comprador, comerciante, procesador de productos y especulador a lo
largo de todo el sistema alimentario, lidera la llamada “cadena de
valor global del pollo”, y el procesado de semillas oleaginosas en
el mundo (Lawrence, 2009).
En
alimentos y bebidas, las diez primeras empresas controlan el 26% del
mercado mundial, y en la distribución alimentaria nos encontramos
con Wal-Mart, la empresa más grande del planeta, “es
el imperio económico y mediático”
(Montagut y Dogliotti, 2008), cuyo volumen de ventas sólo es
superado por el PIB de 25 países (Fortune Global 500, 2008), y que,
junto con Carrefour y Tesco representan la mitad de los ingresos de
los diez primeros grupos de distribución.
Ante
estos monstruos de los sistemas agroalimentarios corporativos, la
agricultura urbana más allá de lo técnico productivo debe
trascender como una estrategia política para la des-globalización
en alianza y diálogo sincero del pueblo, del campo y la ciudad,
luchar de manera conjunta todos los actores sociales, políticos,
económicos, culturales para concretar un nuevo modelo de agricultura
agroecológica para la producción
de la vida basada con un sistema
agroalimentario contrario a las pretensiones multinacionales de
dominación y de muerte.
En
lo técnico productivo en la agricultura urbana necesario es hacer
realidad la “Eco Patria Comunal” para la producción de insumos
orgánicos, sólidos y líquidos, producción, multiplicación y
conservación de las semillas nativas, plantas medicinales, viveros
con la participación de la juventud productiva, Misión Robinson II
productivo, gran Misión Saber y Trabajo, aportando
de manera directa en las asambleas populares de
los Concejos Comunales, Comunas, mesa tecnica en
la planificación urbana con un nuevo sistema agroalimentario para la
producción, distribución y conservación de suelo y del agua
garantizando una nueva cultura de
consumo. La agricultura urbana es
posible si la población está preparada para producir sustrato
orgánico líquidos y sólidos en cantidad y calidad, las plantas
para que den sus frutos están primero condicionadas por la calidad
de la
semilla, del suelo,
del sol y del agua, en caso de la agricultura urbana como
se hace de forma artificial en
canteros, lugar donde se utilizaron
como basureros de
escombros o como se utilizan
envases,
mesa, troja, bolsas son mucho más exigentes en los macronutrientes y
micronutrientes, tales así que si
la población primero no consolidan sus espacio para producir materia
orgánica sólidos y líquidos con saberes populares agroecologicos,
pueden terminar los proyectos en iniciativas frustradas para la
población.
Pongamos
juntos toda la mano, la mente y el
corazón para
la siembra y vamos
mas allá de la agricultura urbana en revolución, todas las amenazas
y ataque contra el pueblo deben tener respuestas con producción de
mejores producto, con los mejores saberes y espíritu amorosos de los
seres humano y de la pacha mama.
“Si
el capitalismo se resiste, nosotros estamos obligados a dar la
batalla y abrir los caminos de la salvación de la especie humana,
levantando las banderas de la igualdad, de la justicia y del
verdadero humanismo“
“El
planeta vivió miles de millones de años sin la especie humana, es
decir, no le hacemos falta. Pero, en cambio, nosotros sin la tierra
no vivimos“
“....seamos
capaces de hacer de esta Tierra no la tumba de la humanidad, hagamos
de esta Tierra un cielo, un cielo de vida, de paz, y de paz de
hermandad para toda la humanidad, para la especie humana”
Hugo
Rafael Chavez Frías
(Cumbre de Copenhague)
Del
Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto
Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Twitter:
@yiyoparaguay
Blog
del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/
Nota:
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