sábado, 31 de octubre de 2015

“Marxismo ecológico: elementos fundamentales para la crítica de la economía-política-ecológica”

Damiano Tagliavini e Ignacio Sabbatella

1) Introducción

La crítica situación ecológica global, evidenciada en los procesos de cambio climático, agotamiento de bienes naturales y degradación ambiental, acompañados de crecientes conflictos socio-ambientales, nos sugiere preguntarnos qué relación guarda con los fundamentos del modo de producción y reproducción capitalista.
A través del presente artículo procuramos exponer la relevancia de la teoría marxista para analizar dicha crisis y contribuir a la cimentación de un marxismo ecológico (en adelante ME), como una novedosa corriente de pensamiento crítico. A pesar de las experiencias fallidas del denominado “socialismo real” en su relación con la naturaleza y de la propensión del capitalismo a internalizar el discurso ambientalista, creemos posible observar una significativa tendencia de algunos pensadores marxistas a incorporar la ecología y de buena parte de los movimientos ambientalistas a radicalizar su praxis política hacia posiciones anticapitalistas.

De esta manera, nos proponemos rastrear aportes en la obra de Marx y Engels, analizar las críticas al marxismo que se realizan desde la Economía Ecológica y, finalmente, enumerar algunos precursores del ME, junto a algunos conceptos que ayudan a entender la relación entre capital y naturaleza.
No pretendemos agotar el tema aquí sino apenas realizar una contribución crítica, planteando la pertinencia del debate y sus potencialidades para la investigación científica y la actividad política.
2) Aportes ecológicos en la obra de Marx y Engels
A pesar de los prejuicios vigentes en el ambientalismo, Marx y Engels analizaron en diversos pasajes los vínculos entre el mundo social y el mundo natural. La distinción analítica que proponemos no debe entenderse como conceptos cerrados e independientes, sino más bien como temas vinculados entre sí.
a) Concepción materialista de la naturaleza
Resulta sugerente comenzar con el trabajo de John Bellamy Foster (2004) quien reconstruye una concepción materialista-dialéctica de la naturaleza en la obra de Marx. Arroja luz sobre tres grandes herencias que han sido descuidadas: el filósofo griego antiguo Epicuro, el químico agrícola Justus von Liebig y Charles Darwin. El primero inspiró una visión materialista de la naturaleza. A partir del segundo construyó una comprensión del desarrollo sostenible. Mientras que de Darwin adoptó un enfoque coevolucionista de las relaciones entre los humanos y la naturaleza. Sin detenernos aquí, señalamos que dicha reconstrucción echa por tierra el prejuicio de la producción intelectual de Marx como ajena al mundo natural.
En sus Manuscritos de 1844, Marx esboza una definición del concepto de naturaleza: “La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre, es decir, la naturaleza en cuanto no es ella misma el cuerpo humano. El hombre vive de la naturaleza; esto quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el que debe permanecer en un proceso continuo, a fin de no perecer. El hecho de que la vida física y espiritual del hombre depende de la naturaleza no significa otra cosa sino que la naturaleza se relaciona consigo misma, ya que el hombre es una parte de la naturaleza” (Marx, 2004: 112).
En este pasaje se hace evidente que para Marx no existe dicotomía entre el ser humano y la naturaleza. Esta no es algo externo o un mundo exterior. “El hombre no está en la naturaleza, sino que es naturaleza” (Vedda, 2004: xxix). La naturaleza le ofrece al hombre su medio de vida inmediato, así como la materia, el objeto y la herramienta de su actividad vital, es decir el trabajo.
Esto nos conduce a plantear una continuidad con su obra de madurez, especialmente en El Capital.
b) Relación trabajo-naturaleza en la producción de valores de uso
En El Capital, Marx señala que la naturaleza es, junto al trabajo, punto de partida de la producción de valores de uso. “En este trabajo de conformación, el hombre se apoya constantemente en las fuerzas naturales. El trabajo no es, pues, la fuente única y exclusiva de los valores de uso que produce, de la riqueza material. El trabajo es, como ha dicho William Petty, el padre de la riqueza, y la tierra la madre” (Marx, 2000: 10).
Apartándonos de su forma histórica, en toda sociedad el trabajo es el momento de intercambio con la naturaleza, es la actividad con la cual el hombre se apropia de su entorno y lo transforma para satisfacer sus necesidades básicas. En el proceso de trabajo interviene no sólo el trabajo del hombre sino también el objeto sobre el cual se realiza y los medios de trabajo, ambos brindados por la naturaleza. Además, Marx destaca las condiciones materiales que no suelen identificarse en el proceso productivo pero sin las cuales éste no podría ejecutarse. De esas condiciones dependerá la productividad del trabajo y la producción de plusvalía. “Si prescindimos de la forma más o menos progresiva que presenta la producción social, veremos que la productividad del trabajo depende de toda una serie de condiciones naturales. Condiciones que se refieren a la naturaleza misma del hombre y a la naturaleza circundante. Las condiciones de la naturaleza exterior se agrupan económicamente en dos grandes categorías: riqueza natural de medios de vida, o sea, fecundidad del suelo, riqueza pesquera, etc., y riqueza natural de medios de trabajo, saltos de agua, ríos navegables, madera, metales, carbón, etc.” (Marx, 2000: 429)

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