Paraguay: Reubicación de los familiares de la masacre de Marina Cué
“Ni
soñando vamos a renunciar a las tierras donde murió nuestra gente”
Martina
Paredes
Por:
Del Rosario Ignacio Denis
En las tierras de Marina Cué se siguen imponiendo la injusticia y
la impunidad por parte de las instituciones del Estado al servicio de los
poderes fácticos. Las luchas y la resistencia por la tierra en Paraguay de los
campesinos y campesinas e indígenas tienen carga de identidad, de soberanía, de
patria, jamás retroceden ante las amenazas, represiones y masacres por parte
del enemigo de clase.
Marina Cué es un símbolo de la lucha campesina por el territorio;
allí cayeron masacrados 11 campesinos sin tierra y 6 policías, también hijos de
campesinos. Los actores intelectuales y materiales de este horrendo crimen en
su mayoría hoy están en el poder ejerciendo la llamada “justicia”. Con este hecho justificaron el golpe de Estado
y la destitución del presidente Fernando Lugo. Sobre las verdaderas víctimas
sobrevivientes de esta matanza pesa la imputación en medio de un proceso
judicial viciado de nulidad por varias razones: 13 compañeros y compañeras, 11
de los cuales permanecen en arresto domiciliario, excepto uno de ellos, Rubén
Villalba, quien se encuentra preso en la penitenciaría de Tacumbú. Hay también
una adolescente procesada por un tribunal especial. Es el mundo al revés, como
decía Eduardo Galeano.
Las tierras conocidas como Marina Cué fueron declaradas estatales
en mayo de 2014 por la Corte Suprema de Justicia, después de tres décadas en
disputa entre la empresa Campos Morombí, de la familia del difunto líder del
Partido Colorado, Blas Riquelme, y el Estado paraguayo. En medio de la tiranía
y la criminalidad institucionalizada en contra de la lucha justa de los campesinos
y campesinas, que jamás dieron un paso atrás en su reclamo por la titulación de
estas 2 mil hectáreas de tierra como sujetos de la Reforma Agraria ante el INDERT
(Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra), hoy sin embargo se
plantea desde el gobierno reubicar a estas familias en el asentamiento 8 de
Diciembre del distrito de Itakyry, en el departamento de Alto Paraná; son las
95 familias que reclaman las tierras de Marina Cué, ubicado en el departamento
de Canindeyú.
Esta asociación de familiares de víctimas de la masacre de
Curuguaty nunca bajó los brazos en su lucha realizando acciones como cortes de
rutas, manifestaciones frente a instituciones como el INDERT y la Corte Suprema
de Justicia. La decisión de los compañeros y compañeras de reocupar la tierra
de Marina Cué hace que la institución encargada de la distribución de tierras
para la Reforma Agraria, el INDERT, busque salida desde una estrategia de control
de daños para seguir con la injusticia e impunidad. El presidente de esta
institución estatal, Justo Cárdenas, indicó que ahora que se terminaron de
ajustar los detalles, la reubicación se iniciará en los próximos días. “Es un
traslado que vamos a hacerlo de forma pacífica, controlada, va a llevar sus
días, se van a utilizar vehículos del INDERT como también efectivos de las
Fuerzas Armadas apoyarán el traslado de las familias”, dijo en su momento.
La estrategia de control de daños por parte de este organismo del
Estado paraguayo de reubicar a estas familias es para aislar y bloquear la
presión del apoyo y la solidaridad internacional a favor de la luchas de los
familiares en su derechos justos por la titulación de estas tierras; a su vez,
el gobierno de Horacio Cartes quiere neutralizar los efectos de la indignación
creciente ocurrida con la masacre de Curuguaty. Igualmente con esta decisión se
pretende seguir negociando territorios a favor de los intereses del agronegocio
dejando en total impunidad los crímenes cometidos, a su vez de continuar
urbanizando al campesinado que lucha por un territorio y una vida comunitaria
resistiendo desde su cultura e identidad.
Nota:
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