“Cuando
un campesino o campesina siembran una semilla está sembrando dignidad”
José
Martí
Las
grandes industrias multinacionales interesadas en el monopolio exclusivo de la
semilla, en diferente forma intentan
seguir malversando los saberes ancestrales con el único fin de acumular
riqueza. El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación
y la Agricultura (TIRPAA) en su diez años de reconocimiento de los derechos de
los campesinos y las campesinas para intercambiar, utilizar y vender su semilla,
sean en paralelo o en concordancia, abiertamente se vienen buscando la manera
de crear bases jurídica, política, organizativa, científica para el monopolio
de la semilla, el caso del Certificado de Obtención Vegetal (COV) en Europa o
el decomiso y destrucción de setenta
toneladas de semillas realizado por el ICA a los de pequeños agricultores de
arroz de Campoalegre, Huilaes en Colombia, hechos que se argumentan como solo
unos cambios y ajustes a las políticas del tratados de libres comercio TLC,
citando solo dos ejemplos, en el mundo
existen miles de casos y cada vez mas preocupante, ellos reflejan una clara violación de este tratado
internacional, son estrategias muy evidente de las multinacionales de la ingeniería
genética donde ansiosamente buscan solo
posicionar en el mercado sus manipulaciones genéticas malversada y patentadas, estrictamente
como un fin de negocio, violando los derechos a la alimentación de los pueblos.
En
esta segunda etapas de la llamada “revolución verde” es clave para las
transnacionales del agronegocio hacer valer los patentes, controlando la
semilla, controlan la comida y arrodillan a los pueblos del mundo. Actualmente el 82% de las semillas comercializadas
en el mundo están patentadas y solo diez empresas controlan el 77% del mercado;
de estas solo tres; Monsanto, Dupont y Syngenta, controlan el 47% del comercio,
esta realidad se concretó desde la malversación cultural a los saberes
campesinos, campesinas e indígenas desde la llamada biopiratería, ningún tratado
internacionales pudo hacer frente a esta realidad, la certificación y la comercialización
hoy es propiedad exclusiva de unas pocas empresas; esta malversación y violación
esta acompañado de una criminalización a la libre circulación de las semillas campesinas
e indígenas, que históricamente su semilla es patrimonio de los pueblos al
servicio de la humanidad y no un patrimonio de la biopiratería al servicio del
agronegocio.
En
este año internacional de la agricultura Familiar Campesinas e Indígenas, nuevamente
es un año decisivo para los movimientos campesinos, campesinas, indígenas,
permanecen grandes amenazas que acechan a este sector en el mundo entero, la
historia nos dicen que solo globalizando las luchas y las esperanzas es posible
contrarrestar posiciones antagónicas a la visión política, económica, social,
cultural y ambiental de los campesinos y las campesinas del mundo, no hay duda
que para el agronegocio la identidad y luchas campesinas, es su enemigos de clase
y quiere extinguirla, sin embargo siempre tuvo y seguirán teniendo un desafío y
papel histórico de resistencia, en esta oportunidad la semilla, la madre
tierra, el derecho a la alimentación de los pueblos, llaman a seguir unidos resistiendo
en el territorio, pero es preciso ir a una ofensiva decidida por la defensa de
la vida ilimitada de la humanidad y por la salvación del planeta y todas las
especie de vida, alzando nuestras voces contra todas las malversación cultural
que quieren seguir imponiendo las transnacionales a costa del hambre y la destrucción
del planeta.
Globalicemos
las luchas!!!!!!!!!!
Globalicemos
las esperanzas!!!!!!!!!!!!!
A
seguir sembrando nuestras esencia de sabiduría, vida, semilla y dignidad de los pueblos y para los pueblos.
Del
Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto
Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Twitter:
@yiyoparaguay
Blog
del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/
Publicado en: Rebelion.Org
Nota:
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