Por Dra. Gloria M. León Rojas
Cada año, cada día es una página de la historia personal y de la
historia de los pueblos. El 1ero de enero de 1804 la noticia de la
proclamación de la independencia de Haití no podía creerse. La
plantación con mayor número de esclavos, la severidad y crueldad para
mantener el orden y hacer que fuera la colonia más rica del mundo,
rompía los vínculos políticos con Francia, la madre patria. La herejía
no quedaría sin castigo.
En 1789 la Revolución Francesa enarbolaba los bellos principios de
Libertad, Igualdad y Fraternidad, precedida por la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos en 1776 que proclamaba que Todos
los hombres nacen iguales y tienen el derecho a la búsqueda de la
felicidad, aunque los esclavos no fueron liberados hasta 1865. El
pensamiento burgués, incuestionablemente progresista para la época, sin
embargo se refería al hombre blanco con propiedad y no a los blancos
pobres, ni al mundo colonial, ni a los negros y mucho menos a los
esclavos fuente de su riqueza. Era necesario salvar la
incongruencia y la emergente Antropología se encargó de formular teorías
que desde las ciencias naturales justificara el crimen de la
esclavitud, del racismo y la discriminación, y para ello los hombres
fueron divididos en razas y en consecuencia enarboló la inferioridad
de la raza negra y la superioridad de la raza aria. Los
esclavos eran considerados instrumentos parlantes, el mestizaje
comparado despectivamente con el cruce del burro con yegua, del caballo
con burra que dan mulos y mulas, animales útiles para trabajar pero
estériles, así nacían la clasificación hasta hoy de mula-tos y mula-tas
. Un “haitiano extraordinario” llamó José Martí a Anténor Firmin, quien
con un pensamiento propio desde esa misma disciplina desmontó el
andamiaje racista con su libro la Igualdad de las Razas Humanas, por
supuesto condenado al silencio y al olvido. No sorprende entonces la
estrecha relación de este gigante con Martí, Antonio Maceo y
posteriormente con Carlos Aponte, Evaristo Estenoz , líderes del
movimiento de los Independientes de Color. Son lazos comunicantes que
nos unen para hacernos fuertes.
Los esclavos haitianos se rebelaron masivamente entre 1791 y 1793 y
proclamaron “Libertad o Muerte” y de una rebelión espontánea surgieron
formidables jefes militares y Toussaint Louverture, ex esclavo,
autodidacta, devino en un gran estratega y estadista y los convirtió en
un formidable ejército que infringió la primera derrota militar al
poderoso y mítico Napoleón Bonaparte. La traición, el apresamiento de
Toussaint y la condena a muerte por el hambre y el frío en una prisión
gala hicieron creer a los colonialistas que ese era el fin de la
revolución haitiana. Toussaint , consciente de la irreversibilidad de
la lucha por la libertad, de la pujanza de la revolución, proclamó que
derribando el árbol de la libertad que él representaba, no podrían
evitar que las raíces se hicieran más fuerte. Muy poco fue el tiempo
transcurrido entre la muerte de Toussaint y la proclamación de la
independencia el 1ero de enero de 1804. La isla de las montañas,
recuperó su nombre aborigen: Haití y la negada dignidad humana. Los
esclavos, los negros fueron los protagonistas, los líderes que abolieron
la esclavitud y fundaron la primera república negra de la historia y
la primera nación independiente en América Latina y el Caribe. En
palabras del Excelentísimo embajador de Haití en Cuba, Jean Victor
Géneus, (quien además es un acucioso investigador de la historia de su
país y autor de un excelente y esclarecedor libro Los aportes de la Revolución Haitiana. Notas sobre la contribución de Haití a la lucha de los pueblos por su liberación)
afirma que : “ Con la proclamación de la independencia del nuevo
estado, los ex esclavos dieron el primer mazazo al edificio de tres
pisos, del racismo, del esclavismo y del colonialismo”.
Un largo y pedregoso camino enfrentando a los poderes
imperiales: Francia, España, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos ha
tenido que recorrer Haití. Pagar en oro a Francia una
avasalladora indemnización por la independencia, junto al bloqueo y
hasta las intervenciones y ocupaciones militares de EU, quedan fuera del
análisis de los que no se explican por qué Haití es el país más pobre
de nuestro hemisferio y suponen incapacidad, vicios en los haitianos,
para el ejercicio del poder y llevar adelante un proyecto nacionalista
de desarrollo económico, justicia social y democracia.
El azar se encargó que también el 1ero de enero, pero de 1959 ,
triunfara la Revolución Cubana bajo el liderazgo de Fidel Castro, el
hermano de Toussaint, el otro árbol de la libertad que tanto han tratado
de derribar sin lograrlo. La Revolución Cubana ha tenido entre sus
fuentes nutricias la savia de la gesta de sus hermanos haitianos y con
la misma decisión de “Patria o Muerte” construir la patria martiana “con
todos y para el bien de todos”. Un largo camino también nos une en la
celebración; los haitianos 210 años y los cubanos 55. Cuba ha tenido
que enfrentar el bloqueo de la potencia más poderosa del mundo con la
complicidad de los mismos poderes imperiales que enfrentaron a Haití.
A cuatro años del devastador terremoto del 12 de enero del 2010, el
Presidente Michel Martelly reafirma su decisión de llevar adelante no
solo la reconstrucción, sino alcanzar el desarrollo de Haití. El
protagonismo en los organismos regionales y en la CELAC demuestra cuán
importante es Haití para nuestra región. Sin embargo, las promesas de
la millonaria ayuda internacional han sido incumplidas y más de
trescientos mil haitianos continúan albergados en campamentos. Cuba
desde su pobreza continúa cooperando en el campo de la salud, donde
desde 1998 están presente el personal médico ofreciendo servicios y
cientos de jóvenes haitianos se han graduado como médicos y
especialista s y continúan accediendo al plan de becas; en la Educación ,
la pesca, la construcción y otros rubros se amplía la cooperación.
En el discurso conmemorativo del 1ero de enero, el
Presidente Raúl Castro reafirmó la voluntad política, pese a las
dificultades que atraviesa Cuba, país pobre y bloqueado, de continuar
compartiendo lo que se tiene con el querido pueblo haitiano y reafirmó
“que nunca Cuba lo abandonará”, porque para Cuba la solidaridad es un
deber, es librar la batalla contra el egoísmo, es saldar la deuda con
África y también porque los históricos vínculos entre Cuba y Haití son
indisolubles, son ríos subterráneos inagotables.
Las dos revoluciones pecadoras por su radicalismo, han desafiado el
orden imperial racista, pero cuentan a su favor este año, con el
reinado de Yemayá Olokku , que sacará a la superficie las verdades de
nuestra Historia común y con Eleggúa que se encargará de ayudar a
nuestros pueblos a desbrozar el camino para disfrutar de la patria
soberana, justa socialmente y próspera, aunque para ello tenga que usar
las espuelas como buen gallo de pelea.
FUENTE: CUBADEBATE http://www.cubadebate.cu/opinion/2014/01/16/haiti-y-cuba-las-dos-espuelas-de-un-mismo-gallo/?utm_medium=twitter&utm_source=twitterfeed
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