La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y Vía
Campesina Internacional denunciaron el fuerte control de las empresas
transnacionales agroindustriales en el debate sobre la alimentación
mundial y que intenta sesgar el protagonismo del campesinado. Una
muestra fue la Conferencia de Agricultura Familiar que organizó la
Comisión Europea donde se evidenció que los gobiernos europeos están
influenciados por el capital financiero y que, prácticamente, excluyó de
la apertura a las organizaciones campesinas.
El discurso que predominó en el evento fue “proteger” a las familias
agricultoras por una cuestión de cultura y de evasión de problemas
sociales, pero también el de incluirlas en la producción de las trasnacionales,
pues solo éstas tendrían la capacidad de alimentar al mundo para el
2050. A pesar que el 2014 fue declarado por la FAO como el año
internacional de la Agricultura Familiar las corporaciones
enfatizan un discurso que encubre las verdaderas causas del déficit en
la alimentación mundial y la importancia del campesinado.
La conferencia dejó notar la presencia del grupo Unilever, transnacional
anglo-holandesa agroalimentaria que maneja 400 marcas en 100 países,
famoso por sus “cubitos Knorr”, y su producción mundial de 50 millones
de cubitos por segundo. Sin embargo, nadie comentó sobre los
transgénicos que utiliza y el trabajo infantil que se encuentra detrás
de su megaproducción, advirtió CLOC-Vía Campesina.
La excepción fue Graziano da Silva, director de la FAO, quién hincó en
las raíces del problema cuando sostuvo que “el problema no es de
productividad, es de acceso y distribución de alimentos”.
El funcionario destacó que “los agricultores familiares fueron y serán
quienes resolverán el problema del hambre en el mundo”. Graziano hizo un
llamado a fortalecer los mercados locales y el rol de los agricultores
familiares, a la vez que advirtió que el mercado global de alimentos y
la agricultura industrial “tienen una enorme pérdida de alimentos por
descomposición”.
Otro de los conferencistas fue Luis Miguel Etchevere, presidente de la
Sociedad Rural de Argentina, quien es cuestionado junto a toda su
organización, por su complicidad con las trasnacionales
y su rivalidad contra las organizaciones campesinas. Una “alianza” con
fisuras… La conferencia intentó construir como principio la alianza
entre los campesinos y las corporaciones agrónomas, pero las estadísticas afirman lo contrario.
Según cifras de la FAO, el campesinado alimenta al 70 por ciento de la
población mundial con tan solo un cuarto de las tierras fértiles del
mundo, mientras que el 40 por ciento de la producción de los emporios trasnacionales se pierde por descomposición. Sumado a ello, el 90 por ciento del mercado mundial de granos está en manos de solo cuatro corporaciones: ABC, Bunge, Cargil
y Dreyfus. Además, la empresa Monsanto domina el 27 por ciento del
mercado de semillas, y junto a otras 9 corporaciones más del 90 por
ciento del mercado de agrotóxicos.
El monopolio agroindustrial tiene como consecuencia la destrucción de la
biodiversidad, los mercados locales, el trabajo esclavo, y la
contaminación mundial. Estos flagelos no contribuyen a una futura
alianza de las trasnacionales
con los campesinos. Para el próximo año, el campesinado tiene como
desafío el énfasis en la reforma agraria para la soberanía alimentaria y
la lucha contra la propuesta ideológica de las trasnacionales.
Ecoportal.net
Servindi
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