El Consenso de Nuestra América
Ante la ofensiva que la derecha viene desarrollando sobre América Latina y el Caribe, resulta cada vez más imperiosa la unidad de las izquierdas y las fuerzas progresistas para ponerle freno a la misma y avanzar en el camino de la independencia, la soberanía y la integración de los pueblos.Una unidad que deberá ser construida sobre bases solidas, sin hegemonismos, con respeto a las diversas corrientes ideológicas llamadas a conformarla, amplia en su convocatoria y profunda en sus contenidos, realizando una valoración de las experiencias de los últimos años sin evitar una profunda autocritica que nos ayude a no cometer dos veces los mismos errores.
Para esto, el debate programático es central. En este sentido, desde hace un tiempo el Foro de Sao Paulo (FSP), iniciativa que desde 1990 reúne a organizaciones de izquierda latinoamericanas para debatir sobre la realidad política de la región y buscar acuerdos sobre cómo enfrentarla, viene trabajando en la confección de un Programa político que, a partir de acuerdos generales, respetando las especificidades de cada país, pueda servir de guía y referencia en la lucha contra el imperialismo.
Luego de mucho trabajo, debates y acuerdos, se dio a conocer un documento, aún en proceso de elaboración, que cobra una enorme importancia en la actual coyuntura política que nos toca enfrentar.
En enero de este año, en una reunión del Grupo de Trabajo del FSP en Nicaragua, se presento públicamente dicho documento con el objetivo de darlo a conocer al conjunto de las fuerzas de izquierda y populares de la región, para que las mismas puedan realizar los aportes que cran convenientes para la redacción final del mismo.
Como parte de este proceso de difusión, debate y aportes al mismo, el 23 de febrero se presentó en Buenos Aires el documento Consenso de Nuestra América, Proyecciones para un programa político de acuerdos de la izquierda, los partidos y movimientos populares de América Latina y el Caribe [1].
El documento se presenta como “el resultado de un trabajo desarrollado a partir de un conjunto de ideas y conceptos con el objetivo de contribuir al desarrollo de los procesos progresistas y revolucionarios en las diversas regiones y países de América Latina y el Caribe. A la fecha es ya un documento colectivo de partidos y organizaciones del subcontinente. El nombre hace referencia a una unidad tanto declarativa, como en torno a un programa y a una práctica política”.
El documento, elaborado en base a una propuesta que oportunamente presentó el Partido Comunista de Cuba, ya cuenta con el respaldo de las organizaciones miembros del FSP y suma cotidianamente el apoyo de otras fuerzas, organizaciones, movimientos sociales y ha sido asumido por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y el de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
En el mismo, sus diferentes capítulos abordan temas cruciales como: Los valores y principios que nos unen; La realidad que queremos transformar; Lineamientos estratégicos ¿Qué hacer? y El instrumento político para el cambio, en los cuales se desarrollan análisis y propuestas en común para las fuerzas de izquierda y progresistas de la región.
Como se destaca en otro punto de su presentación: “Este programa encarna el ideal de transformación de nuestras sociedades, más allá de las singularidades y especificidades propias de cada país y de las diferencias ideológicas entre las organizaciones políticas y sociales convocadas. Por el alcance de sus propósitos, será medular su papel movilizador, no sólo de las fuerzas y organizaciones del Foro de Sao Paulo, sino también de todos aquellos movimientos políticos que pueden y deben contribuir a esta lucha”.
Una convocatoria amplia, que abarca tanto aspectos económicos como sociales y políticos que tiene por objetivo hacer de este documento una herramienta de militancia, de “convertir este documento en un instrumento de debate y acción política, divulgándolo y sometiéndolo al enriquecimiento con nuestras bases políticas y con los movimientos sociales”.
El mismo representa un importante avance para las fuerzas de izquierda y progresistas de la América latina y el Caribe, un aporte a la construcción y fortalecimiento de los proyectos emancipadores, con el convencimiento de que la liberación de nuestros pueblos solo será posible en una lucha conjunta contra el imperialismo y sus manifestaciones externas e internas en cada uno de nuestros países, en el marco del internacionalismo revolucionario.
Como bien dice Fidel Castro en la cita que abre el Consenso de Nuestra América:
“El deber de las naciones oprimidas y explotadas a luchar por su liberación; el deber de cada pueblo a la solidaridad con todos los pueblos oprimidos, colonizados, explotados o agredidos, sea cual fuere el lugar del mundo en que éstos se encuentren y la distancia geográfica que los separe” y agregaba “ser internacionalista es pagar nuestra propia deuda con la humanidad”.
Para esto, el debate programático es central. En este sentido, desde hace un tiempo el Foro de Sao Paulo (FSP), iniciativa que desde 1990 reúne a organizaciones de izquierda latinoamericanas para debatir sobre la realidad política de la región y buscar acuerdos sobre cómo enfrentarla, viene trabajando en la confección de un Programa político que, a partir de acuerdos generales, respetando las especificidades de cada país, pueda servir de guía y referencia en la lucha contra el imperialismo.
Luego de mucho trabajo, debates y acuerdos, se dio a conocer un documento, aún en proceso de elaboración, que cobra una enorme importancia en la actual coyuntura política que nos toca enfrentar.
En enero de este año, en una reunión del Grupo de Trabajo del FSP en Nicaragua, se presento públicamente dicho documento con el objetivo de darlo a conocer al conjunto de las fuerzas de izquierda y populares de la región, para que las mismas puedan realizar los aportes que cran convenientes para la redacción final del mismo.
Como parte de este proceso de difusión, debate y aportes al mismo, el 23 de febrero se presentó en Buenos Aires el documento Consenso de Nuestra América, Proyecciones para un programa político de acuerdos de la izquierda, los partidos y movimientos populares de América Latina y el Caribe [1].
El documento se presenta como “el resultado de un trabajo desarrollado a partir de un conjunto de ideas y conceptos con el objetivo de contribuir al desarrollo de los procesos progresistas y revolucionarios en las diversas regiones y países de América Latina y el Caribe. A la fecha es ya un documento colectivo de partidos y organizaciones del subcontinente. El nombre hace referencia a una unidad tanto declarativa, como en torno a un programa y a una práctica política”.
El documento, elaborado en base a una propuesta que oportunamente presentó el Partido Comunista de Cuba, ya cuenta con el respaldo de las organizaciones miembros del FSP y suma cotidianamente el apoyo de otras fuerzas, organizaciones, movimientos sociales y ha sido asumido por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y el de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
En el mismo, sus diferentes capítulos abordan temas cruciales como: Los valores y principios que nos unen; La realidad que queremos transformar; Lineamientos estratégicos ¿Qué hacer? y El instrumento político para el cambio, en los cuales se desarrollan análisis y propuestas en común para las fuerzas de izquierda y progresistas de la región.
Como se destaca en otro punto de su presentación: “Este programa encarna el ideal de transformación de nuestras sociedades, más allá de las singularidades y especificidades propias de cada país y de las diferencias ideológicas entre las organizaciones políticas y sociales convocadas. Por el alcance de sus propósitos, será medular su papel movilizador, no sólo de las fuerzas y organizaciones del Foro de Sao Paulo, sino también de todos aquellos movimientos políticos que pueden y deben contribuir a esta lucha”.
Una convocatoria amplia, que abarca tanto aspectos económicos como sociales y políticos que tiene por objetivo hacer de este documento una herramienta de militancia, de “convertir este documento en un instrumento de debate y acción política, divulgándolo y sometiéndolo al enriquecimiento con nuestras bases políticas y con los movimientos sociales”.
El mismo representa un importante avance para las fuerzas de izquierda y progresistas de la América latina y el Caribe, un aporte a la construcción y fortalecimiento de los proyectos emancipadores, con el convencimiento de que la liberación de nuestros pueblos solo será posible en una lucha conjunta contra el imperialismo y sus manifestaciones externas e internas en cada uno de nuestros países, en el marco del internacionalismo revolucionario.
Como bien dice Fidel Castro en la cita que abre el Consenso de Nuestra América:
“El deber de las naciones oprimidas y explotadas a luchar por su liberación; el deber de cada pueblo a la solidaridad con todos los pueblos oprimidos, colonizados, explotados o agredidos, sea cual fuere el lugar del mundo en que éstos se encuentren y la distancia geográfica que los separe” y agregaba “ser internacionalista es pagar nuestra propia deuda con la humanidad”.
Nota:
[1] El Consenso de Nuestra América pueden encontrarlo en http://pulsodelospueblos.com/ grupo-de-trabajo-del-foro-de- sao-paulo-aprueba-el-consenso- de-nuestra-america-en- nicaragua/
Marcelo F. Rodríguez Sociólogo. Director Adjunto del CEFMA
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