“Ahora tengo 27 años y me encuentro en un momento mucho mejor de mi vida. He pasado años entrando y saliendo de médicos, y de muchos otros lugares en los que me han ayudado desde que tenía 16 años. Tenía algo en mi interior de lo que siempre había querido deshacerme. Me estoy refiriendo a la depresión, algo sobre lo que necesitamos hablar más. Durante mucho tiempo la gente ha sufrido en silencio y aunque es cierto que cuesta mucho hablar de ello, cuando se hace, a pesar de no arreglarlo todo, es de gran ayuda.”
Con este mensaje, Doug Leddin hacía un llamamiento a quienes sufren su mismaenfermedad. Su objetivo era concienciar a la sociedad de que esta enfermedad puede ser tan grave como cualquier otra. De hecho, un equipo internacional de científicos ha comprobado que esta no es solo una enfermedad mental, sino que conlleva importantes alteraciones del estrés oxidativo, por lo que debería ser considerada una enfermedad sistémica, es decir, que afecta a todo el organismo. El informe concluía con una asociación entre esta enfermedad mental y otras como el cáncer o enfermedades de tipo cardiaco.
Sin embargo, la depresión puede llevar también a la muerte. El suicidio es una de las tres primeras causas de defunción a nivel mundial, con una muerte cada 40 segundos. Según la Organización Mundial de la Salud, las cifras de suicidios o de intentos de acabar con la propia vida han aumentado un 60% en los últimos años. La principal causa de esto se encuentra en la falta de prevención del suicidio debido a la falta de sensibilización sobre la importancia de este problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello.
No obstante, la mejor manera de acabar con este mal se encuentra en la risa. Los primeros síntomas que señalan su importancia a la hora de vencer la depresión aparecen con la activación del sistema cardiovascular de modo similar al que produce la actividad física. Además, otros estudios señalan el importante papel de las endorfinas para el proceso. Sin embargo, la solución a la depresión puede hallarse en un estudio científico en el que a través del análisis de la risa de 50 personas, se han diagnosticado cuadros de depresión con una precisión superior al 80%. Según uno de los autores del trabajo, Rafael Lahoz-Beltra, “La risa es una huella propia de cada persona, pero con la peculiaridad de que, a diferencia de la dactilar, es una huella cambiante, dinámica”. A pesar de que el estudio no signifique la solución definitiva contra la depresión, sí supone un gran avance en este terreno, ya que puede dar lugar a un mejor diagnóstico y a un tratamiento más veloz en quienes padecen este sufrimiento. Un problema que como explica Doug Leddin, suele sufrirse en silencio. “Supongo que hago esto para animar a otros a hablar sobre este problema, con su familia, amigos u organizaciones. Si alguien necesita ayuda hay muchísimas personas que están ahí dispuestas a ayudar. ¡Tan sólo recordad que no estáis solos!”
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