jueves, 21 de mayo de 2015

JOSÉ MARTÍ, EL VIAJERO QUE UN DÍA LLEGO A CARACAS



Corría el año 1881 y Caracas era ya una ciudad de 50 000 habitantes, no existían las actuales vías de acceso a la misma y “cuentan que( por el camino de los españoles) llegó un viajero al anochecer que sin sacudirse el polvo del camino, ni preguntar donde se comía o dormía, solo indagó como se llegaba hasta la estatua del Libertador Simón Bolívar”(José Martí, Tres Héroes, La Edad de Oro1889)…¡Ese viajero era José Martí!


El 28 de enero del año 1853 nacería en La Habana, Cuba, en el seno de una familia hispana de bajos recursos económicos José Julián Martí Pérez; no obstante tendría la fortuna de recibir una educación esmerada y contar desde los 12 años con el patriota y poeta Rafael María de Mendive, como maestro, quien desde el inicio notaría la vocación literaria del niño, así como sus cualidades humanas excepcionales que crecerían a la par de las enseñanzas brindadas por su mentor, que posteriormente sería encarcelado en 1869 durante La Guerra de los 10 años. Apenas es un adolescente y Martí, ya a inicios de ese mismo año escribe sus primeros trabajos políticos donde reacciona ante la opresión de Cuba, en un pequeño periódico llamado El Diablo Cojuelo, tiene tan solo 16 años y ya se rebela ante los abusos de las autoridades colonialistas y sus apoyantes en la isla, llega entonces de forma precoz un hecho en su vida, que lo marcaría para siempre; se realiza un registro llevado a cabo por voluntarios españoles en el lugar donde Martí se reunía con otros jóvenes de similares ideas proindependentistas y es encontrada una carta firmada por él y su amigo de toda la vida Fermín Valdés Domínguez, donde tildaban de apóstata a un condiscípulo por alistarse de oficial en el ejército español y pelear contra su patria, son entonces acusados de traición a la Corona Española y posteriormente llevados a juicio.

"Cuentan que aquel viajero, solo con los árboles olorosos y altos de la plaza lloró frente a la estatua del Libertador, que parecía que se movía como un padre cuando se le acerca a un hijo…"( 
José Martí, Tres Héroes, La Edad Oro, 1889). En el juicio Martí, con gran hidalguía, asume toda responsabilidad en la autoría de la carta y es llevado finalmente a la cárcel con una condena de seis años, su madre que no encuentra sosiego sufre al saber que su adorado hijo, de quebrantable salud, es obligado a realizar trabajos forzosos, hasta que llega un día a su manos una foto donde se observa a Martí con el uniforme 113 y grilletes en sus pies acompañado del poema más triste y enérgico jamás escrito por un hijo a su Madre…“Mírame Madre y por tu amor no llores, si esclavo de mi edad y mis doctrinas, tu mártir corazón llené de espinas, piensa que nacen entre espinas flores” luego de lo cual comenzaron las gestiones de los padres para sacar a Martí de la cárcel y deportarlo a España, fue la única opción que se le presentó a su Madre y así salvó a un hijo y salvó a la Patria. "El viajero hizo bien, porque todos los americanos deben querer a Bolívar como un padre. A Bolívar y a todos los que pelearon como él para que la América fuese del hombre americano…( José Martí, Tres Héroes, La Edad de Oro, 1889).Viaja Martí a España y allí termina sus estudios, sin embargo ni su mente, ni su corazón están tranquilos, no deja un instante de pensar en su patria, vestirá de negro para siempre mientras Cuba no sea libre, cultiva su encendido verbo, crece como escritor y poeta, viaja obsesivamente para lograr reunirse con todos los cubanos en el exilio, pronuncia encendidos discursos, regresa a la isla y no teme expresar su pensamiento anticolonialista delante de las autoridades durante sus discursos públicos. Es considerado un loco peligroso y se le exige que se retracte y escriba una declaración favorable a España, entonces se le escuchó decir a viva voz : ¡Martí no es de raza vendible!

“Déme Venezuela en que servirla: ella en mí tiene un hijo” (
José Martí, Carta a Fausto Teodoro de Aldrey, Caracas 27 de julio de 1881). Es deportado nuevamente Martí a España en 1879 y comienza su más largo peregrinaje exponiendo sus ideas en todos los países que visita, pero le falta aún sentir la mirada juiciosa de su padre político, no harán falta palabras, ni conseguir una cita para verle, solo tiene que llegar hasta él para sentir que su esfuerzo y su vida no son vanos, necesita de su presencia para comprender cuan largo es el camino por recorrer, si te aferras a la idea de la LIBERTAD, arriba así en el año 1881 a Caracas y al observar la estatua ecuestre del Libertador Simón Bolívar, vislumbra al héroe, aún en su caballo esperando por nuevos hombres para continuar el combate, su espada es su pluma y su verbo del pueblo cubano por su liberación, pronuncia varios discursos en El Club del Comercio, escribe en La Opinión Nacional y sale el primer número de su Revista Venezolana, en el segundo Martí, escribe un notable artículo sobre el destacado intelectual Cecilio Acosta que disgusta al presidente Guzmán Blanco, sonríe Bolívar y cuentan que antes de partir el viajero, el Libertador fue a su encuentro como gesto de aprobación…

“De América soy hijo y a ella me debo” (
José MartíCarta a Fausto Teodoro de Aldrey, Caracas, 27 de julio de 1881)Tras largos años de lucha y exilio, regresa el Maestro a la isla, es el año 1895, ya había logrado conciliar las diferencias entre recios Generales, les convence de la necesidad de estar unidos para vencer a España, se rompe el corojo el 24 de Febrero y el Titán de Bronce Antonio Maceo lidera el Grito de Baire, de él diría Martí “Maceo tiene tanta fuerza en la mente como en el brazo” ambos caerían en combate ese año y a pesar de la victoria final no se les permitiría a las tropas mambisas entrar en Santiago de Cuba guiadas por el Mayor General Calixto García Iñiguez, no había sido alcanzada la libertad plena con la que soñó el apóstol y la colonia continuó viviendo en la república como ya había previsto, triunfaba así la teoría de la fruta madura de la doctrina Monroe.

La vigencia de su pensamiento antiimperialista es tan notable que podemos leer su ensayo Nuestra América y pensar que Martí está entre nosotros ¿Cómo pudo Martí escribir para su tiempo y el nuestro? “Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas” ¿Cómo logró prever con tanta claridad el peligro que representaba para toda la América el poderoso vecino del norte? “El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América” ¿Cómo estaba tan consciente de que sólo la unidad nos permitiría vencer? “¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”(
José MartíNuestra América, 1891)

"A todos: al héroe famoso y al último soldado que es un héroe desconocido. Hasta hermoso de cuerpo se vuelven los hombres que luchan por ver libre su patria…".(
José Martí, Tres Héroes, La Edad de Oro, 1889) y regresó el viajero en el tiempo y regresó Bolívar que en siglos no ha muerto, aparecieron hombres dispuestos a ser héroes, a continuar la lucha, la que un día perdieron, para regar la semilla de la libertad, fundar la América nueva y enterrar al yanqui perverso. Hoy América Latina avanza hacia la integración con Cuba y Venezuela unidos como nunca en la historia, al frente como ejemplos, no es un camino sencillo porque el vecino formidable del norte nunca se rendirá y no podemos confiarnos con la reciente victoria del ALBA sobre el ALCA, debemos trabajando mancomunadamente, ser juiciosos en el combate diario, escuchar antes de discernir, hacer uso de la crítica oportuna, sobre todo la que se expresa en la voz del pueblo, reconocer valiente y frontalmente los errores para afrontarlos con sana decisión, no temer a la autocrítica y sembrar ideas porque como diría Martí “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras”.

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