lunes, 12 de enero de 2015

Cuba, Rusia, Venezuela y las sanciones de USA




Después de 53 años de imponer un férreo bloqueo económico y financiero contra Cuba, por primera vez una administración norteamericana reconoce que esa medida ha sido completamente obsoleta y que solo sirvió para fortalecer la unión entre el gobierno y el pueblo de la Isla del Caribe y a la par, aislar a Estados Unidos de Latinoamérica, región que antes consideraba como su traspatio.

En conversaciones secretas que duraron seis meses, el presidente Raúl Castro y su homólogo Obama, acordaron liberar el mismo día a los tres antiterroristas cubanos que permanecieron durante más de 15 años en cárceles estadounidense a cambio del espía norteamericano, Alan Gross, y de iniciar conversaciones oficiales para restablecer las relaciones diplomáticas.
Fueron años de grandes enfrentamiento, de deterioro de relaciones política, económica y social, de agresiones constantes por parte de grupos armados cubanoamericanos vinculados a la Agencia Central de Inteligencia, de penurias sufridas por el pueblo cubano pero que junto a sus dirigentes, resistieron todos los embates y al final salieron más fortalecidos.
Varios aspectos resultaron determinantes para que la administración de Barack Obama tomara esa decisión que, se debe reconocer, fue valiente por parte del presidente norteamericano debido a la inmensa presión que ejercen las fuerzas de la ultraderecha estadounidense, representada por el partido Republicano y algunos del partido Demócrata.
El primero es que la Revolución cubana ha resistido todos los embates durante 56 años sin variar un ápice su sistema socialista y ha preservado su soberanía e independencia; segundo, Estados Unidos se ha aislado cada vez más en la región y todas las naciones han apoyado irrestrictamente a Cuba y abogan por el levantamiento del bloqueo como lo han ratificado 188 naciones en las Naciones Unidas; tercero, importantes sectores económicos de Estados Unidos se muestran en desacuerdo por no poder participar en transacciones de negocios con Cuba, mientras otras naciones aprovechan las nuevas facilidades para la inversión extranjera en la Isla.
Pero lo contraproducente es que tras comprender que la política de bloqueo no logró doblegar al pueblo y Gobierno cubanos, ahora Obama acaba de firmar nuevas sanciones económicas contra Rusia y Venezuela simplemente porque esos países no aceptan las presiones y la política de Washington.
Si los nuevos estadistas occidentales revisaran la historia de Rusia, comprenderían lo obsoleto que resultará doblegar a la nación euroasiática con presiones económicas.
Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto varios paquetes de medidas contra Moscú debido a que no dejó arrebatarse la estratégica península de Crimea después de que Washington diseñó y ayudó a derrocar al gobierno ucraniano de Víctor Yanukovich y en su lugar instaló un régimen ultraderechista con el objetivo de cerrar el cerco fronterizo al gigante euroasiático, al que observan como un fuerte obstáculo, junto a China, para preservar un mundo unipolar.
Recordemos que a principios del siglo XIX tras salir del desgaste de la Primera Guerra Mundial y ocurrir el triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917, Rusia fue aislada por los países occidentales que no admitían un sistema socialista en Europa.
Pese a sufrir una destrucción total durante la Segunda Guerra Mundial, Rusia enfrentó y derrotó al poderoso ejército alemán y ayudó a liberar a varios países europeos. Famosas fueron las resistencias de los pueblos soviéticos durante los sitios militares de la Alemania nazi contra las ciudades de Stalingrado, Moscú y otras.
Férreos bloqueos y sanciones, en lo que se dio por llamar la Guerra fría de Occidente, le siguieron para tratar de derrocar al gobierno soviético, pero pese a esas agresivas políticas, la antigua Unión Soviética logró innumerables logros económicos, científicos y sociales.
A pesar de las acciones de Estados Unidos y sus aliados, la URSS fue la primera potencia en llegar al cosmos, entre otros éxitos.
Antes de concluir el 2014, Estados Unidos también decretó nuevas medidas económico-financieras contra la República Bolivariana de Venezuela porque no ha podido doblegar la resistencia de su pueblo, pese a las numerosas acciones de desestabilización que ha sufrido el país sudamericano desde 1999 cuando el presidente Hugo Chávez Frías llegó al poder.
Ante esa situación y con la disminución de los precios del petróleo, el gobierno de Nicolás Maduro ha tomado una serie de medidas para aminorar los efectos de esos sensibles golpes económicos y mantener los amplios beneficiosos sociales que han caracterizado a Venezuela desde 1999.
Como se ha conocido, Estados Unidos, junto a otros importantes países productores de crudo del Medio Oriente, han diseñado un programa para abaratar esos precios y llevar a la bancarrota a Rusia y Venezuela, fundamentalmente.
Nuevamente la historia se repite, como ha sucedido en reiteradas ocasiones, las sanciones tendrán un efecto contrario pues servirán para fortalecer la unidad y la lucha por la soberanía económica de esos pueblos y naciones como ocurrió en Cuba.
Ya no son tiempos donde un solo país promulgaba unilateralmente las decisiones internacionales, pues son muchos los organismos que han surgido a lo largo de las últimas décadas y que hacen a este mundo más multipolar, como UNASUR, MERCOSUR, ALBA, CELAC, CARICOM, ASEAN, G-77, la Unión Económica Euroasiática y otros que impiden la consecución de esas arbitrarias medidas.
El tiempo dirá la última palabra.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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