A nuestros familiares, a nuestras compañeras, nuestros compañeros, al pueblo
paraguayo:
Hace un año y ocho meses, mucha sangre paraguaya se derramó en Marina Kue.
Marina Kue es tierra del Estado paraguayo, es tierra para el campesinado pobre que
tiene derecho a vivir y producir alimentos de acuerdo a nuestra cultura.
Hasta ahora, la Fiscalía, el Poder Judicial y en general el Estado paraguayo no investigó
cómo murieron nuestros 11 compañeros. Estamos hablando de 11 vidas, 11 proyectos
familiares más nuestro compañero Vidal Vega, miembro de la comisión sintierra, que
fue asesinado el 1 de diciembre de 2012. Sobre esto es bueno reflexionar. Les pedimos
que se detengan a pensar en cada vida para valorar lo que realmente pasó en
Curuguaty.
Nosotros estamos encarcelados hasta ahora, sin que la Fiscalía haya presentado una
sola prueba seria que demuestre nuestra culpabilidad en el Caso Curuguaty.
Y no solo eso. La Fiscalía violó de manera sistemática nuestros derechos, inventó
pruebas, instaló cajas que no fueron incluidas -como establece la ley- en su propia
denuncia, en un montaje judicial que nos da mucha rabia y también le enoja y hasta le
da risa a muchísima gente en varios países. Nadie puede creer la manera en que nos
están juzgando.
Estamos seguros y tenemos todas las pruebas que demuestran nuestra inocencia. La
fiscalía no tiene nada en nuestra contra y sin embargo seguimos presos por el solo
hecho de luchar por un pedazo de tierra haciendo uso de nuestro derecho, sobre todo
porque esas tierras son públicas, son para el campesinado pobre, para la reforma
agraria que tanto necesitamos como pueblo.
Es por esta rabia, porque no merecemos el encarcelamiento, por la seguridad de que
las tierras son públicas, porque nos consideramos luchadores y seguimos en lucha es
que vamos a una huelga de hambre; es en homenaje a nuestros compañeros, nuestros
once compañeros caídos, que hemos decidido iniciar esta huelga de hambre indefinida
hasta conseguir la liberación de las tierras de Marina Kue para el campesinado pobre
y también nuestra libertad.
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