Paraguay
La revolución verde asociada a la revolución
biotecnológica compone dos interacciones sistémicas de los agronegocio donde
imponen sus portafolios tecnológicos genocida y marcan las pautas en la política pública
agraria de los países, estas voracidad buscan consolidar la república verde de la
soja exterminando las comunidades campesinas e indígenas. La Monsanto y su
sociedad de la ciencia, su modelo de educación y medios de comunicación privada se encarga de
difundir este nuevos paradigmas de desarrollo, según ellos, nadie tiene que
oponer a la innovación, dinamismo de negocio, avance tecnológico que solo
pretende sacar del hambre y la pobreza a la población mundial en armonía con el
ambiente. Estos cuellitos blanco que defiende a estas corporaciones
multinacionales a la noche negocian y planean golpes de estados, asesinatos de líderes
campesinos, persecuciones y represiones policiales, militares y paramilitares, protegen
fumigaciones masivas de comunidades con veneno, de la noche a la mañana aprobaron
la entrada de semillas transgénicas y todos los referente a propiedad
intelectual, patente y otras leyes que protegían el uso indiscriminado de
agroquímicos, estas vez todos favorecen única y exclusivamente a la expansión del
gran capital privilegiando al arsenal de guerra de la multinacional Monsanto.
El populismo de Horacio Cartes busca confundir del
verdadero peligro que están por venir por parte de estas empresas
multinacionales en cuanto a la contaminación, fumigaciones, procesos judiciales
penales, administrativos y otros múltiples conflictos que trae este modelo de
agricultura. La auto crítica hecha por el presidente de la república criticando
al sector privado es típico de los colorados populistas, la matriz de opinión
buscan desviar la atención del verdadero peligro de un monstruo que tiene el favoritismo político y van consolidando
políticas agraria genocidas para la población en general, Cartes
realizó dichas declaraciones en la ciudad de Villa Hayes en el lanzamiento del
Programa “Sembrando oportunidades”, con este programa buscan amortiguar el
problema del campo mientras se consolide la política agraria genocida, esta vez
entregaron kits de alimentos y semillas de autoconsumo posiblemente sacado del
portafolio tecnológico de la Monsanto.
El Ministerio de Agricultura y
Ganadería MAG, por resolución 19/2014,
liberó el uso comercial del maíz transgénico NK603, de Monsanto. Con la medida,
suman cinco las variedades de maíz genéticamente modificadas que fueron
autorizadas para cultivo comercial en el Paraguay. El 24 de octubre de 2012,
fueron liberados cuatro maíces, el VT Triple Pro y MON810, que pertenecen a
Monsanto; el BT11 de Syngenta y el TC1507 de Dow AgroSciences. En soja, el 11
de febrero de 2013 se liberó comercialmente la soja Intacta.
Según informó representante local de Monsanto, Ing. Agr.
Francisco Fracchia la empresa de biotecnología más importante del mundo, que en
el país ya cuenta su portafolios completo de tecnología agrícola, con sus
maíces híbridos Agroeste y Dekalb, las variedades de soja Monsoy, con la
tecnología Intacta RR2 Pro, y el control de malezas con el sistema Roundup
Ready Plus, es decir ya podrán cumplir aquellas certera propaganda del mismo,
ya nos puede matar todo por arriba y por abajo.
La propuestas de la reforma agraria
integral y la ley de seguridad y soberanía alimentaria nunca lo intereso a los
gobiernos neoliberales ni existen en sus planes, siempre se priorizan lo pul de
siembras, commodities agrícolas que van desplazando al estados en una política
agraria acorde a la realidad nacional, el sistema alimentario de la corporaciones
desconocen y excluyen los derechos de
los seres humanos de una alimentación sana, nutritiva, adecuada y suficiente, de acuerdo con la
cultura, tradiciones y costumbres de los pueblos y comunidades, esta contradicción
antagónica con la mayoría de la población es inherente al modelo agrícola transnacional,
la advertencia de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO, por si sigla en ingles) de la situación de pobreza y en
crisis alimentaria más de 40 por ciento de la población rural paraguaya,
seguirán agravando con el portafolio tecnológico genocida de la Monsanto.
Miles de campesinos y
campesinas e indígenas ya sufrieron el embate de la guerra química con veneno y
la pérdida de sus territorios, esta vez la guerra de los transgénicos es para
todos los sectores, incluidos empresarios nacionales.
Detener este exterminio en
el sector rural solo es posible con la unidad de todas y todos los sectores de
la sociedad, es necesario multiplicar acciones continentales como la lucha
emprendida en Córdoba Argentina consolidando una plataforma de lucha gran
nacional referente a la soberanía alimentaria de los pueblos.
Globalicemos la lucha
globalicemos la esperanza.
Nota:
Del
Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto
Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Twitter: @yiyoparaguay
Blog del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/
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