“Hermanas y
hermanos, para el capitalismo la solución de la crisis climática son los
mercados de carbono, esos que mueven millones de dólares en el mundo pero sin
logros, más bien ocasionando daños al planeta, yo diría que ese sistema es el
cáncer que destruye la vida de la Pachamama - Madre tierra”
Evo Morales
La Agroecología es un modo de vida históricamente proveniente
de los indígenas, campesinos, campesinas y afro-descendientes, quienes con su
sabiduría milenaria descubrieron y diseñaron sistemas de agricultura holísticos,
eficientes, productivos y en total armonía con la Pachamama, resistieron con su
identidad todos los embates de un modelo transnacional del agronegocio.
En varios estudios se demuestran que para formarse 1 cm de
suelo se requiere de 100 a 400 años, y para que el suelo pueda producir cosecha
pasaron de 3.000 a 12.000 años. Para nadie es un secreto que la llamada
Revolución Verde, en solo 40 años, terminó devastando el suelo, acabó con los
bosques y selvas vírgenes, contaminó la tierra y los acuíferos con productos químicos
cancerígenos, enfermó a millones de seres vivos, aumentó los gases de efecto
invernadero y el cambio climático. Este modelo cancerígeno llamado capitalismo
diseñó las “Repúblicas Unidas de la Soja” destruyendo la vida comunitaria
indígena y campesina. El modelo del agronegocio es una invasión y opresión bestial
permanente para los campesinos, campesinas e indígenas en lo político,
ideológico, económico, tecnológico y cultural, por eso el modelo del agro como
cultura de vida y el modelo del agro como negocio y de la muerte es una disputa
permanente de territorio.
El sistema
cancerígeno capitalista del agro tiene un punto de partida; terminada la
Segunda Guerra Mundial, la industria bélica se encargó de impulsar la llamada
Revolución Verde. Uno de los pretextos era modernizar el campo introduciendo
todos los paquetes químicos que sobraron de la guerra. Uno de ellos es el
agente naranja de la Monsanto que hoy la Organización Mundial de la Salud (OMC)
confirma como sustancia cancerígena; estos componente químicos vienen matando
indirectamente a millones de campesinos, campesinas e indígenas con la
contaminación de sus ríos, bosques, suelos, semillas, igualmente de forma
directa podemos citar algunos casos como la tragedia de Bhopal en 1984, cuando
una fuga de sustancias tóxicas de la empresa Union Carbide provocó la muerte de más de
30 mil campesinos en Punjab: en total, más de 500.000 personas en la India
resultaron envenenadas con isocianato de metilo en esta tragedia.
En el V Congreso Latinoamericano de
Agroecología, celebrado del 7 al 9 de octubre de 2015 en la Universidad
Nacional de La Plata, Argentina, la Sociedad Científica Latinoamericana de
Agroecología (SOCLA) entregó un reconocimiento a La Vía Campesina Internacional
por su lucha incansable en pro de la Agroecología y los derechos campesinos; la
razón esgrimida es por cumplir su papel histórico de cuidar la tierra,
alimentar al mundo, conservar la biodiversidad y enfriar el planeta y por su
constante promoción de la soberanía alimentaria en América Latina y en el
mundo. En este Congreso internacional, ante más de 1.500 profesores/as, investigadores/as,
y estudiantes de Agroecología y de varias ONG, provenientes de toda América
Latina, la CLOC-Vía Campesina dejó claras su visión y misión como movimiento
social en relación a la Agroecología. “El proyecto de La Vía Campesina es un
"proyecto de vida," para un campo con campesinas y campesinos, de
comunidades rurales con familias, de territorios con árboles y bosques,
montañas, lagos, ríos y costas, y se opone fuertemente al “proyecto de muerte”
del agronegocio, de la agricultura sin campesinos ni familias, de monocultivos
industriales, de áreas rurales sin árboles, de desiertos verdes y tierras
envenenadas con agrotóxicos y transgénicos. Con nuestras acciones y prácticas
las campesinas y campesinos de todo el mundo estamos activamente confrontando
al capital y al agronegocio, disputando la tierra y el territorio con ellos”.
En este mismo evento, Peter Rosset,
militante y profesor de la ECOSUR (México), Red de Investigación – Acción sobre
la Tierra (Vía Campesina), expuso la nueva coyuntura en torno a la Agroecología,
desde la mirada institucional y desde la experiencia práctica de los movimientos
sociales. Para Rosset: “La Agroecología pasó de come-flor o bicho raro, a ser la
única alternativa sustentable; está de moda y puede ser, también, pasible de
riesgos. Después que la agricultura industrial entró en crisis como su
desaceleración en los rendimientos y en la productividad de todos los factores
de la producción: erosión, compactación, salinización de los suelos ; resistencia
a plaguicidas generando las llamadas ‘súper-malezas’, emisiones de gases de
efecto invernadero, cambio climático, aumento de los costos de producción –los cuales
afectan sus márgenes de ganancia–; ante esta realidad las multinacionales
buscan hacer un afinamiento sin tocar su estructura de poder, un afinamiento
con la idea de recuperar sus márgenes de ganancia, de ser más eficientes,
utilizar menos insumos, no por que dañen el medio ambiente, sino por que dañan
sus márgenes de ganancia.
“En este sentido, se puede decir que
existen diferentes visiones y versiones que tiene la institucionalidad y los
movimiento sociales con relación a la Agroecología, por eso la disputa por la
Agroecología es ahora: la representamos desde los movimientos sociales, es
nuestra, es una herencia de los pueblos y no está en venta, defendemos nuestra
dignidad cuando elegimos producir de manera agroecológica” concluyó Peter
Rosset.
Estas
conclusiones y propuestas precisas y coherentes alumbran perfectamente algunas
similitudes y diferencias entre la Revolución Verde y la propuesta de economía
verde, que también está de moda. Las similitudes serían que se sigue diciendo
que todo es para reducir el hambre en el mundo; la propuesta de la Revolución
Verde utilizó el mismo pretexto siendo clara la destrucción que iba a
significar para la naturaleza. Sin embargo la economía verde hoy utiliza el
pretexto de que no podemos seguir destruyendo la naturaleza y necesitamos un
afinamiento en lo ecológico sin tocar la estructura de poder. Justifican la
privatización de la riqueza y la socialización de la pobreza buscando esconder
el rostro del responsable directo de la destrucción del planeta, el sistema
capitalista.
Mientras se negocia la naturaleza con la
hegemonía y los intereses cancerígenos del gran capital, los campesinos y
campesinas, indígenas, jóvenes y mujeres de los movimientos sociales,
conjuntamente con los gobierno del ALBA, se disponen a luchar por la defensa y
por los derechos de la Madre Tierra, por la humanidad y por la justicia y la
paz mundial; se oponen abiertamente a las pretensiones y acuerdos de
negociaciones como las nuevas barreras técnicas al comercio de bienes
agropecuarios, subsidios agrícolas que distorsionan y destruyen las economías
de los países pobres con alta potencialidad agrícola, los patentes y
utilización de semillas transgénicas, los mercados de carbono, entre otros. Los
encumbrados de la COP 21 buscan utilizar solo nuevos términos y paradigmas
tecnológicos para nuevas condiciones de competitividad defendida desde las
grandes transnacionales, utilizan falsas soluciones como la economía verde,
agricultura climáticamente inteligente, fondos o mecanismo de desarrollo
limpio; es decir, solo intentan minimizar efectos sin ningún cuestionamiento a
la causa real que actúa como un cáncer sobre la Madre Tierra.
Ante todas
las amenazas cancerígenas del gran capital, urge seguir globalizando las luchas
y las esperanzas, proponiendo
adoptar un modelo agroecológico anti-cancerígeno de forma más amplia para
construir la Soberanía Alimentaria desde la organización popular continental y
continuar combatiendo de manera frontal el modelo transnacional.
¡Contra el
capitalismo, por la Soberanía de nuestros ´Pueblos, América Unida sigue en
Lucha!
Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero
Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo
Freire (IALA)
Twitter: @yiyoparaguay
Blog del Autor :
http://ayvuguasu.blogspot.com/
Notas:
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