lunes, 21 de diciembre de 2015

La Revolución Socialista y el peligro climático


¡Por una nueva conferencia de Zimmerwald para enfrentar el desastre planetario!




Se propone en esta nota que el cambio climático actual estaría adquiriendo el carácter de un factor catastrófico de “orden terminal” en la dinámica histórica, entendiéndose por esto un tipo de factor histórico que, tanto por sus probables consecuencias sobre el medio natural y la vida humana, así como también por su papel como catalizador (acelerador) de las contradicciones económicas, sociales y políticas del presente, tendría el potencial de gatillar una “crisis terminal” (o colapso) del sistema capitalista y la civilización moderna. Asimismo, teniendo en cuenta la naturaleza del proceso ambiental y geológico implicado en el calentamiento global, por ejemplo los peligros asociados al deshielo del Ártico y a las actuales liberaciones de metano en zonas polares y circumpolares del hemisferio norte, el cambio climático podría actuar como detonante de un fenómeno (fulminante) de extinción de la vida terrestre, esto siguiendo los planteamientos de un importante grupo de científicos sobre este tema. Considerando lo anterior, proponemos el desarrollo de tres grandes escenarios históricos (posiblemente concatenados entre sí) como consecuencia probable del avance de la crisis ecológica: crisis estructuralcolapso civilizatorio y extinción masiva

La guerra permanente como expresión de la crisis global

De cómo el Imperialismo occidental intenta mantener su hegemonía




El pasado 14 de noviembre, un día después de los terribles atentados de París reivindicados por el Daesh, el presidente francés, François Hollande, declaraba que se había producido un acto de guerra al que Francia iba a responder de manera implacable. Dicha declaración tenía la función performativa de borrar de un plumazo la historia reciente de la implicación militar francesa en numerosos conflictos de África y Oriente Medio, una operación imprescindible para legitimar el apoyo internacional a la causa geoestratégica de una potencia mundial que vive en guerra permanente (fuera de sus fronteras, eso sí), y a la que le viene grande la medida de sus pretensiones en un escenario global de competencia con otras potencias emergentes.