viernes, 28 de noviembre de 2014

El nuevo ALCAP y la banca china



Por: Oscar Ugarteche y Ulises Noyola Rodríguez

ALAI


El ascenso de China en Latinoamérica es incuestionable. América Latina posee dos dinámicas comerciales: por un lado, la Cuenca del Caribe, centrada en Estados Unidos y, por otro lado Suramérica, vinculada más hacia China. Unos crecen poco, los otros crecen más rápido. China se perfila como el segundo socio comercial de Latinoamérica para el año 2015, desplazando así a la Unión Europea al tercer lugar y cada vez más cerca de Estados Unidos. 

La fragilidad de la recuperación económica de las economías líderes a partir del 2009, empujó a China a buscar nuevos socios comerciales y reforzar acuerdos de integración productiva en el área Asia-Pacífico para dinamizar su comercio exterior, acorde con el XII Plan Quinquenal 2011-2015. Dentro de este esquema, su política exterior consiste en reforzar las relaciones de cooperación en el comercio, las finanzas y el desarrollo con la posibilidad de avanzar hacia la integración comercial con base en las complementariedades con Latinoamérica (1). 
Por otro lado, China afianza su rol estratégico en la región apoyándose en el China Development Bank y el Export-Import Bank of China que actúan de dos maneras: 1) otorgan préstamos a largo plazo para la compra de equipo e infraestructura de origen chino; 2) prestamos pagaderos en commodities -principalmente hidrocarburos-. La mayor parte de sus préstamos entre 2005 y 2013 han sido otorgados a los gobiernos de Venezuela (50.6%), Argentina (14.1%), Brasil (13.3%) y Ecuador (10%), que cuentan con abundantes yacimientos de hidrocarburos. El volumen crediticio del período fue de 98,000 millones de dólares frente a los 163 mil millones de dólares otorgados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo juntos en la región (2). 

Las relaciones de China con MERCOSUR tomaron un mayor impulso este año con la renovación de la línea de swap (permuta de divisas) a Argentina por 70,000 millones de yuanes (11,000 millones de dólares) para fortalecer sus reservas internacionales, lo que constituye un segundo paso a favor de la internacionalización del renminbi en Latinoamérica. Argentina se convierte así en el segundo país latinoamericano en mantener una línea swap con China tras Brasil, que tiene una por 190,000 millones de yuanes (31,000 millones de dólares) desde el 2013. China tiene además una estrategia con los de la Alianza del Pacífico al establecer oficinas del China Construction Bank en Chile y del Industrial and Commercial Bank of China en México y el Perú a finales de 2014

La reciente cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), realizada en noviembre del 2014, culminó con la creación del Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico ALCAP (FTAAP, por sus siglas en inglés), que le arrebató a Estados Unidos la iniciativa del libre comercio en la cuenca pacífica. El FTAAP está conformada por todos los países del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), más los estados no incluidos en el TPP de la cuenca del Pacifico, básicamente China. La pelea hegemónica del Pacifico la viene ganando China con esta iniciativa y los bancos establecidos en los países que eran bastiones de Washington con la AdelP. 

El ALCAP consolida la importancia que tiene América latina para China y la importancia que le dan a los miembros de la Alianza del Pacifico ya que la inversión extranjera china en la región en su conjunto se anticipa que se expandirá diez veces de su nivel actual de 108,000 millones de dólares a 1.25 billones de dólares en la próxima década, dijo el premier chino en la cumbre del APEC . 

 Finalmente, China creó este año un foro permanente con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con el objetivo de consolidar sus relaciones en la región mediante una base estable de negociaciones. Con esto asistimos a una nueva etapa de las relaciones entre Latinoamérica y China, donde podrán negociar simultáneamente los treinta y tres países con el gigante asiático a partir de 2015. Esto es conceptualmente distinto de la posición de Estados Unidos de negociar sobre la base de uno a uno donde la asimetría no puede ser resuelta.

- Oscar Ugarteche es economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org

- Ulises Noyola Rodríguez es miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM. Contacto: ulisesnoyola1@gmail.com 

1) Véase China´s Policy Paper on Latin America and the Caribbean 2012 en http://www.gov.cn/english/official/2008-11/05/content_1140347.htm

2) Véase “China: the financial player in Latin America” en Deutsche Bank Research, en http://www.dbresearch.com/servlet/reweb2.ReWEB?document=PROD0000000000339521&rwnode=DBR_INTERNET_EN-PROD$NAVIGATION&rwobj=ReDisplay.Start.class&rwsite=DBR_INTERNET_EN-PROD 


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El horror como mercancía noticiosa


Periodismo en tiempos macabros

Rebelión/Universidad de la Filosofía

No se trata de una “novedad” de ocasión, muertos, heridos y desaparecidos -a raudales- son una constante del paisaje macabro orquestado por la terquedad asesina del capitalismo para adueñarse de las riquezas naturales, del trabajo y de la conciencia de todos los seres humanos. El Apocalipsis en “cámara lenta”. Son siglos de estulticia y crimen convertidos en industria bélica además santificados por los bancos y por un empresariado global cómplice carroñero de asesinatos masivos y a mansalva. Es el capitalismo y su sed de barbarie. ¿Es eso una noticia nueva? Sálvense las excepciones que puedan salvarse. En su mayoría más abrumadora, las industrias de la noticia han sido también coparticipes del crimen cometido por el capitalismo porque han cumplido con su rol como asesinas de la verdad en público. A pesar de su “prestigio” auto-producido, de que se auto-premien y auto-aplaudan; que se digan “decanas del periodismo”, “paradigmas de la objetividad” y del buen juicio informativo… lo cierto es que un resumen en perspectiva sobre el rol de la prensa en los siglos que el capitalismo lleva depredando al mundo, es realmente bochornoso. Una vergüenza nutrida por episodios infinitos de corrupción, connivencia criminal y servidumbre mercantil al “delito de lesa humanidad” que es saquear, explotar y enajenar a los pueblos.
Y una de las peores consecuencias de esa “industria de la noticia” basada en mentir, con formas sofisticadas, consiste en fabricar “escuelas” (en todos sus sentidos), en esparcir sus gérmenes ideológicos entre un séquito de “periodistas” acríticos, mansos y serviles, que reptan por todo el planeta haciendo metástasis de su estulticia y de su servilismo periodístico. Dan cátedras, publican libros, enciclopedias y manuales, promueven talleres, seminarios y coloquios. Todo eso mientras ocurren los crímenes del capitalismo, sus fraudes políticos, los robos de los banqueros, los saqueos desde las empresas trasnacionales y el exterminio lento y largo de la clase trabajadora bajo el peso descomunal de la “legalidad” burguesa. En la prensa ni una palabra. Muchos egresados de las escuelas del periodismos burgués exhiben con orgullo las cicatrices de su cerebro donde han sido obturadas todas las capacidades críticas. Una monstruosidad con títulos universitarios para salir en la “tele” de sus amos.
Ejercer el trabajo periodístico con la razón anestésica como editorial oculta, es traficar la ideología del amo a costa, incluso, de los intereses laborales del “periodista”. Se convierten en sirvientes de una máquina de guerra ideológica que cierra toda posibilidad de entendimiento crítico sobre las barbaridades que ocurren y sobre las barbaridades con que se “informa” al “público”, al “consumidor” o a la “audiencia”. Nunca a un interlocutor igual a quien se habla. Pero se hacen los “objetivos”, los “neutros”… ponen carita “inocente” y defienden como fieras su “derecho” a travestirse como seres informativos “autónomos” o “independientes”. Falacias todas de mercado con que se domestica una masa de profesionales que no pueden, que no quieren y que no se interesan por trasformar el mundo que, también a ellos, explota y aplasta.
Incluso en las “mejores intenciones”, hace falta una herramienta autocrítica muy ágil y muy penetrante. Nadie está a salvo si vive en las cloacas del periodismo mercantil acariciando la primicia que lo llevará a la gloria salarial y a la fama entre crápulas. Algunos codician reportajes sobre un buen muerto (o un grupo de ellos) jugoso en amarillismo y suculento para el morbo mediático. Otros anhelan un buen chisme, un episodio escandaloso donde la estrella sea el que pone el micrófono ente los protagonistas más convenientes a la lógica de raiting que calienta las pantallas para una tanda de publicidad postrera. A eso le llaman, orgullosamente, “periodismo”. Y se aplauden entre ellos y algunos de sus familiares.
A eso nos han acostumbrado en México, por ejemplo. A eso nos han sometido inconsulta e inclementemente durante décadas y más décadas. Los monopolios de la “información” atacan a los pueblos diariamente con sus metrallas de mentiras y “noticias” tendenciosas en las que nadie se salva de complicidad estructural y sistémica en la lógica de mercantilizar el horror. Como si fuese eso un logro profesional. Cada episodio macabro es presa de jaurías “periodísticas” que sale a carroñar su pedacito de gloria “informativa” arrancada de las fauces de la injusticia, la impunidad o el desamparo social. Y lo pasan por la tele.
No vamos a quedarnos callados ante este crimen de “lesa humanidad” no tipificado por las “convenciones éticas” ni de los “derechos humanos” de las oligarquías. No nos silenciarán las jaurías burguesas por más que nos ignoren o nos criminalicen por ejercer las capacidades y derechos democráticos de la critica social. No vamos quedarnos callados ante la barbarie del periodismos mercantil que a mansalva arrasa con la verdad y siembra su discurso miserable, mezquino y retrógrada para cobrar unos pesos y ganar palmaditas de sus amos. No vamos a quedarnos callados por el simple y llano hecho de que el silencio, en este como en muchos casos, nos hace cómplices.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.