sábado, 9 de noviembre de 2013

El lobby de Monsanto en Argentina para modificar la ley de semillas a su favor

06/11/13
 
La ley de semillas vigente en Argentina data del año 1973, y fue actualizada adoptando algunos elementos del convenio UPOV 91 (sigla para Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales), a través de un decreto reglamentario en 1991. La UPOV fue fuertemente cuestionada en el Seminario taller "Leyes de semillas: resistiendo al despojo" cuya declaración final expresa que las normas basadas en este sistema "son leyes y reglamentos que legalizan el abuso y el despojo".
El seminario fue realizado los días 17 y 18 de octubre en la Granja Escuela Yvapuruvu en Paraguay, por la Alianza Biodiversidad, la Red por una América Latina Libre de Transgénicos y la Campaña Mundial de la Semilla de Vía Campesina.
En Argentina la presión para que la legislación sobre semillas se adapte totalmente al régimen de la UPOV, tiene en la multinacional del agronegocio Monsanto su principal impulsor. Así lo afirmó Carlos Vicente, integrante de la Alianza Biodiversidad y de la organización GRAIN en su presentación acerca de la situación del país en esta temática durante el seminario. Monsanto se instaló en Argentina en 1996, y no es hasta 2003 cuando empieza a reclamar sus derechos de propiedad intelectual, en un momento en el que se hace pública la venta ilegal de semillas transgénicas a Brasil y Paraguay. Según afirmó Vicente, a Monsanto le convenía que durante todo ese período se vendieran ilegalmente sus semillas transgénicas, lo cual explicaría que no haya reclamado en todos esos años los derechos de propiedad intelectual. A mediados del 2012, Monsanto anunció nuevas inversiones en el país, entre ellas la construcción de lo que sería la mayor planta de procesamiento de maíz transgénico de América Latina, en el barrio Malvinas Argentinas de la ciudad de Córdoba.
La medida fue ampliamente rechazada por distintas organizaciones y movimientos sociales que mantienen desde hace ya un mes un bloqueo al predio donde la empresa preveía construir la planta. Seguido de esto, la empresa junto al Ministro de Agricultura Norberto Yauhuar anuncia en conferencia de prensa la aprobación de la nueva soja transgénica RR2 "Intacta" y la modificación de la Ley de Semillas, "considerando las inversiones que significaron para Monsanto", citó Vicente a Yauhuar. A diferencia de su primer transgénico en Argentina (la soja RR), esta vez la transnacional intenta asegurarse poder cobrar las regalías a los productores que adquieran la semilla mediante la firma de contratos al momento de adquirir las semillas. Desde los movimientos y organizaciones sociales la reacción a esta nueva embestida de Monsanto viene siendo contundente.
Además del ya mencionado bloqueo a la planta de procesamiento de maíz genéticamente modificado en Córdoba, varias organizaciones y movimientos lanzaron una campaña de firmas por la no modificación de la ley de semillas, que ya cuenta con la adhesión de unas 700 organizaciones, y más de 9 000 firmas, contó el integrante de GRAIN. El amplio rechazo que viene generando la posibilidad de modificación de la ley logró que el proyecto no ingresara al Congreso el año pasado. Desde el gobierno se afirmó que esto ocurrirá luego de finalizadas las elecciones legislativas, que se realizarán este domingo 27 de octubre. Por esto, afirma Vicente, la alerta y las movilizaciones tanto de sectores urbanos como campesinos se mantienen firmes ante esta anunciada amenaza.
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ALBA: La contingencia del proceso de integración alternativa de Nuestra América






«Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir. Porque ahora, por los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o en el tráfico de las ciudades o en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de razones, con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros. Ahora sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia
Fidel Castro, Segunda Declaración de La Habana, 1962

En la primera parte del presente ensayo se tratará la temática de la [de]construcción del proyecto de Nuestra América y de la idea de América Latina desde una nueva mirada sobre la historia, partiendo de la relación de las experiencias histórico-sociales de dicha región con el Sistema-Mundo y la Modernidad, para dar lugar a las reflexiones sobre la «herida colonial» y la problemática de la colonialidad. En un segundo momento, los análisis y postulados realizados previamente se relacionarán con el proceso de integración de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América [ALBA], describiendo y analizando –en forma de apuntes introductorios – su conformación y sus etapas, así como algunos de sus alcances y limitaciones.
El proyecto de Nuestra América y la idea de América Latina: Una nueva mirada sobre la historia
Para comprender las realidades de los pueblos latinoamericanos resulta relevante un enfoque histórico y dialéctico, en donde las interpretaciones y [de]construcciones tradicionales no tienen lugar, ya que ahora es necesario desaprender. Con respecto a la historia, América Latina ha sido borrada de la misma; en su lugar se ha impuesto la historia de Occidente [Europa-EEUU], y la historia de occidente se resume en la culpabilización de sus victimas, mientras este al perseguir la culpa se concibe como un victimario heroico e inocente (Hinkelammert, 1991).
Si bien la historia de occidente y su relación con las demás regiones del mundo no es monolítica, se pueden establecer algunas tendencias históricas en periodos de tiempo concretos, como el fenómeno de la Modernidad, que consiste –a grandes rasgos– en: “(…) el manejo de la centralidad de Europa en el Sistema-Mundo” (Dussel, 2008: 27). Dicha centralidad comienza con el proceso denominado como «Primera Modernidad», que consiste en la expansión europea hacia el Atlántico a finales del siglo XV y los posteriores procesos de conquista y colonización en América, África y Asia; para continuar con la «Segunda Modernidad», que consiste en los procesos de la ilustración y el desarrollo de la filosofía racionalista durante el siglo XVII; para dar paso a la «Tercera Modernidad» donde se asienta la hegemonía angloamericana como un apéndice europeo, desde el siglo XX hasta hoy (Dussel, 2008). Un punto relevante acá es que los procesos anteriores tienen como germen y fundamento el desarrollo de un sistema económico mundial específico: El capitalismo.
Asimismo, la Modernidad se basa además en la idea de raza y la jerarquía etno-racial global que atraviesa todas las relaciones sociales existentes tales como la sexualidad, género, conocimiento, clase, división internacional del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc.; y que generan condiciones de dominación, explotación y violencia (Montes y Busso, 2007).
Entonces ¿qué relevancia tienen todas estas cuestiones para la comprensión de las realidades latinoamericanas?, la relevancia recae en que con el devenir histórico mencionado –y a pesar de que las administraciones políticas coloniales ya no existen casi en su totalidad–, las problemáticas han sido internalizadas debido por un lado a la «herida colonial» que consiste en: “(…) el sentimiento de inferioridad impuesto en los seres humanos que no encajan en el modelo predeterminado por los relatos euroamericanos” (Mignolo, 2007: 17), y por otro lado debido a las relaciones de poder que continúan reproduciéndose. Al conjunto de relaciones de poder de dominación y explotación vigentes y discursos encubiertos que han sido internalizados, se le denomina: Colonialidad. (Mignolo, 2007).
Ahora bien, si se tiene en cuenta lo anterior, cabe preguntarse ¿y donde entra América Latina en la nueva mirada? Para dar respuesta a la interrogante son importantes algunas precisiones: En primer lugar, América nace como idea y constructo geosocial a partir de lo impuesto por occidente a lo largo del siglo XVI, borrando las concepciones y cosmovisiones de las y los habitantes originarios del «territorio» (Quijano y Wallerstein, 1992). En segundo lugar, para mediados del siglo XIX, la idea de América como unidad comenzó a fragmentarse y nació la idea de América Latina, que consiste en: “(…) la triste celebración por parte de las élites criollas de su inclusión en la Modernidad, cuando en realidad se hundieron cada vez más en la lógica de la colonialidad” (Mignolo, 2007: 81). Es decir, esta idea pretendía englobar en un marco uniforme a una región en donde coexistieron –y coexisten– diferentes sociedades y culturas, en otras palabras: Diferentes realidades; lo cual implicaba borrar y/o invisibilizar a las no occidentales y sobreponer a la occidental, la cual había sido internalizada por las élites y oligarquías criollas. Sin embargo, cabe aportar que el concepto de América Latina también lo han disputado y utilizado pensadoras y pensadores críticos, por lo que no puede señalarse como si su criterio se encontrara absolutamente al “servicio” de occidente [1].
Por tanto, si bien la idea de América Latina no puede ser descartada absolutamente de manera que entre en la nueva mirada de la historia, resulta importante desarrollar otro concepto: El de Nuestra América; el cual fue explicado por el cubano José Martí a fines del siglo XIX (Mignolo, 2007). El discurso de Nuestra América consiste en un proyecto de disenso con respecto a la idea de una América totalmente uniforme, y de consenso con respecto a las experiencias histórico-sociales de los pueblos que han sido excluidos y explotados por los imperios occidentales: Nos une la «herida colonial» y las venas de un continente que aún continúan abiertas. Por lo que la unión de los pueblos frente al imperialismo, posibilita la transformación de las realidades. Esta última concepción es la que tiene una mayor consistencia con la nueva mirada sobre la historia, porque abre las condiciones de posibilidad para el cambio social.
Para concluir el primer apartado es relevante realizar una pequeña reflexión sobre las condiciones de posibilidad que abre la concepción de Nuestra América. Actualmente, el tren de la Modernidad coarta a la realidad social como proceso, al presentar a la colonialidad –y con esta al capitalismo global– como un destino anónimo contra el que es imposible luchar ya que escapa al control social ( Žižek , 2008); el discurso moderno actual es: “O nos adaptamos a él o nos quedamos fuera de la Historia y resultamos aplastados. Lo único que se puede hacer es intentar que el capitalismo global sea lo más humano posible, luchar por un «capitalismo global con rostro humano» (al cabo, tal es –o, más bien, era– el propósito de la Tercera Vía).” ( Žižek, 2008: 472). Justamente frente a esto es donde entran las condiciones de posibilidad de aceptar el riesgo de abrazar las grandes decisiones colectivas de los pueblos que realizan pensando y sintiendo las transformaciones. Transformaciones que implican un cambio de vista desde la innovación de las instituciones sociales hasta la transmutación radical de los sistemas políticos y las realidades (Dussel, 2006).  
ALBA: Integración alternativa y contingencia
Teniendo como horizonte el apartado anterior, es pertinente adentrarse en el proceso de integración alternativa de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América [ALBA]. En ese sentido, la integración regional tradicional dictada desde el centro del Sistema-Mundo tiene como carácter a las ventajas comparativas, es decir a priorización de la tasa de ganancia de cada Estado; por lo que sus agendas giran en torno al comercio internacional y su liberalización, al crecimiento económico y a las posiciones hegemónicas dentro del sistema. Por otra parte, la integración regional alternativa creada y propuesta en la periferia tiene como carácter a las ventajas cooperativas, o sea a la contribución de la integración al desarrollo colectivo, a la negociación internacional, al internacionalismo revolucionario y por ende a las transformaciones estructurales (Espinosa, 2011). Acá lo importante es recalcar que las relaciones internacionales tradicionales reproducen las matrices de poder de la colonialidad, mientras las alternativas buscan superar lo real con la transformación.
Ahora bien, ¿Qué es y cómo nació el ALBA? El ALBA es un proceso de Integración Regional que aparece en un primer momento como: Alternativa Bolivariana para las Américas en el año 2001; en un contexto en donde Nuestra América acaba de pasar un punto de ruptura con el tiempo continuo, es decir con las realidades tal y como estaban. Dicho punto de ruptura comienza con el llamado Caracazo en 1989 y se extiende hasta la sublevación zapatista en 1994, mientras en el Sistema-Mundo se escuchaban los ecos de la caída del Muro de Berlín y el modelo neoliberal era llevado a su límite; ni Latinoamérica ni el mundo volverán a ser los mismos. Como parte de dicho proceso de quiebre, los movimientos y partidos progresistas y revolucionarios latinoamericanos pasan de la resistencia al poder, es justo ahí en la III Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe en donde el presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías propone la creación de dicho organismo internacional basado en las ideas e intentos del libertador Simón Bolívar y de otros pensadores que soñaron con el proyecto de Nuestra América (Espinosa, 2011).
Este nuevo proceso puede entenderse como: “Una opción de desarrollo en función de las grandes mayorías populares históricamente explotadas, excluidas y oprimidas, es una opción emancipadora por la independencia, la justicia social, la libertad y la equidad, es un ‘salto estratégico’ hacia una nueva etapa en Latinoamérica, el Caribe y el mundo.” (Espinosa, s/f)
En el corto desarrollo del proyecto pueden identificarse cinco periodos con sus respectivos acontecimientos [2]: El primer periodo (2001-2004), que abarca desde su primera formulación hasta su Constitución con la firma de los primeros acuerdos entre Venezuela y Cuba. El segundo Periodo (2004-2006), condensa la primera ampliación con la incorporación de Bolivia y la profundización de la propuesta con el Tratado de Comercio de los Pueblos [TCP], el nacimiento de TeleSur y la internacionalización de las Misiones. Continuando con el tercer periodo (2007), en donde se incorpora Nicaragua y se crea el Banco del ALBA y las primeras comisiones técnicas junto con la firma del Tratado Energético (Silva y Martins, 2013). Estos primeros tres periodos transcurren mientras EEUU continúa con su proyecto Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que pretende acentuar el “libre mercado” regional.
En el cuarto periodo (2008-2009), se realiza otra ampliación con las incorporaciones de Ecuador, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Dominica y Honduras; asimismo, el proyecto se transforma en Alianza y se crea el Consejo de Movimientos Sociales, el Consejo Político del ALBA, el Proyecto Grannacional, el lanzamiento de la idea del Sistema Unificado de Compensación Regional de Pagos [SUCRE], y la firma de acuerdos sobre Seguridad y Soberanía Alimentaria. Por último el quinto periodo (2010-Presente), en donde se realiza la adhesión de Haití, Surinam y Santa Lucía, y se toma la decisión de crear el Consejo de Defensa del ALBA, y la tarea de enfrentar el gran reto histórico de construir una base económica independiente y socialista (Silva y Martins, 2013).
Parte de las dinámicas regionales dentro del ALBA, han consistido en relaciones basadas en las ventajas cooperativas, como por ejemplo la redistribución de la renta petrolera de Venezuela a cambio de los servicios de Salud y el conocimiento científico y educacional de Cuba; así como la reorientación implícita de la estrategia de desarrollo para la satisfacción de las necesidades básicas. Además, el ALBA se posiciona como una desconexión entre los precios de conveniencia de las mercancías intercambiadas y la capacidad de compra de los socios comerciales, adaptándose a las capacidades disponibles de su contraparte por medio de acuerdos compensatorios (Katz, 2006).
Otro aspecto a señalar consiste en el relativo consenso político que se ha logrado conseguir, esto se evidencia en los pronunciamientos y en las decisiones tomadas en las Cumbres y en el Consejo Político del ALBA. Por ejemplo, el repudio al Golpe de Estado en Honduras en 2009 que trajo consigo la salida de dicho país; así como la denuncia de la ocupación militar gringa en Haití luego del terremoto de 2010. Además, el ALBA se ha presentado como bloque en distintos espacios como la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente realizada en Copenhague en 2009.
Sin embargo, todo proceso si es tomado seriamente necesita la autocrítica, por tanto es perentorio señalar también sus limitaciones. Una de las principales limitaciones hasta el momento es la llamada «dualidad», que consiste en la relación de los países que conforman el ALBA con otros procesos de integración, es decir algunos juegan un doble papel estructural que es algo complejo; por ejemplo: Nicaragua forma parte de los acuerdos del ALBA en donde se realiza una acometida frente a las injusticias de los Tratados de Libre Comercio, mientras al mismo tiempo es parte del CAFTA-DR y no ha realizado ni siquiera el planteamiento de renegociación (Briceño, 2011). Dicho fenómeno de «dualidad» es una de las caras de la problemática de las estructuras del ALBA que aún tiene limitaciones con la toma de decisiones colectivas que vinculen a todas las partes integrantes. Acá cabe rescatar que las transformaciones radicales y por tanto lo nuevo, no nacen de la noche a la mañana, sino que consisten en procesos llenos de avances, contradicciones y retrocesos que son propios de la dialéctica social.
Por último, a modo de conclusión, resulta pertinente dirigir el análisis hacia la contingencia del proceso; es decir, hacia las condiciones de posibilidad que abren el camino a la transformación de las realidades de Nuestra América. En ese sentido, el ALBA ha contribuido al debate sobre un modelo de integración propio de las realidades latinoamericanas y su memoria histórica [la nueva mirada], las cuales busca trascender, o sea busca abrir otras posibilidades de lo real. Asimismo, ha ayudado a la transformación, por medio de la politización y la organización de los pueblos que van decidiendo “sobre la marcha” las construcciones de otros mundos posibles, más justos, más democráticos y más solidarios.
Notas
[1] Para profundizar el tema ver La idea de América Latina: La herida colonial y la opción decolonial (2007) de Walter Mignolo, publicado por Gedisa.
[2] Para profundizar el tema de los acontecimientos y alcances concretos del proceso de integración alternativa del ALBA en cada uno de sus respectivos periodos, consultar: América Latina y el Caribe: ALBA: ¿Una nueva forma de Integración Regional? (2011) de Altmann, J. (Ed.), publicado por FLACSO.
Bibliografía
Briceño, J. (2011). El ALBA como propuesta de Integración Regional. En: Altmann, J. (Ed.). (2011). América Latina y el Caribe: ALBA: ¿Una nueva forma de Integración Regional? Buenos Aires: FLACSO.
Busso, H y Montes, A. (2007). Entrevista a Ramón Grosfoguel. Revista Polis de la Universidad de Los Lagos de Chile, 18 (1).
Dussel, E. (2006). 20 tesis de política. México: Siglo XXI.
Dussel, E. (2008). Marx y la modernidad: Conferencias de la Paz. Bolivia: Ediciones Rincón.
Espinosa, E. (2011). El ALBA: Teoría y práctica de la Integración Regional. En: Altmann, J. (Ed.). (2011). América Latina y el Caribe: ALBA: ¿Una nueva forma de Integración Regional? Buenos Aires: FLACSO.
Espinosa, E. (s/f). El ALBA: Un camino hacia el desarrollo. La Alternativa Bolivariana para América. Disponible en:  http://www.flacso.uh.cu/sitio_revista/num1/articulos/art_EEspin2.pdf.p17
Hinkelammert, F. (1991). Sacrificios humanos y sociedad occidental: Lucifer y la bestia. San José: DEI.
Katz, C. (2006). El rediseño de América Latina: ALCA, MERCOSUR y ALBA. Buenos Aires: Ediciones Luxemburg.
Mignolo, W. (2007). La idea de América Latina: La herida colonial y la opción decolonial. Barcelona: Gedisa.
Quijano, A y Wallerstein, I. (1992). A mericanidad como concepto , o las Américas en el sistema- mundo moderno. Revista Internacional de Ciencias Sociales, 134 (1), 549-556.
Silva, C y Martins, C. (Coord.).(2013). Nuevos Escenarios para la Integración en América Latina. Santiago de Chile: CLACSO.
Žižek, S. (2008). En defensa de causas perdidas. Madrid: Akal.  
Mauricio Sandoval Cordero. Estudiante de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica 

FUENTE ORIGINAL REBELION.ORG:  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=176580&titular=alba:-la-contingencia-del-proceso-de-integraci%F3n-alternativa-de-nuestra-am%E9rica-

El BID, el Banco Mundial y los desafíos para el Banco del Sur


Lucas Castiglioni
FISyP


En las últimas semanas se han producido hechos que visibilizan la estrategia de la banca internacional y nacional en América Latina. El reciente préstamo del Banco Mundial (BM) a la Argentina, el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para financiar la Iniciativa para Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y la última Cumbre Multilatina auspiciada por el BID, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y otros organismos, nos invitan a reflexionar sobre el rol de estos organismos internacionales y la dinámica política de Nuestra América.
Financiamiento de las instituciones tradicionales
En la agenda política diseñada para el viaje del Ministro de Economía de Argentina Hernán Lorenzino a Washington a principios de octubre, se encontraban la negociación con el CIADI y los fondos buitres, reuniones plenarias de Bretton Woods y la reunión de ministros de economía del G20. Una de las definiciones de la gira en Washington fue el otorgamiento a la Argentina de un préstamo del Banco Mundial por 3.000 millones dólares. El acuerdo se incluyó en la negociación de la “Alianza Estratégica 2014/2016” destinada a las áreas de salud, protección social, infraestructura y medio ambiente [i].
Por otro lado, el 30 de octubre se anunció un nuevo préstamo del BID por 300 millones de dólares destinados a obras de infraestructura. Dicho paquete complementa los Programas de Infraestructura Vial del Norte Grande I y II, aprobados en 2007 y 2012, respectivamente, y también busca contribuir a una mayor integración territorial y regional de esa zona de Argentina.[ii] Estos préstamos se inscriben en los programas de financiamiento del IIRSA de los megaproyectos de infraestructura regional.
El tercer hecho de octubre mencionado es el reciente Foro Multilatina [iii] organizado por la Corporación América Economía, revista del establishment latinoamericano [iv], el cual congregó a CEOs de Empresas Transnacionales, representantes de la banca privada y pública y funcionarios de distintos países. La Cumbre tuvo como eje central el proceso de internacionalización de las empresas de la región y la política de financiamiento de los bancos multilaterales y nacionales. Como bien resalta el mismo informe del BID, el proceso de transnacionalización se produjo en el contexto de implementación del programa neoliberal: “Para muchas multilatinas, su exploración empezó en la década de los 90 con la liberalización económica cuando, para entonces, el término multinacional sólo hacía referencia a compañías europeas o norteamericanas y el concepto multilatina ni existía. Diez años después, cerca de la mitad de las empresas más grandes de América Latina era de la región. Ahora, el 75% de las 500 principales empresas en Latinoamérica son de la región, y el número de las compañías en la lista Fortune 500 ha pasado de 5 a 12” (BID [v]).
Asimismo el BID identifica cuatro líneas de trabajo para estas empresas: 1. P royectos de infraestructura y logística; 2. El sector bancario (“los bancos, de hecho, fueron las primeras multilatinas y cada vez más son motores de innovación financiera” según el BID); 3. Proyectos de expansión en el mercado de consumo ; 4. E mpresas de manufactura (“donde priorizamos aquellas compañías innovadoras que usen tecnologías verdes y generen empleos de alta calidad, como el apoyo a la brasileña Camargo Correa” dice el informe del BID).
Significados de la política de financiamiento
Estos tres recientes anuncios develan por un lado: el rol de los organismos financieros internacionales tradicionales en el diseño geoestratégico de América Latina, la política de financiamiento a proyectos de infraestructura y la articulación de los instituciones financieras con los procesos de transnacionalización de las empresas de la región.
Los organismos financieros tradicionales (regionales como internacionales) se vieron fortalecidos por decisiones políticas de los Estados de la región y principalmente por disposiciones del G20 en pos de re-legitimar y re-capitalizar dichas instituciones.
El financiamiento de los proyectos de infraestructura incluidos en el programa de la IIRSA es reflejo de la actual política geo-estratégica del imperio hacia América Latina. Como bien concluye Juan Fal en su estudio sobre el Banco Mundial y Argentina [vi], en los últimos 20 años el BM, como órgano ejecutor de la política de Estados Unidos para América Latina, sólo en Argentina ha financiado 24 proyectos por un monto de 4.411 millones dólares destinados a llevar a cabo el control territorial, social y biológico argentino y, de este modo, consolidar una plataforma agroexportadora.
La articulación entre instituciones financieras y la internacionalización de grandes empresas de la región expresan los procesos de concentración y centralización del capital productivo, como explica Rodrigo Avendaño [vii]. Este proceso de formación de grandes empresas transnacionales que operan en la región, denominadas Translatinas, se ven potenciado por el accionar de la banca multilateral de desarrollo (como el BID) y también por la banca nacional de desarrollo, como es el caso del banco más grande de la región: El Banco de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES). El BNDES marca en sus objetivos y tiene una línea de crédito especial destinada a fomentar la estrategia de internacionalización de las empresas del Brasil [viii].
Los desafíos para la banca de desarrollo de nuevo tipo, el Banco del Sur
En mayo de 2013 se llevó a cabo la primera reunión del Consejo de Ministros del Banco del Sur. La misma significa un paso previo a la entrada en funcionamiento de una institución planteada como clave en la integración regional de América del Sur. En el marco del programa de la Nueva Arquitectura Financiera Regional, se postula la creación de una banca de desarrollo de nuevo tipo en oposición a los Bancos de Desarrollo tradicionales (como el Banco Mundial y el BID) y a la vieja arquitectura financiera internacional en general (FMI, Banco Mundial y la propuesta del g20). Como banco de desarrollo de nuevo tipo se postula crear una institución con objetivos diferentes, sin el otorgamiento de préstamos con condicionamientos de política nacionales, regido interiormente por el sistema de representación de un país = un voto, la ampliación de los sujetos de financiamiento (incluyendo cooperativas y pueblos originarios) y con la misión de fortalecer los lazos entre los pueblos de la región en el marco de un nuevo regionalismo estratégico.
Si bien estas características se encuentran marcadas en los documentos oficiales del Banco del Sur (el Acta Fundacional de 2007 y el Convenio Constitutivo de 2009), el hecho de que el organismo aún no esté en funcionamiento genera ciertos interrogantes: ¿Qué debe financiar la banca de desarrollo de nuevo tipo? ¿Cuál será el peso del Banco del Sur en la integración regional? Considerando que la estrategia de consolidación del proyecto hegemónico financiado por la banca tradicional, como puede verse en los tres casos anteriormente citados, el desafío del Banco del Sur y de los pueblos de la región será el de construir mecanismos de cooperación e integración alternativos que fortalezcan la soberanía popular de Nuestra América.
Notas:

[i] Gacetilla de prensa del Ministerio de Economía 10/8/2013 http://www.mecon.gov.ar/wp-content/uploads/2013/10/gacetilla2.pdf
[ii] Gacetilla de prensa del Ministerio de Economía 30/8/2013 http://www.mecon.gov.ar/wp-content/uploads/2013/10/GACETILLA-30-10-13.pdf
[iii] Foro Multilatinas http://www.foromultilatinas.com/programa.php
[iv] Según el sitio oficial, la revista fue creada con la misión de ser “líderes en información sobre América Latina para los tomadores de decisión, líderes de opinión, ejecutivos y empresarios de la región”http://corp.americaeconomia.com/quienes-somos/mision-vision-valores
[v] “El BID y las Multilatinas: Promoviendo el liderazgo y la innovación” http://blogs.iadb.org/sectorprivado/2013/10/19/el-bid-y-las-multilatinas-promoviendo-el-liderazgo-y-la-innovacion/
[vi] Fal, Juan 2013 “Las operaciones del Banco Mundial en Argentina: Injerencia en el sector agrícola” Revista Periferias (Buenos Aires: FISyP) Nº 21
[vii] Avendaño, Rodrigo 2011 “Empresas translatinas en expansión: un análisis de sus dimensiones y características en las décadas de 1990 y 2000”, en Contribuciones a la Economía, http://www.eumed.net/ce/2011a/
[viii] Como bien detalla el sitio oficial del banco en http://www.bndes.gov.br/SiteBNDES/bndes/bndes_es/Institucional/BNDES_Internacional/internacionalizacion.html

Fuente: http://fisyp.org.ar/article/el-bid-el-banco-mundial-y-los-desafios-para-el-ban/