domingo, 13 de julio de 2014

GAZA Por Eduardo Galeano




GAZA
Por Eduardo Galeano
Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.
Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la
madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.
Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la
tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe?
¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

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La Agricultura Familiar Comunal

Una experiencia de la Comuna Socialista en Venezuela


El 2014, declarado el año internacional de la Agricultura Familiar por la Organización de Naciones Unidas ONU, Venezuela es un país que van aportando en la región de manera muy decidida en la creación de un Nuevo Modelo Económico Socialista, el Eco Socialismo como principios y filosofía de vida, el Poder Popular como principios políticos, organizativos, económicos, ideológicos, culturales, es un país que van concretando la suprema felicidad social, en la región reavivaron a lo que llamo Bolívar “el impulso de la revolución”, en cuanto a la reducción del hambre y la pobreza la Revolución Bolivariana aporto y siguen apostando en esa dirección, la meta para el 2019 según el Plan de la Patria y las grandes misiones emprendida por el Presidente Obrero Nicolás Maduro, es “Hambre Cero”.  
El tema de la crisis alimentario en el mundo no está ausente del modelo capitalista en decadencia, el modelo de la agroindustria de la grandes Transnacionales se proyecta decididamente controlar el mundo por la comida, su mayor interés en el continente Suramericano, es seguir expandiendo su modelo destructivo del monocultivo con semillas transgénica, desplazando comunidades campesinas e indígenas, imponiendo una hegemonía del agronegocio. En este nuevo ciclo de la revolución bolivariana el papel histórico de los campesinos y campesina, indígena venezolana, desde la agricultura comunal tienen grandes retos, luchas y esperanza, desde esa utopía concreta es capaz de contribuir significativamente como una contra hegemonía con su modelo agrícola, es terminar de consolidar desde la experiencia de la Comuna un verdadero modelo agrario socialista.
Las acciones emprendida por el Comandante Chávez en esta materia dieron sus primeros pasos y es eminentemente humano, es la esencia ética del Socialismo a lo Venezolano, satisfacer las necesidades y los derechos de los pueblos de alimentar, la misión alimentación, MERCAL, PEDEVAL, REDES BICENTENARIA aporto para satisfacer a la deudas sociales histórica dejada por la Cuarta República, sin ser suficiente y plenamente soberano, asumió como gobierno la seguridad alimentaria como derecho y deber del estado revolucionario, resultado a esa gran inversión según estadística y  reconocimiento de la FAO, Venezuela es unos de los países que más aporto en esta materia, tales así que el  director para Latino América y el Caribe de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, Rafael Benítez el plan de erradicación del hambre que adelanta el organismo para el 2014 llevará el nombre de Hugo Chávez.  

En el marco de las grandes línea propuesto por el presidente Nicolás Maduro para la profundización de la Ofensiva Económica, es necesario un “Sacudón” y sentar las base hacia el nuevo modelo agrario Socialista, la Agricultura Familiar Comunal tienen grandes fortaleza para derrotar definitivamente la guerra económica de la extrema derecha, es redimensionar el desafío ambiciosos de alcanzar la Soberanía Alimentaria, como está señalada en el plan de la patria. Este retos imprescindible del gobierno Bolivariano no se pueden improvisar, mucho menos pretender desde la lógicas fraccionadas del estados burgués parasitaria, diseñada con el portafolio tecnológico de la revolución verde, del monocultivo desarrollista, destructivo de la naturaleza y la sociedad, la política agraria no está ausente de una fuerte presión política, ideológica, tecnológica, cultural de la lógica industrial empresarial Cadivista en decadencia, en el marco de una planificación centralizada en ausencia del sector campesinado, el patrón predominante en la visión del modelo de agricultura siguen desde la base de la dicotomía occidental del progreso y el atraso, afectando directamente al pequeño productor, conuquero, agricultura familiar, cooperativa, afecta y degrada culturalmente, tecnológicamente, productivamente, ambientalmente, socialmente someten a una identidad esencial para alcanzar la soberanía alimentaria.  
En la Agricultura Familiar Comunal en este momento en Venezuela, si se hacen una revisión profunda a la política agraria, es posible ir definiendo desde la organización popular un propio modelo de agricultura, que sea políticamente soberana, económicamente viable, socialmente integrador, digna y con justicia, culturalmente reconocido, tecnológicamente apropiado y  ecológicamente armónico, es concretar las base materiales para la refundación de la agricultura Eco Socialista para la patria nueva, la experiencia productiva agrícola y pecuaria en las Comunas, la organización popular es la más genuina y autentica de las familias, esta nueva forma organizativa de invención permanente, hacia un nuevo estado comunal naciente, el saber, ser y hacer es de forma participativa y protagónica, comunitaria, tiene un peso jurídico, político, organizativo para el ejercicios de la verdadera democracia, el pueblo organizado realizan sus diagnostico comunal y plan de desarrollo comunal tejiendo lo nuevo en el territorio, consolidando un sistema económico comunal, plasmado en la ley orgánica del poder popular, acompañado con un modelo de gestión igual de manera participativa y protagónica, endógena y liberador.
En esa misma dirección con el gobierno revolucionario y el pueblo organizado en comuna, asumiendo como unos de los legado más importante del comandante supremo Hugo Chávez, el plan de la patria, hay un firme compromiso de seguir empujando y profundizando la concreción de sus Objetivos, política y programas, en cuanto a la agricultura, esta nueva ley plantea como Objetivos históricos, Nacionales, estratégicos y generales  lo siguiente:
Objetivos Históricos
V. Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana
El quinto de los grandes objetivos histórico se traduce en la necesidad de construir un nuevo modelo económico productivo Eco-Socialista, basada en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza.
Objetivos Nacionales
1.4. Lograr la soberanía alimentaria para garantizar el sagrado derecho a la alimentación de nuestro pueblo.
Objetivos estratégicos y Generales
1.4.1. Eliminar definitivamente el latifundio. Realizar un proceso de organización y zonificación agro-ecológica en base a capacidades de uso de la tierra y crear un sistema de catastro rural para garantizar el acceso justo y uso racional del recurso suelo.
Política:
58. Garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria sobre la base del bienestar social de la población rural y el desarrollo y ocupación armónica del territorio, en el marco del modelo agrario socialista.
Programas:
  • Producción agrícola.
  • Organización del poder popular (productores y productoras), para fortalecer diversas formas de organización.
  • Investigación e innovación.
  • Sistematización agrícola para la planificación, organización, ejecución, seguimiento, control y evaluación de las actividades del sector agro-alimentario nacional. 
La característica esencial de profundizar una nueva propuesta agrícola comunal en Venezuela, está en sus basamento jurídico y en la organización popular establecida en el territorio, con una conciencia política enfatizada en el Eco Socialismo y lo más ambiciosos la soberanía agro-alimentaria, es decir los objetivos históricos, nacionales, estratégicos, generales del plan de la patria, tiene un alcance político, jurídico, social, cultural, económico y ambiental claro para la consolidación de un nuevo modelo agrario soberano, productivo, ecológico y de derechos de los pueblos.
La agricultura familiar comunal rompe abiertamente la visión peligrosa de las transnacionales del agronegocio, donde engañosamente pretenden conectar las pequeñas y mediana empresa familiares de la agricultura con la empresas multinacionales, con la agricultura familiar actuar de manera recíproca y buscar beneficios y productividad en conjunta para reducir el hambre en el mundo, la gran pregunta que los movimientos campesinos, campesinas, indígenas, cooperativas agropecuaria, pequeños productores se preguntan es que: ¿Sera que la familia puede resistir armónicamente con un modelo monopólico, avasallador, privatista, especulador, arrollador en la agricultura?.
Antes está clara disputa de dos modelos antagónicos, la propuesta de la agricultura familiar comunal, organizada en comunas en Venezuela, se apegan en la política del plan de la patria reseñada al comienzo en su numeral:
58. Garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria sobre la base del bienestar social de la población rural y el desarrollo y ocupación armónica del territorio, en el marco del modelo agrario socialista.
La propuestas de la agricultura comunal pasan en defender la agricultura familiar, pero en el marco del poder comunal, las comunas productivas y participativas, exigen la necesidad de incidir fuertemente en las políticas públicas, es posible solamente en un verdadero sistema de gobierno popular, es para combatir y no convivir con el modelo empresarial de la agricultura, el monocultivos, los transgénicos, la agroindustria especuladora rentista, capitalistas, que defiende solamente a las transnacionales y latifundista, convirtiendo el derecho de los pueblos en simple mercadería. Según Miguel Altieri: “Cuando se crea la revolución verde en los años 1950-60, se crea un modelo de agricultura maltusiano, que percibe el problema del hambre como un problema de mucha población y poca producción de alimentos; y que había que cerrar la brecha trayendo tecnologías del Norte al Sur, como las variedades mejoradas, los fertilizantes, los pesticidas, etcétera.
El desafió permanente de los campesinos y campesinas y el gobierno bolivariano es salir de ese modelo, es la consolidación de un nuevo modelo agrario socialistas, el presidente Nicolás Maduro llaman a la unidad del sector con el primer Congreso Nacional Campesinos, es para abrir y unificar debates sobres los grandes retos en materia agraria, dar formas para la concreción del plan de la patria, la agricultura familiar comunal o la agricultura desde la comunas puede jugar un papel fundamental para derrotar la guerra económica y consolidar definitivamente un nuevo modelo económico productivo socialista.
Eco Patria Comunal, una propuesta de producción de producto y conocimiento para la refundación del nuevo modelo de agricultura Eco Socialista de la patria nueva.


La tierra, la agricultura, en la cosmovisión campesina e indígenas es una madre, es una cultura, es una vida, luchar y defender a ella sobrepasan hasta la lógica de preservar y consolidar la soberanía como un simple recurso natural estratégico para la producción, la lucha por la tierra y territorio de los campesinos e indígenas van más allá de la lógica economicistas de desarrollo, de ahí la convicción firme de eliminar el latifundio al primer presidente arañero campesino de Sabaneta Hugo Chávez, es de justicia y dignidad de la patria nueva, la patria grande y socialista.
La propuesta del “Eco Patria Comunal” es una experiencia agroecológica en la Comuna, es un centro de producción de productos y de conocimiento, surgen la idea a partir de varios debates, asamblea, planes, diagnostico hecha entre los comuneros y comuneras.
Las dificultades para la producción siguen siendo la falta de algunos  insumos, semillas, fertilizante, maquinaria, control de enfermedades de la planta, entre otros. La soberanía agroalimentaria tiene una base política, económica, social, cultural que solo podemos concretar nuevas experiencia con un modelo agroecológico, es romper definitivamente la lógica de la revolución verde, es crear bases estructurales soberana para la producción, transformación, distribución y consumos, estos exigen una visión y una misión endógena de manejo del territorio.
En el marco del quinto lineamiento anunciado por el presiente Nicolás Maduro es la construcción y el fortalecimiento de las comunas, en esa misma dirección en la zona rurales se pueden concretar estas iniciativa de los comuneros y comuneras, la de refundar la Agropatria, con la Eco Patria Comunal, en esto espacio la juventud, hombres, mujeres y niños asumirán el papel de producir productos y conocimiento, elaborando diferentes tipos de insumos agroecológicos para la Agricultura Familiar Comunal, sólidos y líquidos, manejo, producción, reproducción, guardián y distribución de la semillas nativas, investigación y sistematización de la agricultura Eco Socialista en cada Comuna, acompañar los patios productivos, apoyar en producto y conocimiento a la agricultura Urbana y periurbana, es convertir en un espacio de aprendizaje y de reconocimiento político, técnicos y productivos entre campo y la ciudad rescatando la identidad y la cultura de sembrar su propio alimento, sano, seguro, sabroso y soberano, que se sienta el arraigo del campo adentro desde la agricultura familiar campesinas en las comunas y dar bases materiales, espirituales, culturales, al gran objetivos histórico número cinco del plan de la patria.
En el marco de las propuestas de debate del Proyecto de Ley de Empleo Productivo para la Juventud como líneas de acción política del nuevo sistema de gobierno popular, la gran misión saber y trabajo, la propuestas del “Eco Patria Comunal” se pueden incluir dentro del debate a un instrumento legal, que se prevé aprobar entre los meses de agosto y septiembre “Vía Habilitante”.
Para juventud campesinos y campesinas su arraigo cultural esta avasallado por falta de un programa especial en el tema formativo y productivo, existen un fenómeno en el campo, donde en su mayoría los jóvenes prefieren abandonar sus raíces del campo y dedicar a ser Moto taxista, sin desmerecer este trabajo, pero la juventud campesina necesitan de políticas agraria para sentir arraigado en su territorio y de esta manera contribuir con la segunda línea de la profundización de la Ofensiva Económica en las áreas de producción, abastecimiento y precios justos “para terminar de derrotar todos los mecanismos de guerra económica” y alcanzar la plena soberanía alimentaria.

Contra la guerra económica del gran capital,  Agricultura Familiar Comunal.

Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)

Twitter: @yiyoparaguay

Blog del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/

Publicado en: Rebelion. Org 

 Nota: