martes, 24 de marzo de 2015

Para garantizar el derecho a la alimentación


VI CLOC-VC


Osvaldo León

ALAI AMLATINA, 24/03/2015.-  Uno de los réditos del Año Internacional de la Agricultura Familiar que propició la ONU en el 2014, con el trasfondo de la crisis alimentaria, es haber contribuido de alguna forma a visibilizar el debate entre el agronegocio y la agricultura campesina, que se mantenía en sordina por la simbiosis establecida entre el primero y el poder mediático.
 
En el plano oficial, por decir algo, el Director general de la FAO, José Graziano da Silva, en su discurso de apertura del 24 período de sesiones del Comité de Agricultura (COAG) en Roma, expresó: “Los responsables políticos deben apoyar una amplia gama de enfoques para reformar los sistemas alimentarios mundiales, haciéndolos más saludables y sostenibles y reconocer que ‘no podemos confiar en un modelo intensivo de entrada para aumentar la producción y que las soluciones del pasado han mostrado sus límites’… (y) solicitando un ‘cambio de paradigma’, dijo que los principales desafíos de hoy en día son reducir el uso de insumos agrícolas, especialmente el agua y los productos químicos, con el fin de lograr una agricultura, una silvicultura y una pesca más sostenibles y productivas a largo plazo”[1].

Los hechos y causas que determinaron el “marzo paraguayo”

Paraguay

 Por: Julio Benegas



Con la muerte de Luis María Argaña, el 23 de marzo de 1999 estallaba la lucha encarnecida entre quienes querían administrar la totalidad del poder en ausencia de Alfredo Stroessner.




Breve contexto
Durante el régimen de Alfredo Stroessner se consolidaron dos superestructuras de promoción, acumulación y control social y político: el Partido Colorado y el Ejército. Al partido el régimen le había otorgado la posibilidad de administrar los empleos y cargos públicos. Al ejército, el control de los negocios de reexportación: esa historia de traer mercaderías de afuera, dejar algo acá, y meter el grueso en los mercados vecinos, principalmente Brasil. Autos, drogas, armas, entre las mercaderías ilegales. El resto, por el régimen “normal” de importación o contrabando.

Esta política del régimen de Alfredo Stroessner posibilitó rápidamente la emergencia de una casta económica super poderosa, entre las cuales se encuentran las familias Bo, Domínguez Dibb, Napout, Cartes, Vierci, Rodríguez y Oviedo.

La política de la extinción





TomDispatch


Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Riba García.



La guerra contra la naturaleza
Introducción de Tom Engelhardt 

En su libro éxito editorial The Sixth Extinction (La sexta extinción), la extraordinaria periodista de temas del medio ambiente del New Yorker Elizabeth Kolbert informa acerca de un acontecimiento apenas conocido en este momento, un acontecimiento que solo ha ocurrido cinco veces en la historia más remota de la vida en el planeta Tierra. Como ella escribe, “Se estima que un tercio de los arrecifes de coral del mundo, un tercio de los moluscos de agua dulce, un tercio de los tiburones y rayas, un cuarto de los mamíferos, un quinto de los reptiles y un sexto de las aves está en camino de caer en el olvido. Esto está pasando en todos los sitios: en el Pacífico Sur y en el Atlántico Norte, en el Ártico y en el Sahel, en los lagos y en las islas, en lo más alto de las montañas y en los valles. Si sabéis mirar, es posible que en vuestro propio jardín encontréis señales de la extinción en curso. 
Los científicos creen que este acontecimiento de extinción en masa se está acelerando; de un modo u otro, todas las pistas llevan hacia nosotros, los seres humanos, sea por la forma en que estamos cambiando el clima del planeta o sea por lo que Kolbert llama la generalizadamente desastrosa “redistribución intercontinental de las especies” inducida por la actividad humana. Pero entre todas las formas en que se lleva adelante esta extinción en masa, ninguna es tan claramente obvia como la que constituye una literal carnicería: el tráfico ilegal de animales. En estos últimos años, el ambientalista y colaborador regular de TomDispatch William deBuys se dedicó a observar con sus propios ojos ese aspecto de la extinción en masa y pudo ver la truculencia del espectáculo. Penetró profundamente en la jungla de Laos buscando una especie de rumiante de cuya existencia –o inexistencia– actual es posible que no hayáis oído hablar nunca. 
Fue toda una aventura; deBuys la describe en su notable libro The Last Unicorn: A Search for One of Earth’s Rarest Creatures. En él, plasma tanto lo macabro de lo que está sucediendo a los animales de todo tipo en la remota selva de una tierra a la que dejamos de prestarle atención cuando se terminó la guerra de Vietnam y la indescriptible belleza de unas especies que nosotros, los seres humanos, ciertamente estamos aniquilando. El resultado es el relato de una aventura personal y al mismo tiempo un mensaje enviado desde un planeta que está sufriendo una extraña forma de destrucción. Hoy, nos ofrece aquí la posibilidad de echar una mirada sobre el que podría ser el “logro” final de la humanidad: la posibilidad de devastar este planeta del modo que ninguna otra criatura sería capaz de hacerlo. 

El caos provocado en Libia





El próximo 17 de marzo se cumplen cuatro años de la Resolución 1973, aprobada por Naciones Unidas a instancias de EEUU y sus aliados, y que autorizó la intervención de la OTAN en Libia.
Bajo un abanico de excusas, la siempre manida “intervención humanitaria” abrió paso a una actuación militar contra el gobierno libio de Gaddafi, y la posterior eliminación física de éste. Y sobre todo abrió la puerta de par en par al actual escenario que presenta Libia.
El país norteafricano es hoy la viva imagen de un estado fallido, donde las violaciones de los derechos humanos y las muertes violentas han alcanzado cifras nunca conocidas. Los rebeldes, que apoyados por la OTAN derrocaron a Gaddafi, han sido acusados por diferentes organismos defensores de los Derechos Humanos de ser los autores de “muertes por venganza, torturas, detenciones arbitrarias”, dejando entrever que son tan generalizadas y sistemáticas “que podíamos estar ante una situación cercana a los crímenes contra la humanidad”.
Los riesgos físicos van acompañados para la mayor parte de la población de una destrucción generalizada de la calidad de vida. La economía está inmersa en una caída libre, la producción de petróleo está severamente afectada, los aeropuertos y instalaciones portuarias están en su mayor parte cerradas, los cortes de electricidad son una constante.

Rechazo mundial de la agresión de Estados Unidos a Venezuela (i)



Al Mayadeen


La comunidad internacional ha rechazado de modo unánime la declaración de la Casa Blanca de decretar un estado de emergencia nacional cuyo objetivo es romper el orden constitucional en Venezuela.

El 9 de marzo de 2015 Barack Obama firmó una orden ejecutiva y decretó “estado de emergencia” en Estados Unidos por “la amenaza inusitada y extraordinaria” que representaría Venezuela para la seguridad nacional del país. Esta decisión, hostil hacia otra nación soberana, es sumamente grave y se acompañó de nuevas sanciones contra varios funcionarios del gobierno de la república latinoamericana. [1]

El Pentágono finalmente admite que Israel también tiene armas nucleares



Znet/The Nation

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Mientras los miembros de los medios de comunicación de masas de Washington estaban obsesionados por los correos electrónicos de Hillary Clinton en el Departamento de Estado, los periodistas se perdían una historia mucho más importante sobre secretos del gobierno.
Después de cinco décadas aparentando lo contrario, el Pentágono ha confirmado a regañadientes que Israel ciertamente posee bombas nucleares, así como tremenda tecnología armamentista similar a la de EE.UU.
A principios del mes pasado el Departamento de Defensa publicó un informe secreto producido en 1987 por el Instituto de Análisis de la Defensa (IAD) financiado por el Pentágono que confirma esencialmente la existencia de las bombas nucleares de Israel. El Departamento de Defensa estaba respondiendo a una demanda según la Ley de Libertad de la Información [FOIA] presentada por Grant Smith, un periodista investigativo y autor que dirige el Instituto de Investigación: Política de Medio Oriente. Smith dijo que piensa que es la primera vez que el gobierno de EE.UU. reconoce de modo oficial la realidad existente desde hace mucho tiempo.

"Ni siquiera Lula"

Entrevista con el teólogo Leonardo Boff



Brecha, Montevideo,




El teólogo brasileño Leonardo Boff llegó a Montevideo el domingo de las protestas. El lunes estuvo en la chacra de Rincón del Cerro (residencia de José Mujica) y dio una conferencia en un Salón Azul (Intendencia Municipal) repleto y entusiasta. Y conversó con Brecha, entre otras cosas, sobre Brasil.
—Durante el Foro de Emancipación e Igualdad que se reunió en Buenos Aires, usted manifestó que esperaba que la movilización convocada por la Cut y el Mst para el viernes pasado fuera más numerosa que la que la derecha realizaría el domingo. ¿Por qué la izquierda fracasó en esa pulseada?
—Creo que por una parte hay una insatisfacción generalizada con la política. Se considera corruptos a los políticos y hay buenas razones para hacerlo. Gran parte de ellos lo son. El escándalo de Petrobras reveló que había más de cincuenta legisladores involucrados. Entonces la reacción del pueblo, emocional, es correcta.