miércoles, 9 de julio de 2014

Rebelión de los científicos contra el milmillonario proyecto del cerebro






lacelosia.com


Hace tres semanas, el científico estadounidense Marvin Minsky, cofundador del laboratorio de inteligencia artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) estuvo en España para recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, y en diversas entrevistas denunció el proyecto europeo de estudio del cerebro, Human Brain Project, con una inversión prevista de 1.200 millones de euros, por considerarlo un derroche. “Vale más dedicar menos dinero a muchos proyectos pequeños, que mil millones a un único programa para investigar el cerebro humano. Lo que deberíamos hacer es estudiar cómo funciona el cerebro de animales pequeños, como una líbelula, por ejemplo”, asegura uno de las personas que más ha descubierto en torno a la inteligencia artificial.
Marvin Minsky, premio Fronteras del Conocimiento, ya había descalificado el proyecto
La opinión de Minsky es compartida por una gran cantidad de científicos, que se han organizado para combatir el proyecto de investigación, en el que se combina la neurociencia con la computación y las tecnologías de neurorobótica e informática médica para simular el funcionamiento del cerebro. La denuncia la han hecho pública en una carta dirigida a la Comisión Europea, firmada en un primer momento por 155 científicos, que ahora supera los 400, de los cuales bastantes de ellos trabajando en centros que participan en el proyecto.
El asunto clave es que muchos neurocientíficos no ven claro que una simulación del complejo neuronal mediante equipos potentísimos de cálculo y otras tecnologías, supongan un claro avance en la comprensión del comportamiento humano, y temen que un gasto semejante deje a la neurociencia sin recursos para investigar por otras vías.
Más de 400 científicos de toda Europa han escrito una carta a la Comisión Europea
Como el proyecto está en fase de arranque y de evaluación, con una inversión menor de 52 millones de euros hasta que se comprometa el grueso del dinero y de determinen los subproyectos, 500 millones de euros por parte de la UE y otro tanto por los patronos de los 80 centros de investigación que han sido seleccionados hasta ahora, los científicos rebeldes reclaman que se den una serie de condiciones de transparencia y flexibilidad, a las que se comprometan la Comisión Europea y los países miembros, aunque preferirían que el dinero finalmente fuera a parar a proyectos individuales de investigación cerebral. En el caso de que la Comisión no se vinculase a las medidas reclamadas, los científicos firmantes piden directamente el boicot al proyecto.
En la carta exigen que el comité de evaluación se componga de científicos relevantes cuyas posiciones reflejen la diversidad en la neurociencia, su identidad debe ser conocida, así como los objetivos y procedimientos en la revisión. Los miembros deben ser independientes y no ligados al proyecto y declarar la relación que mantienen con éste. La CE debe comprobar si se están cumpliendo los criterios de excelencia y calidad en la implementación del proyecto, tal como exige la regulación comunitaria. Una vez determinado si está optimizado el reparto y la elección de los socios, el comité indepediente hará recomendaciones vinculantes sobre la continuación del proyecto como un todo así como la de los subproyectos indiviudales, incluyendo la asignación de recursos a otros de nueva creación. Este mismo comité debería tener poderes para formular el procedimiento de las licitaciones de los proyectos coaligados. En definitiva, cuestiona lo recorrido hasta ahora, y plantea una revisión de todo el proyecto por un comité formado por personas con indiscutible talento científico y que representen a todo el abanico de las neurociencias.


Firmantes españoles de la carta denuncia
Entre los firmantes hay varios españoles. Del Instituto de Neurociencias de Alicante, Joan Lerma, Miguel Maravall, Michael Bale y Luis Miguel Martínez. De la Pompeu Fabra habían firmado a día de ayer, Nava Rubin y Jordi García Ojalvo. De la Universidad de La Laguna figuran María José Rodrigo y Manuel de Vega, De IDIBAPS, Albert Compte y Jaime de la Rocha. También están Claudia Freire, de la universidad de La Coruña, María Rosario Luquin, de la de Navarra, Garikoitz Azkona, de la de Barcelona, Emilio Palomares, de ICIQ, Rosario Sánchez, de la Fundación Inbiomed y Teresa Giménez Barbat, de Tercera Cultura.
Por parte de España, entre la participación prevista en Human Brain Project destacan el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, el Institut de Reserca Biomedica, también de Barcelona, el Instituto Cajal (CSIC), y las universidades Autónoma de Madrid, Complutense, Granada, Rey Juan Carlos, Castilla La Mancha y Politécnica de Madrid.
Fuente: http://www.lacelosia.com/rebelion-de-los-cientificos-contra-el-milmillonario-proyecto-europeo-del-cerebro/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rebelion-de-los-cientificos-contra-el-milmillonario-proyecto-europeo-del-cerebro

Biopiratería: Una malversación cultural en beneficio al gran capital






“Cuando un campesino o campesina siembran una semilla está sembrando dignidad”
José Martí  
Las grandes industrias multinacionales interesadas en el monopolio exclusivo de la semilla, en diferente forma  intentan seguir malversando los saberes ancestrales con el único fin de acumular riqueza. El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRPAA) en su diez años de reconocimiento de los derechos de los campesinos y las campesinas para intercambiar, utilizar y vender su semilla, sean en paralelo o en concordancia, abiertamente se vienen buscando la manera de crear bases jurídica, política, organizativa, científica para el monopolio de la semilla, el caso del Certificado de Obtención Vegetal (COV) en Europa o el decomiso y destrucción  de setenta toneladas de semillas realizado por el ICA a los de pequeños agricultores de arroz de Campoalegre, Huilaes en Colombia, hechos que se argumentan como solo unos cambios y ajustes a las políticas del tratados de libres comercio TLC, citando solo dos  ejemplos, en el mundo existen miles de casos y cada vez mas preocupante, ellos reflejan  una clara violación de este tratado internacional, son estrategias muy evidente de las multinacionales de la ingeniería genética donde ansiosamente  buscan solo posicionar en el mercado sus manipulaciones genéticas malversada y patentadas, estrictamente como un fin de negocio, violando los derechos a la alimentación de los pueblos.
En esta segunda etapas de la llamada “revolución verde” es clave para las transnacionales del agronegocio hacer valer los patentes, controlando la semilla, controlan la comida y arrodillan a los pueblos del mundo.  Actualmente el 82% de las semillas comercializadas en el mundo están patentadas y solo diez empresas controlan el 77% del mercado; de estas solo tres; Monsanto, Dupont y Syngenta, controlan el 47% del comercio, esta realidad se concretó desde la malversación cultural a los saberes campesinos, campesinas e indígenas desde la llamada biopiratería, ningún tratado internacionales pudo hacer frente a esta realidad, la certificación y la comercialización hoy es propiedad exclusiva de unas pocas empresas; esta malversación y violación esta acompañado de una criminalización a la libre circulación de las semillas campesinas e indígenas, que históricamente su semilla es patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad y no un patrimonio de la biopiratería al servicio del agronegocio.
En este año internacional de la agricultura Familiar Campesinas e Indígenas, nuevamente es un año decisivo para los movimientos campesinos, campesinas, indígenas, permanecen grandes amenazas que acechan a este sector en el mundo entero, la historia nos dicen que solo globalizando las luchas y las esperanzas es posible contrarrestar posiciones antagónicas a la visión política, económica, social, cultural y ambiental de los campesinos y las campesinas del mundo, no hay duda que para el agronegocio la identidad y luchas campesinas, es su enemigos de clase y quiere extinguirla, sin embargo siempre tuvo y seguirán teniendo un desafío y papel histórico de resistencia, en esta oportunidad la semilla, la madre tierra, el derecho a la alimentación de los pueblos, llaman a seguir unidos resistiendo en el territorio, pero es preciso ir a una ofensiva decidida por la defensa de la vida ilimitada de la humanidad y por la salvación del planeta y todas las especie de vida, alzando nuestras voces contra todas las malversación cultural que quieren seguir imponiendo las transnacionales a costa del hambre y la destrucción del planeta.
Globalicemos las luchas!!!!!!!!!!
Globalicemos las esperanzas!!!!!!!!!!!!!
A seguir sembrando nuestras esencia de sabiduría, vida, semilla y dignidad  de los pueblos y para los pueblos.
Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Twitter: @yiyoparaguay
Blog del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/

Publicado en: Rebelion.Org 

 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=187096
Nota:

La Vía Campesina apela al Tratado Internacional de las Semillas a rechazar la biopiratería






(Ginebra, 7 de julio de 2014) El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRPAA) cumplió su décimo aniversario el día 3 de julio. Lleva una década reconociendo los derechos de las campesinas y los campesinos a utilizar, intercambiar y vender sus semillas. Ofrece una base para organizar la forma de compartir las semillas de las campesinas y los campesinos de 131 países que, haciéndolo, contribuyen de forma esencial a la seguridad alimentaria mundial. Teniendo en cuenta la intensificación del cambio climático, las semillas locales son, muy a menudo, la única manera de garantizar las cosechas, mientras que las variedades desarrolladas en los laboratorios químicos son incapaces de adaptarse al mínimo cambio no previsto.Sin embargo, el éxito del tratado no debe ensombrecer sus promesas no cumplidas. La industria no siempre ha valorado debidamente la deuda contraída al utilizar de forma gratuita las semillas de las campesinas y los campesinos para luego revenderlas.
El tratado no es capaz de repartir el beneficio obtenido. Las campesinas y los campesinos pierden el derecho de utilizar las semillas que han donado desinteresadamente al Tratado a medida que estas se van contaminando con genes pantentados o en cuanto se directamente patentan ciertas características naturales. Los derechos del campesinado no pueden reducirse a una mera declaración de intenciones. Si el Tratado continúa siendo una mofa frente a las campesinas y los campesinos, estos no pueden seguir poniendo a disposición sus semillas de forma totalmente desinteresada.
Sin un mecanismo eficaz que garantice los derechos de las campesinas y los campesinos y que distribuya los beneficios, sin mecanismos concretos contra el patentamiento de la vida, los bancos de semillas del Tratado se convertirán en un patrimonio común de la biopiratería.
El Tratado necesita cambios; La Vía Campesina está dispuesta a contribuir.
Lea la declaración de La Vía Campesina en ocasión del décimo aniversario de la entrada en vigor del TIRPAA en Ginebra, el 3 de julio de 2014, en www.viacampesina.org