domingo, 30 de noviembre de 2014

La hora de la revisión, repolitización, repolarización y reimpulso del “Frente Guasu”

Paraguay


Del Rosario Ignacio Denis

Publicado en: SurAmericaPress  Destacados



El Frente Guasu una alianza de diversos partidos progresistas, frente social, organizaciones campesinas, estudiantes, sindicatos, indígenas, barriales dieron apertura a su Congreso Nacional este 29 y 30 de noviembre, en esta convocatoria de mucha importancia en las actuales coyuntura política, participaron más de 800 delegados y delegadas nacionales y representantes internacionales de más de 26 organizaciones fraterna provenientes de 10 países hermanos como: delegados del Partido Comunista Francés, del Frente para la Victoria (Argentina), de la Central de Trabajadores de la Argentina, del gubernista Partido Comunista do Brasil, del Movimiento Social y Político Marcha Patriótica (Colombia), del Partido de Izquierda Europea, del Partido del Trabajo (México), del Partido Comunista Brasilero, del Partido Comunista de la Argentina entre otros.

En esta oportunidad se aprovecho para hacer llegar su solidaridad con los 43 normalista desaparecidos en México, igualmente acercaron solidaridad y compromiso visitando en la prisión a los presos políticos de Paraguay, los compañeros Agustín Acosta, Arístides Vera, Basiliano Cardozo, Gustavo Lezcano, Roque Rodríguez y Simeón Bordón, son dirigentes campesinos recluidos en cárceles paraguayas y argentinas hace casi nueve años acusados falsamente y condenados en violación a 42 artículos del Código Penal y del Código Procesal Penal por su supuesta participación en el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas. Actualmente, la ilegal y arbitraria condena esta apelada por la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) y por el Ministerio de la Defensa Pública ante la Corte Suprema de Justicia, de la misma manera visitaron al compañero Rubén Villalba, es uno de los 13 campesinos acusado por el fiscal Jalil Rachid por la masacre de Curuguaty, montaje criminal preludio del golpe de estado parlamentario de junio de 2012. El dirigente campesino lleva más de 26 meses en prisión ilegal, pese a haber obtenido ya en abril pasado orden judicial de arresto domiciliario. Junto a los demás 13 campesinos procesados, espera juicio oral para junio de 2015.

Este Congreso Nacional comenzó con un Seminario Internacional denominado: “Los Desafíos de la integración de América Latina y el Mercosur”, el debate sirvió como un análisis y fundamento central del congreso ubicándose en la geopolítica mundial actual, se abordo el tema de la integración regional, MERCOSUR, UNASUR, ALBA, CELAC, con una posición firme de la amenaza de la Alianza del pacifico como una bisagra del ALCA y que intentan revivir viejos planes codiciosos de las multinacionales, igualmente se toco el tema energético y otros recursos naturales vitales para seguir soñando un país soberano.

El Frente Guasu como una plataforma política en el poder recibió no solo un golpe de estado a su gobierno legítimamente constituido con la figura de su líder fundador Fernando Lugo, también con esa práctica nefasta de los poderes factico auspiciados por la tiranía imperial, se pretendía liquidar esta fuerza abarcante que cometió un pecado original para la extrema derecha, derrotar electoralmente a un régimen de 60 años de dictadura con el discursos progresista, instalar como una alternativa un regionalismo estratégico, simpatizar con los países hermanos que defienden el socialismo del siglo XXI, a pesar de ser un proyecto asediada, satanizada y criminalizada en el país se impuso como una voluntad popular derrotando al Partido Colorado.

En los actuales momentos difíciles para el país sin duda no existe otra fuerza mas abarcante que puedan oxigenar sueños y esperanza de millones de paraguayo y paraguaya hundido en la pobreza y en la exclusión, repolitizar, repolarizar al Frente Guasu como retaguardia para disputar poder político exigen a los sujetos histórico optimismo de voluntad, conciencia del nuevo tiempo histórico en marcha y con la necesidad de unidad verdadera de todas las fuerzas progresistas, patrióticas, revolucionaria, jamás se deben fraccionar o divorciar de su vanguardia transformadora de lucha como la propuesta del Congreso Democrático del pueblo, esta tarea de consolidación requiere y exigen militancia, luchas, compromiso y coherencia en su política de alianza, es la única manera para derrotar la cultura de la tracción, del divisionismo, de la ambigüedades, del oportunismo, del infantilismo, del dogmatismo, de la corrupción, son desvíos heredada e inherentes de las viejas práctica política que extrapolan en todos los espacios político, institucionales del país, nuestra primera victoria comienzan cuando empezamos a ejercitar organizaciones más democrática, más participativa, mas protagónica, es el único que puede crear conciencia, confianza y credibilidad de la política y de los políticos, es la única garantía para un proyecto de cambio sólido y duradero.

El enemigo histórico seguirá con la misma receta, satanizar, criminalizar, intentar dividir, cada vez con pocos y menos fundamentos, el cuento del castro comunismo, la exportación Chavista bolivariana, el terrorismo, maletines de petrodólares para financiar campaña, es el mismo de siempre de la canalla mediática que van perdiendo fuerza, mas si logramos repolitizar y repolarizar nuestras fuerzas, jamás tendrán credibilidad eterna por tener como base la mentira y la manipulación, más temprano que tarde se impondrán la verdad de la justicia, solidaridad, hermandad, el humanismo y la paz que identifican al continente nuestros americano y caribeño.

“Cuanto más oscuro esta la noche más próximo está el amanecer”. Sigamos repolitizando, repolarizando al Frente Guasu para alumbrar con mucha unidad el sendero glorioso del nuevo amanecer fecundo de nuestro querido Paraguay”

Patria es humanidad!!!
José Martí

Blog del Autor : 
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Twitter: @yiyoparaguay
Nota:

sábado, 29 de noviembre de 2014

La agroecología es la solución al hambre y al cambio climático


Agroecología
En este análisis para IPS, Kirtana Chandrasekaran y Martín Drago, coordinadores de programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional, destacan que la agroecología campesina es la única solución a los enormes desafíos causados por el hambre y el cambio climático. Acabar con el hambre en el mundo sería alcanzable con una transformación fundamental del sistema agroalimentario mundial: un cambio radical de la agricultura industrial a la agroecología para la soberanía alimentaria, subrayan.

Científicos especializados en cambio climático emitieron el 2 de noviembre su más reciente advertencia de que la crisis climática está empeorando rápidamente en varios aspectos. Prevén que el cambio climático afecte la productividad agrícola, cuya consecuencia será la afectación de la seguridad y soberanía alimentaria de muchos países.
¿Adoptarán nuestros gobiernos las medidas urgentes y necesarias para abordar estas crisis? Tienen una oportunidad en la próxima ronda de negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se realizará en Lima, del 1 al 12 de diciembre.
Los campesinos y campesinas como el salvadoreño Adolfo son los principales productores de alimentos hoy en día. Necesitamos de ellos, y no de la producción industrial, para alimentar al planeta en el contexto del cambio climático y de la degradación generalizada de los recursos naturales.
En nuestro planeta, 805 millones de personas padecen hambre crónica y el sobrepeso y la obesidad afecta a más de 2.000 millones de personas; 65 por ciento de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad matan más personas que la desnutrición.
El problema no es la falta de alimentos, sino su distribución desigual. El acceso a los alimentos está definido por la riqueza y el lucro, en lugar de la necesidad. Se promueve el libre comercio por encima del derecho a la alimentación. Como consecuencia de ello, la mitad de los granos del mundo se utilizan para alimentar a animales criados en establecimientos industriales y una proporción importante de cultivos básicos en la alimentación se convierten en agrocombustibles para alimentar autos. Así, las personas hambrientas se quedan sin alimentos para dárselos a los consumidores ricos
Quienes padecen hambre son principalmente las personas pobres de las zonas rurales en los países en desarrollo, fundamentalmente productores a pequeña escala de África y Asia. Casi una de cada nueve personas se va a dormir con hambre cada noche.
No es el caso de Adolfo y su familia, a pesar de vivir en una zona que fue devastada por los efectos del cambio climático y las inundaciones, el Valle Lempa en El Salvador. Él conoce por experiencia propia que la diversidad agrícola y la conservación en manos campesinas de las semillas tradicionales son fundamentales para el sustento de los productores a pequeña escala.
La enorme mayoría de los gobiernos de todo el mundo han ignorado a los productores a pequeña escala durante décadas, sumiendo a millones de ellos en la pobreza. Sin embargo, ellos y ellas siguen siendo quienes producen la mayor parte de los alimentos del mundo, utilizando variedades tradicionales de semillas y sin recurrir a insumos industriales.
En África, los campesinos y campesinas cultivan prácticamente todos los alimentos que se consumen a nivel local. En América Latina, 60 por ciento de la producción, incluida la carne, proviene de pequeñas fincas familiares. En Asia, centro mundial de la producción de arroz, prácticamente todo el arroz se cultiva en granjas de menos de dos hectáreas.
Aun así, el agronegocio y algunos gobiernos promueven fuertemente la agricultura industrial (basada en monocultivos, semillas híbridas y plaguicidas y fertilizantes químicos) como la mejor forma de alimentar al planeta.
Además, la agricultura industrial es una de las mayores contribuyentes al cambio climático, debido a su alto consumo de combustibles fósiles, pesticidas y fertilizantes y a sus impactos sobre suelos, aguas y biodiversidad. Existe suficiente evidencia de que está destruyendo los recursos de los que dependemos para producir nuestros alimentos.
Pero los promotores de la agricultura industrial hacen caso omiso de sus impactos ambientales.
Sabiendo el gran reto que representa el cambio climático, ya que podría reducir considerablemente la productividad agrícola, especialmente en los países en desarrollo, otros son los caminos que se deberían fomentar.
Por otro lado, los defensores de la agricultura industrial la justifican señalando que debido a la creciente población mundial se necesitarán producir más alimentos y para ello es necesario aumentar los rendimientos. Pero sabemos que producir más alimentos y aumentar el rendimiento no son los únicos retos. De hecho, ya producimos suficientes alimentos para alimentar a nuestra población actual y futura.
El problema no es la falta de alimentos, sino su distribución desigual. El acceso a los alimentos está definido por la riqueza y el lucro, en lugar de la necesidad. Se promueve el libre comercio por encima del derecho a la alimentación.
Como consecuencia de ello, la mitad de los granos del mundo se utilizan para alimentar a animales criados en establecimientos industriales y una proporción importante de cultivos básicos en la alimentación se convierten en agrocombustibles para alimentar autos. Así, las personas hambrientas se quedan sin alimentos para dárselos a los consumidores ricos.
Para erradicar el hambre es imprescindible aumentar los ingresos de los sectores empobrecidos y contribuir a que los productores y productoras de alimentos a pequeña escala puedan mantener sus modos de vida, para alimentarse y alimentar al mundo de forma sustentable.
Pero la salida estructural al hambre y la pobreza se encontrará construyendo la soberanía alimentaria de los pueblos. Es decir, “el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo”, resume la Declaración de Nyéléni con que concluyó el Foro Mundial por la Soberanía Alimentaria, realizado en Malí en 2007.
Para ello, es imprescindible: que el control de los sistemas y políticas agroalimentarias recaiga en aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos, en lugar de en los mercados y las corporaciones; priorizar las economías y los mercados locales y nacionales; fomentar la sostenibilidad ambiental, social y económica de la producción, la distribución y el consumo; y garantizar el derecho de los productores de alimentos al acceso y la gestión de la tierra, las aguas, las semillas y la biodiversidad en general.
“La Soberanía Alimentaría supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones”, destaca también la Declaración de Nyéléni.
La soberanía alimentaria incluye el derecho a la seguridad alimentaria. Pero un país que se centra solamente en lograr la seguridad alimentaria no distingue de dónde provienen los alimentos ni las condiciones en las que se producen y distribuyen.
Los objetivos nacionales de seguridad alimentaria a menudo se logran mediante la producción de alimentos en condiciones de destrucción del medio ambiente y de explotación social que destruyen a los productores locales de alimentos, mientras benefician a las empresas del agronegocio.
En los últimos años, varios organismos de las Naciones Unidas han reconocido que la agroecología es la forma más eficaz para combatir las crisis alimentaria, ambiental y de pobreza. Un análisis de la agroecología, realizado en 2011, evidenció que tiene el potencial de duplicar la producción de alimentos en 10 años.
Hasta una fracción de dicha ganancia puede disminuir considerablemente el hambre en el mundo. Las pruebas son claras, pero cambiar el sistema agroalimentario mundial es difícil.
Para hacer frente a este desafío surgió el movimiento por la “soberanía alimentaria”; que cuenta con el respaldo de más de 300 millones de mujeres y hombres, productores de alimentos a pequeña escala, consumidores y activistas por la justicia ambiental y los derechos humanos, entre otros.
El poder de las empresas de semillas y plaguicidas como Monsanto y Syngenta, de supermercados gigantes como Wal-Mart y de empresas productoras de granos como Cargill ha crecido tanto que ejercen mucha influencia en las políticas agroalimentarias nacionales y globales. Esto asegura que el agronegocio reciba miles de millones de dólares en subvenciones y apoyo normativo.
Acabar con el hambre en el mundo está a nuestro alcance, pero se necesita una transformación fundamental del sistema agroalimentario mundial: un cambio radical de la agricultura industrial a la agroecología para la soberanía alimentaria.
Esta transformación sin duda tendría repercusiones muy positivas en la crisis climática: menos agricultura industrial y más producción agroecológica equivalen a menos emisiones de carbono, algo fundamental para protegernos del cambio climático.
Adolfo y millones de productores y productoras como él están en la primera línea de esta transformación y los líderes mundiales deben brindarles mucho más apoyo -a nivel de la ONU, así como en el plano nacional y local- si se proponen seriamente solucionar las crisis climática y alimentaria.
Kirtana Chandrasekaran y Martin Drago coordinan el programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional.
(Las opiniones de este artículo corresponden a sus autores y no representan necesariamente las de IPS, ni pueden atribuírsele)
Editado por Estrella Gutiérrez.
Fuente: IPS

El aguacero empieza con una sola gota




Las grandes y profundas crisis, esas que suceden de tanto en tanto pero son parteaguas, pueden crear movimientos antisistémicos de larga duración, o sea, movimientos que no se agoten en movilizaciones que, por numerosas que sean, son necesariamente efímeras. Los movimientos, por el contrario, perduran, no se desvanecen con el paso del tiempo, son capaces de trascender coyunturas y adoptan un empuje propio que los lleva mucho más lejos de lo que pueden las inercias del momento.
Las crisis profundas rompen las barreras y los tabiques construidos por los de arriba para separar en compartimentos estancos a los diversos abajos, como forma de impedir la convergencia de las rebeldías. Sólo durante las crisis se producen esos desbordes que ponen en contacto movimientos nacidos en distintos periodos, entre diversos sectores de la sociedad, en geografías variadas y en dolores heterogéneos que, en esos precisos momentos, se reconocen y abrazan.
El 15 de noviembre los familiares y compañeros de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa acudieron al caracol Oventik para reunirse con el EZLN, como parte de las caravanas que recorren el país. En los momentos de mayor dolor, fueron en busca de sus iguales, donde encontraron escucha y respeto. Fuimos nosotros los que los buscamos porque conocemos su posición política y sus formas de trabajo, dijeron.
Siento que las palabras de la comandancia general en la voz del subcomandante insurgente Moisés merecen ser leídas cuidadosamente, porque nacen del corazón de uno de los más trascendentes movimientos contemporáneos. Resumen la sabiduría colectiva acumulada durante tres décadas por los rebeldes chiapanecos que, a su vez, encarnan cinco siglos de resistencias contra la dominación colonial y el más consistente empeño por crear un mundo nuevo.
Las palabras de la comandancia ya están siendo debatidas por colectivos en muchos lugares del mundo. Tres cuestiones me parece necesario destacar, aunque es seguro que los miles que las discutan encontrarán más y mejores argumentos en el texto zapatista.
El dolor y la rabia, convertidos en dignidad activa, crean los movimientos. Son el núcleo que echó a andar todo, dijo Moisés. Rabia, rebeldía y resistencia que contrastan con los debates sobre tácticas y estrategias, programas, métodos de lucha y, por supuesto, quién o quiénes dirigen. Esto es lo primero. Sin esto, no hay nada, por más elucubraciones teóricas que se ensayen, por más discursos y análisis racionales que se elaboren. Las rebeliones, las revoluciones, los grandes movimientos, nacen de la rabia, motor de todas las luchas y las dignidades colectivas.
Es la rabia organizada, hecha dignidad, la que impide que los rebeldes terminen vendiéndose o claudicando, en un mundo donde el cálculo racional dice que lo mejor es adaptarse a la realidad, acomodarse lo más arriba que se pueda, porque vencer a los poderosos es casi imposible. Es la rabia (bronca, decimos en el sur) lo que puede hacernos traspasar el umbral de lo imposible; no el programa ni el lúcido análisis académico que, en todo caso, sirven a la rabia, pero nunca la sustituyen.
La segunda cuestión a destacar son esos maravillosos y sabios párrafos donde se desgrana la propia historia: el abandono de 99 de cada 100 de los que se acercaron en los momentos de euforia, hasta quedar sólo uno, una, precondición indispensable para que suceda algo terrible y maravilloso: descubrir que hay millones como ese uno, una. Esto es sabiduría rebelde, esa que sólo se puede aprender viviéndola. Quien no se ha quedado solo, sola, no puede descubrirse en otros y otras, no puede seguir adelante contra viento y marea. Es la historia del zapatismo.
Es la historia de Olga Arédez, Madre de Plaza de Mayo, que durante años dio vueltas a la plaza, sola, reclamando la aparición con vida de su esposo, ante la indiferencia de sus vecinos de Ledesma, un pueblo acobardado por la familia propietaria del ingenio azucarero. Cuánta dignidad había en su frágil cuerpo para seguir, en soledad, dando vueltas y vueltas a la plaza, hasta horadar el miedo de sus vecinos. Gracias a su terca persistencia fueron juzgados los dueños del ingenio Ledesma, que habían provocado apagones durante los cuales el ejército desapareció a 400 militantes sociales y políticos. El oligarca Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio, fue procesado.
La tercera es el tiempo. No será fácil, dice Moisés. No será rápido. Lo fácil y rápido es crear un partido electoral, como recomiendan colonialmente algunos académicos decoloniales. Es el modo para que las masas les abran el camino al poder, como dice el comunicado leído en Oventik. No hay magia capaz de convertir la rabia en votos sin volverla mercancía, objeto intercambiable por otros objetos en el mercado de la política institucional. Manifestaciones a cambio de sillones; organizaciones enteras que se negocian por cargos, y así.
Sólo el tiempo tiene la capacidad de sedimentar las cosas. De hacer que los sobrevivientes de un ciclo de luchas se conecten con los que están iniciando nuevos combates. La historia de los de abajo está plagada de rebeliones y revoluciones. En ellas aparecen personas y colectivos que persisten más allá del momento, los militantes. Entre ellos, y eso también nos lo enseña la historia, se reclutan a menudo los miembros de las nuevas élites o clases dominantes.
El desafío es que esos militantes no se vendan por un cargo ni bajen los brazos pero, también, que obedezcan al pueblo, que no se manden solos. Luego de un puñado de revoluciones triunfantes a lo largo de casi un siglo, este es un desafío mayor que seguimos enfrentando. De eso trata el texto de la comandancia. El zapatismo desafía la ley de hierro de la oligarquía de Robert Michels, que aseguraba que siempre gobernará una minoría, que toda organización se vuelve oligárquica.
Eso explica, de paso, por qué los políticos de arriba los odian y por qué los de abajo que resisten los toman como referencia.
Fuente: www.jornada.unam.mx/2014/11/28/index.php?section=opinion&article=029a1pol

viernes, 28 de noviembre de 2014

El nuevo ALCAP y la banca china



Por: Oscar Ugarteche y Ulises Noyola Rodríguez

ALAI


El ascenso de China en Latinoamérica es incuestionable. América Latina posee dos dinámicas comerciales: por un lado, la Cuenca del Caribe, centrada en Estados Unidos y, por otro lado Suramérica, vinculada más hacia China. Unos crecen poco, los otros crecen más rápido. China se perfila como el segundo socio comercial de Latinoamérica para el año 2015, desplazando así a la Unión Europea al tercer lugar y cada vez más cerca de Estados Unidos. 

La fragilidad de la recuperación económica de las economías líderes a partir del 2009, empujó a China a buscar nuevos socios comerciales y reforzar acuerdos de integración productiva en el área Asia-Pacífico para dinamizar su comercio exterior, acorde con el XII Plan Quinquenal 2011-2015. Dentro de este esquema, su política exterior consiste en reforzar las relaciones de cooperación en el comercio, las finanzas y el desarrollo con la posibilidad de avanzar hacia la integración comercial con base en las complementariedades con Latinoamérica (1). 
Por otro lado, China afianza su rol estratégico en la región apoyándose en el China Development Bank y el Export-Import Bank of China que actúan de dos maneras: 1) otorgan préstamos a largo plazo para la compra de equipo e infraestructura de origen chino; 2) prestamos pagaderos en commodities -principalmente hidrocarburos-. La mayor parte de sus préstamos entre 2005 y 2013 han sido otorgados a los gobiernos de Venezuela (50.6%), Argentina (14.1%), Brasil (13.3%) y Ecuador (10%), que cuentan con abundantes yacimientos de hidrocarburos. El volumen crediticio del período fue de 98,000 millones de dólares frente a los 163 mil millones de dólares otorgados por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo juntos en la región (2). 

Las relaciones de China con MERCOSUR tomaron un mayor impulso este año con la renovación de la línea de swap (permuta de divisas) a Argentina por 70,000 millones de yuanes (11,000 millones de dólares) para fortalecer sus reservas internacionales, lo que constituye un segundo paso a favor de la internacionalización del renminbi en Latinoamérica. Argentina se convierte así en el segundo país latinoamericano en mantener una línea swap con China tras Brasil, que tiene una por 190,000 millones de yuanes (31,000 millones de dólares) desde el 2013. China tiene además una estrategia con los de la Alianza del Pacífico al establecer oficinas del China Construction Bank en Chile y del Industrial and Commercial Bank of China en México y el Perú a finales de 2014

La reciente cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), realizada en noviembre del 2014, culminó con la creación del Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico ALCAP (FTAAP, por sus siglas en inglés), que le arrebató a Estados Unidos la iniciativa del libre comercio en la cuenca pacífica. El FTAAP está conformada por todos los países del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), más los estados no incluidos en el TPP de la cuenca del Pacifico, básicamente China. La pelea hegemónica del Pacifico la viene ganando China con esta iniciativa y los bancos establecidos en los países que eran bastiones de Washington con la AdelP. 

El ALCAP consolida la importancia que tiene América latina para China y la importancia que le dan a los miembros de la Alianza del Pacifico ya que la inversión extranjera china en la región en su conjunto se anticipa que se expandirá diez veces de su nivel actual de 108,000 millones de dólares a 1.25 billones de dólares en la próxima década, dijo el premier chino en la cumbre del APEC . 

 Finalmente, China creó este año un foro permanente con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con el objetivo de consolidar sus relaciones en la región mediante una base estable de negociaciones. Con esto asistimos a una nueva etapa de las relaciones entre Latinoamérica y China, donde podrán negociar simultáneamente los treinta y tres países con el gigante asiático a partir de 2015. Esto es conceptualmente distinto de la posición de Estados Unidos de negociar sobre la base de uno a uno donde la asimetría no puede ser resuelta.

- Oscar Ugarteche es economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org

- Ulises Noyola Rodríguez es miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM. Contacto: ulisesnoyola1@gmail.com 

1) Véase China´s Policy Paper on Latin America and the Caribbean 2012 en http://www.gov.cn/english/official/2008-11/05/content_1140347.htm

2) Véase “China: the financial player in Latin America” en Deutsche Bank Research, en http://www.dbresearch.com/servlet/reweb2.ReWEB?document=PROD0000000000339521&rwnode=DBR_INTERNET_EN-PROD$NAVIGATION&rwobj=ReDisplay.Start.class&rwsite=DBR_INTERNET_EN-PROD 


URL de este artículo: http://alainet.org/active/79076&lang=es

El horror como mercancía noticiosa


Periodismo en tiempos macabros

Rebelión/Universidad de la Filosofía

No se trata de una “novedad” de ocasión, muertos, heridos y desaparecidos -a raudales- son una constante del paisaje macabro orquestado por la terquedad asesina del capitalismo para adueñarse de las riquezas naturales, del trabajo y de la conciencia de todos los seres humanos. El Apocalipsis en “cámara lenta”. Son siglos de estulticia y crimen convertidos en industria bélica además santificados por los bancos y por un empresariado global cómplice carroñero de asesinatos masivos y a mansalva. Es el capitalismo y su sed de barbarie. ¿Es eso una noticia nueva? Sálvense las excepciones que puedan salvarse. En su mayoría más abrumadora, las industrias de la noticia han sido también coparticipes del crimen cometido por el capitalismo porque han cumplido con su rol como asesinas de la verdad en público. A pesar de su “prestigio” auto-producido, de que se auto-premien y auto-aplaudan; que se digan “decanas del periodismo”, “paradigmas de la objetividad” y del buen juicio informativo… lo cierto es que un resumen en perspectiva sobre el rol de la prensa en los siglos que el capitalismo lleva depredando al mundo, es realmente bochornoso. Una vergüenza nutrida por episodios infinitos de corrupción, connivencia criminal y servidumbre mercantil al “delito de lesa humanidad” que es saquear, explotar y enajenar a los pueblos.
Y una de las peores consecuencias de esa “industria de la noticia” basada en mentir, con formas sofisticadas, consiste en fabricar “escuelas” (en todos sus sentidos), en esparcir sus gérmenes ideológicos entre un séquito de “periodistas” acríticos, mansos y serviles, que reptan por todo el planeta haciendo metástasis de su estulticia y de su servilismo periodístico. Dan cátedras, publican libros, enciclopedias y manuales, promueven talleres, seminarios y coloquios. Todo eso mientras ocurren los crímenes del capitalismo, sus fraudes políticos, los robos de los banqueros, los saqueos desde las empresas trasnacionales y el exterminio lento y largo de la clase trabajadora bajo el peso descomunal de la “legalidad” burguesa. En la prensa ni una palabra. Muchos egresados de las escuelas del periodismos burgués exhiben con orgullo las cicatrices de su cerebro donde han sido obturadas todas las capacidades críticas. Una monstruosidad con títulos universitarios para salir en la “tele” de sus amos.
Ejercer el trabajo periodístico con la razón anestésica como editorial oculta, es traficar la ideología del amo a costa, incluso, de los intereses laborales del “periodista”. Se convierten en sirvientes de una máquina de guerra ideológica que cierra toda posibilidad de entendimiento crítico sobre las barbaridades que ocurren y sobre las barbaridades con que se “informa” al “público”, al “consumidor” o a la “audiencia”. Nunca a un interlocutor igual a quien se habla. Pero se hacen los “objetivos”, los “neutros”… ponen carita “inocente” y defienden como fieras su “derecho” a travestirse como seres informativos “autónomos” o “independientes”. Falacias todas de mercado con que se domestica una masa de profesionales que no pueden, que no quieren y que no se interesan por trasformar el mundo que, también a ellos, explota y aplasta.
Incluso en las “mejores intenciones”, hace falta una herramienta autocrítica muy ágil y muy penetrante. Nadie está a salvo si vive en las cloacas del periodismo mercantil acariciando la primicia que lo llevará a la gloria salarial y a la fama entre crápulas. Algunos codician reportajes sobre un buen muerto (o un grupo de ellos) jugoso en amarillismo y suculento para el morbo mediático. Otros anhelan un buen chisme, un episodio escandaloso donde la estrella sea el que pone el micrófono ente los protagonistas más convenientes a la lógica de raiting que calienta las pantallas para una tanda de publicidad postrera. A eso le llaman, orgullosamente, “periodismo”. Y se aplauden entre ellos y algunos de sus familiares.
A eso nos han acostumbrado en México, por ejemplo. A eso nos han sometido inconsulta e inclementemente durante décadas y más décadas. Los monopolios de la “información” atacan a los pueblos diariamente con sus metrallas de mentiras y “noticias” tendenciosas en las que nadie se salva de complicidad estructural y sistémica en la lógica de mercantilizar el horror. Como si fuese eso un logro profesional. Cada episodio macabro es presa de jaurías “periodísticas” que sale a carroñar su pedacito de gloria “informativa” arrancada de las fauces de la injusticia, la impunidad o el desamparo social. Y lo pasan por la tele.
No vamos a quedarnos callados ante este crimen de “lesa humanidad” no tipificado por las “convenciones éticas” ni de los “derechos humanos” de las oligarquías. No nos silenciarán las jaurías burguesas por más que nos ignoren o nos criminalicen por ejercer las capacidades y derechos democráticos de la critica social. No vamos quedarnos callados ante la barbarie del periodismos mercantil que a mansalva arrasa con la verdad y siembra su discurso miserable, mezquino y retrógrada para cobrar unos pesos y ganar palmaditas de sus amos. No vamos a quedarnos callados por el simple y llano hecho de que el silencio, en este como en muchos casos, nos hace cómplices.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Guerra sin cuartel en Ucrania


“Ofensiva final” de la OTAN






Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

IntroducciónHay signos evidentes que indican la inminencia del estallido de una gran guerra en Ucrania. Una guerra promovida activamente por los países de la OTAN con el apoyo de sus aliados y clientes en Asia (Japón) y Oriente Próximo (Arabia Saudí). Estará caracterizada por una ofensiva militar a gran escala contra la región suroriental de Dombas -donde se sitúan las repúblicas populares ucranio-rusas de Donets y Lugansk, de aspiraciones separatistas- con la intención de deponer al gobierno elegido democráticamente, desarmar a las milicias populares y acabar con los guerrilleros de la resistencia y su base ciudadana, desmantelando a las organizaciones populares representativas y participando en la limpieza étnica de millones de ciudadanos bilingües ucranio-rusos. El próximo ataque militar de la OTAN a la región de Dombas es una continuación y una extensión del golpe de Estado violento de Kiev, que derrocó en febrero de este año al gobierno electo.
La junta de Kiev y sus gobernantes clientelares recientemente “elegidos”, así como sus patrocinadores de la OTAN, están resueltos a llevar adelante una gran purga con tal de consolidar el gobierno dictatorial del títere Poroshenko. Las recientes elecciones patrocinadas por la OTAN excluyeron la participación de varios de los partidos políticos que tradicionalmente habían apoyado a las grandes poblaciones minoritarias del país y fueron boicoteadas en la región de Dombas. Esta farsa electoral de Kiev sentó las bases para el siguiente movimiento de la OTAN, que tiene como objetivo convertir a Ucrania en una gigantesca base militar multifuncional de EE.UU., para poder llegar al corazón de Rusia y servir como una nueva colonia del capital alemán, suministrando a Berlín cereales y materias primas y sirviendo de mercado cautivo para los bienes manufacturados alemanes.
Occidente está siendo barrido por una fiebre bélica y las consecuencias de esta locura se agravan con el paso de las horas.
Señales de guerra: Campaña de propaganda y de sanciones, cumbre del G-20 y refuerzos militares
El redoble oficial de guerra, iniciado por la junta de Kiev y sus milicias fascistas, resuena a diario en todos los medios de comunicación occidentales. Los principales creadores de propaganda y los portavoces de los gobiernos publican o anuncian nuevos relatos manipulados sobre el aumento de las amenazas militares rusas a sus vecinos y las incursiones transfronterizas en Ucrania. Se “informa” de nuevas incursiones rusas desde las fronteras nórdicas y los estados bálticos al Cáucaso. El gobierno sueco contribuye a aumentar el nivel de histeria al hablar de un misterioso submarino “ruso” cerca de la costa de Estocolmo, sin llegar a identificarlo o localizarlo (ni, por supuesto, a confirmar su “observación”). Estonia y Lituania afirman que aviones militares rusos han violado su espacio aéreo, aunque tampoco llegan a confirmar la noticia. Polonia expulsa a “espías rusos”, sin pruebas ni testigos. Al mismo tiempo, los ejércitos de estados clientelares de la OTAN desarrollan ejercicios militares conjuntos a gran escala a lo largo de las fronteras rusas, en los países bálticos, Polonia, Rumania y Ucrania.
La OTAN está enviando enormes cargamentos de armas a la junta de Kiev, así como asesores de las “fuerzas especiales” y expertos en contrainsurgencia, en anticipación de un ataque a gran escala contra los rebeldes de Dombas.
El régimen de Kiev nunca ha llegado a cumplir en alto el fuego acordado en Minsk. Según la oficina del Derechos Humanos de la ONU, un promedio de 13 personas –civiles en su mayoría- han muerto cada día desde la firma del alto el fuego de septiembre. Los informes de la ONU hablan de 957 personas asesinadas en ocho semanas, la inmensa mayoría de ellas por las fuerzas armadas de Kiev.
Por su parte, el régimen de Kiev ha suprimido todos los servicios públicos y sociales básicos a las “Repúblicas Populares”, incluyendo la electricidad, el combustible, las pensiones, los suministros médicos, y los salarios a funcionarios, profesores, personal sanitario y trabajadores municipales, además de bloquear la banca y el transporte.
La estrategia consiste en estrangular aún más la economía, destruir la infraestructura y forzar a un éxodo masivo de refugiados desde las ciudades densamente pobladas de la frontera hacia Rusia, para luego lanzar ataques masivos, con misiles y artillería, por tierra y aire contra los centros urbanos y las bases rebeldes.


La junta de Kiev ha dispuesto una movilización total en las regiones occidentales, acompañada de furiosas campañas de adoctrinamiento contra los rusos y los ortodoxos del este, destinadas a atraer a los matones más violentos de la extrema derecha chovinista e incorporar brigadas militares filonazis a las tropas de choque de vanguardia. La utilización cínica de milicias fascistas irregulares “liberará” a la OTAN y a Alemania de cualquier responsabilidad por el terror y las atrocidades inevitables de la campaña. Este sistema de “denegación verosímil” reproduce las tácticas de los nazis alemanes, cuyas hordas de ucranianos fascistas y croatas de la Ustacha fueron notorias durante sus campañas de limpieza étnica.
El G-20 y la OTAN: Apoyo a los bombardeos de Kiev
Con el fin de aislar y debilitar la resistencia en Dombas y garantizar la victoria de los inminentes bombardeos del ejército ucraniano, la Unión Europea y Estados Unidos están intensificando sus presiones económicas, militares y diplomáticas sobre Rusia para que esta abandone a las recientes democracias populares de la región sudeste de Ucrania, que tienen en Moscú a su principal aliado.
La escalada de sanciones económicas contra Rusia está diseñada para debilitar la capacidad de la resistencia de Dombas de defender sus hogares, pueblos y ciudades. Cada uno de los envíos de suministros médicos básicos y de alimentos que realiza Rusia a la población sitiada crea nuevos estallidos de histeria, porque contrarrestan la estrategia de la OTAN destinada a matar de hambre a los partisanos y a su base popular para obligarles a someterse a o provocar un éxodo en busca de la seguridad tras la frontera rusa.
Después de sufrir una serie de derrotas, el régimen de Kiev y sus estrategas de la OTAN decidieron firmar un “protocolo de paz”, el denominado acuerdo de Minsk, para detener el avance de las tropas de la resistencia de Dombas hacia las regiones del sur y proteger a los soldados y milicias de Kiev que resistían en bolsas aisladas en el este. Los acuerdos de Minsk tenían como objetivo permitir que la junta de Kiev formara su ejército, reorganizara sus mandos e incorporara a las diversas milicias nazis a sus filas como preparación para la “ofensiva final”. El refuerzo del ejército en el interior y la escalada de sanciones de la OTAN en el exterior serían dos aspectos de la misma estrategia: el éxito de un ataque frontal a la resistencia democrática de Dombas depende de la reducción del apoyo militar ruso por causa de las sanciones internacionales.
La hostilidad despiadada de la OTAN hacia el presidente Putin se puso claramente de manifiesto en la cumbre del G-20 en Australia. Las amenazas políticas y los insultos públicos de los presidentes y primer-ministros de la OTAN, especialmente, Merkel, Obama, Cameron, Abbott y Harper, fueron un complemento del incremento del bloqueo destinado a producir el hambre entre los rebeldes y los centros de población sitiados del sudeste. Tanto las amenazas económicas del G-20 contra Rusia y el aislamiento diplomático de Putin como el bloqueo económico de Kiev son preludios de la “Solución Final” de la OTAN: la aniquilación física de cualquier vestigio de resistencia en Dombas, de la democracia popular y de sus lazos culturales y económicos con Rusia.
Kiev depende de que sus mentores de la OTAN impongan nuevas severas sanciones contra Rusia, especialmente si la invasión que planea se encuentra con una resistencia firme y bien armada, reforzada por el respaldo ruso. La OTAN cuenta con que la recientemente reforzada capacidad militar pueda destruir con eficacia los centros de resistencia del sudeste.
La OTAN se ha decantado por una campaña de “todo o nada”: apoderarse de toda Ucrania o, si no lo consigue, destruir al incontrolable sudeste, arrasar a su población y su capacidad productiva y emprender una guerra económica (y posiblemente también armada) sin cuartel contra Rusia. La canciller Angela Merkel apoya dicho plan, a pesar de las quejas de los empresarios alemanes, que ven caer en picado sus exportaciones a Rusia. El presidente Hollande también ha ofrecido su respaldo haciendo oídos sordos a las protestas de los sindicalistas franceses, preocupados por los miles de empleos que se perderán en los astilleros. El primer ministro británico, David Cameron, está deseando una guerra económica contra Rusia y ha sugerido que los banqueros de la City londinense deberían encontrar nuevos canales para blanquear las ganancias ilícitas de los oligarcas rusos.
La respuesta rusa
Los diplomáticos rusos buscan desesperadamente un compromiso que permita a la etnia ruso-ucraniana del sudeste Ucrania retener cierta autonomía dentro de una federación y recuperar su influencia dentro de la “nueva” Ucrania resultante del golpe de Estado. Los estrategas militares rusos han proporcionado ayuda logística y militar a la resistencia con el fin de evitar otra masacre similar a la que tuvo lugar en Odessa, cuando fascistas ucranianos asesinaron a miles de conciudadanos de etnia rusa. Por encima de todo, Rusia no puede permitirse tener bases militares conjuntas de la OTAN y los nazis de Kiev a lo largo de su frontera común, con capacidad para imponer el bloqueo de Crimea y forzar un éxodo de las personas ruso-ucranianas de la región de Dombas. Con Putin a la cabeza, el gobierno ruso ha intentado proponer compromisos que permitieran la supremacía económica occidental sobre Ucrania, pero sin ceder ante la expansión de la OTAN y la absorción de Kiev.
Esta política de conciliación ha fracasado una y otra vez.
El “régimen de compromiso” democráticamente elegido en Kiev fue derrocado en febrero de 2014 tras un golpe de Estado violento que instaló en el poder a una junta favorable a la OTAN.
Kiev ha violado el acuerdo de Minsk impunemente, con el apoyo de las potencias de la OTAN y de Alemania.
La reciente cumbre del G-20 en Australia actuó como un coro demagógico contra el presidente Putin. El encuentro crucial de cuatro horas entre Putin y Merkel resultó un completo fiasco ya que Alemania se limitó a seguir a pies juntillas la consigna de la OTAN.
Finalmente, Putin respondió ampliando la disposición de tropas aéreas y terrestres listas para intervenir a lo largo de sus fronteras, al tiempo que aceleraba el acercamiento económico de Moscú hacia Asia.
Pero lo más importante es que el presidente Putin ha anunciado que Rusia no puede quedarse al margen y permitir la masacre de todo un pueblo en la región de Dombas.
El inminente bombardeo que Poroshenko prepara contra la población del sudeste de Ucrania ¿tiene como objetivo provocar una respuesta de Rusia ante la crisis humanitaria? ¿Se enfrentará Rusia a la ofensiva de Kiev -dirigida por la OTAN- arriesgándose a una ruptura total con Occidente?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Putin: un discurso histórico



Alainet






Hay discursos que sintetizan una época. El que pronunciara Winston Churchill en el Westminster College, en Missouri, en marzo de 1946 es uno de ellos. Allí popularizó la expresión “cortina de hierro” para caracterizar a la política de la Unión Soviética en Europa y, según algunos historiadores, marcó con esa frase el inicio de la Guerra Fría. Antes, en abril de 1917, un breve discurso de Lenin al llegar de su exilio suizo a la Estación Finlandia de San Petersburgo anunciaba, ante la sorpresa de su entusiasta audiencia animada por los acordes de La Marsellesa, que la humanidad estaba pariendo una nueva etapa histórica, pronóstico que habría de confirmarse en Octubre con el triunfo de la Revolución Rusa. En Nuestra América, un papel semejante cumplió “La historia me absolverá”, el célebre alegato con el que, en 1953, el joven Fidel Castro Ruz se defendió de las acusaciones del dictador cubano Fulgencio Batista por el asalto al Cuartel Moncada.
En esta línea habría que agregar el discurso pronunciado por Vladimir Putin el 24 de octubre de este año en el marco del XIº Encuentro Internacional de Valdai, una asociación de políticos, intelectuales y gobernantes que anualmente se reúnen para discutir sobre la problemática rusa y, en esta ocasión, la preocupante situación mundial. [1] Las tres horas insumidas por el discurso de Putin y su amplio intercambio de opiniones con algunas personalidades de la política europea -entre ellos el ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin y el ex canciller de Austria Wolfgang Schuessel- o con académicos de primer nivel, como el gran biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, fue convenientemente ignorado por la prensa dominante. El líder ruso habló claro, sin medias tintas y abandonando de partida el lenguaje diplomático. Es más, al inicio de su discurso recordó la frase de uno de ellos que decía que “los diplomáticos tienen lenguas para no decir la verdad” y que él estaba allí para expresar sus opiniones de manera franca y dura para, como ocurriera después, confrontarlas con las de sus incisivos interlocutores a quienes también les hizo unas cuantas preguntas. Discurso ignorado, decíamos, porque en él se traza un diagnóstico realista y privado de cualquier eufemismo para denunciar el aparentemente incontenible deterioro del orden mundial y los diferentes grados de responsabilidad que les cabe a los principales actores del sistema. Como de eso no se debe hablar, y como el mundo tiene un líder confiable y eficaz en los Estados Unidos piezas oratorias como las de Putin merecen ser silenciadas sin más trámites. Un breve comentario en el New York Times al día siguiente, con énfasis en algunos pasajes escogidos con escandalosa subjetividad; algunas notas más con las mismas características en el Washington Post y eso fue todo. El eco de ese discurso en América Latina, donde la prensa en todas sus variantes está fuertemente controlada por intereses norteamericanos, fue inaudible. Por contraposición, cualquier discurso de un ocupante de la Casa Blanca que asegure que su país es una nación “excepcional” o “indispensable”, o que difame a líderes o gobiernos que no caen de rodillas ante el mandato estadounidense corre mucha mejor suerte y encuentra amplísima difusión en los medios del “mundo libre”. 
¿Qué dijo Putin en su intervención? Imposible reseñar en pocas páginas su discurso y las respuestas a los cuestionamientos hechos por los participantes. Pero, con el ánimo de estimular una lectura de ese documento resumiríamos algunas de sus tesis como sigue a continuación. Primero, ratificó sin pelos en la lengua que el sistema internacional atraviesa una profunda crisis y que contrariamente a relatos autocomplacientes -que en Occidente minimizan los desafíos del momento- la seguridad colectiva está en muy serio peligro y que el mundo se encamina hacia un caos global. Opositores políticos quemados vivos en el sótano del Partido de las Regiones por las hordas neonazis que se apoderaron del gobierno en Ucrania, el derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines por parte de la aviación ucraniana y el Estado Islámico decapitando prisioneros y blandiendo sus cabezas por la Internet son algunos de los síntomas más aberrantes de lo que según un internacionalista norteamericano, Richard N. Haass, es la descomposición del sistema internacional que otros, situados en una postura teórica y política alternativa, como Samir Amin, Immanuel Wallerstein, Chalmers Johnson y Pepe Escobar, prefieren denominar “imperio del caos.” Esta ominosa realidad no se puede ocultar con bellos discursos y con los trucos publicitarios a los cuales son tan afectos Washington y sus aliados. El desafío es gravísimo y sólo podrá ser exitosamente enfrentado mediante la cooperación internacional, sin hegemonismos de ningún tipo.
Segundo, en su exposición Putin aportó un detallado análisis del decadente itinerario transitado desde la posguerra hasta el fin de la Guerra Fría, el surgimiento del fugaz unipolarismo norteamericano y, en su curva descendente después del 11-S, las tentativas de mantener al actual (des)orden internacional por la fuerza o el chantaje de las sanciones económicas como las aplicadas en contra de Cuba por más de medio siglo, Irak, Irán, Corea del Norte, Siria, Costa de Marfil y ahora Rusia. Un orden que se cae a pedazos y, como lo anunciaba el título del Encuentro, que se debate entre la creación de nuevas reglas o la suicida aceptación de la fuerza bruta como único principio organizador del sistema internacional. De hecho nos hallamos ante un mundo sin reglas o con reglas que existen pero que son pisoteadas por los actores más poderosos del sistema, comenzando por Estados Unidos y sus aliados, que dan por desahuciada a las Naciones Unidas sin proponer nada a cambio. La Carta de las Naciones Unidas y las decisiones del Consejo de Seguridad son violadas, según Putin, por el autoproclamado líder del mundo libre con la complicidad de sus amigos creando así una peligrosa “anomia legal” que se convierte en campo fértil para el terrorismo, la piratería y las actividades de mercenarios que ora sirven a uno y luego acuden a prestar sus servicios a quien le ofrece la mejor paga. Lo ocurrido con el Estado Islámico es paradigmático en este sentido. 

Tercero, Putin recordó que las transiciones en el orden mundial “por regla general fueron acompañadas si no por una guerra global por una cadena de intensos conflictos de carácter local.” Si hay algo que se puede rescatar del período de la posguerra fue la voluntad de llegar a acuerdos y de evitar hasta donde fuese posible las confrontaciones armadas. Hubo, por cierto, muchas, pero la temida guerra termonuclear pudo ser evitada en las dos mayores crisis de la Guerra Fría: Berlín en 1961 y la de los misiles soviéticos instalados en Cuba en 1962. Posteriormente hubo importantes acuerdos para limitar el armamento nuclear. Pero esa voluntad negociadora ha desaparecido. Lo que hoy prevalece es una política de acoso, de bullying, favorecida por un hipertrofiado orgullo nacional con el cual se manipula a la opinión pública que así justifica que el más fuerte –Estados Unidos- atropelle y someta a los más débiles. Si bien no menciona el dato, en el trasfondo de su discurso se perfila con claridad la preocupación por la desorbitada expansión del gasto militar estadounidense que, según los cálculos más rigurosos, supera el billón de dólares (o sea, un millón de millones de dólares) cuando al desintegrarse la Unión Soviética los publicistas del imperio aseguraron urbi et orbi que el gasto militar se reduciría y que los así llamados “dividendos de la paz” se derramarían en programas de ayuda al desarrollo y combate a la pobreza. Nada de eso tuvo lugar.

Cuarto, al declararse a sí mismos como vencedores de la Guerra Fría la dirigencia norteamericana pensó que todo el viejo sistema construido a la salida de la Segunda Guerra Mundial era un oneroso anacronismo. No propuso un “tratado de paz”, en donde se establecieran acuerdos y compromisos entre vencedores y vencidos, sino que Washington se comportó como un “nuevo rico” que, embriagado por la desintegración de la Unión Soviética y su acceso a una incontestada primacía mundial, actuó con prepotencia e imprudencia y cometió un sinfín de disparates. Ejemplo rotundo: su continuo apoyo a numerosos “combatientes de la libertad” reclutados como arietes para producir el “cambio de régimen” en gobiernos desafectos y que a poco andar se convirtieron en “terroristas” como los que el 11-S sembraron el horror en Estados Unidos o los que hoy devastan a Siria e Irak. Para invisibilizar tan gigantescos errores la Casa Blanca contó con “el control total de los medios de comunicación globales (que) ha permitido hacer pasar lo blanco por negro y lo negro por blanco.” Y, en un pasaje de su discurso Putin se pregunta: “¿Puede ser que la excepcionalidad de los Estados Unidos y la forma como ejerce su liderazgo sean realmente una bendición para todos nosotros, y que su continua injerencia en los asuntos de todo el mundo esté trayendo paz, prosperidad, progreso, crecimiento, democracia y simplemente tengamos que relajarnos y gozar? Me permito decir que no.”

Quinto, en diversos tramos de su alocución y del intercambio de preguntas y respuestas con los participantes Putin dejó sentado muy claramente que Rusia no se cruzará de brazos ante las amenazas que se ciernen sobre su seguridad nacional. Utilizó para transmitir ese mensaje una elocuente metáfora para referirse, indirectamente, a los planes de la NATO de rodear a Rusia con bases militares y para responder a las inquietudes manifestadas por algunos de los presentes acerca de una eventual expansión imperialista rusa. Dijo que en su país se le tiene gran respeto al oso “amo y señor de la inmensidad de la taiga siberiana, y que para actuar en su territorio ni se molesta en pedirle permiso a nadie. Puedo asegurar que no tiene intenciones de trasladarse hacia otras zonas climáticas porque no se sentiría cómodo en ellas. Pero jamás permitiría que alguien se apropie de su taiga. Creo que esto está claro.” Esta observación fue también una respuesta a una caracterización muy extendida en Estados Unidos y Europa que menosprecia a Rusia -y antes a la Unión Soviética- como “un Alto Volta (uno de los países más pobres y atrasados de África) con misiles”. Sin dudas que el mensaje fue muy claro y despojado de eufemismos diplomáticos, en línea con su confianza en la fortaleza de Rusia y su capacidad para sobrellevar con patriotismo los mayores sacrificios, como quedó demostrado en la Segunda Guerra Mundial. Dijo textualmente: “Rusia no se doblegará antes las sanciones, ni será lastimada por ellas, ni la verán llegar a la puerta de alguien para mendigar ayuda. Rusia es un país autosuficiente.”

En síntesis: se trata de uno de los discursos más importantes sobre el tema pronunciado por un jefe de estado en mucho tiempo y esto por muchas razones. Por su documentado y descarnado realismo en el análisis de la crisis del orden mundial, en donde se nota un exhaustivo conocimiento de la literatura más importante sobre el tema producida en Estados Unidos y Europa, refutando en los hechos las reiteradas acusaciones acerca del “provincianismo” del líder ruso y su falta de contacto con el pensamiento occidental. Por su valentía al llamar las cosas por su nombre e identificar a los principales responsables de la situación actual. Ejemplo: ¿quién arma, financia y recluta a los mercenarios del EI? ¿Quién compra su petróleo robado de Irak y Siria, y así contribuye a financiar al terrorismo que dicen combatir? Preguntas estas que ni el saber convencional de las ciencias sociales ni los administradores imperiales jamás se las formulan, al menos en público. Y que son fundamentales para entender la naturaleza de la crisis actual y los posibles caminos de salida. Y por las claras advertencias que hizo llegar a quienes piensan que podrán doblegar a Rusia con sanciones o cercos militares, como nos referíamos más arriba. Pero, a diferencia del célebre discurso de Churchill, al no contar con el favor del imperio y su inmenso aparato propagandístico camuflado bajo los ropajes del periodismo el notable discurso de Putin ha pasado desapercibido, por ahora. A cien años del estallido de la Primera Guerra Mundial y a veinticinco de la caída del Muro de Berlín Putin arrojó el guante y propuso un debate y esbozó los lineamientos de lo que podría ser una salida de la crisis. Ha pasado algo más de un mes y la respuesta de los centros dominantes del imperio y su mandarinato ha sido un silencio total. Es que no tienen palabras ni razones, sólo armas. Y van a continuar tensando las cuerdas del sistema internacional hasta que el caos que están sembrando revierta sobre sus propios países. Nuestra América deberá estar preparada para esa contingencia. 


Nota: 

[1] Desgraciadamente ese discurso está sólo disponible en ruso y en inglés en el sitio web de la presidencia de Rusia. Una traducción al castellano fue realizada por Iñaki para el bloghttp://salsarusa.blogspot.com.ar/2014/11/discurso-de-putin-en-valdai.html 

La versión revisada y corregida de ese primer esfuerzo de traducción del discurso de Putin se encuentra disponible en www.atilioboron.com.ar

Atilio Boron, director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (PLED), Buenos Aires, Argentina. Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013.www.atilioboron.com.ar

Fuente: http://alainet.org/active/79057