sábado, 28 de mayo de 2016

El hambre y las enfermedades como continuación de los negocios de las multinacionales



Monsanto es malo. ¿Si es Bayer es bueno?

Por: Del Rosario Ignacio Denis

“No creamos este medicamento para los indios, sino para los occidentales que pueden pagarlo”

 (Marijn Dekkers, consejero 
delegado de la empresa Bayer)

Los campos de concentración de las grandes multinacionales del agronegocio muy conocidos como Monsanto y la Bayer, que siguen extendiendo su poder de guerra y de muerte, históricamente actuaron de la mano en la destrucción del planeta y la humanidad; son dos empresas vinculadas a los exterminios. La posibilidad de una oferta pública de adquisición de la Monsanto por parte de la Bayer, es para continuar maximizando ganancias desde el hambre y las enfermedades de todos y todas.

Sin duda, existe una campaña global de muchos movimientos sociales, ecologistas, científicos honestos y otros  arrepentidos que destapó la amenaza real de estos mercenarios de Adolf Hitler; tampoco para nadie es un secreto que continúan amenazando abiertamente a la humanidad y al planeta imponiendo sus paquetes tecnológicos desde los tratados y acuerdos secretos de libres comercios como: el Trans-Pacific Partnership (TPP), o Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (en español); el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), o Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión; el Trade in Services Agreement (TiSA), o Acuerdo sobre el Comercio de Servicios, este reacomodo del orden económico es una agenda global de sometimiento, criminalidad, hambre y enfermedades por ser su propia esencia.
En la llamada guerra mundial estas misma corporaciones son la que siguen formando partes de la base financiera, tecnológica, armamentística y de traficante de drogas. La heroína era una marca registrada de Bayer, el gas mostaza, arma química; Tabun, gas nervioso, pesticida a base de cianuro, se usó en la Alemania nazi durante el Holocausto para asesinar a millones de personas, utilizó sobre 250 niños gitanos (entonces Checoslovaquia, hoy República Checa) en el campo de concentración de Buchenwald para probar el efecto del gas. En septiembre de 1941, cerca de 600 prisioneros de guerra soviéticos, fueron gaseados con Zyklon B, siendo esta la primera experimentación con el gas en el campo de Auschwitz. El agente naranja o glifosato de la Monsanto era una mezcla de 2,4,5-T y 2,4-D, dos herbicidas fabricados y comercializados de manera habitual por esta compañía en la agricultura y fue la que utilizó en la guerra de Vietnam matando a millones de personas, en su mayoría civiles, niños y mujeres.
Estos productos tienen efecto cancerígeno según último estudio de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud OMC, sin embargo estas multinacionales no descansan en rever estos estudios utilizando fuerte presiones a la Reunión Conjunta de la FAO-OMS sobre Residuos de Plaguicidas (JMPR), tratarán de minimizar  los efectos para continuar defendiendo el causante de estos males.
La mayoría de las personas en el mundo al escuchar sobre el nazismo o sobre Hitler los asocian a horrendos crímenes cometidos contra millones de personas y automáticamente saben que es malo, da miedo, terror; sin embargo, “si es Bayer, es bueno”: los poderes de estas grandes multinacionales y sus medios de manipulación permitieron desde el dolor y el placer continuar enriqueciéndolos a costa del hambre y las enfermedades de todos y todas. Mientras se desata una verdad ya abierta que se refiere a que lo relacionado con Monsanto y el glifosato son cancerígenos, la gente todavía se puede abrazar con Bayer, “que es bueno”.
Por un lado, estas grandes multinacionales como gobiernos secretos buscan aliarse para continuar compitiendo contra sus oponentes en disputas, Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Bayer y Basf, todos originalmente fabricantes de veneno, cualquier trato de fusiones de uno seguirán engendrando fusiones del otro, así que cuando dos compañías del mismo sector se combinan, los competidores buscan hacer lo mismo para mantenerse en disputa. Estas compañías de la guerra en aras de reducir el hambre y las enfermedades, continúan compitiendo por el mercado de agrotóxicos y el control del 100% de semillas transgénicas para la destrucción total del planeta y la especie humana.
La empresa china de agrotóxicos, ChemChina desplazó la oferta de Monsanto apropiándose de la corporación Syngenta, hoy no existe otra vía para Monsanto que fusionarse con la mayor empresa multinacional química y farmacéutica. Bayer AG, la empresa de fármacos y químicos alemana, realizó una oferta en efectivo de 62 mil millones de dólares a la multinacional estadounidense Monsanto. Anteriormente, la compañía había señalado que planeaba financiar la adquisición con una combinación de deuda y acciones; hasta el momento el presidente de la Monsanto rechazó la oferta porque según él, es incompleta y financieramente inadecuada.
La Monsanto buscará hacer pactos y control de daños para continuar expandiendo su campo de concentración de exterminio, imponiendo el poder de nuevas marcas de herbicidas y nuevas patentes de semillas transgénicas y asociándose con las industrias farmacéuticas más grandes del mundo para garantizar el hambre y la enfermedad como continuación de sus negocios a costa de la vida del planeta y de la humanidad.
“Hay que tomar las medidas para la reducción demográfica del globo terráqueo, aun en contra de la voluntad de sus respectivas poblaciones. La reducción del índice de natalidad ha sido un fracaso. Por eso tenemos que aumentar la tasa de la mortalidad por medios naturales, por el hambre y por la inoculación de todo tipo de enfermedades”.
Robert McNamara
(Exsecretario de Defensa de Estados Unidos)
Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Twitter: @yiyoparaguay
@ayvuguasu
Blog del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/
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