sábado, 28 de febrero de 2015

Sujeto histórico en Revolución contra un Imperio decadente que pregona subordinación


Por: Del Rosario Ignacio Denis
Aporrea.Org

El plan continúo de desestabilización a los gobiernos progresista y revolucionario de América latina y el Caribe seguirán formando parte de una disputa histórica del Siglo XXI, la independencia o la subordinación. El imperialismo norteamericano cuando entran en un callejón sin salida abiertamente saca sus garras y amenazan a los países que defienden con dignidad su soberanía, las corporaciones multinacionales se niega rotundamente que los pueblos del mundo sean independientes, seguir avanzando una posibilidad de nuevos sujeto histórico fuera a la subordinación del capital es una amenaza a cualquier imperio, más a la que nos afrontamos en estos tiempos histórico.

Las huellas de Hugo Chávez en el Sur del Bronx







"Sabemos que todo el ataque contra Venezuela es para tratar de impedir que el ejemplo de una revolución democrática, profundamente popular, con una profunda identidad latinoamericana con la bandera de Bolívar y el espíritu de este gigante Hugo Chávez, siga cabalgando en el siglo XXI y siga consolidándose".—Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, en El Bronx, NY Sept. 2014.

Las transnacionales y el PIB





Durante largos años y mediante amplia propaganda de los medios de comunicación occidentales dominados por el gran capital, se creó la imagen de que las inversiones de compañías transnacionales eran de enorme beneficio para los países y pueblos de América Latina y el Caribe.

Otro mito era que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en esos países estaba directamente relacionado con la satisfacción de las necesidades de los pueblos.

Pero en realidad, las políticas neoliberales impuestas en las últimas décadas en la región, que permitieron amplias dádivas, facilidades y un descontrol total de los gobiernos sobre esas compañías, abrieron las puertas para el saqueo de sus riquezas. 

Gobiernos progresistas y movimientos sociales, un reencuentro imprescindible






OMAL


Los procesos políticos progresistas que han venido hegemonizando el escenario latinoamericano los últimos quince años viven momentos cruciales. Cuestiones que afectan al eje vertebrador de las identidades programáticas e históricas de las fuerzas que componen estos gobiernos están encima de la mesa, tornándose objeto de disputa, no sólo frente a los enemigos de los procesos, situados en la derecha, el neoliberalismo y, en no pocos casos, en el golpismo, sino también en el ámbito interno de las complejas redes y movimientos que han venido ejerciendo un rol de sostén externo de las políticas de esta oleada progresista, y que suponen su expresión más genuinamente popular.El 11 de diciembre de 2014, el Ministerio de Inclusión Económica y Social de Ecuador trasladaba a la CONAIE, organización que encabezó con altas dosis de combatividad la resistencia al modelo neoliberal en los años noventa, la finalización del derecho de usufructo del que gozaba sobre su histórica sede en Quito, lo que se ha interpretado como un ataque motivado por sus posturas críticas respecto a la línea de priorización de grandes proyectos de desarrollo que parece ganar peso, no sin debate, en el seno del ejecutivo de Correa en los últimos tiempos.

¿Plan B? ¿Qué le pasó al Plan A?

Por qué no deben financiarse los experimentos de geoingeniería y todo lo que aún debemos aprender sobre el clima


http://www.etcgroup.org


La Academia de Ciencias de Estados Unidos (National Academy of Sciences, NAS) publicó en esta semana dos informes sobre geoingeniería en los que recomienda invertir en manejo de la radiación solar (SRM, por sus siglas en inglés) y captura y almacenamiento de carbono (CCS, también por su abreviación en inglés). La geoingeniería se ha dado a conocer como el “Plan B” del gobierno de Estados Unidos ante el cambio climático. Recientemente el Washington Post y la revista Nature publicaron artículos en los que se insiste en que el gobierno de ese país debe financiar la geoingeniería.