jueves, 29 de agosto de 2013

Desear la Comuna



 




                   REINALDO ITURRIZA                                                                             28.AGO.2013 

El 10 de agosto de 2012, hace poco más de un año, se registró la primera Comuna en Venezuela. Eso ocurrió en el municipio San Francisco del estado Zulia. “Gran Cacique Guaicaipuro” lleva por nombre la Comuna que también se llevó los honores.
Pero no fue sino hasta después del célebre “Golpe de Timón” del comandante Hugo Chávez, aquel 20 de octubre, que se aceleró el proceso de registro: dos en noviembre, nueve en diciembre, 26 en enero de 2013. En adelante sobrevino un lento pero sostenido declive, sin duda determinado por las urgencias políticas que nos tocó enfrentar y superar, hasta que en junio pasado, en pleno gobierno de calle, comenzamos a remontar: 13 registros, 24 más en julio…
Al día de hoy, la cantidad de Comunas registradas asciende a 103. Esto es, Comunas “reconocidas” por el Gobierno Bolivariano. Pero además (y ésta, como la anterior, es una cifra que crece sostenidamente), existen 377 Comunas llamadas “en construcción”. Por último, hemos identificado al menos 409 casos adicionales de pueblo organizado que ha manifestado su voluntad de constituirse en Comunas.
Los que sacan cuentas ya lo saben: entre todas, estamos hablando de 889 trincheras desde las cuales se batalla para construir nuestra muy singular, irrepetible y “topárquica” versión de socialismo. Y tenga usted por seguro que hay más: lugares a los que no hemos llegado todavía, experiencias que no hemos conocido.
Ahora bien, más allá de los números, indispensables para guiarnos, están las historias. La gente de carne y hueso.
Contar la historia de las Comunas es contar la historia del chavismo, le comentaba hace algunos días a Carola Chávez, con quien he conversado en extenso sobre el asunto. No es posible entender por qué una porción de la sociedad venezolana ha decidido organizarse en Comunas si no somos capaces de identificar la singularidad histórica del fenómeno chavista.
En estos días difíciles, en que afloran temores e incertidumbres, es oportuno recordar uno de los signos distintivos del chavismo: si lo normal de las sociedades es resistirse al cambio, lo que define al chavismo es su resistencia a conformarse con más de lo mismo. El chavismo es un sujeto político beligerante, cuya cultura política está profundamente reñida con la resignación.
En nuestras sociedades capitalistas contemporáneas se impuso un sentido común, que se expresa de múltiples formas: no hay nada más allá del capital. Uno de los éxitos indiscutibles del capitalismo es haber persuadido a millones de personas en todo el mundo, y en particular a los más jóvenes, de que luchaban por su “superación” personal cuando de hecho estaban declarándose vencidos y resignados.
El capital, que a la hora de autorreproducirse no conoce de límites ni de fronteras, construye sin embargo una sociedad donde no hay horizonte más allá de sí mismo, no importa si pone en serio riesgo la supervivencia de la especie humana.
Dentro del capitalismo todo es posible, a condición de que todo sea posible para unos pocos, y de que los muchos no tengan nada. Todo es posible, sí, pero no para los invisibles, porque ellos no cuentan, porque ellos no entrarán a la historia, porque la historia es lo que sucede a pesar de ellos, de su existencia insignificante.
En el capitalismo la “superación” personal es en realidad el sálvese quien pueda. La competencia desalmada. El egoísmo. Nada de libre desarrollo de la personalidad, porque la personalidad solo se desarrolla plenamente en colectivo, con el otro, con los comunes.
Volviendo sobre lo central: puede que esta Revolución no se parezca a las revoluciones de libritos de autores europeos que nos leímos como cartillas. Pero cuando uno tiene el extraño privilegio histórico de ver cómo un pueblo aparece; cómo se estremece y moviliza; cuando uno ve un pueblo renuente a resignarse; cuando uno ve a un pueblo votando “locuras” como la construcción del Socialismo Bolivariano o la preservación de la vida en el planeta, uno sabe que está en presencia de una Revolución.
Cuando una parte del pueblo chavista expresa su deseo de organizarse en Comunas es porque, para decirlo con Óscar Varsavsky, ha desarrollado un nivel de conciencia tal que no se resigna a la tendencia más probable. En cambio, está apostándole a construir “futuros más deseables”.
Acompañar este extraordinario proceso de construcción de Comunas significa al menos dos cosas: en primer lugar, crear las condiciones para que cada vez más pueblo desee agruparse en Comunas. La Comuna no será una realidad que se imponga, ni habrá Comuna aérea que valga. Ella debe ser un anhelo, una necesidad incluso. La Comuna no es otra cosa que la oportunidad de vivir mejor, de vivir una vida que nos guste, que merezca la pena ser vivida. Por eso la construcción de Comunas está estrechamente asociada a una de las 12 líneas de trabajo que definió nuestro presidente Nicolás Maduro: “Impulsar una revolución cultural y comunicacional”. Hay que vencer el sentido común capitalista, sinónimo de resignación y pueblo vencido, allí donde se exprese.
En segundo lugar, este proceso nos exige, siguiendo con Varsavsky, hacer de ese futuro deseable por nuestro pueblo un futuro viable. Porque sabemos de sobra que deseos no empreñan.
Hay que arremangarse la camisa y trabajar incansablemente para que la nueva sociedad termine de nacer. En este punto el imperativo continúa siendo: reducir progresivamente la distancia entre institucionalidad y pueblo organizado. Apurarnos para caminar al ritmo del movimiento real.
En esa andamos.
reinaldo.iturriza@gmail.com

REFLEXIONES DE FIDEL CASTROS La mentira tarifada


                                                                     27 agosto 2013  

Me mueve a escribir el hecho de que muy pronto ocurrirán acontecimientos graves. No transcurren en nuestra época diez o quince años sin que nuestra especie corra peligros reales de extinción. Ni Obama ni nadie podría garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que solo la verdad nos podría ofrecer un poco más de bienestar y un soplo de esperanza. Hemos llegado en materia de conocimientos a la mayoría de edad. No tenemos derecho a engañar ni a engañarnos.
En su inmensa mayoría la opinión pública conoce bastante sobre el nuevo riesgo que está a sus puertas.
No se trata simplemente de que los cohetes cruceros apunten hacia objetivos militares de Siria, sino que ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de musulmanes, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.
Todos conocen que Bashar al Assad no era político. Estudió medicina. Se graduó en 1988 y se especializó en oftalmología. Asumió un papel político al morir su padre Hafez al Assad en el año 2000 y tras la muerte accidental de un hermano antes de asumir aquella tarea.
Todos los miembros de la OTAN, aliados incondicionales de Estados Unidos y unos pocos países petroleros aliados al imperio en aquella zona del Medio Oriente, garantizan el abastecimiento mundial de combustibles de origen vegetal, acumulados a lo largo de más de mil millones de años. La disponibilidad de energía procedente, en cambio, de la fusión nuclear de partículas de hidrógeno, tardará por lo menos 60 años. La acumulación de los gases de efecto invernadero continuará así creciendo a elevados ritmos y tras colosales inversiones en tecnologías y equipos.
Por otro lado se afirma que en el 2040, en apenas 27 años, muchas tareas que hoy realiza la policía como imponer multas y otras tareas, serían realizadas por robots. ¿Se imaginan los lectores cuán difícil será discutir con un robot capaz de hacer millones de cálculos por minuto? En realidad era algo inimaginable años atrás.
Hace apenas unas horas, el lunes 26 de agosto, despachos de agencias clásicas bien conocidas por sus servicios sofisticados a Estados Unidos, se dedicaron a difundir la noticia de que Edward Snowden se había tenido que establecer en Rusia porque Cuba había accedido a las presiones de Estados Unidos.
Ignoro si alguien en algún lugar le dijo algo o no a Snowden, porque esa no es mi tarea. Leo lo que puedo sobre noticias, opiniones y libros que se publican en el mundo. Admiro lo valiente y justo de las declaraciones de Snowden, con lo que a mi juicio prestó un servicio al mundo al revelar la política repugnantemente deshonesta del poderoso imperio que miente y engaña al mundo. Con lo que no estaría de acuerdo es que alguien, cualesquiera que fuesen sus méritos, pueda hablar en nombre de Cuba.
La mentira tarifada. ¿Quién la afirma? El diario ruso “Kommersant” ¿Qué es este libelo? Según explica la propia agencia Reuters el diario cita a fuentes próximas al Departamento de Estado norteamericano: “el motivo de ello fue que en el último minuto Cuba informó a las autoridades que impidieran que Snowden tomara el vuelo de la aerolínea Aeroflot.
“Según el rotativo, […] Snowden pasó un par de días en el consulado ruso de Hong Kong para manifestar su intención de volar a Latinoamérica vía Moscú.”
Si yo quisiera podría hablar de estos temas sobre los que conozco ampliamente.
Hoy observé con especial interés las imágenes del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su visita al buque insignia del destacamento ruso que visita a Venezuela después de su anterior escala en los puertos de La Habana y Nicaragua.
Durante la visita del Presidente venezolano a la nave me impresionaron varias imágenes gráficas. Una de ellas fue la amplitud de los movimientos de sus numerosos radares capaces de controlar las actividades operativas de la nave en cualquier situación que se presente.
Por otra parte, indagamos sobre las actividades del mercenario rotativo “Kommersant”. En su época fue uno de los más perversos medios al servicio de la extrema derecha contrarrevolucionaria, la cual disfruta que el gobierno conservador y lacayo de Londres envíe sus bombarderos a la Base Aérea en Chipre, listos para lanzar sus bombas sobre las fuerzas patrióticas de la heroica Siria, mientras en Egipto, calificado como el corazón del mundo árabe, miles de personas son asesinadas por los autores de un grosero golpe de Estado.
En esa atmósfera se preparan los medios navales y aéreos del imperio y sus aliados para iniciar un genocidio contra los pueblos árabes.
Es absolutamente claro que Estados Unidos tratará siempre de presionar a Cuba como hace con la ONU o cualquier institución pública o privada del mundo, una de las características de los gobiernos de ese país y no sería posible esperar de sus gobiernos otra cosa, pero no en balde se resisten 54 años defendiendo sin tregua —y el tiempo adicional que fuera necesario—, enfrentando el criminal bloqueo económico del poderoso imperio.
Nuestro mayor error es no haber sido capaz de aprender mucho más en mucho menos tiempo.

Fidel Castro Ruz
Agosto 27 de 2013
8 y 34 p.m.

FUENTES: 
http://www.cubadebate.cu/categoria/reflexiones-fidel/