Por: Del Rosario Ignacio
Denis
“Es
imposible que comprendamos el fenómeno del subdesarrollo sin tener una
percepción crítica de la categoría de dependencia. El subdesarrollo, en realidad,
no tiene su «razón» en sí mismo, sino que, al contrario, su «razón» está en el
desarrollo”
Paulo Freire
En
el caso particular de la visita del Papa al Paraguay, se observó claramente una
postura opuesta hacia la mujer paraguaya entre Francisco y el presidente Horacio
Cartes, lo cual es necesario recalcar para empezar. No es la primera vez que el
actual Obispo de Roma, valora a la mujer paraguaya por ser una patriota que
defendió su nación, a sus hijos, su lengua y su idiosincrasia, y reivindicó su
coraje en la lucha por la defensa de la soberanía, haciendo una memoria histórica
sobre la Guerra de la Triple Alianza. Es la mujer más gloriosa de toda
Latinoamérica, afirmó Francisco en una oportunidad; incluso pidió que se otorgara
un Premio Nobel como reconocimiento a su coraje y luchas. Por su parte, Horacio
Cartes, en su paso por Uruguay promoviendo la entonces nueva Ley de Alianza Público-Privado
(APP), desató una indignación tal en las mujeres de su tierra por afirmar: “Un país bueno se vende solo, por lo que no
les voy a decir que vayan a invertir a Paraguay, sino les pido que vayan a mi
país a ver las cosas que se pueden hacer (…). Paraguay es como esa mujer
bonita, que cada mañana se pone su mejor vestido y se pone maquillaje”.
La
gira del Sumo Pontífice por suelo sudamericano, sin duda, tiene un carácter
político relevante por ser el Jefe de Estado del Vaticano, primer jesuita y
además latinoamericano, pero también consta de una carga ideológica de dominación
religiosa muy profunda. No son casuales su visita y agenda a Ecuador, Bolivia y
Paraguay, países con mayor fuerza conservadora hacia la religión católica
apostólica romana.
En
esta última gira en los tres países, el Sumo Pontífice dejó esperanzas, ideas,
alegrías, reencuentros, contradicciones y algunas recomendaciones muy profundas
sobre las amenazas globales y las crisis.
En
Bolivia, ante los movimientos sociales del mundo, reconoció abiertamente los
atropellos y crímenes perpetrados por la Iglesia en la época llamada la
Conquista de América, y reivindicó a los que resistieron y defendieron sus
culturas, sus identidades, su patria. Esta apertura y cambio radical del
discurso de un jerarca del Vaticano no son casuales ni son prodigios divinos;
se debe a la carga histórica que pesa en el continente latinoamericano y
caribeño y la figura de un presidente “indio” como Evo Morales.
En
Paraguay, el encuentro se realizó con la llamada sociedad civil, con una
restricción absoluta por parte del gobierno neoliberal de Horacio Cartes. En
este encuentro, el Papa dejó clara su postura ideológica: “No sirve una mirada ideológica, que termina usando a los pobres al
servicio de otros intereses políticos o personales. Las ideologías terminan
mal, no sirven, las ideologías tienen una relación o incompleta, o enferma o
mala con el pueblo, las ideologías no asumen al pueblo, por eso fíjense en el
siglo pasado, en qué terminaron las ideologías, en dictaduras, siempre,
siempre, piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo”. “El desarrollo económico
tiene que tener rostro humano, ¡no a la economía sin rostro!”.
Nuestra
América del siglo XXI es muy distinta a la del siglo XX; para nadie es un
secreto que después de la tesis de Francis Fukuyama del “Fin de la Historia y del
último hombre”, desde este continente se juntaron un militar bolivariano, un indio
cocalero, un ex comandante guerrillero, un economista de Harvard,
un obispo franciscano, y cada uno con sus matices, procesos y acontecimientos
propios, instalaron con el pueblo una propuesta política, económica, social,
cultural, que para los intereses occidentales tiene calificativos como “populistas
o dictadores”.
Esa
carga histórica política e ideológica de la necesidad de defender la soberanía,
de unir la región como una sola patria en lo geoestratégico, lo instaló
reviviendo a muchos mártires, patriotas y revolucionarios como el Che; Evo
Morales lució dignamente y con amor en su pecho al lado del Papa Francisco
reunido con los movimientos sociales de todo el mundo el rostro del guerrillero
heroico. Todos los aludidos arriba fueron satanizados, reprimidos, secuestrados
por la misma ideología religiosa en los siglos pasados por la palabra “socialismo”
y las luchas contra el imperialismo. Ningún gobierno latinoamericano tuvo el coraje
de acompañar a los movimientos sociales en sus consignas y luchas; en los
actuales momentos se transformó ese discurso represor del eje del mal como un
eje para la humanidad, todos ellos revivieron de los escombros y comenzaron a
rugir como la única vía para la justicia social, la paz, la igualdad, la
defensa de la Madre Tierra, el vivir bien. Esta realidad sigue siendo un
fantasma que recorre todo el mundo y sin duda tiene fuerza de gran movimiento
de un bloque histórico anticapitalista.
El
Papa Francisco venir a compartir con una menor complejidad desde una fuerza
liberal conservadora como el Vaticano con esta fuerza abarcadora de ideología
muy profunda; sin duda es la que debe abrir otras posibilidades y desafíos de
continuar forjando sin vacilación la liberación definitiva de nuestra Patria Grande
por el camino del Socialismo, es la que se debe valorar con mucha inteligencia
y convicción en estos momentos de la historia desde los movimientos populares.
El reto es seguir construyendo la contra-hegemonía desde la unidad en la
diversidad, continuar sembrando los valores de la solidaridad, la
complementariedad, garantizando una zona de paz en el continente.
Del Rosario Ignacio Denis.
Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia
Paulo Freire (IALA)
Twitter: @yiyoparaguay
Blog
del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/
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