Revista Pueblos
En junio 2012, el
proceso democrático que inauguró la alternancia política en Paraguay
luego de 61 años y que había legitimado la voluntad popular por primera
vez de forma pacífica sufre el quiebre del Estado de derecho por
decisión casi unánime del poder legislativo en un procedimiento de
juicio político exprés al presidente Fernando Lugo. La legitimidad del
mismo es motivo aún de debate, pero lo cierto es que a la administración
Lugo, que ocupaba el cargo desde agosto de 2008, sólo le faltaban diez
meses de gobierno hasta las elecciones de abril de 2013. Este juicio político exprés,
que demostró la debilidad institucional de la democracia paraguaya,
tiene sus razones en un hecho de violencia que dejó como saldo 17
muertos en la localidad de Curuguaty, Departamento de Canindeyú. Del
total de fallecidos, once eran campesinos que reclamaban un espacio de
tierras públicas apropiadas por el ex -senador colorado Blas N.
Riquelme.
Del enfrentamiento aún no se tiene información precisa, dado que las investigaciones arrojan datos contrapuestos. Sí se cuenta, sin embargo, con una versión oficial del Ministerio Público. Un grupo de investigadores, coordinado por el conocido jurista español Baltasar Garzón, exhibe datos que fueron omitidos en el informe judicial sobre pruebas de balística, así como fotografías de ajusticiamiento de personas que incluso eran ajenas al conflicto. Se incluyen también asuntos que no se encontraban en la carpeta fiscal, como la falta de previsión en cuanto a un donativo del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional.
A la precariedad institucional y a la manipulación de los hechos por parte de la prensa interesada en extender las responsabilidades hasta el propio presidente, incluso presentada la dimisión del ministro del Interior, Carlos Filizzola, se sumaron los encendidos discursos de diputados colorados y liberales que pedían un juicio político exprés. Esta figura se instala con quórum en ambas cámaras y en menos de 48 horas se tiene el libelo acusatorio, el tribunal, la posibilidad de ejercer descargo en dos horas, la sentencia y el nuevo presidente nombrado por el Congreso.
Primeros pasos del nuevo presidente
Federico Franco Gómez, quien fuera vicepresidente de Lugo, asume y manifiesta públicamente no haber tenido gran participación en las decisiones del ejecutivo, aun siendo parte del mismo todo el periodo. Establece como primera medida eliminar el nepotismo de la función pública y, acto seguido, nombra a su cuñada miembro del directorio de la Binacional Itaipú y a un primo como ministro de la Secretaría de Acción Social. Los abultados salarios de estas personas generan la primera reacción ciudadana a través de las redes sociales, pero pocos medios de comunicación le dan buena cobertura.
En menos de tres meses se viola el tratado internacional de Cartagena que rige sobre la seguridad alimentaria en el caso de los organismos genéticamente modificados. Se autoriza por decreto el ingreso de algodón transgénico y su siembra sin respetar los mecanismos de seguridad en su producción ni el riesgo de contaminación de la variedad tradicional.
La prensa en general sufre varios golpes con censura de periodistas y en especial fotógrafos que son despojados de sus cámaras en operativos de desalojo en el interior del país y en marchas de protesta contra la política sectaria de Franco. Los familiares del titular del ejecutivo amenazan a varios comunicadores por denunciar prácticas irregulares en el acceso a cargos públicos; mientras que el uso de la residencia presidencial para la boda de un hijo del presidente termina dando ribetes monárquicos a la República del Paraguay.
Ante esta situación, la respuesta ciudadana se da de dos formas. Por un lado, resignación y apatía, reflejados estos sentimientos en la degradación de los frentes auto convocados en defensa de la democracia y rechazo al “golpe parlamentario”. Parece que cada vez fuesen más las personas indignadas que limitan su participación a las redes sociales. Por otro, polarización de posturas a favor de dos frentes partidarios tradicionales, el colorado y el liberal. Reaparecen los discursos nacionalistas frente al paulatino bloqueo de las relaciones diplomáticas con países que integran bloques regionales (Unasur y Mercosur).
El llamado a elecciones en abril del 2013 termina consagrando a Horacio Cartes como presidente del Paraguay, con el curioso récord de pasar a la Historia como uno de los pocos ciudadanos que votaba por primera vez y era elegido presidente. Federico Franco, paralelamente, concluía una corta transición de catorce meses marcada por la inoperancia, la corrupción generalizada y el desgobierno. El período entre abril y agosto de 2013, fecha en la que asumió la presidencia Cartes, culminó con una serie de componendas con distintos grupos económicos que demostraron su voracidad aprovechando la complacencia de Franco, conocido también como “Federico el Breve”.
Los dueños del Paraguay
En abril del año 2000, el periodista Aníbal Miranda[1] realizaba una de las primeras aproximaciones con carácter investigativo a la acumulación de riquezas en “la isla rodeada de tierra”, al decir de Augusto Roa Bastos. Si bien este trabajo no ha tenido actualizaciones regulares, es muy útil por determinadas referencias. Trece años después, podemos citar un reciente informe de la consultora Wealth X y del banco suizo UBS que reveló que en Paraguay hay “165 supermillonarios que cuentan con una fortuna valorada en más de 30 millones de dólares”. La cifra total de la riqueza de estos ciudadanos equivale al 19 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) registrado en 2012, según varios economistas.
En cuanto al alcance del informe, el economista Amílcar Ferreira explicó que en el Paraguay una pequeña parte de la población concentra las grandes porciones de tierras: más del 80 por ciento se encuentra en manos del seis a ocho por ciento de la población. Existe una evasión tributaria que sigue siendo alta, con un 30 por ciento, “más de mil millones de dólares por año que deja de ingresar al Estado”. Cabe señalar también que el Congreso analizó este año un proyecto para gravar la producción y exportación de soja en un 10 por ciento, proyecto que fue rechazado por ambas cámaras a pesar de que Brasil y Argentina tienen este gravamen marcado en un 32 y un 35 por ciento, respectivamente, desde hace más de una década.
La carga tributaria en el Paraguay apenas llega a un 12,8 por ciento, con un el IVA del 10 por ciento que paga hasta la persona más pobre en cualquier artículo de consumo básico. Si usted que lee este artículo piensa, después de tanta cifra y números, que Paraguay es un paraíso fiscal, no dude de que está en lo correcto.
Para que usted tenga un panorama más exacto, daremos los nombres de las cuatro personas más ricas del Paraguay. Verá, además, cómo se emparentó el poder con los medios de comunicación, la tenencia de tierras sembradas de ganado y soja, las grandes obras hidroeléctricas (ya concluidas), la construcción…
Antonio J. Vierci es el hombre más adinerado y uno de los más poderosos del país, a quien se le atribuye una fortuna de unos tres mil millones de dólares estadounidenses. Lidera un grupo empresarial que cuenta actualmente con dos cadenas de supermercados (Stock y Superseis) con 36 establecimientos y un conglomerado de 17 restaurantes del sello Burger King en todo el país. A ello se suma una cadena de medios cuyo buque insignia es el diario Última Hora, canales de televisión y radios por todo el país.
Muy cerca, con una fortuna calculada en 2.500 millones de dólares, se ubica el actual presidente, Horacio Cartes. Su conglomerado empresarial va desde tabacaleras, Internet, bancos y representaciones de aviones de la marca estadounidense Cessna a la fabricación de bebidas gaseosas que logró introducir en el mercado norteamericano, pasando por la ganadería.
En tercer lugar se encuentra Aldo Zucolillo Moscarda, más conocido como el Zar de la prensa paraguaya. Siempre según cálculos aproximados, es propietario de una fortuna de 2.400 millones de dólares. El peso en este caso es del negocio inmobiliario, las múltiples estancias y la diversificación en Shoppings y otros negocios diversos, todos publicitados a través del matutino ABC Color.
Cerrando esta lista de los cuatro más adinerados aparece el expresidente Juan Carlos Wasmosy (1993-1998), que atesora una fortuna calculada en 2.300 millones de dólares. El negocio de este ingeniero son las empresas constructoras y mineras. Siguió muy de cerca, por supuesto, el devenir de las centrales hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá. Por ilustrar con un sólo dato: una de sus empresas, CONEMPA, facturó en Itaipú, la hidroeléctrica binacional (Brasil-Paraguay) más grande del mundo, la friolera de 1.600 millones de dólares.
100 días del nuevo gobierno
Una de las agendas en las que coincidieron Horacio Cartes (del Partido Colorado) y Efraín Alegre (del Partido Liberal Radical Auténtico), ambos de centro derecha, y que repitieron durante la campaña electoral hasta el hartazgo, fue “la lucha contra la pobreza”. Paraguay se encuentra en el grupo de países peor posicionados en cuanto a desigualdad social en Latinoamérica. Durante 2010, en pleno gobierno de Fernando Lugo, vivimos el boom económico, con un crecimiento de más del 12,4 por ciento, pero la pobreza no disminuyó; la teoría del “chorreo de la copa de champán” salpicó a muy pocos y la redistribución del ingreso fue una quimera no alcanzada.
“Daremos lucha sin cuartel a la pobreza”, indicó hace varias semanas el nuevo presidente. Los indicadores a derrotar son relevantes. Total del desempleo: 8,2 por ciento en el primer semestre de 2013. Sub empleo: 27,8. Miseria: 19 por ciento, tomando los índices de la Dirección General de Estadísticas y Censos de 2010.
Entre las primeras medidas que ha tomado el Gobierno de Cartes se encuentra la aprobación por el Parlamento de una estrategia económica denominada Alianza Público Privada. Esta estrategia no es muy diferente de las propuestas que se conocieron en esta región del mundo en los años 80 y 90 con otros nombres, como modernización, achicamiento o reforma del Estado. En Brasil, Argentina, Chile, Perú y Colombia se aplicaron las políticas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional hace décadas y, tras 20 años y con los mea culpa de sus propios directivos, resultaron medidas que no alcanzaron los picos de crecimiento, redistribución y desarrollo tan publicitados en aquella época como la solución de todos los males.
La ciudadanía despierta
En el último año del gobierno de Fernando Lugo comenzaron a ocurrir movilizaciones ciudadanas que tenían en la mira la corrupción ancestral de la clase política, las injusticias de la Justicia y el viejo y prebendario sistema electoral. Este sistema se encarga de asegurar que numerosos candidatos impresentables vayan cobijados en una “lista sábana” que pone en los dos primeros lugares algunos candidatos atractivos y llena el resto con representantes del “modelo corcho” (usted lo puede hundir con el dedo en el agua pero si retira su índice nuevamente vuelve a flotar, algo que puede suceder por décadas a juzgar por algunos candidatos que aún se mantienen desde la época del dictador Alfredo Strossner).
Tras el golpe exprés, la ciudadanía entró en una especie de letargo hasta hace pocas semanas, cuando comenzaron a conocerse las listas de funcionarios del Congreso, ministerios y otros entes públicos. Allí se revelaron como nunca antes los casos de nepotismo: cada diputado o senador tenía instalados como asesores a familiares, amigos y demás deudos con cuatro o cinco sueldos del Estado que, por supuesto, dejaban su cuota a quienes les habían ofrecido el cargo.
La indignación ciudadana fue tomando cuerpo. Tras casi un mes de protestas y de una original campaña que consistió en rodear el Congreso con tiras de papel higiénico bajo el lema “Vamos a limpiar esta mierda”, la cabeza de una de las principales figuras del Senado y del oficialista partido Colorado, Víctor Bogado, terminó siendo desaforado. Fue el caso más sonado: su niñera había cobrado dos sueldos de diferentes entes públicos.
Por primera vez en la historia del Paraguay se ve a una ciudadanía que se ha volcado en las calles y parece ir a por más. Han transcurrido más de 61 años de impuesta calma, pero hoy parece que el Paraguay comienza a despertar. Sin embargo, esto recién comienza…
Arturo E. Bregaglio dirige Radio Viva (Asunción, Paraguay).
Publicado en el nº 60 de Pueblos – Revista de Información y Debate, primer trimestre de 2014.
NOTAS:
Miranda, Aníbal (2000): Dossier Paraguay. Los Dueños de grandes fortunas en Paraguay. Disponible en la web www.portalguarani.com.
Del enfrentamiento aún no se tiene información precisa, dado que las investigaciones arrojan datos contrapuestos. Sí se cuenta, sin embargo, con una versión oficial del Ministerio Público. Un grupo de investigadores, coordinado por el conocido jurista español Baltasar Garzón, exhibe datos que fueron omitidos en el informe judicial sobre pruebas de balística, así como fotografías de ajusticiamiento de personas que incluso eran ajenas al conflicto. Se incluyen también asuntos que no se encontraban en la carpeta fiscal, como la falta de previsión en cuanto a un donativo del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional.
A la precariedad institucional y a la manipulación de los hechos por parte de la prensa interesada en extender las responsabilidades hasta el propio presidente, incluso presentada la dimisión del ministro del Interior, Carlos Filizzola, se sumaron los encendidos discursos de diputados colorados y liberales que pedían un juicio político exprés. Esta figura se instala con quórum en ambas cámaras y en menos de 48 horas se tiene el libelo acusatorio, el tribunal, la posibilidad de ejercer descargo en dos horas, la sentencia y el nuevo presidente nombrado por el Congreso.
Primeros pasos del nuevo presidente
Federico Franco Gómez, quien fuera vicepresidente de Lugo, asume y manifiesta públicamente no haber tenido gran participación en las decisiones del ejecutivo, aun siendo parte del mismo todo el periodo. Establece como primera medida eliminar el nepotismo de la función pública y, acto seguido, nombra a su cuñada miembro del directorio de la Binacional Itaipú y a un primo como ministro de la Secretaría de Acción Social. Los abultados salarios de estas personas generan la primera reacción ciudadana a través de las redes sociales, pero pocos medios de comunicación le dan buena cobertura.
En menos de tres meses se viola el tratado internacional de Cartagena que rige sobre la seguridad alimentaria en el caso de los organismos genéticamente modificados. Se autoriza por decreto el ingreso de algodón transgénico y su siembra sin respetar los mecanismos de seguridad en su producción ni el riesgo de contaminación de la variedad tradicional.
La prensa en general sufre varios golpes con censura de periodistas y en especial fotógrafos que son despojados de sus cámaras en operativos de desalojo en el interior del país y en marchas de protesta contra la política sectaria de Franco. Los familiares del titular del ejecutivo amenazan a varios comunicadores por denunciar prácticas irregulares en el acceso a cargos públicos; mientras que el uso de la residencia presidencial para la boda de un hijo del presidente termina dando ribetes monárquicos a la República del Paraguay.
Ante esta situación, la respuesta ciudadana se da de dos formas. Por un lado, resignación y apatía, reflejados estos sentimientos en la degradación de los frentes auto convocados en defensa de la democracia y rechazo al “golpe parlamentario”. Parece que cada vez fuesen más las personas indignadas que limitan su participación a las redes sociales. Por otro, polarización de posturas a favor de dos frentes partidarios tradicionales, el colorado y el liberal. Reaparecen los discursos nacionalistas frente al paulatino bloqueo de las relaciones diplomáticas con países que integran bloques regionales (Unasur y Mercosur).
El llamado a elecciones en abril del 2013 termina consagrando a Horacio Cartes como presidente del Paraguay, con el curioso récord de pasar a la Historia como uno de los pocos ciudadanos que votaba por primera vez y era elegido presidente. Federico Franco, paralelamente, concluía una corta transición de catorce meses marcada por la inoperancia, la corrupción generalizada y el desgobierno. El período entre abril y agosto de 2013, fecha en la que asumió la presidencia Cartes, culminó con una serie de componendas con distintos grupos económicos que demostraron su voracidad aprovechando la complacencia de Franco, conocido también como “Federico el Breve”.
Los dueños del Paraguay
En abril del año 2000, el periodista Aníbal Miranda[1] realizaba una de las primeras aproximaciones con carácter investigativo a la acumulación de riquezas en “la isla rodeada de tierra”, al decir de Augusto Roa Bastos. Si bien este trabajo no ha tenido actualizaciones regulares, es muy útil por determinadas referencias. Trece años después, podemos citar un reciente informe de la consultora Wealth X y del banco suizo UBS que reveló que en Paraguay hay “165 supermillonarios que cuentan con una fortuna valorada en más de 30 millones de dólares”. La cifra total de la riqueza de estos ciudadanos equivale al 19 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) registrado en 2012, según varios economistas.
En cuanto al alcance del informe, el economista Amílcar Ferreira explicó que en el Paraguay una pequeña parte de la población concentra las grandes porciones de tierras: más del 80 por ciento se encuentra en manos del seis a ocho por ciento de la población. Existe una evasión tributaria que sigue siendo alta, con un 30 por ciento, “más de mil millones de dólares por año que deja de ingresar al Estado”. Cabe señalar también que el Congreso analizó este año un proyecto para gravar la producción y exportación de soja en un 10 por ciento, proyecto que fue rechazado por ambas cámaras a pesar de que Brasil y Argentina tienen este gravamen marcado en un 32 y un 35 por ciento, respectivamente, desde hace más de una década.
La carga tributaria en el Paraguay apenas llega a un 12,8 por ciento, con un el IVA del 10 por ciento que paga hasta la persona más pobre en cualquier artículo de consumo básico. Si usted que lee este artículo piensa, después de tanta cifra y números, que Paraguay es un paraíso fiscal, no dude de que está en lo correcto.
Para que usted tenga un panorama más exacto, daremos los nombres de las cuatro personas más ricas del Paraguay. Verá, además, cómo se emparentó el poder con los medios de comunicación, la tenencia de tierras sembradas de ganado y soja, las grandes obras hidroeléctricas (ya concluidas), la construcción…
Antonio J. Vierci es el hombre más adinerado y uno de los más poderosos del país, a quien se le atribuye una fortuna de unos tres mil millones de dólares estadounidenses. Lidera un grupo empresarial que cuenta actualmente con dos cadenas de supermercados (Stock y Superseis) con 36 establecimientos y un conglomerado de 17 restaurantes del sello Burger King en todo el país. A ello se suma una cadena de medios cuyo buque insignia es el diario Última Hora, canales de televisión y radios por todo el país.
Muy cerca, con una fortuna calculada en 2.500 millones de dólares, se ubica el actual presidente, Horacio Cartes. Su conglomerado empresarial va desde tabacaleras, Internet, bancos y representaciones de aviones de la marca estadounidense Cessna a la fabricación de bebidas gaseosas que logró introducir en el mercado norteamericano, pasando por la ganadería.
En tercer lugar se encuentra Aldo Zucolillo Moscarda, más conocido como el Zar de la prensa paraguaya. Siempre según cálculos aproximados, es propietario de una fortuna de 2.400 millones de dólares. El peso en este caso es del negocio inmobiliario, las múltiples estancias y la diversificación en Shoppings y otros negocios diversos, todos publicitados a través del matutino ABC Color.
Cerrando esta lista de los cuatro más adinerados aparece el expresidente Juan Carlos Wasmosy (1993-1998), que atesora una fortuna calculada en 2.300 millones de dólares. El negocio de este ingeniero son las empresas constructoras y mineras. Siguió muy de cerca, por supuesto, el devenir de las centrales hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá. Por ilustrar con un sólo dato: una de sus empresas, CONEMPA, facturó en Itaipú, la hidroeléctrica binacional (Brasil-Paraguay) más grande del mundo, la friolera de 1.600 millones de dólares.
100 días del nuevo gobierno
Una de las agendas en las que coincidieron Horacio Cartes (del Partido Colorado) y Efraín Alegre (del Partido Liberal Radical Auténtico), ambos de centro derecha, y que repitieron durante la campaña electoral hasta el hartazgo, fue “la lucha contra la pobreza”. Paraguay se encuentra en el grupo de países peor posicionados en cuanto a desigualdad social en Latinoamérica. Durante 2010, en pleno gobierno de Fernando Lugo, vivimos el boom económico, con un crecimiento de más del 12,4 por ciento, pero la pobreza no disminuyó; la teoría del “chorreo de la copa de champán” salpicó a muy pocos y la redistribución del ingreso fue una quimera no alcanzada.
“Daremos lucha sin cuartel a la pobreza”, indicó hace varias semanas el nuevo presidente. Los indicadores a derrotar son relevantes. Total del desempleo: 8,2 por ciento en el primer semestre de 2013. Sub empleo: 27,8. Miseria: 19 por ciento, tomando los índices de la Dirección General de Estadísticas y Censos de 2010.
Entre las primeras medidas que ha tomado el Gobierno de Cartes se encuentra la aprobación por el Parlamento de una estrategia económica denominada Alianza Público Privada. Esta estrategia no es muy diferente de las propuestas que se conocieron en esta región del mundo en los años 80 y 90 con otros nombres, como modernización, achicamiento o reforma del Estado. En Brasil, Argentina, Chile, Perú y Colombia se aplicaron las políticas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional hace décadas y, tras 20 años y con los mea culpa de sus propios directivos, resultaron medidas que no alcanzaron los picos de crecimiento, redistribución y desarrollo tan publicitados en aquella época como la solución de todos los males.
La ciudadanía despierta
En el último año del gobierno de Fernando Lugo comenzaron a ocurrir movilizaciones ciudadanas que tenían en la mira la corrupción ancestral de la clase política, las injusticias de la Justicia y el viejo y prebendario sistema electoral. Este sistema se encarga de asegurar que numerosos candidatos impresentables vayan cobijados en una “lista sábana” que pone en los dos primeros lugares algunos candidatos atractivos y llena el resto con representantes del “modelo corcho” (usted lo puede hundir con el dedo en el agua pero si retira su índice nuevamente vuelve a flotar, algo que puede suceder por décadas a juzgar por algunos candidatos que aún se mantienen desde la época del dictador Alfredo Strossner).
Tras el golpe exprés, la ciudadanía entró en una especie de letargo hasta hace pocas semanas, cuando comenzaron a conocerse las listas de funcionarios del Congreso, ministerios y otros entes públicos. Allí se revelaron como nunca antes los casos de nepotismo: cada diputado o senador tenía instalados como asesores a familiares, amigos y demás deudos con cuatro o cinco sueldos del Estado que, por supuesto, dejaban su cuota a quienes les habían ofrecido el cargo.
La indignación ciudadana fue tomando cuerpo. Tras casi un mes de protestas y de una original campaña que consistió en rodear el Congreso con tiras de papel higiénico bajo el lema “Vamos a limpiar esta mierda”, la cabeza de una de las principales figuras del Senado y del oficialista partido Colorado, Víctor Bogado, terminó siendo desaforado. Fue el caso más sonado: su niñera había cobrado dos sueldos de diferentes entes públicos.
Por primera vez en la historia del Paraguay se ve a una ciudadanía que se ha volcado en las calles y parece ir a por más. Han transcurrido más de 61 años de impuesta calma, pero hoy parece que el Paraguay comienza a despertar. Sin embargo, esto recién comienza…
Arturo E. Bregaglio dirige Radio Viva (Asunción, Paraguay).
Publicado en el nº 60 de Pueblos – Revista de Información y Debate, primer trimestre de 2014.
NOTAS:
Miranda, Aníbal (2000): Dossier Paraguay. Los Dueños de grandes fortunas en Paraguay. Disponible en la web www.portalguarani.com.
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