CON LA BURGUESÍA HEMOS TOPADO (Miércoles 15-05-2013)
Lo inevitable sucedió, la burguesía
salió al ruedo político. Sus serviles no dan cuenta de la tarea, capriles, con
dos derrotas, no puede liderar. La burguesía asoma la cabeza sólo cuando la
crisis se agudiza, cuando el poder está verdaderamente en juego. Antes, en
épocas de paz, se guarda tras la acción de sus canes.
Oligarca
de cuna, mendoza afloró con un plan presidencial astutamente diseñado:
cifras, propuestas a corto, mediano y largo plazo, impulsando la propiedad
privada, alabando su "eficacia", retando al gobierno revolucionario.
Esta aparición de mendoza cambia el paisaje político, coloca la discusión en
su santo lugar: la economía. Ahora se nos obliga a pensar cuáles proyectos
participan en la disputa por la conducción de la sociedad.
Ellos,
los burgueses, tienen un proyecto capitalista franco que presentan como
"eficaz", navegan en nuestras olas, crecen en nuestras grietas, las
aprovechan. No tienen dudas ni ambigüedades,
tienen cientos de años puliendo su imposición, de su lado está la costumbre de
los dominados, la cultura egoísta de milenios. La disputa política se agudizó
de tal manera que ya las formas cedieron lugar al fondo. Después de mendoza, la
discusión es entre proyectos.
El
látigo de la contrarrevolución, tal como le gustaba recordar al Comandante,
apareció para estimular la marcha de la Revolución.
Ante
el proyecto de mendoza, capitalista por los cuatro costados, ante ese reto y
ese envalentonamiento, similar a los días del sabotaje petrolero, ya no hay
lugar para pactos, para híbridos, para socialismo "poco a poco", ni
modelo capitalista chino, ni convivencia con los capitalistas. Queda
demostrado que quien se arrima al capitalismo sólo puede esperar convertirse en
capitalista. Así, con esa conchupancia, nunca habrá Socialismo. La única
manera de construir Socialismo es enfrentando a los capitalistas. Es hora del
proyecto Socialista sin ambigüedades.
La
Revolución, frente al desafío de los meritócratas oligarcas, tiene dos
opciones: O claudica, pacta con la burguesía, y así comienza a correr el reloj
que marca su final, o tal como hizo el Comandante cuando el sabotaje petrolero,
apela a la conciencia popular, le explica la situación, los convoca para hacer
frente a la embestida capitalista, toma medidas radicales socializando lo que
deba ser socializado, y llama a los sectores más conscientes de la sociedad
para emprender la difícil pero hermosa tarea de que la sociedad tome
verdaderamente cuenta de su destino, convoca a los obreros, pone mano dura
frente a los saboteadores del Socialismo estén donde estén.
Estamos
viviendo momentos de ruptura similares a 1810, al sabotaje petrolero. La
oligarquía meritócrata nos vuelve a retar, son tiempos que reclaman la grandeza
de los dirigentes y de la masa. Los pactos con la oligarquía son armisticios
que sellan la derrota, recordemos a Miranda. Demostraremos de qué estamos
hechos: si somos capaces de superar las dificultades, como en el sabotaje
petrolero, como en abril, si somos herederos de los libertadores, o somos
pueblo y dirigentes esclavos de la cultura dominante.
Somos
privilegiados porque la historia nos propone la rara oportunidad de ser
grandes.
¡Irreverencia
y Lealtad! ¡Viva Chávez!
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