miércoles, 2 de marzo de 2016

“Una derrota táctica dentro de una lucha estratégica”

Entrevista a Alfredo Rada Vélez, Viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil


La Epoca


Resultado de imagen para evo no  boliviaEl miércoles 24 de febrero el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia reconoció en conferencia de prensa la victoria del NO a la reforma constitucional en el referéndum del pasado 21 de febrero, sin duda ese resultado golpea uno de los pilares más sólidos del proceso de cambio, pero por otro lado, resaltó el apoyo del núcleo duro del proceso, representado en los movimientos sociales.

Entrevistamos al Viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil, Alfredo Rada, para conocer desde su perspectiva el rol de los movimientos sociales en el nuevo contexto abierto luego del referéndum, y también una evaluación inicial sobre lo ocurrido.
-Luego de ver los resultados en el referéndum 21F, en especial con la marcada diferencia entre el voto de las ciudades capitales, zonas periurbanas y áreas rurales ¿Cómo evalúa el apoyo y participación de los movimientos sociales?
-Alfredo Rada (AR): Hemos constatado que el voto rural se ha mantenido leal al proceso de cambio; estoy hablando de las comunidades campesinas originarias de los departamentos de La Paz, Oruro, Cochabamba, Chuquisaca y Potosí, así como bastiones tradicionales como San Julián y Yapacaní en el departamento de Santa Cruz, además de varias zonas en los departamentos de Pando, Beni y Tarija. También han votado contundentemente por el Si en los mayores distritos mineros que son Huanuni, Colquiri y San Cristóbal, donde se encuentran los sindicatos más fuertes de este sector. Asimismo el voto de los trabajadores fabriles y constructores (los sectores proletarios más numerosos de la Central Obrera Boliviana) se hizo sentir en las barriadas populares de La Paz, en los distritos urbanos más poblados de El Alto, también en las ciudades de Vinto, Quillacollo y en la plebeya zona sur de la ciudad de Cochabamba, en las villas y en la ciudadela del Plan 3000 de la ciudad de Santa Cruz. El voto de otros sectores urbano populares fue particularmente importante en El Alto, La Paz, Cochabamba y Oruro, aunque debemos reconocer que en las otras 6 ciudades capitales del país hubo bastante merma en el respaldo. En otras palabras, la base social indígena-obrera-popular del proceso de cambio ha continuado respaldando al compañero Evo y esa es la composición mayoritaria de clase del 49% de apoyo a la opción Si en el referéndum del pasado 21 de febrero. La opción del No triunfó contundentemente entre los pobladores urbanos de ingresos medios y altos, pero también logró captar el voto joven en las ciudades y ello debe preocuparnos.
-¿Fue tan decisivo el factor de las redes sociales para el resultado del referéndum? ¿No hay otros factores que llevaron a este resultado?
-AR: En un sentido general las redes sociales surgen desde las herramientas tecnológicas de información y comunicación. No es que puedan crear “realidades virtuales”, pero sí pueden expresar, llevándolas hasta el paroxismo, algunas tendencias que están presentes dentro de la sociedad. Su impacto se ha sentido fundamentalmente en la denominada clase media que más fácilmente accede al internet. Debemos reconocer que había una base subjetiva sobre la que la derecha montó su campaña sucia que alentó el racismo y la discriminación. Esa base de subjetividad se originó en algunos casos de corrupción que, desde mi punto de vista, no fueron aclarados plenamente. Me refiero al caso del Fondo Indígena en el que si bien hay un proceso investigativo que ha llevado a la detención de varias personas involucradas (entre ellas la ex ministra Julia Ramos y varios dirigentes campesinos, algunos vinculados al MAS y otros a la oposición) no fue citada por la Fiscalía la señora Achacollo, también ex ministra. ¿Si Achacollo no había cometido delitos, por qué no asistió voluntariamente a declarar? Este tipo de errores deja un precedente sobre el cual se arman tramoyas como el caso Zapata. En síntesis, no creo que sea acertado atribuir la derrota únicamente a las redes sociales. Hay que reconocer que los casos de corrupción erosionaron la confianza del pueblo, que la derecha realizó una campaña mucho más efectiva en la que logró posicionar la idea de recambio generacional por encima de las ideas de estabilidad y futuro que planteó la campaña por el Si, hay que darse cuenta que no se logró neutralizar el aparato mediático y político opositor que actuó con sus propias estrategias y con una hoja de ruta precisa y sumamente eficiente, además del financiamiento externo que fortaleció la campaña del No. También el debilitamiento en el último tiempo de la estructura política del MAS fue un factor que llevó a este resultado.
-Luego de los hechos ocurridos en la alcaldía de la ciudad de El Alto que terminaron con la muerte de 6 personas. ¿Qué apreciación tiene la victoria del Si en aquella ciudad?
-AR: Esos hechos violentos que ocurrieron 4 días antes del referéndum tienen que ver con un conflicto carácter municipal entre las denominadas “Juntas Escolares” -que aglutinan a madres y padres de los estudiantes de colegios fiscales- contra la Alcaldía de El Alto que no está atendiendo las necesidades de infraestructura educativa en esa ciudad. No se trató de un conflicto nacional, sino de un problema local que se fue agravando por la falta de atención de la alcaldesa opositora Soledad Chapetón y que derivó en el incendio de un edificio municipal en el que perdieron la vida seis funcionarios ediles. La derecha trató de echar la culpa al Gobierno para de esa manera generar una especie de “voto castigo”, pero fracasó en ese afán y en las urnas los alteños dieron el triunfo electoral al Si. Es muy importante este triunfo del Si en la urbe alteña porque estamos hablando de la ciudad en la que en octubre del 2003 se produjo la insurrección contra el neoliberalismo que derrocó a Gonzalo Sánchez de Lozada. La victoria en El Alto es significativa para seguir impulsando el proceso de transformaciones a nivel nacional.
-En el análisis de la oposición se habla de confrontación y polarización como resultado del referéndum y culpan de ello al Movimiento Al Socialismo. ¿Cómo aprecia ese análisis?
-AR: En la dinámica de la lucha de clases la burguesía va a denominar “confrontacional” a toda orientación gubernamental favorable a los trabajadores y campesinos. Tiene el temor de que en los espacios abiertos para la participación del bloque social revolucionario en el proceso, uno de los más importantes la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM) que se reúne mensualmente con Evo, se proyecten e implementen medidas de gobierno que profundicen las transformaciones. Hoy tenemos esa oportunidad, luego de que ha quedado en evidencia que la burguesía agroexportadora y financiera asentada en Santa Cruz, que se acercó sonriente al gobierno prometiendo inversiones y apoyo, sólo estaba buscando preservar su poder económico para, una vez logrado ello, gestar y expandir el proyecto político de derecha restauradora del neoliberalismo más peligroso de los últimos diez años: el Movimiento Demócrata Social. El MDS de Rubén Costas ha triunfado electoralmente en el departamento de Santa Cruz, se ha expandido hacia el centro del país con el alcalde cochabambino José María Leyes y tiene dos importantes acuerdos programáticos en el occidente, el primero con el alcalde Luis Revilla en la ciudad de La Paz, el segundo con la burguesía cooperativista minera en la ciudad de Potosí. A quienes se preguntan por qué el apoyo a Evo disminuyó en Santa Cruz en este referéndum, les respondo que desde que se impuso al interior del gobierno una tendencia conciliadora con los grandes empresarios cruceños, se ha dejado intacto aquel poder económico burgués que hoy, convertido en proyecto político, amenaza con vencer a las fuerzas revolucionarias.
-Pero entonces, ¿en qué queda ahora aquella idea del “derrotar e incorporar” que parecía tan consustancial al concepto de hegemonía?
-AR: La idea de la incorporación del contrincante derrotado, como supuesto resultado de la universalización de las necesidades colectivas del bloque social dominante, que se decía era una combinación de un planteamiento leninista (de fuerza, de victoria con derrota del enemigo) con otro gramsciano (de seducción y convencimiento) , ha sido en realidad un planteamiento que terminó justificando no sólo la apertura de nuestro proyecto a elementos provenientes de la derecha, sino también a las orientaciones no revolucionarias de carácter pactista con la burguesía cruceña aglutinada en la Cámara de Industria, Comercio y Servicios (CAINCO) y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO). Nunca he estado de acuerdo con estas propuestas; es más, creo que los resultados del referéndum en Pando y Beni, pero fundamentalmente en Tarija y Santa Cruz, muestran la debacle del pactismo y exigen que nos olvidemos del “derrotar e incorporar”.
-Luego de reunirse con el Presidente Evo, el comité ejecutivo de la Central Obrera Boliviana manifestó su respaldo al proceso de cambio. ¿Cuál será el rol de la Central Obrera Boliviana y CONALCAM en estos años?
-AR: Si leemos la Tesis Política aprobada en el Congreso de la Central Obrera Boliviana realizado en la ciudad de Tupiza, encontraremos un planteamiento muy consistente sobre el papel de los movimientos sociales en el proceso de cambio, además de una estrategia para la defensa y profundización del mismo. Por tanto, no es un planteamiento pasivo o seguidista, sino activo y perfectamente capaz de tomar iniciativas programáticas en lo económico –considerando que estamos ya en un nuevo escenario en el que nos está golpeando la crisis global del capitalismo, en lo político –sabiendo que ahora tenemos que enfrentar a una derecha remozada y que tiene un proyecto político regresivo, y en lo social –ahora que se deben encarar los temas de la reforma integral de la justicia o el cambio en el sistema de salud pública.
-En la teoría revolucionaria se habla de que nadie es o al menos no debería ser imprescindible en un proceso, en cambio sí señala que los sujetos pueden o no encontrarse a la altura del momento histórico, sin duda el presidente Evo Morales lo estuvo, ahora el Proceso de Cambio enfrenta el reto de su consolidación más allá del liderazgo del presidente Evo, en ese entendido. ¿Que tareas cree que están a la orden?
-AR: Considero que debemos seguir trabajando en la formación política y ética revolucionarias, en la construcción programática para profundizar el proceso de cambio y en el fortalecimiento del bloque social revolucionario que es la base de este proceso, así como reforzar la estructura política del MAS, purgando a los infiltrados de derecha que se incrustaron en nuestras filas. Evo Morales seguirá siendo el factor de unidad de los movimientos sociales, seguirá ejerciendo un liderazgo plebeyo y la conducción del gobierno por los siguientes 4 años. En torno a él debemos preservar la unidad y el tema de nuevas candidaturas recién discutir allá por el 2018. Sin embargo, hasta entonces debemos tener fortalecido un bloque histórico de poder y el programa revolucionario en plena implementación; la candidatura deberá responder a esos dos factores. Yo creo que el 21 de febrero hemos sufrido una derrota táctica dentro de una lucha estratégica; no se trató de una derrota estructural ni mucho menos irreversible, por ello confío que rápidamente recuperaremos el terreno perdido.

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