El Universo (Ecuador)
Maquinarias arrancan
decenas de árboles de raíz. Los esteros o riachuelos son rellenados. Se
invaden áreas de bosques, zonas de amortiguamiento, cerros, riberas de
ríos. Aquel lugar natural se transforma luego en edificios,
urbanizaciones y ciudades que avanzan a medida que crece la población,
desplazando a las especies que antes vivían en estos ecosistemas.
A
medida que se incrementan estos escenarios, la naturaleza se perjudica.
Un ejemplo reciente es el de América Latina, que perdió un 30% de
biodiversidad en los últimos 20 años, según informes recientes de las
Naciones Unidas, que se expusieron esta semana en Cuba, en el marco de
la IX Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
“La
conclusión es que estamos llegando a un callejón sin salida”, afirmó en
ese encuentro Margarita Astrálaga, directora de la Oficina Regional
para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente, quien cuestionó el modelo de desarrollo y los patrones
de consumo de este continente.
Pese a que las naciones latinas
han adoptado políticas de conservación ambiental, como la eliminación de
la emisión de sustancias que agotan la capa de ozono o la suspensión
del uso de combustibles con plomo, estas aún son insuficientes para
detener los daños en la naturaleza. Ahora el riesgo es mayor, advierten
los expertos, pues se unen problemas ambientales como el cambio
climático.
En la región del Caribe, uno de los daños más serios
es el blanqueamiento de los corales. Si siguen declinando al ritmo
actual, habrán muerto para el 2070, estiman los informes. Con la
desaparición de estos ecosistemas se eliminaría la barrera de protección
contra los huracanes, además de perjudicar al turismo y la pesca.
Otro riesgo es la pérdida cada vez mayor de los glaciares en la Patagonia, Bolivia y Chile.
La
selva amazónica de Brasil también está amenazada. En mayo pasado perdió
464,96 km², cifra que supera en 4,7 veces al área deforestada en el
mismo mes del año anterior (98,85 km²). Así lo indica el Instituto
Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en
portugués), que advierte que los datos no son completos por la nubosidad
que se registró en esta medición. El 42% de la selva estaba cubierta
por nubes cuando se realizó; hace un año fue de 32%.
Hay otros
informes que ya registran el deterioro que sufre el planeta por el
aumento en la temperatura. Se cita como ejemplos los daños que dejaron
las olas de calor en Europa, el huracán Katrina en EE.UU. (2005), las
sequías en el Amazonas y en África, y las inundaciones en Pakistán
(2010).
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el
planeta experimentó cambios sin precedentes en el clima entre el 2001 y
el 2010. Esos años fueron los más calientes desde que se iniciaron las
mediciones, en 1850.
La población mundial también creció. Pasó de
5.300 millones en 1990 a 6.900 millones en el 2010. Debido al
crecimiento demográfico, para el 2030 se consumirá 45% más de energía y
la temperatura global aumentará unos 8 °C, según las estimaciones
científicas más recientes. Esto llevaría a los países a perder entre 5% y
10% de su Producto Interno Bruto por problemas ambientales.
Otros
estudios de la ONU señalan que desde 1970 las tormentas se
multiplicaron por 12; las inundaciones, por 4 y la cantidad de afectados
por desastres naturales, por 8. Y esto parece no detenerse.
35% más
De deforestación registra la selva amazónica de Brasil (agosto del 2012 a mayo del 2013), a diferencia del periodo anterior.
29% más
De población habrá en el 2050. Es decir, 9.300 millones, según los cálculos. Ahora hay unos 7.200 millones de personas.
Fuente: http://www.eluniverso.com/vida-estilo/2013/07/14/nota/1157361/latinoamerica-perdio-30-su-biodiversidad
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